¿Ustedes se imaginan al Che Guevara de traje y corbata? Es difícil que el glorioso guerrillero hubiera decidido sentarse a negociar con el enemigo. Y menos pactar una reinserción en la vida civil. Por eso su lema era «patria o muerte ¡venceremos!» Por el contrario el cura Camilo Torres colgó la sotana para enfundarse el […]
¿Ustedes se imaginan al Che Guevara de traje y corbata? Es difícil que el glorioso guerrillero hubiera decidido sentarse a negociar con el enemigo. Y menos pactar una reinserción en la vida civil. Por eso su lema era «patria o muerte ¡venceremos!» Por el contrario el cura Camilo Torres colgó la sotana para enfundarse el traje de guerrillero y murió en un combate contra el ejército en Patio Cemento (Santander). ¿Estaría dispuesto Manuel Marulanda «Tirofijo» a ocupar un escaño en el Congreso de la República? ¿Después de tantos años en el monte asumiría el papel de un pobre y triste burócrata?
La caída del Muro de Berlín en 1989 los países aliados a la Unión Soviética iniciaron el doloroso proceso de transición hacia el sistema capitalista. Como consecuencia dcl colapso del comunismo el principal damnificado en América Latina fue Cuba que tuvo que afrontar con resignación el llamado «periodo especial» (agravado por el bloqueo o embargo) Se pudo salvar del naufragio gracias a las divisas generadas por la industria turismo que aportaron los ingresos necesarios para mantener a flote el «único territorio libre de América» Bajo la consigna de «¡resistir, luchar y vencer! lanzada por Fidel Castro el pueblo debía asumir el máximo sacrificio de la patria.
Pero ni los más connotados maestros del realismo mágico hubieran podido imaginar el inesperado desenlace que se iba a producir. Tras décadas de duelos y confrontación- en las que hay que resaltar la crisis de los misiles y Bahía Cochinos- a finales del 2014 Cuba y EE.UU reestablecen relaciones diplomáticas. Se abren paso a una nueva era de «paz y entendimiento mutuo» cuando Raúl Castro le estrecha las manos del presidente Obama. Un gesto inédito de reconciliación pues continua vigente el embargo. Para colmo antes de morir el comandante Fidel Castro reconoció que «la lucha armada no era el camino correcto» (brindándole argumentos a la derecha para descalificarlo) Definitivamente la revolución envejece y sin sangre joven que la renueve las perspectivas son muy pesimistas. En Venezuela el comandante Chávez se mostró también contrario a la toma del poder por medios violentos: «La lucha guerrillera es un anacronismo en el siglo XXI. Es la hora de apostar por la vía democrática» El comandante de la revolución bolivariana se declaró a favor de aplicar las nuevas tecnologías como arma revolucionaria: «Tenemos que propagar a través del Twitter o el Facebook el socialismo del siglo XXI» .
En la sociedad actual se prima más el bienestar individual que el colectivo . Ya no existen esa pasión y el entusiasmo revolucionario del que hacía gala aquella juventud de los años sesentas y setentas. Se ha dejado de soñar renunciado al «asalto al cielo». Figuras míticas como Bolívar, Martí, Sandino, Farabundo Martí, Camilo Torres o el Che Guevara se hallan fosilizadas en los libros de historia. En las escuelas y universidades ya no se habla de revolución socialista ni de lucha armada sino de ampliar la democracia o de participación ciudadana. Páginas gloriosas del pasado que ya hacen parte de la nostalgia y el romanticismo.
La guerrilla de las FARC surgió a mediados de los años 60 con el propósito de combatir los abusos que sufrían los campesinos por parte de los oligarcas y terratenientes. Este fue un fenómeno que se desarrolló en el medio agrario donde a esos campesinos empobrecidos y analfabetos no les quedó otra alternativa que echarse al monte y empuñar las armas para enfrentar al gobierno déspota y opresor. Las FF.AA o los paramilitares, mejor conocidos como «los pájaros», pretendían por todos los medios exterminarlos siguiendo la consigna de «muerto el perro, se acabó la rabia». Incluso utilizaron bombas de napalm y armas químicas con el fin de consumar sus diabólicos planes (operación Marquetalia) Había que borrar del mapa a esos «bandidos comunistas» «chulavitas» «cachiporros» que amenazaban los principios constitucionales de libertad y orden.
El foco de la insurrección estaba situado en la accidentada región andina de Marquetalia donde su líder Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, y sus camaradas -aprovechando la ventajas que les ofrecía esas escabrosas montañas- crearon unas zonas liberadas o un «país clandestino» en defensa de sus vidas y bienes. «el campesinado en resistencia armada contra el estado tiránico» -así lo proclamó Jacobo Arenas, uno de los principales ideólogos de las FARC. Colombia en todo el siglo XX ha estado en permanente conflicto interno (entre liberales y conservadores) pero, sobre todo, la fecha que marcó un punto de inflexión fue el día 9 de abril de 1948 cuando asesinaron en Bogotá al caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán.
La victoria de la revolución cubana encabezada por Fidel Castro y la che Guevara fue un hecho extraordinario que sirvió de inspiración para la izquierda latinoamericana. Se materializó la utopía revolucionaria y las masas populares se apresuraron a seguir el ejemplo de aquellos míticos guerrilleros capaces de enfrentar a pecho descubierto al imperialismo. Fiel a la doctrina del internacionalismo Cuba fomentó y patrocinó (con apoyo económico y logístico de la Unión Soviética) los movimientos guerrilleros de América Latina. No hay más que recordar aquel famoso mensaje al mundo del che Guevara publicado en la revista Tricontinental en el que hacía un llamado a «crear uno, dos, tres, muchos Vietnam» «nadie puede detener la revolución mundial». EE.UU pronto detectó que la conflagración comunista podría extenderse por todo el continente y ante tamaño desafío planificó una respuesta contundente y demoledora. En un mundo tan polarizado por la guerra fría su deber era impedir que la Unión Soviética consolidara unas zonas de influencia en América Latina.
En las filas de la guerrilla se enrolaban estudiantes, profesores, líderes comunales, intelectuales, sacerdotes, campesinos, obreros, sindicalistas pertenecientes a todas las razas y clases sociales. Ideológicamente los insurgentes se adherían a distintas tendencias tanto marxistas-leninistas, otros trotskistas, estalinistas, guevaristas, maoístas o castristas. Aunque eso si todos decididos a entregar sus vidas por la causa de la revolución libertaria. «La forma más alta de lucha y la más noble». Por ese entonces existía una plena confianza en que estaba muy próxima la derrota de la oligarquía esclavista cómplice del imperialismo.
El propósito de la guerrilla de las FARC era muy claro: la toma del poder para instituir una república socialista y popular. Es decir, una república sin propiedad privada, comunidad libre y trabajo común sin patrones ni banqueros. Haciendo énfasis en la colectivización de la economía al estilo de los Soviets (Organizados de abajo a arriba en los que participarían principalmente obreros, campesinos e insurgentes) Es decir, que estaban resueltos a imponer la dictadura del proletariadodonde las masas populares asumieran el control político del estado en detrimento de la burguesía explotadora.
Los procesos revolucionarios surgidos en América Latina tenían un profundo arraigo en el humanismo cristiano. Porque la religiosidad es consustancial al alma de nuestros pueblos. Es en la iglesia donde habitualmente se reúnen las comunidades y pueden expresarse libremente bajo la protección del párroco o el sacerdote. Cristo o la Virgen María son líderes celestiales que tienen más poder que los propios seres humanos. El imperialismo pronto comprendió que la colonización no solo debía ser material sino también espiritual. Y por este motivo Washington infiltró las sectas evangélicas cristianas, ya sean Mormones, Testigos de Jehová, Bautistas, Protestantes, Adventistas, la misión Nuevas Tribus o los Niños de Dios, aparte de los cuerpos de Paz y el USAID. «Porque los hijos de Dios deben someterse a la jerarquía y obedecer a la autoridad» que es un principio básico para mantener el orden establecido. «Si los pobres se portan bien encontrarán la recompensa en el cielo» «dedíquense a la revolución espiritual». El objetivo del imperialismo era cerrarle el paso a la Teología de la Liberación y el movimiento cristiano de base. La doctrina social de la iglesia (su opción por los pobres) se consideraba el principal propagador de los ideales revolucionarios que desestabilizaban América Latina. -Las guerrillas tienen un gran componente de marxismo cristiano. La misión de las sectas es la desestructurar las comunidades y crear un enfrentamiento fratricida.
Colombia fue el primer país de América Latina en ser visitado por un Papa. En el año 1968 Pablo VI llegó a Colombia con un mensaje de amor y de esperanza: «En América Latina la fe está despertando una gran caridad social y esperamos una creciente justicia ciudadana» En la misa dedicada a los campesinos colombianos y latinoamericanos (se reunieron medio millón en Mosquera) del viernes 23 de agosto de 1968 pronunció las siguientes palabras que ya quedan en el recuerdo como un manifiesto casi subversivo (solo el Papa protegido por su aura celestial podía realizar tales denuncias) : «porque conocemos las condiciones de vuestra existencia: condiciones de miseria para muchos de vosotros, a veces inferiores a la exigencia normal de la vida humana. No estáis ahora escuchando en silencio; pero oímos el grito que sube de vuestro sufrimiento que es el de la mayor parte de la humanidad. No podemos desinteresarnos de vosotros; queremos ser solidarios con vuestra buena causa, que es la del pueblo humilde, la de la gente pobre. Sabemos que el desarrollo económico y social en América Latina ha sido desigual; que ha favorecido a unas clases pudientes y ha descuidado a la masa de poblaciones nativas, casi siempre abandonadas a un innoble nivel de vida y a veces tratadas y explotadas duramente» La II conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín -llevada a cabo en esas fechas- sentó las bases de la nueva doctrina social de la iglesia: «denunciar las injusticias, bajo el método de ver, juzgar y actuar» Principios que empujaron a muchos sacerdotes a unirse a las guerrillas y empuñar las armas en su ineludible compromiso con los pobres y oprimidos. (Génesis de la Teología de la Liberación)
El gobierno nacional sostuvo desde un principio que en Colombia jamás habría una nueva zona de despeje. De ninguna manera iban a aceptar que se repitiera lo sucedido en el Caguán. Las FARC a raíz de los golpes militares que debilitaron considerablemente su estructura interna y causaron importantes bajas entre los miembros del Secretariado, renunciaron a su pretendida zona de despeje en Florida (Valle) Por lo tanto tuvieron que tranzar. De este modo se iniciaron las conversaciones secretas en las que actuaron como intermediarios Frank Pearl o Henry Acosta. El Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo participó en estas conversaciones en las que planteó el siguiente dilema: «diálogo o la extinción por vía armada». La firma de una acuerdo marco «Acuerdo General para la Terminación del Conflicto» hizo que las FARC fueran reconocidas como fuerza beligerante. Ya desde el año 2012 se estableció una mesa preliminar de exploración en Oslo en la que intervinieron en representación del gobierno colombiano Humberto de la Calle y por parte de las FARC el comandante Iván Márquez. Lo que se ha intentado ocultar deliberadamente es que Venezuela ha sido el principal promotor de los acuerdos de paz de la mano del extinto mandatario Hugo Chávez y el inestimable protagonismo de la senadora Piedad Córdoba.
