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Nazario Aguado In memoriam

Fuentes: Rebelión

«Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan unos años y son muy buenos, pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.» Bertolt Brecht   Conocí a Nazario en una reunión, no podía ser de otra manera, era una persona comprometida, aparentaba ser mayor, últimamente la salud […]


«Hay hombres que luchan un día y son buenos,

hay hombres que luchan unos años y son muy buenos,

pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.»

Bertolt Brecht

 

Conocí a Nazario en una reunión, no podía ser de otra manera, era una persona comprometida, aparentaba ser mayor, últimamente la salud le había dado algún susto. Venía de unos años en los que el compromiso se llevaba muy adentro y costaba sangre y cárcel mantenerse fiel a las ideas propias.

Nazario Aguado era de esos, de los imprescindibles, una persona coherente de las que militan hasta el final de la vida. Fue dirigente y militante del PTE y de Comisiones Obreras en la Federación de Enseñanza, donde todavía recuerdo alguna foto suya en ruedas de prensa defendiendo la Escuela Pública con especial cariño.

Estuvo también en la formación de ADECAC, Asamblea del Espacio Cultural en la Antigua Cárcel, de la que escribió el manifiesto que se leyó en el acto multitudinario que la Asamblea consiguió organizar entorno a la Antigua Cárcel. Era de la vieja escuela: metódico, trabajador y de los que llevan las propuestas por escrito. El tema del Archivo Histórico de la policía le dolía especialmente, porque había estado en la cárcel, fue detenido junto a Marcelino Camacho en 1976 por su lucha en favor de la libertad y la democracia. Le dolía que, el espacio donde habían sufrido tortura presos políticos, se quisiera utilizar para almacenar algo relacionado con la policía. Era un tema sentimental, sigue siéndolo para quienes tenemos memoria Histórica, se trata de cerrar heridas, pero antes hay que curarlas y hay que restituir la legalidad republicana.

Era una persona vehemente, de carácter fuerte, en las últimas fechas nos habíamos visto para la fundación de la Asociación Político cultural Paco Fernández Buey de la que era parte del germen. Conocía a Paco desde hacía muchos años y estuvimos charlando sobre de qué manera poder organizarnos como Asociación y sobre la presentación de la misma que hicimos en la Casa Junco. No quiso intervenir en las ponencias aunque seguramente su aportación y su reflexión sobre Paco Fernández Buey hubiese sido muy interesante, ya no se sentía con fuerzas.

Hablar con Nazario era como hablar con una parte importante de la historia de la lucha anti-franquista, una de las personas destacada de nuestra Palencia que optó durante toda su vida por defender la dignidad de la clase obrera y la democracia. Dignidad que Nazario traspiraba por todos sus poros, hasta el final. Sobre su relación con Paco, otro de los imprescindibles palentinos, comentaba que las diferencias de entonces, con el tiempo, habían sido menos de lo que parecieron. Había apostado por la unidad de fuerzas y estuvo en la reunión «clandestina» que Izquierda Unida de Palencia hizo en marzo para constituir el bloque social y político, una apuesta por converger con los movimientos sociales, vecinales y sindicales desde la diversidad y la pluralidad. Andaba ya pachucho y consciente de sus limitaciones de salud.

Recuerdo también haberle agradecido la donación de libros que hizo a Izquierda Unida, así como haberle comentado que estaba leyendo entusiasmado la antología de Manuel Sacristán sobre los escritos de Gramsci, que estaba entre ellos. Creo que estaba orgulloso de que su legado de libros fuera a tener buen uso, que el pasado se proyectara hacia el futuro.

También me dijo que todo el mundo le asociaba con Izquierda Unida aunque nunca había militado en ella, lo decía con cierto orgullo de estar entre quienes optamos por la causa de los desheredados, e intentamos transformar el mundo con la utopía como bandera, los que no tenemos patria porque somos clase obrera sin más apellidos.

Que la tierra te sea leve compañero y gracias por la militancia, el compromiso, el ejemplo y por la vida.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.