La situación política catalana está marcada por el triple impacto de los estragos de la crisis económica, y social, los escándalos de corrupción y el fracaso de la reforma estatutaria, con un Estatut sin credibilidad y amenazado por la sentencia del Tribunal Constitucional. Los cierres de empresas y los EREs se mutiplican, frente a la […]
La situación política catalana está marcada por el triple impacto de los estragos de la crisis económica, y social, los escándalos de corrupción y el fracaso de la reforma estatutaria, con un Estatut sin credibilidad y amenazado por la sentencia del Tribunal Constitucional.
Los cierres de empresas y los EREs se mutiplican, frente a la pasividad del gobierno tripartito. Las políticas de salida de la crisis buscan que la paguemos todos y todas y profundizan el actual modelo económico y sus bases de destrucción social y ecológica. El modelo de crecimiento basado en la especulación inmobiliaria, la destrucción ambiental, los bajos salarios y el endeudamiento se ha hundido irremediablemente. Nos deja un panorama de desolación, salpicado de escándalos de corrupción que están estrechamente ligados con la lógica del neoliberalismo.
Impulsar las convergencias y las resistencias desde abajo
Frente a los intentos que la crisis la paguen los y las trabajadoras y no sus reponsables es necesario organizar una respuesta social con criterios unitarios, buscando la convergencia entre los diversos sectores golpeados por la crisis y las diferentes luchas, para evitar que éstas queden aisladas. La traducción del malestar frente a la crisis en resistencia social está siendo difícil, aunque, aquí y allá, van surgiendo luchas, aunque todavía limitadas.
El éxito del reciente Foro Social Catalán muestra que, pese a las dificultades, hay un potencial de lucha real y que, por debajo, algo se mueve. El reto que tenemos es pasar de las convergencias simbólicas expresadas en los Foros a convergencias reales, favoreciendo la articulación de las movilizaciones y su solidaridad recíproca. Las iniciativas durante la presidencia española de la Unión Europea deberían servir para favorecer la confluencia entre campañas y movilizaciones y crear espacios de encuentro, en paralelo a la organización de las movilizaciones desde abajo, barrio a barrio, centro de trabajo a centro de trabajo.
Reforzar los movimientos sociales, las luchas, y reconstruir el tejido social, en los barrios, centros de trabajo y centros de estudio, es la base y el punto de partida para poder reconstruir una nueva izquierda y para detener las políticas neoliberales y los intentos de dar una salida pro-capitalista a la crisis.
Una alternativa anticapitalista en Catalunya
Pero con la resistencia social no basta. Es necesario también construir una alternativa anticapitalista, ecologista, feminista e internacionalista en el terreno político que no deje la representación política en manos de los partidos que hoy la monopolizan. La izquierda catalana tiene el reto de avanzar hacia la configuración de una alternativa para el conjunto de Catalunya, que ofrezca un proyecto de izquierdas ligado a los movimientos y las luchas sociales. La izquierda gobernante se ha mostrado totalmente inservible como instrumento de defensa de la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y de preservación del medioambiente. Se ha mostrado como una izquierda totalmente sometida a los dictados y los intereses empresariales. Urge hacer aparecer un referente alternativo y atractivo frente a la crisis, que ya se ha convertido en irreversible, de la representación política tradicional.
No existen fórmulas mágicas para la articulación de una nueva alternativa anticapitalista en Catalunya. Las confluencias entre los diferentes sectores organizados deben ser fruto, no de acuerdos en frío y artificiales desde arriba, sino consecuencia de un trabajo previo en común y de la verificación de acuerdos suficientes, en el terreno programático y de práctica cotidiana , y del establecimiento de confianzas mutuas y del reconocimiento de la propia pluralidad de la izquierda combativa y la especificidad de los diferentes proyectos existentes. Un nuevo proyecto anticapitalista, más allá de las confluencias de los sectores organizados, tiene el gran reto de atraer y ser atractivo para amplios sectores de los activistas sociales, vecinales y sindicales, hoy no organizados políticamente.