El gobierno colombiano se ha visto obligado a invertir un astronómico presupuesto para enfrentar a la insurgencia (y no solo la insurgencia sino también a la delincuencia común) Se calcula que en la última década ha destinado para dichos fines 230 billones de pesos (que supera con creces a lo que se gasta en educación, salud o vivienda.) Desde 1999 El Plan Colombia ha invertido un total de 7.500 millones de dólares (de los cuales EE.UU ha puesto 3.500 millones y la diferencia recae en el estado colombiano junto con el apoyo de 26 países y 7 organizaciones internacionales) El Plan Colombia se diseñó para fortalecer, la instituciones democráticas, la economía y el aparato policial y militar. Su principal objetivo era frenar la subversión y el narcotráfico. El Programa estratégico de Seguridad Democrática – instituido en el 2002 por el gobierno del expresidente Uribe Vélez- defendía un modelo de estado cuasi policial y militarista. Había que rendir a las FARC a base de bombardeos indiscriminados, matanzas, desplazamiento forzado, el pago de informantes o delatores, inteligencia militar, uso de tecnología punta, cooperación militar internacional, recompensas, el programa de desmovilización o el uso de la extradición a EE.UU a modo de chantaje o intimidación.
Al comenzar el nuevo milenio la guerra se trasladó del campo a la ciudad. Un salto cualitativo con el que las FARC pretendían cercar los centros de poder. Un reto que fue respondido con un durísimo contraataque por parte del ejército y los paramilitares. Durante los diálogos de Paz con Pastrana (de 1999 a 2001) Colombia vive el período más sanguinario de su historia pues con el fin de quitarle el apoyo social y político a la guerrilla se llevaron a cabo espantosas masacres contra la población civil.
La verdad es que el principal objetivo de estos tratados de paz es la reactivación económica por encima del factor social o el humano. Porque el presidente J.M Santos, como buen empresario, sabe que para atraer a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros es imprescindible crear un clima de confianza y seguridad. Para que el dinero fluya la paz debe consolidarse en Colombia. Los empresarios del turismo y los tour operadores también se frotan las manos pues se abren grandes expectativas para este sector que en el año 2017 espera superar los 5.000.000 de visitantes extranjeros. El conflicto interno colombiano ha supuesto un gran obstáculo para el desarrollo del país. Si hay estabilidad se elevará el PIB y el consumo interno, los bienes y servicios se reactivará, se disparará la inversión pública y privada. Es imprescindible estimular la innovación, abaratar las exportaciones para que el país sea competitivo en este mundo globalizado. También rebajar la deuda externa, sanear las finanzas públicas y elevar la fiscalidad para disminuir el déficit. La palomita de la paz es la que pone los huevos de oro.
Ahora resulta que la guerrilla de las FARC y el gobierno van a ser socios en el negocio de la paz.
A partir de la firma de los acuerdos de paz de la Habana y su implementación se prevé el inicio de una nueva era. Que reine la paz y la tranquilidad para recoger así los beneficios de la bonanza. ¿Cuánto le ha costado el conflicto a Colombia? En la renta per cápita el 0,5 de crecimiento anual. Ahora se pude duplicar el PIB y en 8 años crecer del 4,5 al 9 por ciento. Para los analistas financieros lo más importante es recuperar la confianza de los inversores capitalistas que se ha ido a otras latitudes por culpa de la violencia y la inseguridad. Por eso los principales interesados en sacar adelante los acuerdos paz son los banqueros, inversionistas, los empresarios, las corporaciones financieras que esperan colmar sus arcas con grandes dividendos. Siempre ajustándose al marco macroeconómico y beneficiando a unas minorías (monopolios) o lobbies capitalistas. Es necesario elevar la productividad en detrimento de la microeconomía local y sostenible (creando aún más desempleo).
Estamos hablando de unas proyecciones desmesuradas que el gobierno nacional alardea con optimismo. Aunque para recoger los frutos a mediano plazo Colombia precisa perfeccionar las infraestructuras: carreteras, trenes, aeropuertos, puertos, complejos industriales y parques tecnológicos. Hay que poner en marcha la «locomotora del desarrollo» -según palabras del presidente J.M Santos- El capitalismo depredador va a iniciar una nueva fase que promete esquilmar aún más los recursos naturales y las materias primas: petróleo, el hierro, oro, la agroindustria, los biocombustibles. Estamos hablando de unos importantes proyectos de reindustrialización en consonancia con los tratados de Libre Comercio con EE.UU y Europa.
Según la constitución colombiana las Fuerzas Armadas son las garantes de la «democracia» (el estado de derecho) y la soberanía patria. En Colombia desde la propia fundación como república los militares han sido los encargados de tutelar las instituciones y brindarle protección a las clases privilegiadas.
Las FF.AA gozan de su propia autonomía, de sus propios fueros y su propia justicia. Los militares son un poder paralelo dentro del estado. Administran industrias, empresas, colegios, universidades, economatos, clubes sociales, hoteles, hospitales, emisoras de radio y de televisión, periódicos, líneas aéreas. El presupuesto anual del ejército y la policía se estima en 28,6 billones de pesos. (Necesario para asegurar el progreso y el desarrollo de la Paz en Colombia y el bienestar de sus 450.000 uniformados y servidores públicos). La industria armamentística poseen fábricas como INDUMIL o Galil -en colaboración con Israel- Grupo Social y Empresarial de Defensa (para el postconflicto) industria Naval COTECMAR, la Corporación Industrial Aeronáutica Colombiana, Fondo Rotatorio de la Policía, CODALTEC (alta tecnología para la defensa, radares y simuladores de aeronaves de combate) La Industria militar colombiana ha efectuado exportaciones por 12.000.000 de dólares en el 2016. Desde luego que el Ministerio de Defensa es el más interesado en que continúe la guerra porque al fin y al cabo se alimentan de sangre y de muerte.
El secretariado de las FARC-EP propuso la isla de Cuba como el lugar más idóneo para sentarse a dialogar con el gobierno. Entonces, designaron a Iván Márquez como jefe de la delegación mientras el presidente Santos nombró a Humberto de la Calle, su representante. Para las FARC la isla de Cuba tiene un significado muy especial pues es el santuario de la revolución latinoamericana. Algo que les ofrecía plenas garantías para su seguridad. El presidente Raúl Castro y su hermano Fidel desde un principio se mostraron favorables a acoger los diálogos de paz y demostrar así al mundo su inquebrantable compromiso con la desmovilización de los grupos subversivos (Un síntoma categórico del declive de la lucha guerrillera en América Latina) Los EE.UU, antes del restablecimiento de relaciones diplomáticas, consideraban al gobierno cubano un «patrocinador del terrorismo». Quizás el principal error de las FARC haya sido irse a negociar la paz en la Habana. Negociar la paz en el exterior y a puerta cerrada y sin testigos en absoluto secreto con la mediación de Enrique Santos o Frank Pearl y el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo. Aunque lo cierto es que no cabía otra posibilidad pues los errores tácticos y la arremetida imparable del ejército colombiano -que eliminaron a importantes jefes guerrilleros- obligaron al secretariado de las FARC a sentarse en la mesa de negociaciones. El plan maestro de lucha antiguerrillera -diseñado conjuntamente con los EE.UU- costaba de las siguientes fases: El Plan Colombia, El Plan Patriota, el Plan Consolidación, La operación Espada de Honor I (por el total control del territorio nacional y que se perseguía despojar a los guerrilleros de los recursos naturales y estratégicos y reducir su poder económico militar) Espada de Honor II y Espada de Honor III (desarticulación total de las estructuras armadas al margen de la ley en el postconflicto).
Los bombardeos de la fuerza aérea colombiana y el empleo de tecnología punta ha sido un factor determinante para que las FARC renunciaran a su ofensiva replegándose a las entrañas de la selva o las áreas más remotas de la cordillera de los Andes. Incluso buscaron refugio en las zonas fronterizas con Venezuela y Ecuador, Brasil o Panamá -como retaguardia-. Ante las cruentas operaciones militares tuvieron que adoptar la antigua táctica (guerra de guerrillas) en continuo movimiento para intentar eludir los constantes bombardeos aéreos y terrestres de las FF.AA, propiciando emboscadas, golpes de mano. Una estrategia condensada en el Plan Renacer (segunda independencia) cuya autoría se le atribuye a Alfonso Cano y en el que se recomendaba aumentar el uso de minas (para detener las acciones del ejército) atentados contra infraestructuras, así como los ataques sorpresa por medio de francotiradores.
A lo largo de tantos años de lucha las FARC extendieron unas redes socioeconómicas de solidaridad popular a nivel regional. Para el movimiento bolivariano no existen fronteras pues son ciudadanos de la Patria Grande. Desde el plano clandestino ejercían una dura competencia al monopolio estatal controlando la explotación de materias primas, la minería, el coltán, el oro (del que se obtiene el doble de beneficios que la cocaína) las divisas, el contrabando de armas, el control de las rutas del tráfico de estupefacientes. Estrechando unas relaciones comerciales que repartían las ganancias equitativamente. De ahí que uno de los principales propósitos del gobierno colombiano fuera reducir el poderío económico-militar de la guerrilla. Si el dilema que se les puso encima de la mesa de negociaciones fue el de «diálogo o extinción por vía militar» ellos también hubieran podido responder que la guerra se eterniza pues una guerrilla mientras no sea derrotada es victoriosa.
¿Cuál es la cifra de los caídos en combate a lo largo de estos 50 años? Miles de jóvenes se inmolaron confiados en que su muerte sería la semilla del hombre nuevo que habitaría en la patria nueva. Y ahora no son más que los mártires de una revolución frustrada. Los guerrilleros ofrendaban sus vidas creyendo que iban a alumbrar un nuevo amanecer.
En la ofensiva antisubversiva fue determinante la intervención de la Casa Blanca, el Pentágono, la CIA, de los asesores militares norteamericanos, ingleses o israelíes. Definitivamente la intervención de EE.UU (armas y equipos bélicos de última generación) ha inclinado la balanza a favor de las FF.AA colombianas. Los mayores esfuerzos se concentraron en las labores de inteligencia militar, del DAS o Agencia Nacional de Inteligencia, infiltrado espías, pagando recompensas a los delatores o los desertores y perfeccionando interceptación y escucha de las comunicaciones para localizar los campamentos guerrilleros.
El guerrillero envejece y los cuadros no se renuevan. Sin el reemplazo generacional es difícil mantener vivo el espíritu revolucionario. Hoy los jóvenes tienen otras metas menos utópicas y más pragmáticas. Inmersos en el consumismo capitalista se elige la opción más cómoda y que rinda mayores ingresos o nivel de vida. La entrega, el sacrificio o el compromiso social son conceptos arcaicos y obsoletos.
A través de la radio y la televisión el presidente Juan Manuel Santos, el premio Nobel de la Paz, mientras esbozaba una sádica sonrisa emocionado daba el parte de las exitosas operaciones militares: «Los gloriosos soldados de la patria han dado de baja al Jefe de las FARC Raúl Reyes; nuestro glorioso ejército ha dado de baja al bandido Alfonso Cano, en una operación conjunta entre el ejército y la fuerza aérea se ha abatido al bandolero Mono Jojoy. Orgulloso el ministro de Defensa (guerra) exhibía los «trofeos de guerra» ante la prensa nacional e internacional.
Después de más de 50 años de lucha las FARC tenían que cerrar de una manera digna y honorable este capítulo histórico de su existencia. Estamos hablando dela desmovilización de la última gran guerrilla de Latinoamérica. (Queda todavía activo el ELN que también se encuentra en conversaciones de paz con el gobierno)
La delegación de las FARC ha estado residiendo estos últimos cuatro años en el antiguo barrio de multimillonarios yanquis (expropiado por la revolución) conocido como el Laguito. Este es un complejo propiedad del gobierno cubano que lo utiliza para recibir a las delegaciones extranjeras o huéspedes ilustres. Allí se han concentrado bajo la atenta vigilancia de las unidades del Ministerio del Interior. Porque el objetivo era negociar (a puerta cerrada) con el gobierno colombiano una paz justa y duradera en el palacio de las Convenciones de la Habana. Los más perspicaces críticos pusieron en tela de juicio los diálogos de la Habana porque consideraban inmoral ver a los guerrilleros tomando el sol en las playas, navegando en yate o disfrutando de cócteles y fiestas. «No es políticamente correcto que se hayan llevado a cabo unas negociaciones secretas puesto que este es un asunto que concierne a todos los colombianos» «¿Por qué se esconde la verdad, a qué temen? Santos ha entregado a los guerrilleros el país» -declaraba amargo el expresidente Álvaro Uribe.
