La acampada organizada por la Asamblea por la Vivienda Digna y Contra la Precariedad en la Ciudad Universitaria de Madrid se alarga. Comenzó el pasado 13 de mayo como un intento de intervenir en la campaña electoral y denunciar la política del ladrillo de los ayuntamientos. De hecho, se anunció que duraría sólo dos semanas, […]
La acampada organizada por la Asamblea por la Vivienda Digna y Contra la Precariedad en la Ciudad Universitaria de Madrid se alarga. Comenzó el pasado 13 de mayo como un intento de intervenir en la campaña electoral y denunciar la política del ladrillo de los ayuntamientos.
De hecho, se anunció que duraría sólo dos semanas, pero por el camino sus integrantes decidieron mantener las tiendas instaladas en el campus, y plantear unos objetivos que van más allá de los recogidos en un principio. Entre las perspectivas de la Asamblea se encuentra la de crear un espacio de encuentro que reúna a universitarios, trabajadores y personas sin techo y en el que se organicen todo tipo de actividades de autogestión y sensibilización sobre el problema de la vivienda.
En un comunicado dado a conocer a Rebelión, la Asamblea expone sus puntos de vista con respecto a la situación económica y social en el Estado, considerando que se encuentra «en crisis» y donde «la gente vive ahogada por el pago desmesurado de algo básico como es una vivienda».
Para la organización la cuestión es que de «una necesidad básica, un derecho fundamental de nuestra constitución» se ha creado una corriente especulativa, en la cual se trata de embarcar a todos los ciudadanos. Por eso a pesar de que en los últimos años se han construido más viviendas que nunca, revalorizado de forma fraudulenta terrenos que no era edificables para este fin, el precio no ha hecho más que aumentar, el nivel de endeudamiento también (llegando a casi un 80%) y más de 3 millones de viviendas se encuentran vacías.
Fruto de ello «la gente no es capaz de ahorrar y casi no llega a fin de més, y la despoblación de los municipios rurales es deprimente». Y sin embargo, «nos venden una vida llena de comodidad (dependencia) que se caracteriza por la concentración demográfica en nucleos urbanos. Focos de contaminación y de explotación de personas, de alienación de nuestro trabajo y de borreguismo».
Para completar el panorama, el sistema neoliberal alimenta «el miedo a perder nuestras casas, nuestra comida y nuestras comodidades o la incertidumbre en nuestro futuro, nos obligan a aguantar a veces situaciones laborales contra las que ya se lucho en su día y que ahora parece que dicha lucha no ha servido para nada».
En efecto, «los sueldos son bajísimos para el nivel de vida que nos quieren implantar, los contratos basura que no dejan que los jóvenes podamos comenzar nuestro proyecto de vida, los pensionistas que no llegan a final de mes y viven en situaciones de precariedad absoluta, la gente de mediana edad que vivien inmersos en cárceles hipotecarias, y en definitiva y como siempre, el enriquecimiento de unos pocos a costa del empobrecimiento de otros muchos».
Por eso surge la acampada, contra la explotación de seres humanos y a favor de otra vida posible, ofreciendo alternativas de vivienda y de vida que van encontrando durante su lucha. Entre otras la de repoblar las aldeas abandonadas del pais, ofreciendo a todo el mundo la información sobre lugares desocupados, o en proceso, sobre ayudas del estado y sobre modelos de vida basados en la sostenibilidad y la autogestión basada en la explotación local de los recursos frente a una globalización inminente que pretende acabar con todo esto para que puedan seguir haciendonos dependientes de un sistema que nos engaña y que se aprovecha de las personas.
Desalojo previsto
Pero todo este proyecto parece tener los días contados, pues el 1 de septiembre puede ser la fecha en que lleve a cabo el desalojo. Empiezan las clases y desde el rectorado de la universidad se pretende poner fin a la acampada.
Por su parte la Asamblea se halla organizando un fin de semana lleno de actividades y acciones de forma que la gente que aún no sabe de ellos o que han estado de vaciones conozca lo que ocurre en la Complutense, sobre el problema de la vivienda y la precariedad, y que hay que seguir luchando.