Entre todos y todas, tenemos el reto de comprobar si esto es posible y forjar un camino común por parte de los y las que estamos convencidas de que hay que cambiar el mundo de base.
Una candidatura anticapitalista en las próximas elecciones al Parlament
Con esta perspectiva, desde Revolta Global-Esquerra Anticapitalista queremos trabajar para impulsar una candidatura anticapitalista en las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. Las elecciones son un momento más en los pasos a dar para construir una alternativa anticapitalista y un terreno para disputar a la izquierda institucionalizada supeditada a los intereses empresariales. No son ni el único terreno ni siquiera el más importante, pero no podemos permitir que aquellos que monopolizan la representación política y electoral lo sigan haciendo. Después de dos legislaturas de gobierno tripartito, que ha demostrado el fracaso de la izquierda gobernante para hacer políticas de transformación social, no podemos quedarnos de brazos cruzados. No nos podemos resignar. El fracaso del tripartito sólo ayuda a preparar el retorno de la derecha al poder.
Muchas personas de izquierdas, ante la inexistencia de una alternativa sólida, todavía siguen apoyando, sin convicción y de mala gana, a los partidos tradicionales de la izquierda o, simplemente, siguen optando por la abstención resginada y crítica. Se trata de dar pasos para ir rompiendo con el dilema de votar instrumentalmente por el mal menor o quedarse en la abstención escéptica o resignada, ofreciendo una alternativa anticapitalista a la izquierda gestionaria. Apoyar el mal menor es a menudo el camino más rápido que lleva al mal mayor.
Necesitamos una candidatura anticapitalista en las próximas elecciones al Parlament de Catalunya que desafíe a la izquierda hoy todavía hegemónica, subalterna a las políticas social-liberales, y los límites del marco constitucional vigente y de la fracasada reforma estatutaria. Para avanzar en esta dirección desde Revolta Global-Esquerra Anticapitalista nos dirigiremos a los diferentes sectores de la izquierda combativa catalana para plantear la necesidad de una candidatura anticapitalista lo más sólida posible y estudiar las vías para llevarla a cabo.
Con este propósito, nos dirigiremos a aquellas organizaciones que hoy forman parte aún de EUiA, como el PSUC-Viu, pero que han mantenido posiciones críticas respecto al rol subalterno de esta formación y que tienen un compromiso con las luchas sociales.
Igualmente, consideramos importante articular una discusión con la Izquierda Independentista y explorar vías de colaboración en este terreno y las posibilidades de poner en pie una candidatura para las próximas elecciones al Parlament, sobre la base de una orientación anticapitalista y de ruptura con el actual orden constitucional, y como resultado de confluencias reales en las luchas.
También queremos proseguir la discusión con organizaciones de la izquierda anticapitalista como En Lucha y otros, planteándoles la necesidad de impulsar una candidatura a las elecciones catalanas.
En este camino, esperamos contar también con las voluntades y el apoyo de más militantes desencantados de los partidos tradicionales, como ICV, que se vayan decantando hacia la construcción de una alternativa anticapitalista, así como de activistas de movimientos sociales que compartan la necesidad de construir nuevos referentes políticos, pero que hoy por hoy no están políticamente organizados. Para nosotros, la incorporación de amplios sectores de activistas sociales, sindicales y vecinales en la construcción de una alternativa anticapitalista es un elemento estratégico de primer orden.
Impulsar una candidatura anticapitalista, ecologista, feminista e internacionalista, en las próximas elecciones catalanas no será un camino fácil. El fracaso de la izquierda gestionaria y el impacto de la crisis, sin embargo, exigen que desde la izquierda combativa demos pasos adelante y no nos quedemos de brazos cruzados.
Necesitamos una voz anticapitalista en el Parlamento de Cataluña y nos tenemos que poner en marcha para construirla.
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