¿Cuál ha sido el presupuesto gastado en esta colosal operación de paz? Para empezar el continuo puente aéreo Bogotá -la Habana, la Habana-Bogotá de las delegaciones del gobierno y los miembros de las FARC. Son muchos años de idas y venidas y encuentros entre los representantes o mediadores del gobierno para ponerse de acuerdo con los negociadores de la guerrilla. Que si los hoteles, los restaurantes, desayunos de trabajo, almuerzos de trabajo, cenas de trabajo, tour and shopping center. Pero todo ese gasto de billones y billones de pesos al parecer se justifica en nombre de la paz, la armonía y la reconciliación entre los colombianos.
En las filas guerrilleras existen actualmente unos 7.000 combatientes (Hace una década sobrepasaban los 20.000) Hay que contar hombres y mujeres y niños que se reparten entre campesinos, obreros, estudiantes, profesores, sindicalistas, pertenecientes a las más variadas extracciones sociales y étnicas (blancos, mestizos, negros, mulatos, indígenas) Ahora tendrán que desmovilizarse, someterse al estado de derecho y a las reglas del juego «democrático». A excepción de un mínimo porcentaje que ha preferido continuar en el monte desobedeciendo las órdenes del Comando Central. Las disidencias de las FARC (que ya suma unos 500 guerrilleros) ya afecta a cinco frentes. Los jefes guerrilleros más relevantes que se niegan a entregar las armas son John 40, Gentil Duarte, Euclides Mora, Julián Chollo, Giovanny Chuspas, Una disidencia que puede ir creciendo si el gobierno incumple los compromisos pactados en los acuerdos de paz. Seguramente al ver pasar el tiempo sin que se colmen sus expectativas los hará recapacitar y muchos desertarán. Los servicios secretos colombianos se han infiltrado entre las filas en prevención de cualquier movimiento sospechoso. Pero en todo caso muchos de los jefes guerrilleros tendrán que rendir cuentas o sentarse en el banquillo de los acusados.
Es necesario que respondan (guerrilleros y militares) por sus delitos de «lesa humanidad» ante los Tribunales Especiales para la Paz (Justicia Transnacional o el Tribunal Penal Internacional). Ninguno podrá ser extraditado a EE.UU, ni pagará penas en las cárceles donde están recluidos los presos comunes. Se les aplicará La «restricción de libertad» de 5 a 8 años en las respectivas zonas veredales o territorios de paz para todos los que confiesen los crímenes ante el TPI. Los que mientan o se nieguen asumir sus responsabilidades serán condenados como mínimo a 20 años de prisión.
¿Qué se va a hacer con todos los guerrilleros? ¿Reconvertirlos en buenos ciudadanos para integrarlos en la sociedad de consumo capitalista? Darles educación, escuela formación, universidad y también, porque no, evangelizarlos para que se arrepientan de los pecados cometidos, acepten la culpa y reciban el perdón cristiano según las escrituras.
Los guerrilleros de las FARC – tal y como está escrito en los acuerdos de la Habana serán trasladados a sus respectivas zonas veredales (la mayoría situadas en la Amazonia, los Llanos, el Pacifico, Putumayo, Antioquia, Bolívar, Santander, el Cauca) -que es como eufemísticamente se les ha bautizado a estos «campos de concentración»– Desde hace semanas las FF.AA rodean el área demarcada de donde nadie puede salir sin previa autorización de sus «carceleros». Quien se atreva a evadirse será capturado y conducido a la justicia ordinaria perdiendo todos los derechos como desmovilizados. Por lo tanto están sujetos a la vigilancia policial y militar (para prevenir que vuelvan a «delinquir»-asegura el gobierno) Miles de presos políticos recluidos en las cárceles del país esperan que se aplique la Ley de Amnistía.
El gobierno colombiano ha invertido 60.000 millones de pesos en la construcción de los campamentos veredales (a dedo se han contratado 5 empresas que no cuentan con experiencia en este tipo de trabajos) En este momento los guerrilleros se refugian en improvisadas carpas de lona a la espera de que se levanten viviendas mínimamente habitables. La logística alimentaria también ha recibido fuertes críticas ha sido concedida a la firma Soluciones JR. El gasto diario en comida por cada guerrillero es de 87.000 pesos. Al mes sale la cuenta de 2.610.000 pesos por guerrillero. Hacer realidad los acuerdos de paz ha supuesto un desembolso extraordinario de millones y de millones de dólares. Estos «Gastos especiales para la paz» benefician a grandes contratistas y firmas en la alimentación y la logística que han cometido inexplicables actos de corrupción. Este es un proceso integral lo que significa que todo tiene que ir acompasado si se quiere cumplir con las distintas fases previamente pactadas.
Son 26 las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (Se supone que tras la entrega de las armas deben desaparecer) donde tienen concentrarse los guerrilleros para entregar las armas e iniciar el periodo de reinserción a la vida civil. El mecanismo de Monitoreo de Cese el Fuego y Hostilidades se encargará de verificar que se cumpla los establecido en el acuerdo. 1.200 funcionarios de la ONU (Las FARC querían que fuera la UNASUR) serán los encargados de verificar las tres fases del desarme. (¿Que finalizará el mes de junio del presente año?) Los guerrilleros recibirán una asignación de normalización por una cuantía de 2.000.000 de pesos, una paga de 620.000 pesos (90% del salario mínimo) durante 24 meses. Según palabras del presidente J.M Santos y premio Nobel de la Paz, el estado colombiano hace gala de gran generosidad y les brinda a los guerrilleros la oportunidad de iniciar una nueva vida. Si no se acogen a los acuerdos de paz su único destino será una tumba en el cementerio.
Las zonas que permanecían bajo el dominio de la guerrilla en este momento están siendo ocupadas por las bandas delincuenciales mejor conocidas como BACRIM (herederas del paramilitarismo y el narcotráfico) Entre las que cabe resaltar: las AUC, los Urabeños, el Clan del Golfo, los Rastrojos, Renacer, los Machos. Autodefensas Gaitanistas, ERPAC, Águilas Negras, oficina de Envigado. Quienes no se sometan a su autoridad se exponen a represalias que van desde la tortura al asesinato. El éxodo de los «desplazados de la paz» es cada día más numeroso.
Desde las más altas instancias del gobierno se ha dado la orden para que la Policía, Armada y ejército ocupen los bienes de la guerrilla. (Las FARC están obligadas a declararlos) La fiscalía ha detectado sociedades ligadas con las FARC y sus testaferros por un monto de 282.000 millones de pesos. Por el momento en las zonas de influencia de los frentes 1 y 7 ya empieza la incautación de tierras. Se supone que las fuentes de financiación más comunes han sido la extorsión o impuesto revolucionario a los terratenientes, sobornos, secuestros, y el cobro del gramaje a los narcotraficantes. Y ahora se va a implementar un gigantesco proyecto de sustitución de cultivos ilícitos (programa PNIS) A los campesinos se les otorgará una línea de crédito especial y asistencia técnica para que se dediquen a los cultivos de pancoger, abarco, borojó, copoazú, chontaduro, de café o la palma africana. (Que tardarían aproximadamente tres años en generar ingresos) El gobierno afirma que las familias que sustituyan coca recibirán 36 millones de pesos durante dos años. No obstante el último reporte de la DEA afirma que el cultivo de coca ya supera las 180.000 hectáreas y la capacidad de producir 700 toneladas anuales de cocaína. Las FARC han exigido al gobierno nacional que se respete la integridad de miles de familias que trabajan en los cultivos ilícitos ya que es su principal fuente de sustento.
Los comandantes guerrilleros tratan de calmar a la tropa que está ansiosa por reintegrarse a la vida civil y reencontrase con sus familias. Pero según los acuerdos de paz primero deben acogerse a los programas de reinserción en el ámbito político, económico y social. Empezando por cedularlos y afiliarlos al sistema de salud. También se espera que los jueces para la paz emitan lo más rápidamente posible las amnistías para los guerrilleros. (Se espera que recuperen la libertad 3.000 guerrilleros).
Lo prioritario es que los desmovilizados reciban los cursos de formación por intermedio del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) para que aprendan un oficio con el que puedan ser útiles a la sociedad (reeducación) Los proyectos productivos recibirán una ayuda de 8.000.000 de pesos para su puesta en marcha. El éxito de la reinserción consiste en que sea económicamente viable. También los exguerrilleros pueden participar en las tareas de desminado y la erradicación manual de cultivos ilícitos (remuneradas). Según el ex presidente Uribe Vélez este es un agravio comparativo pues los guerrilleros gozarán de más privilegios que los propios soldados del «glorioso ejército colombiano».
Pero todavía hay muchas dudas acerca de lo que pasará una vez entreguen las armas ¿Los aceptará la sociedad civil? ¿Quién les va a contratar o dar trabajo? Evidentemente tienen claro que llegarán marcados con un estigma de «terroristas», de «narcotraficantes», y «bandoleros» ¿Es posible su integración? Pocas simpatías despiertan entre la ciudadanía completamente manipulada por los mass media oficialistas que durante décadas los han criminalizado.
Se ha obviado por improcedente cualquier debate político entre marxismo o capitalismo. «La ideología comunista debe reconocer la victoria de la globalización neoliberal» J.M Santos hace 6 años ya se lo había advertido al presidente Hugo Chávez: «la revolución bolivariana fracasó». Y por lo tanto cualquier grupo político (en especial las FARC) que defienda sus postulados está igualmente condenado al fracaso.
Los guerrilleros también serán los encargados de hacer la pedagogía de los acuerdos de Paz. Eso quiere decir, que tendrán que convencer a la ciudadanía de sus beneficios. Para ello podrán utilizar las cadenas de radio, TV, centros culturales, escuelas o universidades. 60 representantes de las FARC podrán viajar por todo el país -con sus respectivos guardaespaldas- para cumplir cabalmente con dicho objetivo.
Cuando a finales del mes de mayo las FARC (que intentan ampliar el plazo) entreguen ¿todas? las armas entonces habrá terminado el accionar de la organización guerrillera más antigua del continente. (Fundada por Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo y sus camaradas en Marquetalia, Tolima, en el año de 1964) A los desmovilizados se les facilitarán 1.200 escoltas adjuntos a la Unidad Nacional de Protección para que velen por su seguridad, la de sus familiares y la de aquellos que ingresen en el partido político que constituyan (siguiendo las directrices del Partido Comunista Colombiano y el Movimiento Bolivariano Nueva Colombia) Según los acuerdos de la Habana las FARC contarán a partir del 2018 con circunscripciones de paz -no ocupadas por cabecillas- 10 curules en el congreso, 5 curules en el senado y 5 curules en la Cámara de Representantes. Cuotas de poder político concedidas a la guerrilla como un gesto de buena voluntad.
Aunque reine un aire de optimismo también existe bastante desconfianza y recelos pues no hay más que remitirse a unos antecedentes nefastos y de ingrata recordación. Por ejemplo, el genocidio de la Unión Patriótica (brazo político de las FARC que surge en mayo de 1985 como producto de los acuerdos de Tregua y Paz firmados entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC) que dejó más de 5.000 asesinatos entre dirigentes políticos y simpatizantes. Crimen atribuido al aparato policial y militar del estado colombiano (el DAS hacia los seguimientos y señalaba los objetivos a batir) en alianza con los grupos paramilitares. El objetivo era aniquilar cualquier oposición revolucionaria que intente participar en política. En el proceso de paz con el M19 (primer grupo armado que firmó la paz con el gobierno) sucedió lo mismo pues más de 200 de sus miembros (se trasformó en el partido político Alianza Democrática M19) fueron asesinados a sangre fría. Los muy ingenuos creyeron que con los votos podrían construir una «nueva Colombia» pero la única respuesta que recibieron fue ráfagas de ametralladora o tiros en la nuca. La impunidad sigue reinando hasta el presente y poco o nada se ha hecho para esclarecer estos execrables delitos.
