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El proyecto “Historias de Vida”: Dar voz a quienes durante tantos años callaron

Miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén ya han entrevistado a medio centenar de personas que sufrieron la represión franquista

Fuentes: Rebelión

Historias de cárcel, de muerte, de guerra, de trincheras, de hambre, humillación y mie­do.

El padre de Francisco Pérez era uno de los vecinos de Lopera que tenía animales de car­ga. Por eso le llamaron, para que atados a una de las patas por una cuerda, pudieran arrastrar los cuerpos de los cerca de 300 brigadistas que habían matado en el cortijo «El Saetal» en el término de Lopera. Después los echaron a una zanja y los rociaron con ga­solina. José de la Torre, otro vecino de Lopera, los enterró uno a uno.

José Ibañez vive en Alcalá la Real pero después de la guerra pasó por varias prisiones franquistas. Uno de los recuerdos que tiene es el calor abrasador de una tarde de agosto hacinado junto a medio millar de presos en un patio carcelario de Jaén.

José Luís Armenteros estaba en el frente de Gandesa cuando el Ejército Nacional arrojó bombas de mano contra la casa donde se refugiaba una veintena de soldados republica­nos. La orden que les dieron fue rellenar los agujeros que habían dejado los obuses con los cadáveres de los asesinados.

El 1 de abril de 1937 muchos jienenses se echaron a la calle para tomar el sol. Había una zona especialmente frecuentada, la que hoy ocupa la Subdelegación de Gobierno. Tere­sa León tenía 6 años y era una de esas personas. Cierra los ojos y ve la formación de los aviones nacionales barriendo con bombas la capital. Más de un centenar de jienenses fallecieron aquel día. Entre ellos, Alfonso, primo de Teresa. Tenía 5 años de edad. Su cuerpo sin vida apareció junto al de decenas de personas, a las puertas del cementerio de San Eufrasio.

Historias de cárcel, de muerte, de guerra, de trincheras, de hambre, humillación y mie­do.

Estos son algunos testimonios que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén (ARMH Jaén) está recogiendo y grabando entre las personas que sufrie­ron la guerra civil y la posterior represión franquista. Son cuarenta horas de grabación que formarán parte de un futuro banco audiovisual de la memoria social, y que la asocia­ción seguirá ampliando para posteriormente ponerlo a disposición de todos los que estén interesados en conocer mejor un período histórico bastante desconocido.

En el proyecto «Historias de vida», trabaja un grupo de 12 personas que se desplaza a aquellas localidades donde viven personas que padecieron de forma brutal la revancha de los que ganaron la guerra. Alcalá la Real, Martos, Pegalajar, Lopera, Jáen, Torredel­campo, Villargordo, Santa Elena e incluso Málaga, han sido algunos de los puntos donde ya se ha trabajado.

Aparte de duras y emocionantes historias personales, la ARMH de Jaén está, por un lado, recogiendo datos históricos que en algunas ocasiones se desconocían hasta ahora; por otro, confirmando la existencias de fosas comunes, campos de concentración y trabajo.

La Junta de Andalucía ha aprobado el desarrollo de este proyecto con una subvención de 4.600 euros, cantidad que la ARMH de Jaén invertirá en el material y el trabajo que posi­bilite seguir con este proyecto.

Además, la ARMH de Jaén está recopilando los nombres y apellidos de aquellos que fue­ron fusilados sin que su familia conozca su enterramiento, así como jienenses que se han encontrado en fosas comunes de distintos puntos de España, y de los que se desco­nocen sus familiares.

Por último decir que la ARMH de Jaén que aprobó en asamblea la construcción de monu­mentos conmemorativos en las fosas comunes de los cementerios de Jaén, Andujar y Li­nares ha solicitado por escrito entrevistas con representantes de ayuntamientos, delega­ciones de la Junta de Andalucía, del Gobierno central, así como de instituciones, partidos y sindicatos de la provincia. El objetivo es explicarles los proyectos que tenemos en mar­cha y sobre todo pedirle colaboración para la construcción de los monumentos homenaje a los fusilados y represaliados que están enterrados de forma anónima.

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