Despedidos 301 trabajadores de la Universidad Politécnica de Madrid
En la céntrica plaza madrileña Tirso de Molina, un profesor de la Universidad Autónoma de Madrid imparte una clase sobre antropología frente a algo más de medio centenar de personas, que sigue atentamente sus explicaciones.
«A través de la experiencia social, nos damos cuenta de que no estamos solos, de que tenemos algo en común con el otro. Es ahí donde nace el poder social», desarrolla. Entre los oyentes, no sólo están sus alumnos habituales. Hoy el grupo se encuentra nutrido por vecinos y transeúntes de todas las edades.
La de este profesor es una de las más de 450 clases universitarias que han tenido lugar esté sábado en plazas y otros espacios públicos de Madrid, Alcalá de Henares, Leganés y Getafe, una iniciativa que pretende acercar a la ciudadanía el conflicto contra la Comunidad por los recortes en educación.
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«Estamos muy contentos porque la gente se está implicando y pregunta mucho. Precisamente era ése el objetivo: llevar la universidad a la calle para que la ciudadanía sea consciente del trabajo que se hace en ella», defiende Inés G. Cueli, estudiante de la Universidad Complutense.
Los estudiantes y profesores organizadores de la iniciativa La uni en la calle denuncian las actuales políticas de «deterioro» de la universidad pública, entre las que se incluyen la subida de tasas en las matrículas -un 30% de incremento en los grados y más de un 100% en los másteres-, la reducción de las becas generales y Erasmus, la eliminación de las becas Séneca y el recorte en el gasto en investigación, que se ceba con los más jóvenes.
«Tengo que pagar hasta 400 euros más por la matrícula que el año pasado, y encima no puedo trabajar para financiarla porque el plan de estudios actual no te lo permite. Si no fuera por mis padres, no podría estudiar», sostiene Cueli.
Mientras, en la Puerta del Sol, el profesor Carlos Taibo habla sobre crisis y decrecimiento. Allí, el ruido y el trasiego de personas es mucho mayor, pero alumnos y curiosos escuchan con atención. En esa misma plaza tuvo lugar el cierre simbólico de la jornada, con una concentración a las 20:00 horas.
«Estamos viviendo un ataque impresionante, nos están asfixiando literalmente, y cuando delibere el consejo de supuestos expertos designados por [el ministro de Educación, José Ignacio] Wert, será aún peor», afirma Pilar Monreal, profesora de antropología, quien «sueña» con que en el futuro próximo se consiga articular una «universidad popular» a nivel de barrios.
Para los estudiantes, ésta es la primera jornada de una semana plagada de convocatorias, que culminará con los encierros en varias facultades el próximo miércoles por la noche para, el jueves, dar comienzo la huelga universitaria de 24 horas. Ese mismo día, el parón lectivo estará animado por piquetes informativos, concentraciones y se cerrará con una manifestación unitaria a las 18:00 horas en el centro de la capital.