Históricamente la oligarquía no acepta el paso del contradictor armado en contradictor político. Ellos son los que ejercen el monopolio del poder y nadie puede hacerles sombra . Hay señales muy inquietantes al respecto pues en los últimos 14 meses se han incrementado los asesinatos y atentados contra los defensores de los derechos humanos, sindicalistas, líderes comunales y políticos de izquierda que ha dejado el trágico saldo de 150 muertos. La ONU denuncia la muerte de 41 activistas defensores de derechos humanos en los primeros meses de 2017. El Ministro de Defensa dice que se tratan de ajustes de cuentas o casos relacionados con la delincuencia común. Como ha sucedido en otras desmovilizaciones comienza a desarrollarse una brutal campaña de limpieza social por parte el sicariato y el paramilitarismo. Un Sector cívico-militar muy influyente ha decidido boicotear el proceso de paz. Los guerrilleros más incrédulos comentan: «cuando cumplan los acuerdos paz entregamos las armas».
Los insurgentes ahora ya sin las armas en la mano tendrán que confiarse en la buena voluntad del estado y el brazo protector de las fuerzas armadas o de la policía -sus eternos enemigos- (menos mal que los soldados ya hicieron el curso intensivo en derechos humanos). El comandante supremo, el premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, delfín de Uribe, ha prometido que cumplirá lo firmado en los acuerdos de la Habana. Y es que uno no sabe en qué momento se va a aparecer el ángel exterminador con su larga espada cortando cabezas a diestro y siniestro.
Ambas partes han elegido a dos personalidades de reconocido prestigio como los garantes de los tratados de Paz. Por un lado las FARC nombraron a José Múgica, ex presidente de Uruguay, y como representante del presidente Santos fue elegido Felipe González. Ambos verificadores han sido sometidos a fuertes presiones por parte de la ultraderecha. Según el presidente J.M Santos ellos serán un sello de garantía en el caso que se presenten algún inconveniente o malentendidos en la implementación de los acuerdos de la Habana.
La firma de los Acuerdos de Paz no significa más que un acto de sometimiento y entrega de las FARC a cambio de algunas hipotéticas reformas y concesiones políticas más teóricas que prácticas. Porque todos estos puntos que se han consensuado en la mesa de negociaciones tienen que aplicarse y ya veremos si el gobierno cumple lo pactado (el Mandato de J.M Santos caduca en el 2018) Por ahora no son más que papeles lujosamente membretados con firmas y sellos de autenticidad. ¿Darán sus frutos o se quedarán en meras promesas como ha sucedido en otras ocasiones? Se pregona el «renacer de una Colombia en justicia y paz» «Una Colombia más inclusiva y social en la redistribución de la riqueza» Cómo no confiar en esos acuerdos tan bien redactados por gramáticos y lingüistas de reconocido prestigio. Se ha cuidado mucho la forma, el acabado impecable, sin un error de ortografía pero lo cierto es que en el fondo no son más que palabras aún sin materializar.
Entre las clases altas colombianas prevalece la endogamia.
Es decir, las uniones entre individuos pertenecientes a la misma casta social; especialmente entre las familias aristocráticas y de apellidos ilustres. Esa burguesía feudal que habitan en condominios bunkerizados (castillos medievales) protegidos por muros y barreras electrificadas, cuentan a su servicio militares, guardias privados o celadores que velan 24 horas del día por su paz y tranquilidad. Se aplica disimuladamente un régimen de apartheid imprescindible para mantener a raya a la plebe. Sus centros de reunión son los clubes privados y exclusivos donde no se admiten intrusos que manchen su rancio abolengo. La oligarquía siguiendo un patrón muy parecido al de las casas reales ha forjado pactos de sangre que perpetúen sus privilegios. En las altas esferas, en esas sectas herméticas es donde se toman las decisiones y se reparten las cuotas de poder. Aunque se declaren los más fervientes patriotas lo cierto es que las élites se sienten más orgullosas de obtener una visa americana que por el propio pasaporte nacional.
¿Tal vez pronunciando connotados discursos de admirable oratoria o de retórica sublime se podrán demoler las ancestrales estructuras del poder oligárquico? El riesgo es que se vuelva a repetir el mismo guion de otras desmovilizaciones de grupos subversivos tanto a nivel nacional como internacional que han terminado en un fiasco.
El partido político Centro Democrático de Uribe ya ha dicho que si gana las próximas elecciones presidenciales del 2018 exigirá una minuciosa revisión de los acuerdos de paz o quizás su derogación «Este no es un conflicto armado sino amenaza terrorista y el estado debe imponer las condiciones». Uribe repite hasta la extenuación que los militares no pueden fungir de interlocutores ante los de «terroristas». «Los guerrilleros solo se merecen un ejemplar castigo ¡todos a la cárcel!». «Las FARC son un grupo terrorista aliado de Venezuela, Hezbollah y al Qaeda» «No al dialogo y si a la derrota militar del mayor cartel de cocaína del mundo (Según la revista Forbes)» «Que les caiga todo el peso de la ley a la guerrilla que es la responsable directa de los sobornos, chantajes, secuestros, extorsiones, reclutamiento forzoso o abortos». Su táctica es desmovilizarse, pero no todos, pues han trasferido un tanto por ciento a las BACRIM (Bandas criminales emergentes). Los sectores más reaccionarios de la sociedad están empeñados en que la guerra continúe. Porque la guerra es un gran negocio del que se lucran los mandos militares, la industria armamentística y los traficantes de armas.
Uribe exige que actué con toda la contundencia la justicia trasnacional para que los guerrilleros sean condenados y se cumpla fielmente la entrega y destrucción de armas. «Si no entregan todas las armas no habrá paz». Se tiene que hacer un conteo preliminar en el que se incluya el arsenal moderno y sofisticado no el anticuado o inservible. Es obligatorio que los guerrilleros arrepentidos participen en la erradicación de los cultivos de coca y los laboratorios de procesamiento, que revelen las rutas y sus contactos con los narcotraficantes, que entreguen los millones de dólares o el oro ocultos en caletas. Todo este patrimonio debe transferirse al fondo de indemnización para reparar a las víctimas. «Hay que impedir que los «terroristas» formen un partido y sean elegibles» «Por Colombia ¡Mano firme, corazón grande!» J.M Santos pertenece al partido Social de Unidad Nacional (eficacia, transparencia y rendición de cuentas) mejor conocido como partido de la U -que es una disidencia del liberalismo. Sus principios ideológicos se decantan por la «tercera vía» de Tony Blair. Aunque desde su época de universitario el presidente ha sido un gran admirador de Roosevelt y su política económica del New Deal. Ahora al ganar el premio Nobel de la Paz habla apasionadamente del «capitalismo humano»
El gabinete para la Paz.
El presidente J.M Santos para enfrentar el reto del postconflicto decidió convocar a los distintos partidos como el Conservador, el Liberal, Cambio Radical e incluso el Polo Democrático Alternativo (de tendencia izquierdista) a participar en el Gabinete para la Paz. A este último pertenece la ministra de Trabajo la señora Clara López (quien en su momento decidió apoyar la reelección de J.M Santos) que a pesar de las intransigencias de los empresarios y la patronal está decidida a cimentar la tan anhelada justicia social. Según las últimas noticias Clara López ha renunciado al Polo Democrático (por persecución política en su contra) y también a su cargo de ministra con la intención de lanzar su candidatura a las elecciones presidenciales del 2018 (ya sea con Alianza por la Paz o en las filas del liberalismo junto a Humberto de la Calle)
Realmente tras la entrega de las armas por parte de las FARC la única oposición al régimen derechista del presidente Santos la ejercerá la ultraderecha encabezada por Uribe Vélez -su padrino y hoy su más encarnizado rival. El partido Centro Democrático incluso ha utilizado las escuchas ilegales y los servicios de hackers profesionales para intentar sabotear el proceso de paz. Asombrados presenciamos un enfrentamiento inédito entre derecha y ultraderecha representados por estos dos siniestros personajes.
Se ha consensuado entre el gobierno y las FARC que no habrá ninguna foto humillante de guerrilleros entregando armas al ejército (que es lo que busca el expresidente Uribe) El desarme significa perder un instrumento vital de protección o defensa propia. Ahora los guerrilleros tendrán que vivir en permanente estado de alerta concentrados en lugares específicos y bajo la estricta vigilancia de las fuerzas del orden. No gozarán de libre circulación hasta que pasen un «periodo prudencial de tiempo». El regreso a la vida civil es un aspecto que conlleva muchos riesgos. Según los acuerdos de la Habana las armas que entreguen los guerrilleros serán fundidas para hacer 3 monumentos a la paz y al amor que estarán situados en EE.UU, Colombia y Cuba. Mientras tanto el ejército colombiano continúa sin ninguna objeción su carrera armamentística.
Cabe preguntarse si una vez desmovilizados los guerrilleros ¿podrán caminar libremente por las calles?. ¿Ir al cine? ¿Tomarse un helado o un café? ¡Atención! que están desarmados en cualquier momento les puede tender una emboscada y coserlos a balazos. En Colombia es muy común que se produzcan este tipo de ataques a traición. Solo hay que recordar los atentados mortales a líderes políticos como: Carlos Pizarro del M19, José Antequera de la UP, Bernardo Jaramillo PCC, Jaime Pardo Leal de la UP. Porque todavía hay mucha rabia, odio y venganza y los escuadrones de la muerte se mantienen en guardia listos a apretar el gatillo en el momento menos pensado. «Los comunistas amigos del castro-chavismo son un peligro para la patria». La inteligencia militar utiliza tácticas de desinformación para inventar ese enemigo interno que tanto les interesa.
Son muy claros los nexos del paramilitarismo (que es un proyecto de estado) y los carteles del narcotráfico con la clase dirigente y las FF.AA. Es algo que se viene produciendo desde hace décadas pero que es difícil de demostrar ante los tribunales de justicia. Unas acusaciones tan graves pueden significar para el denunciante o los denunciantes su condena a muerte. Jueces y fiscales son bandas criminales al servicio de mafia y de los políticos Hay grandes intereses económicos en juego: dinero sucio, blanqueo de capitales, desfalco de los presupuestos estatales o de las ayudas internacionales. Aquí existe un cartel dedicado a sobornar a funcionarios públicos y a los políticos para hacerse con jugosas licitaciones que engrosarán en sus cuentas particulares o financiarán las campañas electorales de los partidos políticos (incluida la tradicional compra y venta de votos). Como es bien conocido el sonado caso Odebrecht que ha supuesto uno de los mayores escándalos de los últimos tiempos.
El futuro de los acuerdos de paz está lleno de incertidumbres. Y no puede ser de otra manera porque hay muchos interrogantes aún por resolver. Por tal motivo es fundamental hacer un repaso de lo que sucedido con los acuerdos de paz en Centroamérica (Salvador, Nicaragua o Guatemala) Hoy los guerrilleros desmovilizados se han integrado completamente en la sociedad burguesa capitalista. Muchos de los comandantes y líderes subversivos ahora vestidos de traje y corbata han asumido el papel de funcionarios y burócratas de alto vuelo. Obscenamente se codean con la oligarquía y disfrutan a sus anchas de los parabienes del poder.
