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Mujer: ¡Líbrate de «liberarte»!

Fuentes: Rebelión

» -¿Necesita usted un director ejecutivo? Yo soy la persona ideal.   Joven, emprendedora, astuta y anoréxica. Estoy a dieta.  -Está usted contratada. Trabajará diciocho horas al día,  se romperá las bujías y morirá atropellada por un tranvía en  beneficio de mi economía.  -¡Otra victoria feminista!»  «Todo empezó hace cuatro años. Yo entonces era feminista […]

» -¿Necesita usted un director ejecutivo? Yo soy la persona ideal.

  Joven, emprendedora, astuta y anoréxica. Estoy a dieta.

 -Está usted contratada. Trabajará diciocho horas al día,

 se romperá las bujías y morirá atropellada por un tranvía en

 beneficio de mi economía.

 -¡Otra victoria feminista!»

 «Todo empezó hace cuatro años. Yo entonces era feminista

 y no quería ser explotada únicamente por mi marido; quería

  que me explotara también un jefe, un patrón, un empresario.» i

El Poder (con mayúscula institucional) es fálico. Hace miles de años que el macho humano, consciente de la superioridad de la hembra -fuerza telúrica-, empezó a tejer una trama social, económica, religiosa, política, psicológica y sexual con el fin de dominarla. Uno no se toma tantas molestias ante un enemigo verdaderamente «inferior».

  Frente a las imprevisibles y poderosísimas fuerzas de la naturaleza, el macho creó la Técnica; frente a la hembra creó el Poder. Contra la sensibilidad y la intuición, impuso forzadamente el frío pensamiento «racional»; contra el enigma, el dogma; contra la curva y la espiral, la obsesión por lo rectilíneo y cuadriculado.

  La mujer es fuente de vida y sexualmente muy superior: biológicamente es multiorgásmica, lo cual la convierte -desde mi punto de vista- en poliándrica innata. El hombre, tras eyacular, queda física y mentalmente anulado; movido por el terror al mito de la Mantis Religiosa, inventó el matrimonio y la violación.

  El violador es siempre un frustrado, un resentido, por lo general sexualmente impotente. Su abominable acto de falsa supremacía fálica es trágica demostración práctica no sólo de su propia inferioridad, sino de la de todos los machos. El Marido es un violador legitimado institucionalmente, con derecho de pernada, de reincidencia y de exclusividad (monopolio del coño).

 » Liberación de la mujer»: del modo como se define y aplica (deliberadamente mal), es la definitiva broma macabra del Patriarcado. Modelo de Mujer Liberada Occidental (ya globalizada): «Neo-Macho Vaginal» (Susana Khalil ii ) que se esfuerza en convertirse en hombre, alcanzando el Poder según los esquemas de un Men’s, Men’s World. La lucha por demostrar su «igualdad» (en lugar de su diferencia y superioridad) delata que ha interiorizado el mito del «Sexo Débil» y su motor es la nula autoestima y el complejo de inferioridad.

  ¿Qué queda de «femenino»?: mercantil reducción a maquillajes, dietas, revistas, quirófanos y anuncios de compresas (¡y detergentes, of course!).

  ¿Qué queda de lucha «feminista»?: migajas de Poder fálico displicentemente lanzadas por sus legítimos dueños (los Machos) en forma de cuotas y cupos de participación, «discriminación positiva» y demás carnavaladas humillantes, que no hacen sino reforzar la idea de que la mujer es un pobre animalito infradotado al que hay que mantener contento y domesticado dándole galletitas entre mamada y mamada; un niño tonto al que se le permite jugar un rato a «ser mayor»… a condición de que después haga los deberes.

  ¿Cuándo dejarán las izquierdas y las propias mujeres de colaborar con esta dinámica perversa?

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  Artículo relacionado: http://rebelion.org/noticia.php?id=72999

 i Fragmentos de diálogos entre «Electroduendes»; personajes de la serie homónima, con guión de Santiago Alba Rico, incluida en el espacio infantil La Bola de Cristal, emitido por TVE entre 1984 y 1988. Extraídos de la recopilación de guiones de dicha serie ¡Viva el Mal! ¡Viva el Capital! (Ed.Virus, 2003)

 ii http://rebelion.org/noticia.php?id=72804