Ecologistas en Acción hace una valoración positiva del Plan de Calidad del Aire que acaba de presentar el Gobierno municipal de Madrid. Por primera vez se identifica con nitidez al principal responsable de la mala calidad del aire y de la pérdida de calidad de vida en la ciudad: el tráfico rodado. Y consecuentemente también […]
Ecologistas en Acción hace una valoración positiva del Plan de Calidad del Aire que acaba de presentar el Gobierno municipal de Madrid. Por primera vez se identifica con nitidez al principal responsable de la mala calidad del aire y de la pérdida de calidad de vida en la ciudad: el tráfico rodado. Y consecuentemente también se diseñan medidas ambiciosas para reducir la circulación de automóviles, en especial de los más contaminantes. Ahora solo falta que las medidas que ya están claramente diseñadas se ejecuten y el resto se concreten lo antes posible.
El Ayuntamiento de Madrid acaba de presentar su Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático de la Ciudad de Madrid, un documento que aún deberá ser aprobado en Consejo de Gobierno, sometido a información pública y luego aprobado en pleno y puesto en práctica.
Ecologistas en Acción valora positivamente el documento. Se trata de un plan realista y ambicioso que, si se lleva a la práctica con decisión, puede paliar un grave y endémico problema de salud pública en la capital: la mala calidad del aire. Hasta ahora los sucesivos gobiernos municipales habían eludido su responsabilidad en este asunto, elaborando planes con medidas poco o nada definidas, en muchos casos contradictorias entre sí, y que en el caso de las más necesarias y ambicosas nunca terminaban por realizarse. Basta recordar que el Plan Aire que hemos tenido vigente hasta 2015 no era sino una copia literal de la propuesta que presentó el consistorio de Ana Botella a la Comisión Europea para pedir una prórroga al cumplimiento de los límites legales de dióxido de nitrógeno. Aunque esta propuesta fue rechazada por la Comisión (argumentando que resultaba ineficaz para mejorar la calidad del aire), el Gobierno municipal lo convirtió en su Plan Aire 2011-2015. Su fracaso es incontestable: Madrid ha seguido todos estos años superando los máximos legales permitidos para varios contaminantes atmosféricos.
La principal virtud del documento presentado por el Ayuntamiento es que identifica con mayor claridad el origen de la contaminación -el tráfico de vehículos motorizados, en particular de automóviles- y la mayor parte de las medidas son claras, decididas y coherentes para limitarlo. Entre las más relevantes destacan el área de prioridad residencial de toda la zona central de la ciudad, la limitación de velocidad a 70 km/h en la M30 y las vías de acceso a la ciudad o el rediseño de los principales viales para evitar el tráfico de paso por la ciudad. En todo caso, Ecologistas en Acción echa en falta más concreción en algunas de estas medidas a la hora de explicar detalladamente las actuaciones y sus plazos de ejecución.
En todo caso, Ecologistas en Acción recuerda que la efectividad de todo plan radica en la voluntad política que impulsa la puesta en marcha de las medidas, lo dota de presupuesto y se preocupa por llevar a cabo un correcto proceso de evaluación y seguimiento a medida que el plan se va ejecutando. Es aquí donde la organización ecologista espera que el actual ayuntamiento no caiga en los errores de anteriores gobiernos municipales, en los que la ausencia de voluntad política llevó a que las medidas más necesarias nunca salieran del papel.
Aún así, no todas las medidas son positivas. La organización ecologista considera contraproducente la construcción de aparcamientos en la corona metropolitana. Se trata, en definitiva, de infraestructuras pagadas con fondos públicos municipales para aumentar el número de aparcamientos, lo que implica un reclamo para seguir utilizando el automóvil. Mejor invertir todos esos recursos en medidas de apoyo al transporte público, la marcha a pie o en bicicleta.
También es cierto que el pésimo diseño de las pegatinas distribuidas por la DGT al 50 % del parque móvil «más limpio» va a dificultar la efectividad de las medidas que tienen que ver con este distintivo. Efectivamente, estas pegatinas ignoran el fraude generalizado en las emisiones de los vehículos diésel (que en algunas marcas supone que se multipliquen por 15 las emisiones máximas permitidas para contaminantes como el dióxido de nitrógeno), por lo que la medida no será tan efectiva como si se basara en las emisiones reales.
Fuente: http://www.ecologistasenaccion.org/article33919.html