Por ejemplo, los tratados de paz de Esquipulas I, II, y III. (Nicaragua) -gracias a la mediación del presidente Oscar Arias de Costa Rica (obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1987)- pusieron fin a la cruenta guerra entre los Sandinistas y la Contra (apoyada por EE.UU) Los Sandinistas firman la paz y convocan elecciones democráticas en las que participa la oposición. El resultado es la victoria de la UNO (pro yanqui) de Violeta de Chamorro en el año 1990. La derecha conservadora se mantiene en el poder por varios lustros hasta que en el 2006 el FSLN vuelve a ganar la presidencia en la figura del ex comandante Daniel Ortega -quien la detenta hasta el presente-. Al integrarse el FSLN en la democracia burguesa muchos dirigentes fueron acusados de contrarrevolucionarios y de plegarse a los dictados de EE.UU. En la actualidad en el FSLN tan solo quedan tres de los nueve comandantes de la dirección nacional en tiempos de la revolución. Aquella época gloriosa ha pasado a la historia pues ahora Daniel Ortega se ha autoproclamado el jefe supremo nombrando vicepresidenta a su esposa Rosario Murillo (primera en la línea de sucesión al trono). Ambos han sido acusados de autócratas y de querer fundar una dinastía para perpetuarse en el poder. Su línea ideológica ha dado un giro hacia la social democracia (centrista) y en ocasiones han forjado pactos con sus antiguos enemigos de la derecha. El narcisismo y el culto a la personalidad es uno de los fenómenos más criticados por sus propios correligionarios. La metamorfosis de los sandinistas ha sido muy dispar: el ex comandante Humberto Ortega (su hermano) es un flamante empresario que reside en Costa Rica, el excomandante Bayardo Arce está acusado de montar una infraestructura empresarial basada en los bienes económicos asignados al FSLN. Mientras que los antiguos camaradas Herty Lewites (el tigre judío) exalcalde de Managua y candidato a la presidencia por del Movimiento de Renovación Socialista, Carlos Mejía Godoy, Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Gioconda Belli se encuentran enfrentados a la dirección del FSLN. El famoso, Edén Pastora, «comandante cero», (fundador del ARDE con el que comenzó a realizar acciones armadas en contra de sus propios compañeros sandinistas) hoy es un empresario y asesor de Daniel Ortega para el proyecto del dragado del Río San Juan. Actualmente tiene una orden de búsqueda y captura emitida por la INTERPOL acusado de invadir territorio costarricense.
El «acuerdo de Paz firme y duradera» firmado en ciudad de Guatemala en 1996 finiquitó 36 años de conflicto bélico en Guatemala. A partir de su entrada en vigor la URNG participa por primera vez en unas elecciones democráticas en el año 1999. Una justa que se tradujo en gran decepción pues el candidato Álvaro Colom apenas pudo alcanzar un 12,36% de los votos. En el 2003 se presentó a las elecciones presidenciales el comandante Gaspar Ilmo que obtuvo un pírrico 2,58% de los votos. Más adelante, los partidos de izquierda se coaligaron a los indigenistas para intentar alcanzar la presidencia en el 2007. La candidata y premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu tan sólo consiguió el 3,27% de votos emitidos.
Es difícil que las fuerzas de izquierda adquieran un peso relevante en una sociedad guatemalteca tan militarizada y bajo el dominio las sectas evangélicas. El campesinado sigue sumido en el abandono secular mientras que el gobierno y las instituciones están implicadas de lleno en la corrupción y el desfalco. La delincuencia organizada ha forjado alianzas con los carteles de las drogas mexicanos o colombianos amparados por miembros del gobierno y de alto mandos militares. Existe un aterrador ambiente de inseguridad donde el dominio de los barrios y distritos populares ha quedado en manos de las maras. La lucha revolucionaria por la vía democrática no tiene ningún futuro contradiciendo los postulados del comandante del EGP Rolando Morán que ingenuamente pensaba que aplicando una política cultural y educativa podría transformarse el país. Muchos de los antiguos guerrilleros hoy son distinguidos empresarios que detentan florecientes negocios, otros industriales y hasta algunos han incursionado en el mundo de las sectas religiosas convirtiéndose en exitosos predicadores evangélicos como es el caso del excomandante Eduardo Pérez.
En todas las elecciones convocadas hasta hoy en día los indígenas -que se suponen son su máxima cantera electoral y por los que lucharon y dieron sus vidas- la UNRG) paradójicamente no les han brindado su voto de confianza. Las comunidades indígenas más bien se decantaron por los candidatos que promovían las sectas evangélicas o a la extrema derecha guatemalteca (ligada a los militares o sus verdugos) El comandante Pablo Monsanto rompe con la URNG y forma el partido ANN (de tendencia socialdemócrata) hoy Convergencia por una «Revolución Democrática». En las elecciones del 2011 se integra en el Frente Amplio que presenta como cabeza de lista a Rigoberta Menchu (Winaq) que obtiene un exiguo 3.27% de los votos. Una nueva derrota de la izquierda guatemalteca que la sume en la decadencia absoluta. Al final Pablo Monsanto por oportunismo pasa a asesorar al presidente Álvaro Colom en el asunto del Acuerdo Socioeconómico y Situación Agraria. Que muchos analistas han criticado por su clara deriva neoliberal. Por otro lado el general Ríos Montt (de 91 años) -que fue condenado en 2013 a 80 años de prisión por el Tribunal Supremo (A de Mayor Riesgo) por delitos de lesa humanidad y genocidio- hoy goza de total libertad. Su sentencia se anuló por presiones de los poderes fácticos. Hoy la Corte Constitucional lo ha declarado «mentalmente incapaz» y lo remite a su residencia para que se recupere ante el grave deterioro que pueda sufrir su estado de salud. Como vemos la impunidad es una de las lacras más acuciantes de Guatemala. No podemos pasar por alto que la AVEMILGUA (Asociación de Veteranos Militares de Guatemala) es capaz de movilizar a 50.000 afiliados y las tenebrosas PAC (patrullas de Autodefensa Civil) que protegen a los patrones y empresarios y latifundistas tienen igualmente una gran influencia política y económica.
En 1992 se firman los acuerdos de Paz de Chapultepec (México) entre el gobierno salvadoreño y la guerrilla del FMLN. Los insurgentes se acogen a la ley de amnistía y aceptan integrarse en el sistema democrático burgués. Se intentaron implementar algunas reformas económicas, políticas y sociales como el control de capital, la reestructuración de las fuerzas armadas, el desarrollo agrario y el urbano que tuvieron muy escaso impacto. La derecha salvadoreña se impuso durante dos décadas en todas las elecciones presidenciales hasta que en el año 2009 el FMLN se alzan con la victoria en la figura de Mauricio Funes. El FMLN busca alianzas con la nueva derecha salvadoreña. En el curso de su mandato sería acusado por sus propios compañeros de armas de traición a los principios socialistas. «tenía en su casa 80 pares de zapatos nuevos de marcas italianas, cien camisas nuevas y obras de arte valoradas en 43.000 dólares». Funes actualmente se encuentra prófugo en Nicaragua donde ha pedido asilo político pues se le acusa de malversación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito. El FMLN aún no lo ha desligado del partido. Otro claro ejemplo de latrocinio y corrupción en las altas esferas gubernamentales propiciadas por antiguos guerrilleros que causa estupor entre los sectores de la izquierda revolucionaria.
Habría que resaltar el caso del comandante guerrillero Joaquín Villalobos, asesino confeso del poeta rebelde Roque Dalton, comandante revolucionario del ERP reconvertido en politólogo y consultor de «resolución de conflictos internacionales». Hoy se jacta de ser un gran amigo de Uribe Vélez y seguidor incondicional de su «política de seguridad democrática». Se ha revelado como un gran crítico con la izquierda latinoamericana a la que define de «arcaica y retrograda» por su apego al romanticismo de los años sesentas. El FMLN renuncia al marxismo-leninismo y eligen el modelo social-demócrata más acorde con los tiempos que corren. Otro de los líderes de la guerrilla que ha cambiado el uniforme de camuflaje por el traje y corbata es Rubén Zamora, embajador del Salvador en EE.UU (que fue unos de los firmantes del acto fundacional del FMLN en la legalidad junto con el finado comandante Schafik Handal) En Washington en ese ambiente diplomático de actos protocolarios en el que reina el lujo y la opulencia es difícil entender que hace un guerrillero estrechándole la mano a Bush o a Barak Obama.Para nadie es un secreto que los grandes vencedores de la guerra civil fueron el imperialismo norteamericano y los fascistas de la ARENA. Las escisiones en el seno del FMLN han dado paso a las tendencias más reformistas como es la corriente encabezada por el exguerrillero Facundo Guardado que se desligan del marxismo-leninismo para pasar a la social-democracia siguiendo el mismo patrón del PSOE español.
En todo caso los problemas sociales del Salvador no han variado en lo más mínimo, sino más bien por el contrario se han acrecentado hasta niveles intolerables. La emigración de nacionales hacia EE.UU es la única salida para escapar de la crisis económica. La inseguridad mantiene en vilo a la ciudadanía que contempla impotente como el crimen organizado, las mafias, las maras, las bandas delincuenciales y los narcotraficantes se apoderan del país. Centroamérica se ha convertido en la región más violenta del mundo.
El objetivo de los acuerdos de Paz en Nicaragua, Guatemala y el Salvador no ha sido otro que el de castrar la utopía revolucionaria. Es decir, que las nuevas generaciones renuncie a la lucha armada y sumisas acepten el modelo capitalista como única alternativa viable. En conclusión la metamorfosis de los movimientos guerrilleros los ha conducido de la clandestinidad a engrosar las filas de la burocracia estatal donde se han integrado en las redes de la corrupción y el clientelismo.
Así que no nos debe sorprender que al cabo de algunos meses o años tengamos ingratas sorpresas y decepciones en el proceso de paz colombiano.
Según reza en los acuerdos de Paz las FARC en el momento en que entreguen las armas están autorizadas a constituirse en un partido político. (Con una asignación de 5.200 millones de pesos) Ahora deben demostrar en las urnas cuál es su verdadero apoyo popular. «Con los acuerdos de paz cambiamos nuestra forma de lucha. Ahora con el poder de las palabras trabajaremos para cambiar el actual modelo» Lo que pretendían con las armas ahora tendrán que realizarlo con los votos. Es decir, cambiar las balas por votos. «Pero el que cuenta los votos siempre gana» -como bien lo dijo una vez el cura guerrillero Camilo Torres. El fraude es la principal lacra de las justas electorales que más bien deberíamos llamar «el circo democrático».
El partido de las FARC- (que no será identificado con esas siglas sino más bien con Paz y Justicia Social-o el «Partido de la Esperanza») tiene intención de presentarse a las próximas elecciones presidenciales del 2018. Para tal efecto en todas las zonas veredales se están estudiando las 61 tesis políticas de la guerrilla. Lo más seguro es que forje alianzas con fuerzas afines como la Marcha Patriótica (Piedad Córdoba) que es un movimiento político de izquierdas bolivariano que busca alcanzar la segunda y definitiva independencia, la UP, Maíz, Alianza Verde, ASI, Sergio Fajardo, Polo Democrático (Enrique Robledo) la CUT, OCC, (Organización Campesina del Cauca) CRIC. Es necesario elegir un candidato de consenso que haga frente a los partidos de derecha y la ultraderecha que parten como favoritos. Ahora su proyecto político revolucionario tendrán que defenderlo en el Congreso de la República o la Cámara de Representantes. Es decir, en el nido de corrupción, paramilitarismo y la mentira institucionalizada. Desde esta perspectiva cualquier esfuerzo por cambiar el país será inútil y estéril. Los obstáculos que les esperan son prácticamente infranqueables. Hay que tener en cuenta que en muchas zonas de Colombia el voto no es secreto sino que se sabe perfectamente quién ha votado por quién. Así que el miedo juega a favor de los partidos más reaccionarios. Y para rematar la compraventa de votos es una práctica habitual. Los analistas prevén que las FARC por culpa de la campaña de desprestigio y la actual crisis de Venezuela no sobrepase más del 15% de los votos. La poderosa maquinaria de propaganda mediática oficialista los han satanizado. Una minoría monopoliza el espectro electromagnético y trasmite una versión sesgada de los hechos a la opinión pública. El incesante bombardeo mediático machaca el cerebro de una masa cada día más alienada y sumisa.