Entre otras actividades habrá cine, teatro, música, comida, talleres, encuentros y debates. Cuyo programa definitivo disponible en unos días.
La direccion del grupo es: http://groups.google.com/group/acampadaxlavivienda
Y su direccion de correo: [email protected]
Acampados por una vivienda digna y contra la precariedad
Introducción
El problema de la vivienda es el de un modelo económico y social que ha puesto este país al servicio de la especulación inmobiliaria, con el objetivo de hacer negocio con el suelo y las viviendas, sin importar su coste económico o medioambiental o si alguien las habitará. En este país sobran viviendas para especular (hay más de 3 millones vacías, 300.000 en Madrid), es más caro que nunca acceder a ellas (en compra o en alquiler) y faltan viviendas asequibles para vivir. ¿La causa? La vivienda, una necesidad social básica, se ha dejado en manos del mercado, una mercancía más con la que se especula y mercadea, excluyendo de su acceso a «los no rentables». Un mercado controlado por un oligopolio de propietarios del suelo, promotoras, constructoras y políticos corruptos que se forran a costa de hipotecar y atar a la precariedad a millones de vidas de por vida, obligadas a aceptar condiciones de esclavitud del siglo XXI en el intento de desarrollar su proyecto vital.
Frente a este modelo de «capitalismo popular del ladrillo», la acampada reivindica que el acceso a la vivienda digna (entendido como alojamiento, no como propiedad) sea un derecho universal, reclamable y equiparado a otros derechos fundamentales como la educación o la sanidad. El objetivo es que en el periodo más breve posible, toda la población que lo desee pueda acceder a una vivienda de alquiler social. Para llevar esto a cabo son necesarios cambios legislativos y unas Administraciones Públicas no corruptas que dejen de estar al servicio de la especulación inmobiliaria.
La precariedad es un concepto amplio con muchas caras que cada vez abarca y limita un mayor número de aspectos de nuestra vida: precariedad en el trabajo, en los salarios, en la relación laboral, en las relaciones sociales y en las redes de apoyo mutuo, en la lacra de los accidentes laborales, en la discriminación laboral (sexo, nacionalidad, edad), precariedad como debilidad y desmantelación de los servicios públicos y la protección social,… Los colectivos afectados por esta precariedad son igualmente múltiples: parados, trabajadores sin contratos ni derechos, temporales y precarios, becarios, falsos autónomos y autónomos dependientes, subempleo,…Jóvenes, mujeres e inmigrantes sufren en mayor medida la explotación laboral. Una precariedad que antes era un peaje «temporal» a pagar por parte de los jóvenes y que cada vez más se generaliza a toda la población como modelo económico y social permanente, una profunda reforma laboral encubierta que está erosionando las pocas conquistas sociales y laborales alcanzadas.
La carestía de la vivienda (hipoteca, alquiler) y las malas condiciones laborales son dos factores que se retroalimentan: La obligación mensual de hacer frente un pago desmesurado por alojamiento obliga a las personas a aceptar las precarias condiciones laborales que ofrecen los empresarios y a no protestar o reivindicar mejoras ante la amenaza del despido. Este chantaje obliga a aceptar recortes y condiciones laborales a la baja y la necesidad de dos salarios para poder sobrevivir, impidiendo conciliar la vida familiar y personal con la laboral.
La última década de fuerte crecimiento macroeconómico ha generado un aumento considerable de las desigualdades sociales y de renta, explicado en gran medida por el ciclo inmobiliario, la construcción y el encarecimiento de la vivienda. La riqueza del país (el PIB, producto interior bruto) se ha «duplicado» en estos años, pero no todos nos hemos beneficiado en igual cuantía de este crecimiento. De hecho, mientras que la mayoría de los trabajadores y de la población en general ha visto como se estancaba o empeoraba su poder adquisitivo y sus condiciones de vida, una minoría de empresarios y especuladores ha visto multiplicarse sus beneficios a costa del esfuerzo de la mayoría.
