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La congresista Carmen Ramírez Boscán (Pacto Histórico) participa en un Encuentro con ciudadanos colombianos en Valencia

“Mi sueño es ver a Colombia transformada”

Fuentes: Rebelión [Imagen: Plataforma Movilízate]

Fue electa congresista, en los comicios legislativos de marzo, como representante de la población colombiana en el exilio hasta 2026; candidata del Pacto Histórico (coalición de izquierdas) que venció en las elecciones, Carmen Ramírez Boscán es lideresa indígena Wayúu taya, feminista, defensora de los derechos humanos y del territorio en el departamento de La Guajira.

“Ha llegado la hora de tirar por la borda la corrupción, el clientelismo y las violaciones de los derechos humanos”, afirmó la congresista (la ONG Indepaz ha registrado el asesinato de 48 defensores de los derechos humanos; 11 firmantes de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y las FARC; y 27 masacres –con 94 víctimas- durante el primer trimestre de 2022 en Colombia).

Carmen Ramírez Boscán participó en un acto organizado en Valencia -el 2 de abril- por Colombia Humana (sección valenciana), que respalda a Gustavo Petro y la lideresa ambiental afro Francia Márquez Mina en las elecciones presidenciales del 29 de mayo; en la organización del acto ha tomado parte, asimismo, la plataforma Movilízate.

Según los datos de la Registradura Nacional, el Pacto Histórico fue, en España, el partido más votado en las elecciones de marzo al Senado colombiano (7.321 votos, 35,4% de los sufragios); seguido de la Coalición MIRA y Justa Libres (3.615 votos, 17,5%); la tendencia se mantuvo en las elecciones a la Cámara de Representantes, en las que el Pacto Histórico alcanzó el 43,6% de los votos (8.407); y MIRA obtuvo el 18,4% (3.546).

Celebrado en la sede de Podem-Valencia, el acto contó con el apoyo de Colombia Humana-Europa, formada por ciudadanos migrantes y exiliados; Podemos; el Partit Comunista del País Valencià (PCPV-PCE); Comisiones Obreras, Intersindical Valenciana y Esquerra Unida del País Valencià (EUPV-IU).

El manifiesto leído por una de las portavoces (Colombia, una nación en el exilio) hacía referencia a la respuesta del UE y el Estado español: “A pesar de que el exilio político colombiano tiene un acumulado de más de 50 años, incrementado notablemente a partir del año 2000 con la hegemonía uribista, no es un concepto político tomado en cuenta por los mismos países de acogida (…)”.

Así, “el Gobierno español nunca se ha pronunciado a favor de los refugiados y/o exiliados políticos colombianos, y por el contrario ha ocultado esta condición (…)”; en el contexto de la violencia contemporánea en el país, más de seis millones de personas han sido víctimas del desplazamiento forzoso dentro y fuera de Colombia; el 87% de los desplazados proceden de zonas rurales (Una nación desplazada, Centro Nacional de la Memoria Histórica, 2015).

También el manifiesto destaca la concesión del Collar de la Orden de Isabel la Católica a “su Excelencia señor” Iván Duque (BOE, 15 de septiembre de 2021); la condecoración al presidente derechista de Colombia se materializó a propuesta del entonces ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, tras la deliberación previa del Consejo de Ministros.

El 12 de septiembre cerca de 200 colectivos de colombianos residentes en el estado español se manifestaron contra la visita de Duque a Madrid, en el contexto de la Feria del Libro-2021; los manifestantes desplegaron pancartas con las consignas “#SOS Colombia” o “Nos están matando”, en referencia a la represión de las protestas por el Paro Nacional iniciado a finales de abril.

Asimismo los presidentes del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y Colombia, firmaron “varios acuerdos económicos, políticos y culturales”, detalló el ejecutivo español en un comunicado del 16 de septiembre; “las compañías españolas son las segundas mayores inversoras mundiales en Colombia (…); destaca la firma del Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI), que refuerza el actual acuerdo entre ambos países en temas de derecho internacional sobre protección de inversiones empresariales”, agregaba la nota informativa.

En su discurso en Valencia, Carmen Ramírez Boscán recordó la importancia de la biodiversidad en Colombia; el Gobierno destaca que es el país “más biodiverso por kilómetro cuadrado”, con 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos; y el 53% del territorio cubierto por bosques de diferentes características.

¿Suscita esta descripción la ambición de las multinacionales? La lideresa electa a la Cámara de Representantes cita el caso de La Guajira. La transnacional suiza Glencore completó la compra – a la británica Anglo American y a BHP- de todas las acciones de la mina carbonífera de El Cerrejón en La Guajira, la mayor a cielo abierto de Latinoamérica (Agencia Prensa Latina, enero 2022). Hasta la adquisición, Glencore compartía un tercio de la propiedad con las otras dos compañías.

En septiembre de 2020, el Relator especial de la ONU sobre derechos humanos y el medio ambiente, David R. Boyd, pidió la suspensión de las actividades en El Cerrejón, “ya que daña gravemente el medio ambiente y la salud del pueblo indígena Wayúu (…); el yacimiento limita con las tierras comunales protegidas de esta comunidad”.

Naciones Unidas advirtió de los “graves riesgos” que afrontaba la comunidad indígena, como consecuencia de la actividad minera diaria, la utilización de maquinaria pesada y material explosivo en El Cerrejón: “molestias”como dolores de cabeza; trastornos respiratorios y ardor en los ojos; a ello se agrega “la contaminación de los recursos acuíferos, no sólo al desviar gran número de arroyos y afluentes, sino también al verter agua contaminada con metales pesados y productos químicos”.

Por otra parte la ONG Temblores hizo público, a finales de enero, el Reporte sobre los hechos de violencia policial ocurridos durante el 2021; se detallan 5.808 casos de violencia policial (5.408 de ellos sucedieron durante el Paro Nacional); en el desglose, se destaca que 80 casos corresponden a violencia homicida (“con presunta responsabilidad de la Policía Nacional”); 47 a violencia de carácter sexual y 1.991 a violencia física. “Yo vengo de un pueblo que se conecta con los ancestros a través de los sueños; mi sueño es ver a Colombia transformada”, afirma Carmen Ramírez Boscán.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.