Recordemos lo que aconteció con algunos líderes del M19 y guerrilleros desmovilizados que al cabo de unos años se pasaron a los partidos tradicionales (liberales y conservadores) e incluso algunos hoy son destacados miembros de la ultraderecha uribista (como es el caso de Rosemberg Pabón y Everth Bustamante) Hay muchísimos intereses en juego y premios a repartir como dietas, carros, sirvientes, restaurantes, mansiones, haciendas, viajes y, por supuesto, jugosas prebendas o regalos para pagar favores. El enriquecimiento ilícito es una de las principales lacras del sistema político colombiano.
Los países garantes de los acuerdos de Paz son Noruega y Cuba, aunque también participan como países acompañantes Venezuela y Chile y los delegados de EE.UU, la UE, y la ONU. El mediador internacional estrella es Dag Nilander -nombrado por el reino de Noruega- que lleva 10 años facilitando los diálogos de Paz – (Por estas conexiones a J.M Santos le han entregado el Premio Nobel de la Paz).
Colombia ha recibido 3.300 millones de dólares en donaciones: Suiza (22 millones de dólares) la UE (fondo fiduciario de 95 millones de euros), EEUU. (Obama prometió 450 millones de dólares) México, Canadá, Japón aportarán un fuerte apoyo financiero y logístico. Igualmente existe un serio compromiso por parte del fondo común de las Naciones Unidas, Banco Mundial el BID, FMI. ONG, ONU, FAO, UNICEF, OMS. Administrar la paz genera también una burocracia y funcionariado al que hay que retribuir generosamente (en dólares) Como es común en estos casos existen grandes probabilidades de que buena parte de la ayuda humanitaria caiga en manos de redes mafiosas institucionales.
Para las víctimas de la guerra se han destinado 12 billones de pesos . Lo cierto es que se necesitarían 40 billones de pesos anuales para acometer el postconflicto. El gobierno nacional proclama que ellos son víctimas y no victimarios (lo mismo dicen las FARC) Estamos hablando que la paz no va a salir gratis y habrá que pagarles a los acreedores la inversión millonaria que han realizado. Este no es un asunto de filántropos sino de empresarios, intermediarios y negociadores y países garantes que esperan ver retribuidas con creces sus donaciones a fondo perdido. Factura que habrá que adjuntar a la impagable deuda externa.
El día de 26 de septiembre del 2016 solemnemente se firmó la paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. El presidente J.M Santos y Rodrigo Londoño alias «Timochenko» con un apretón de manos sellaron el acuerdo. Como testigos se hicieron presentes en Cartagena los delegados de la república de Cuba y el reino de Noruega, Chile y Venezuela (los países acompañantes) y 15 presidentes, primeros ministros, 27 cancilleres, tres expresidentes. Entre los que hay que incluir a Bernie Aronson, el enviado especial del presidente Obama, y el rey emérito de España Juan Carlos I.
El «show» de la paz ha cumplido el guion preestablecido por el gobierno nacional. Después de que se anunciara el cese el fuego bilateral el día 29 de agosto de 2016 el presidente J.M Santos ejerció como maestro de ceremonias de la apoteósica y teatral firma de la paz en Cartagena. «Aquí no hay vencedores ni vencidos» declararon los negociadores en la Habana «todos hemos ganado» Después de tanto tiempo inmerso en la guerra nadie sabe muy bien los que significa la paz. No hemos acostumbrado a la muerte, al morbo, el amarillismo.
Con la presencia de miles de asistentes o invitados especiales (previamente seleccionados) todos vestidos o uniformados de liqui liqui blancos (el color de la paz) y luciendo palomitas de la paz en la solapa de sus camisas. Una ceremonia que nos recordaban esas películas de Walt Disney en las que siempre hay un final feliz. Hay que tener fe para creer en este cuento rosa de palomitas y corazoncitos, de misas y Te Deums solemnes y bendiciones papales. Estamos hablado más de una paz más virtual que real que ha servido de propaganda al régimen, un espectáculo folclórico más propio de un reality show que pretende exacerbar aún más el sentimentalismo tan característico del pueblo colombiano. Según la constitución colombiana la paz es un derecho y es un deber de obligatorio cumplimiento.
Después de las celebraciones (en la que no faltaron los opíparos banquetes) a la semana siguiente sobrevino la hecatombe. La opción por el SI perdió el plebiscito del 2 de octubre del 2016 convocado por el gobierno y la guerrilla para refrendar los acuerdos de paz. Es increíble pero el pueblo colombiano víctima de una sucia campaña de desinformación y manipulación echó por la borda 4 años de negociaciones con la guerrilla en la Habana. Sorpresivamente y contra todo pronóstico la ultraderecha uribista se alzó con la victoria demostrando de este modo que gran parte de la sociedad está en contra de cualquier tratado de paz con las FARC. La opción por el No venció en el plebiscito por un 50, 21% de votos. (El sí debería contar al menos con el 13% del censo-4.200.000 de votos para ser válido) El 62% de la población se abstuvo, es decir, que no ejerció su derecho a voto por desinterés e indiferencia.
Lo cierto es que la guerra no se acaba con la firma de la paz, la guerra no se termina con actos protocolarios e institucionales de carácter mediático o propagandístico, ni mucho menos con elevar oraciones al supremo hacedor a ver si se produce un milagro.
El Papa Francisco vendrá de visita a Colombia el próximo mes de septiembre decidido a respaldar los acuerdos de paz con su presencia. Desde un principio el santo padre se comprometió a prestar un apoyo moral a las negociaciones entre las FARC y el gobierno colombiano. «Dios está con Colombia y el Sagrado Corazón de Jesús la protege de todo mal». Otro multitudinario espectáculo (que tendrán que pagar los sufridos contribuyentes) que a buen seguro aprovechará el premio Nobel de la Paz J.M Santos para elevar aún más su de egolatría y narcisismo.
Los colombianos en general han vivido de espaldas del conflicto armado interno. Por indiferencia y hastío ignoran y no comprenden sus causas. En los grandes centros urbanos el impacto ha sido muy limitado ya que los combates se han desarrollado con mayor virulencia en el medio rural.
¿Por qué hay guerra y Colombia? Es difícil que los ciudadanos den una respuesta imparcial y razonable puesto que los medios de comunicación oficiales no ofrecen una versión imparcial de los hechos.
Todavía queda pendiente una reforma agraria que penalice la concentración de la tierra en unas pocas manos. ¿Es imposible seguir aplicando un modelo agrario desigual? Las FARC demandaban la desactivación del latifundio, la derogación de la propiedad privada y los privilegios de la casta gobernante. La reforma Agraria es un reclamo inmemorial que siempre se ha pospuesto en defensa de los intereses de los grandes terratenientes y multinacionales. Ahora tras la firma de los Acuerdos de Paz el gobierno se propone entregar a los desplazados terrenos baldíos o expropiados a los paramilitares y narcotraficantes. Cualquier titulación de tierras es una trampa para que ese campesinado miserable tenga que venderla o arrendarla a los grandes propietarios porque carece de recursos para mantenerlas. Para sacar adelante cualquier cosecha es necesario una fuerte inversión en insumos, semillas, fertilizantes o plaguicidas. Al final los que recogen las ganancias son los intermediarios o acaparadores que distribuyen y comercializan los productos agrícolas en los mercados de las grandes ciudades.
La ley General de Tierras y Desarrollo Rural para restituir las tierras a los desplazados y víctimas de la violencia ya he generado varios asesinatos, coacciones y amenazas a quienes las reclaman. La Seguridad Democrática -implementada durante el mandato Uribe Vélez – llamaba a los campesinos «guerrilleros vestidos de civil» En un principio las FARC exigieron 59 zonas de reservas campesinas (resguardos guerrilleros con cierta autonomía para evitar atentados e intimidaciones de grupos al margen de la ley) con un total de 9.000.000 de hectáreas. Esta es la última etapa del «plan Renacer» En estas reservas se iban a aplicar planes de desarrollo agrario, cooperativas rurales (producción, venta y exportación) y que contarían con el respaldo de la ley de Zonas de Conflicto. Propuesta que fue refutada por el gobierno en los debates en la Habana al calificarlas de «repúblicas independientes».
Al inicio de la década de los setentas se dio la mayor movilización rural del siglo XX los campesinos organizados en la ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos) fundada en 1967 de manera autónoma e independiente de los partidos tradicionales liberal y conservador. Fueron los promotores de la reforma agraria que intentó aplicar el presidente Lleras Restrepo. Sus dirigentes fueron calificados de subversivos y comunistas pues se hicieron constantes en esa época la toma de tierras y los paros campesinos. Como respuesta los latifundistas y ganaderos se reunieron y firmaron el acuerdo de Chicoral en 1972 que sería el germen de las autodefensas en alianza con la policía y el ejército para detener la movilización campesina mediante el uso de la violencia. De esta forma la movilización popular fue aniquilada imponiéndose el modelo latifundista de agro-exportación. (Ganado y algodón) y también los cultivos ilegales de coca y la marihuana. El papel de los campesinos -según sus promotores- se limitaría a la servidumbre o la semiesclavitud. Y es que en Colombia se incrementa el monocultivo que es un lujo que solo se lo pueden permitir las grandes multinacionales pues son las que reciben el aval de las más importantes corporaciones financieras.
8 millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego por los paramilitares y el ejército.
El programa de Agro Ingreso Seguro -implementado por Andrés Felipe Arias– ministro de Agricultura de Uribe- con el fin de entregar subsidios a los agricultores de escasos recursos en realidad beneficiaba a los terratenientes y paramilitares. Lo que se puso en marcha con todo el descaro fue una contrarreforma agraria patrocinada desde el mismo seno del estado. Muchas de las tierras robadas a los desplazados pasaron a manos de los terratenientes, de jefes paramilitares, empresarios, políticos o narcotraficantes. Como es el caso de Jorge Pretelt, presidente de la Corte Constitucional -que es la encargada de tomar las decisiones legislativas del país- quien aprovechándose del drama de esos campesinos víctimas de la violencia se apropió de sus tierras en el Urabá titulándolas a su nombre. Y es que estamos hablando de un gran total de 8 millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego por los paramilitares y el ejército. El alambre de púas marca perfectamente las fronteras de la propiedad privada en Colombia. Se da la paradoja que 24 millones de cabezas de ganado están mejor alimentadas que los propios seres humanos (muchos de los cuales pasan hambre). La Federación de Ganaderos (FEDEGAN) ha sido una de los principales impulsores del paramilitarismo. A esta organización muy «respetable e influyente» está afiliado el senador Uribe Vélez.
Una de las tareas más urgentes es la restitución de las tierras a los desplazados. Aunque en los acuerdos de Paz queda bien claro que la propiedad privada es intocable. En un principio no se les expropiará la tierra a los terratenientes y, si entregan algunas a los campesinos, serán las más improductivas y estériles. ElINCODER (Instituto colombiano de desarrollo rural) -que ha sido liquidado por corrupción- tenía la misión de recuperar baldíos pertenecientes al estado ocupados ilegalmente por particulares. Álvaro Uribe Vélez está siendo investigado por la Contraloría por acumulación irregular de baldíos en su finca «el Ubérrimo».