Desde la acampada defendemos un acceso más justo de toda la población (y no solo de una minoría) a la riqueza generada entre todos. La lucha contra la precariedad hay que enmarcarla en un proceso de mejoras sociales globales en este país y ligado al impulso del mismo proceso en el resto del mundo (en una economía globalizada, las conquistas sociales se universalizan o perecen fruto de la lógica competitiva capitalista como estamos viendo con las deslocalizaciones). Se debe abogar por otro modelo socioeconómico a nivel global, basado en mayores derechos sociales, económicos y laborales para el conjunto de la población y surgido de una verdadera democracia real, consciente y crítica.
Objetivos
La acampada por el derecho a una vivienda digna y contra la precariedad en cualquier ámbito tiene unos objetivos concretos, los cuales se exponen a continuación.
-
Sensibilización y concienciación del problema de vivienda y precariedad que provoca la especulación.
-
Informar al ciudadano y ofrecerle un punto de encuentro, de opinión y reivindicación acerca del problema que acontece en la actualidad.
-
Movilización de la sociedad e implicación directa por parte de ésta en la reivindicación del derecho a una vida digan en la que todos tengamos acceso a una vivienda digna y no provoquen situaciones de precariedad en cualquiera de sus formas.
-
Ofrecer alternativas de vivienda, autogestión e integración en un sistema en el que se olvida a minorías con situaciones de precariedad extrema.
Sensibilización y concienciación del problema
Desde la acampada creemos que es muy importante la concienciación de los ciudadanos ante los problemas expuestos en el punto anterior. Pensamos que no es que la gente no sienta el problema como suyo, ya que todos lo vivimos de alguna forma en particular, sino que vivimos en un sistema en el que se ofrecen todo tipo de distracciones y engaños para que pensemos que el problema de la vivienda y la precariedad de este país no tiene la magnitud que en realidad tiene.
En la acampada queremos concienciar a la ciudadanos/as los problemas que se derivan de la situación actual con respecto a la vivienda, desde el endeudamiento familiar, las situaciones de precariedad laboral o social de cualquier tipo e incluso la precariedad extrema como puede ser el caso de la gente sin techo.
Para conseguir esta concienciación queremos ofrecer una serie de actividades, que se detallarán más adelante, encaminadas a difundir este problema entre todos los estamentos de la sociedad.
Información al ciudadano y ofrecerle un punto de encuentro, de opinión y reivindicación
Desde la acampada queremos ofrecer al ciudadano un lugar que reconozcan como punto de encuentro del problema expuesto en la introducción. Queremos informar de la situación actual del problema a través de las siguientes actividades:
-
Recabar la información y la opinión de expertos en la materia.
-
Promoviendo debates, reivindicaciones o denuncias de situaciones particulares a quien así lo desee.
-
Ofrecer medios para que las situaciones personales no se entiendan como casos aislados y que todos veamos el problema como propio.
Pretendemos que al disponer de toda la información posible, la manipulación pierda su efectividad y por tanto la concienciación ante el problema pueda ser un hecho real. Condenando al especulador y al corrupto públicamente, pretendemos la sensibilización y la tolerancia cero por parte de toda la sociedad ante las trampas políticas y económicas existentes en el sistema actual.
De esta forma al disponer de información clara y vinculante sobre un problema y sus causas, se crea una movilización generalizada contra él. Recogiendo las opiniones, visiones, reivindicaciones o testimonios de cada individuo y utilizando medios de difusión «libres» de la manipulación como puede ser Internet, el movimiento por una vivienda digna y contra la precariedad se convierta en un movimiento de todos y por todos, en que no se haga diferencias sociales o culturales, y se entienda como una lucha común ante un problema de tal magnitud.
Movilización de la sociedad e implicación directa por parte de ésta en la reivindicación
En la acampada consideramos de vital importancia la implicación directa en la reivindicación por parte del ciudadano de a pie. Creemos que si el proceso de concienciación e información se lleva a cabo de la forma adecuada y continuada, se puede provocar en las personas un sentir real de la necesidad de dicho cambio, de forma que la reivindicación no se relegue a los colectivos más activos, sino que se generalice y se extienda lo máximo posible.