Desde luego que el principal damnificado de esta guerra es el mundo rural. Los campesinos han sufrido un espantoso genocidio prácticamente imposible de revertir. Colombia es unos de los países con mayor desplazamiento forzado de todo el mundo (8 millones de personas) -solo comparable con la tragedia de Siria e Irak. Los campesinos tuvieron que escapar a las ciudades a causa de la sanguinaria arremetida del ejército y los paramilitares. Ahora vagabundean por las calles y avenidas rogando una limosna o ejerciendo trabajos informales mal remunerados. El poder tenía bien claro que era imprescindible desocupar el campo ya que se había convertido en la cantera de los futuros guerrilleros. Los campesinos debían ser expulsados a la fuerza de su cumpliendo al pie de la letra ese precepto de los manuales de contraguerrilla que rezan: «quitar el agua al pez». La misión del glorioso ejército colombiano era neutralizar «el enemigo interno», o sea, la población civil. Y lo más paradójico es que en las filas de las FF.AA básicamente se nutre de hijos de campesinos y obreros pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad. Por ley están obligados a cumplir el servicio militar y luchar por los intereses de la clase dominante en una guerra fratricida que enfrenta a los pobres contra los pobres.
El desplazamiento forzado es un drama humano de incalculables consecuencias pues las víctimas aparte de perder sus tierras y sus bienes han sido despojadas de sus raíces, de sus tradiciones y costumbres. La cultura popular es un patrimonio intangible que irremisiblemente agoniza.
La desaparición de las FARC significa la derrota de revolución agraria y el triunfo del modelo urbano capitalista.
Es por esta razón que la soberanía alimentaria corre un serio peligro. La producción agrícola ha disminuido considerablemente pues las tierras más fértiles se reservan para los cultivos más rentables. Entre los que caben destacar el cacao, café, banano (postres para el primer mundo) las flores (exportación) la palma africana, el maíz, la caña de azúcar (como materia prima de los biocombustibles). El cruel destino de los campesinos, de los indígenas o de las comunidades de afrocolombianos es engrosar los cinturones de miseria de las grandes ciudades. Sencillamente se han convertido en la mano de obra barata que explotan los patrones y empresarios en la industria, la construcción, sector servicios, el trabajo doméstico, o para engrosar la leva de reclutas en las FF.AA. Colombia es en su esencia un estado racista y xenófobo que ha instituido una especie de «apartheid criollo». La política gubernamental es la de brindarle todas las facilidades a las trasnacionales en detrimento del bienestar de su propio pueblo.
La oligarquía exultante proclama que el «glorioso ejército colombiano ha vencido a los narco-terroristas» . Uribe Vélez afirma que «los tratados de paz son ilegales pues conceden grandes beneficios a los bandidos de las FARC». «Todos deben ser proscritos, son traidores a la patria» a renglón seguido: «¿Qué pueden exigir los derrotados? Nada más que clemencia» «Los guerrilleros no pueden participar en política ni ocupar cargos públicos. La cúpula de las FARC debe ser encarcelada o en su defecto extraditados a los EE.UU» Estados Unidos expidió más de cincuenta órdenes de captura de altos jefes guerrilleros acusados de narcotráfico y terrorismo. «se ha demostrado que el cartel de las FARC tiene nexos con Hezbollah y Al Qaeda».
El premio Nobel J.M Santos es el directo responsable de impartir las órdenes a sus generales para que exterminen sin contemplaciones a los guerrilleros (terroristas) y de paso a la población civil supuestamente «cómplices o auxiliadores». Durante su desempeño como ministro de la Guerra (Defensa) de Uribe y posteriormente como presidente de la república o jefe supremo de las Fuerzas Armadas, se llevaron a cabo innumerables operativos minuciosamente planificados junto a los asesores de la CIA, el M16 inglés y el Mossad.
Además, debemos añadir a su luctuoso prontuario: los falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones, desplazamiento forzado. El premio Nobel de la Paz J.M Santos autorizó la operación militar denominada «Fénix» planificada junto con la CIA, el servicio M16 inglés y el Mossad con el objetivo destruir el campamento del jefe supremo de las FARC Raúl Reyes (situado en Sucumbíos -Ecuador). Violando sin ningún reparo la soberanía de un país vecino y causando una pavorosa masacre.
Según las últimas investigaciones Alfonso Cano, jefe de las FARC (sucesor de Tirofijo) fue capturado vivo y luego asesinado vilmente por el ejército en Suárez (Cauca) durante el desarrollo de la operación «Odiseo». El responsable de este crimen de guerra es el premio Nobel de la Paz J.M Santos, quien tuvo que dar directamente la orden a sus subalternos para que lo ejecutaran.
¿El desarme afectará también a las FF.AA colombianas?
¿Apartarán de sus filas a los oficiales y a los altos mandos que han tenido y tienen relaciones con los paramilitares o las bandas delincuenciales? ¿Serán juzgados aquellos mandos o soldados que hayan cometido violaciones de los derechos humanos y crímenes contra la humanidad? A los tribunales de Justicia Especial para la Paz se acogen igualmente los militares condenados por delitos de lesa humanidad para recibir las correspondientes amnistías.
Los mandos y oficiales de las FF.AA son reconocidos psicópatas graduados con las mejores notas en las academias militares más prestigiosas del mundo (West Point, Escuela de las Américas-Instituto de Defensa para Cooperación de Seguridad Hemisférica, comandos Rangers o SEAL) En la cúpula militar existe un hondo arraigo y simpatía por el ideario hitleriano que han inspirado en buen medida su forma de actuar. Especializados en el arte de la tortura y de la muerte no les tiembla la mano a la hora de ordenar las operaciones de exterminio o de tierra quemada sin importarles la integridad de la población civil. El estamento militar cuenta con una justicia propia que les otorga carta blanca e impunidad. Los paramilitares también están protegidos por la ley del fuero militar. Si por caso algún militar tuviera que ser juzgado ante un caso muy grave que alarme a la opinión pública, se les condena a mínimas penas de prisión que cumplirán en los propios cuarteles (centros vacacionales) gozando de grandes privilegios y facilidades. No hay porque sorprenderse de que el gobierno otorgue el indulto a los militares que cometen crímenes de lesa humanidad para pagarles sus «grandes sacrificios por la patria». La palomita de la paz como por arte de magia se trasforma en un maldito escorpión que te clava el aguijón en el momento menos pensado. El gobierno levanta la bandera del pacifismo cuando su naturaleza es guerrerista. Las armas quedan en poder de la oligarquía que como siempre se reserva el derecho a usarlas en el momento en que esté en peligro su status quo.
Con una actitud sumisa nuestros gobernantes se han plegado a los designios de Washington. Desde el mismo día en que la US Navy tomó Panamá en 1903 (el «I took Panamá» del presidente Roosevelt) nuestra independencia y soberanía la detenta los EE.UU. El imperialismo ha hincado sus garras en el corazón del continente tras acuerdo firmado entre Uribe Vélez y Barak Obama en el 2009 que dio luz verde a la instalación de siete bases militares yanquis (Palanquero, Malambo, Apiay, Málaga, Cartagena, Tolemaida y Tres Esquinas) El combate del terrorismo y el narcotráfico para fortalecer la seguridad y la libertad. El Nobel de la Paz J.M Santos como buen cadete de la Armada nacional ha decidido integrar a Colombia en la estructura de la OTAN -Quizás ansioso por participar en la guerra contra el terrorismo mundial.
J.M Santos durante su etapa como de Ministro de Defensa de Uribe Vélez suscribió contratos con la industria militar israelí GALIL, KFIR Aeronautic convencido de la enorme eficacia conque el sionismo combatía la resistencia palestina. J.M Santos expresó en una rueda de prensa conjunta con Ghabi Ashkenazi, jefe del ejército de Israel, en el 2008 que «el terrorismo se combate sobre todo y ante todo con inteligencia y es mucho lo que nos puede enseñar Israel y ayudar en este tema» Se sabe extraoficialmente que la «operación Jaque» fue planificada por asesores judíos (CST Global) que consiguieron interceptar las comunicaciones entre los distintos campamentos y frentes de la guerrilla. Uno de los asesores de J.M Santos para los Diálogos de Paz es el ex ministro israelí de Asuntos Exteriores Shlomo Ben Ami.
El gobierno cínicamente culpabiliza a las FARC de ser el principal causante de los males que afligen a Colombia. «Porque el propósito de la guerrilla no es otro que sembrar la destrucción y la muerte y sabotear el desarrollo económico y social» «los narco-terroristas son los responsables del desplazamiento de millones de campesinos, y de financiarse con la cocaína, la heroína, de fomentar la violencia, los secuestros, la pesca milagrosa, sobornos y chantajes, el boleteo, las extorsiones, la voladura de oleoductos, puentes y carreteras. Los medios de comunicación oficialistas -como parte de la guerra psicológica-los retrata como unos «monstruos desalmados».
Timoleón Jiménez «Timochenko» ya ha pedido perdón en nombre de la guerrilla por los «crímenes de lesa humanidad» cometidos durante el conflicto armado. Otros jefes guerrilleros se han visto igualmente obligados a retractarse públicamente y reconocer sus culpas. Pero por el contrario, el premio Nobel de la Paz y presidente J.M Santos ni la cúpula militar piensan asumir sus responsabilidades a pesar de los innumerables casos de terrorismo de estado (masacres, bombardeos indiscriminados, desaparición forzada, falsos positivos o ajusticiamientos extrajudiciales) ¿La clase dirigente devolverá las incalculables sumas de dinero expoliadas? ¿Las tierras robadas a los campesinos les serán restituidas? ¿Saldrán los norteamericanos de las 7 bases instaladas en suelo colombiano? ¿Se retirarán los asesores yanquis o sionistas o los mercenarios que trabajan para el gobierno colombiano?
Colombia sufre una devastadora crisis medio ambiental que la condena a un futuro nada prometedor. En medio siglo se han perdido 7.000.000 hectáreas de bosques húmedos tropicales. Los expertos afirman que el país posee el 10% de la biodiversidad de la tierra aunque buena parte de esos ecosistemas están en peligro de extinción. El proceso de colonización ha sido nefasto por culpa de la deforestación, la sobreexplotación agrícola y ganadera, la industria maderera, la minería extensiva, la extracción de oro, plata, platino, petróleo, cobalto, telurio, níquel, cianuro, cobre, el cultivo de coca, de amapola, el uso de los precursores que se vierte a las fuentes hídricas, las fumigaciones con glifosato, la quema de bosques que incrementan la creciente desertificacion. Además en las últimas décadas el cambio climático ha causado graves sequías y temporadas de lluvias devastadoras que desbordan los ríos y provocan cientos de muertos y miles de damnificados. La guerra no solo se limita al enfrentamiento entre seres humanos sino que también implica a la naturaleza. Comprobando una vez más el espíritu autodestructivo que nos caracteriza.
¿Cómo resolver el problema atávico de la pobreza extrema?
El hambre azota sin compasión muchas regiones de Colombia, la desnutrición aguda amenaza a los niños más pobres y los casos de muerte por inanición son incontables. En el Chocó el 70% de la población sobrevive por debajo del umbral de la pobreza. En los acuerdos de paz la guerrilla exigió al gobierno tomar medidas urgentes aunque estas resoluciones deben ser aprobadas con anterioridad por el Congreso de la República. ¡Con un decreto ley se acabará con el hambre! Lo que se sabe a ciencia cierta es que los presupuestos de solidaridad que se giran a los entes departamentales en buena medida caen en manos de los políticos corruptos que por arte de magia los trasfieren a sus cuentas personales.
Colombia es un país de 47.000.000 millones de habitantes que se concentran mayoritariamente en las zonas urbanas andinas. La pobreza crónica afecta al 40% de lo población que carece de vivienda digna, salud o educación. Ante una crisis económica tan acuciante millones de personas tienen que recurrir a la economía sumergida o el trabajo informal para poder sobrevivir. La tasa de informalidad laboral supera el 58%. La desestructuración social afecta a las familias con menos recursos económicos en donde se producen los mayores casos de abandono infantil, hijos no reconocidos, mujeres abusadas o violadas, pederastia y pedofilia, prostitución, la violencia intrafamiliar, violencia machista, fracaso escolar, alcoholismo, drogadicción, proxenetismo. Un pueblo desmoralizado y con una baja autoestima es difícil que pueda luchar por su dignidad.
El gobierno colombiano para combatir la pobreza endémica ha aplicado políticas de asistencialismo y caridad. Es ahí donde interviene la iglesia católica, las ONG y los organismos internacionales de ayuda humanitaria que suplen las obligaciones constitucionales que debería asumir el estado con sus ciudadanos. Entre los retos del postconflicto está el estimular el desarrollo social y elevar el nivel de vida de los ciudadanos.
Tanta lucha y tanto sacrificio, tantos muertos, heridos, desaparecidos, viudas, huérfanos, tanta destrucción, miseria o desplazamiento forzado no pueden caer en el olvido. El principal peligro es que se imponga la ley del silencio. El terror silencia la verdad y estimula la amnesia. Se rumorea que en el Congreso de la república se va a proponer una Amnistía general (ley de punto final) tanto para los guerrilleros, militares y paramilitares. Olvido y perdón cristiano para sellar la reconciliación entre los colombianos.
El conflicto interno colombiano -declarado uno de los conflictos más cruentos del hemisferio occidental – se ha cobrado la vida de más de 230.000 personas (el80% de las víctimas son civiles desarmados). Además hay que añadir 100.000 desaparecidos, 5 millones de exiliados tanto económicos como también políticos, 27.000 secuestrados, 1800 masacres y 10.000 víctimas de las minas antipersonas. Colombia es el país con mayor número de desaparecidos en América Latina. La impunidad tapa el 90% de las violaciones de los derechos humanos. Las comunidades negras e indígenas representan el 60% de las víctimas -que apenas han tenido visualización en las mesa de negociación de la Habana. Las mujeres y grupos sociales más vulnerables tampoco han logrado el reconocimiento deseado. Aún no ha llegado a valorarse en su justa medida el trauma psicológico que han sufrido millones de colombianos durante el conflicto armado. Esta es una herida en el espíritu y el alma que va a ser muy difícil de sanar. ¿Se puede hablar de reconciliación después de haber generado tanto dolor, la angustia, pérdida de seres queridos, el desarraigo, la marginalidad, la humillación o la impunidad?
Mientras no se desmantelen las estructuras del poder feudal, jamás habrá paz en Colombia.
Porque la oligarquía medieval mantiene intactos sus privilegios. Las élites poseen más del 85% de la riqueza nacional y usufructúa de las mieles del poder. Existe claramente una guerra de clases y los ricos están ganando. En los bancos suizos, los paraísos fiscales o en manos de testaferros es donde en buena medida se encuentra cautivo el patrimonio expoliado al pueblo colombiano. La democracia burguesa hiede, es un cadáver putrefacto. Los votos tienen el poder de convertir a ladrones y corruptos en respetables funcionarios. El monstruo de la corrupción se ha devorado 50 billones de pesos (que representa un alto porcentaje del presupuesto nacional) Por ejemplo, entre 20 a 30.000 millones de pesos es el dinero que se necesita para ser elegido gobernador.
¿Se puede sanar un estado enfermo y corrupto? ¿Cómo acabar las desigualdades y sacar de la pobreza a millones de colombianos? Un sistema acostumbrado al clientelismo, el tráfico de influencias, el carrusel contrataciones, el cobro de comisiones, el blanqueo de capitales, los tratos de favor a las grandes empresas y multinacionales. Como lo revela el escándalo del caso Odelbrecht que involucra de lleno a la clase dirigente (se pagaban sobornos a los políticos uribista y santista) y que incluye, por supuesto, al presidente y actual premio Nobel de la Paz J.M Santos. Un fraude cifrado en más de 12 millones de dólares.
El combate contra la corrupción y el desfalco de las arcas públicas es una labor prácticamente imposible de realizar por métodos pacíficos. Los magistrados y funcionarios de altas cortes protegen a los carteles mafiosos. (La fiscalía estima en 1.3 billones perdidos en 300 casos de corrupción) La oligarquía no entiende otro lenguaje que el de las armas, la coacción o la intimidación. Así se ha demostrado en los conflictos desarrollados a lo largo de la historia colombiana. Si no se legalizan las drogas es difícil que se consolide la paz, si no se erradica el paramilitarismo la guerra se perpetuará.
Colombia lo que realmente es una refundación, una limpieza a fondo de todas sus instituciones (ejecutivo, legislativo y judicial). Empezando por democratizarlas: exigir que por votación popular pueda elegirse al procurador, al fiscal general del estado, al contralor general y al defensor del pueblo. Es necesario romper el monopolio del centralismo bogotano propugnando una regionalización o descentralización, El poder adquisitivo de la clase media año tras año se desploma. Acuciados por los altos impuestos, y la privatización general de los servicios públicos (seguridad social, la educación, la salud, el trasporte, la electricidad o el agua) y unas pensiones irrisorias que condenan a los ancianos a la indigencia absoluta. El costo de la vida que este último año ha subido un 8%.
Las FARC han cedido en puntos tan trascendentales como la convocatoria de una Asamblea Constituyente, la formación de un poder popular (cuarto poder) que vele por un estado de bienestar universal por un sistema electoral diferente que erradique el fraude y la compra-venta de votos. En Colombia tan solo el 39% de la población sale a votar. La abstención en algunas regiones llega al 65% y al 70% del censo electoral.
Igualmente las FARC para no trabar un acuerdo global tuvieron que renunciar a una de sus principales exigencias: la liberación del comandante Simón Trinidad(que purga una condena de 60 años en la cárcel de Florence, Colorado-EE.UU). Se cedió en este punto confiados en que una vez firmada la paz Obama le concedería el indulto.
Uribe Vélez busca repetir la exitosa coalición del NO para la campaña a las elecciones presidenciales del 2018.
«La aplicación forzada del acuerdo de paz demuestra el carácter antidemocrático del partido de gobierno», declaró a la prensa. Por el momento ha recibido el espaldarazo de la Casa Blanca pues junto al ex presidente Pastrana (Ambos son contrarios a los acuerdos de Paz y ganadores del referéndum) han sido recibidos por Donald Trump en el club privado de Mar-a-Lago en West Palm Beach (Florida) A Donald Trump le comunicaron que «los narco-terroristas de las FARC y el ELN quieren implantar un régimen castro-chavista en Colombia». «la gran alianza» denuncia que el proceso de paz favorece a la guerrilla que intenta entrar en las instituciones del estado sin entregar la totalidad de sus armas. El gobierno de J.M Santos ha bajado la guardia en las fumigaciones con glifosato pues aumentaron considerablemente los cultivos ilícitos, y que cientos de guerrilleros desertores se han unido a las BACRIM demostrando el fracaso de la desmovilización. En las próximas elecciones presidenciales del 2018 se tendrá que dilucidar cuál va a ser el futuro de los acuerdos de paz. El partido Centro Democrático del expresidente Uribe -cómplice del narcotráfico, el paramilitarismo y el terrorismo de estado- se presenta como el único que puede rendir sin condiciones a las FARC.
La Comisión de la verdad y la reconciliación -para que no se repita la violencia, según los responsables del gobierno- se trata de un órgano temporal, de carácter extrajudicial, que se ha creado históricamente en procesos de transición (de dictaduras a las democracia y de conflictos armados a la paz) para esclarecer patrones de violencia. «No es un mecanismo para administrar justicia sino para contribuir a la verdad y reconocer los derechos de las víctimas» La Ley de Víctimas y la Comisión de la Verdad pretende pasar la página de la guerra y mirar hacia adelante. Porque la verdad es la primera víctima de la guerra «para civilizar una sociedad que ha estado sumida en la violencia es imprescindible dignificar a las víctimas» Aunque la experiencia internacional es más bien desalentadora pues polarizan aún más la sociedad y la división política. Por su naturaleza no pueden tener efectos judiciales. Las confesiones no podrán ser usadas como prueba ante los tribunales. Colombia lleva grabado en su ADN el karma de la violencia.
Desde su origen como nación no han cesado los enfrentamientos fratricidas (liberales y conservadores en la Guerra de los mil días que causó más de cien mil muertos y que fue la culminación de 21 guerras civiles acontecidas entre 1830 y 1903) Una eterna lucha de clases: los campesinos contra terratenientes; obreros contra patrones; pobres contra ricos. El propio nombre de Colombia es ya de por si una declaración de guerra. Rendirle honores a Cristóbal Colón el pionero de la conquista, colonización y destrucción del Nuevo Mundo es poco menos que denigrante. Los padres de la patria decidieron homenajear al «descubridor de América» despreciando por completo a nuestros antepasados indígenas a los que calificaban de «salvajes sin alma». Desde ese momento se el modelo occidental (europeo o norteamericano) como patrón de nuestra identidad y razón de ser.
La delincuencia es también otra guerra popular . Las altísimas tasas de desempleo y la falta de oportunidades arrastran a los excluidos por la senda de la criminalidad. La única ideología es el dinero fácil obtenido en el menor espacio de tiempo. Si hay un estado criminal mafioso a nadie debe sorprenderle que proliferen las organizaciones delictivas al margen de la ley. Y no solo a nivel nacional sino internacional pues existe una alianza de los carteles de la droga colombianos con los de Centroamérica, México, el Caribe y otros países suramericanos. En la economía sumergida el primer renglón de exportación hacia los países del primer mundo es el de los estupefacientes (cocaína, heroína, o marihuana) El narcotráfico ha permeado todos los ámbitos de la sociedad colombiana sin que se sepa muy bien hasta donde llegan sus tentáculos.
Los distintos gobiernos siempre han creído que la delincuencia se erradica por medio de métodos represivos o punitivos. Aplicando la ecuación de a mayor represión mayor paz social. Si hay más policías o militares, habrá menos delincuencia. Con la complicidad de los grupos de limpieza social. Hoy en Colombia existen 138 cárceles (hombres y mujeres) en las que se hacinan 120.000 presos. No existe un plan integral de integración social, ni de rehabilitación efectivo. LaLey de Seguridad Ciudadana, implementada por el ministro del Interior Vargas Lleras, se instituyó para frenar las protestas sociales (huelgas, plantones, tomas de tierras) y así acallar las voces de disidencia y de rebeldía que surjan en el postconflicto.
Los más creyentes y supersticiosos todavía esperan que un hecho sobrenatural nos redima. La propaganda mediática pretende mitificar al excelentísimo señor doctor Juan Manuel Santos, el pacificador, el nuevo profeta Bochica que salvó a su pueblo del diluvio universal. Aquel que ordenaba rematar con un tiro en la nuca a los supervivientes de los bombardeos se coloca en la solapa de su fina chaqueta Savile Row de 2.000 dólares una inocente palomita de la paz. Las futuras generaciones estudiarán en los libros de historia los milagros del santísimo Santo de la paz coronado por el sumo pontífice, distinguido brigadier general de la OTAN, emérito patriarca del sionismo y consumador de la doctrina Monroe.
En el momento en que el ELN estampe su firma en el acuerdo de paz-que actualmente negocia con el gobierno colombiano en Ecuador- podríamos afirmar que, con excepción de algunas pequeñas facciones como el EZLN, Sendero Luminoso o el EPP paraguayo, las guerrillas quedan erradicadas del continente americano. Los planes de seguridad y defensa del Departamento de Estado USA se han cumplido con creces. «Es inútil insistir en la vía armada como motor del cambio social en América Latina».-Rex Tillerson.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.