Ofreciendo un punto de reivindicación conseguimos que la protesta se centralice. Contando con la visibilidad que ofrece el estar en la propia calle y siendo un lugar de libre acceso, creemos que puede ser un buen punto de partida para aquellas personas que sienten un descontento interior y que no saben hasta que punto pueden ser partícipes. Para conseguir una integración de todos los individuos de la sociedad proponemos una forma de funcionar abierta y horizontal y así no prevalecen intereses y opiniones de partidos, asociaciones, grupos, etc. Sino que cada uno puede expresar su forma de pensar de forma totalmente libre.
Con esto no sólo queremos que se sumen a nuestra reivindicación, sino que la sientan como el camino hacia el cambio. Queremos dejar claro que la movilización del mayor número de personas es la clave para que el cambio sea real, y por eso queremos ofrecer este espacio de acampada como punto de partida a la movilización, para conseguir la continuidad y que mucha gente comience a participar de forma activa.
Ofrecer alternativas de vivienda, autogestión e integración en un sistema en el que se olvida a minorías con situaciones de precariedad extrema
En todos los sistemas hay siempre un determinado grado de exclusión hacía grupos minoritarios a veces olvidados en muchas de las decisiones que se toman en el ámbito de la política. En el campamento no sólo pretendemos ser un ejemplo claro de integración de personas pertenecientes a dichas minorías, sino que su implicación está siendo básica para el desarrollo de la acampada y demostramos que en la sociedad, no solo se les desecha por su aparente pasividad, sino que además se les excluye sin ofrecerles ninguna participación. Nosotros desde aquí, les ofrecemos la participación contra una situación que quizá ellos viven desde una perspectiva más extrema, pero convencidos de que no se les puede seguir ninguneando, como se viene haciendo desde siempre.
Por otro lado queremos ofrecer alternativas de autogestión o/y de vivienda a éstas personas, acercándoles información importante que de otra forma no serían capaces de encontrar. Por otra parte acercando a estas personas a la sociedad se eliminan muchos de los prejuicios que les mantienen en su situación, por eso en el campamento todos tenemos la oportunidad de contar nuestra situación personal que nos ha llevado a la situación actual.
De ésta forma no sólo denunciamos los casos de precariedad que existen claramente en la situación política, social y económica de éste país, sino que hacemos participe de la denuncia a quienes lo sufren de una forma más pronunciada.
Motivaciones personales
Las motivaciones personales de todos los que apoyamos la acampada como medio de reivindicación y contando con lo expuesto anteriormente, se pueden resumir en una bien clara: «Que se respete el artículo 47 de la constitución en el que se entiende la vivienda digna como un derecho inalienable». Que se establezcan los mecanismos adecuados para que no se provoque la precariedad generalizada por la especulación y el mercadeo de un bien primario como es una vivienda digna. Así como el sentir común con las personas que no tienen techo, y compartir que cuando finalice la acampada ellos volverán a la calle.
Autogestión del campamento
Desde la acampada queremos manifestar nuestro respeto al medio ambiente y por tanto estamos pendientes del mantenimiento de nuestro entorno, puesto que en definitiva queremos que sea un lugar habitable, no sólo para los que dormimos allí, sino para los visitantes que se acercan a informarse o reivindicar. Por eso no sólo queremos expresar nuestra decepción ante el corte de la luz de las farolas colindantes sino que también queremos pedir que se nos facilite un punto de luz de cara a que podamos hacer uso de los medios electrónicos de difusión de que disponemos y de cara a actividades que requieran de energía para poder realizarse.
Queremos que el respeto por el entorno sea una de nuestras características más visibles y reivindicativas en el campamento ya que la especulación y la corrupción son ejemplos concretos de no respeto al medio ambiente. Por eso también pedimos que se nos faciliten medios para que podamos mantener la pulcridad y salubridad del campamento en los días u horas que las facultades colindantes se encuentren cerradas.