Con el objetivo de evitar protestas a pocos meses de las elecciones, el gobierno ha lanzado silenciosamente un nuevo ataque a la universidad pública. Zapatero, que había llegado a la Moncloa prometiendo la derogación de la ley de Aznar, la reformó en marzo de 2007 dejándola prácticamente igual y ajustándola al Espacio Europeo de Educación […]
Con el objetivo de evitar protestas a pocos meses de las elecciones, el gobierno ha lanzado silenciosamente un nuevo ataque a la universidad pública. Zapatero, que había llegado a la Moncloa prometiendo la derogación de la ley de Aznar, la reformó en marzo de 2007 dejándola prácticamente igual y ajustándola al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Lejos de un cambio respecto a la política del PP, vemos como se inicia la aplicación de la LOU a través de Reales Decretos.
El último paso hacia el desmantelamiento de la universidad pública es el Real Decreto sobre la ordenación de las enseñanzas universitarias, que ha sido enviado al Consejo de Estado por vía de urgencia durante las vacaciones. La intención de la ministra Mercedes Cabrera era iniciar el curso con él ya en vigor. Una serie de colegios profesionales reaccionaron en contra, aunque una buena parte está de acuerdo con las pautas generales del proyecto del gobierno y de la Unión Europea: el proceso de Bolonia.
El RD avanza en medidas que «flexibilizan la organización de las enseñanzas universitarias españolas», su esencia es la LOU y su objetivo es reformar las universidades del Estado español para en el 2010 alcanzar los compromisos asumidos por el gobierno con la declaración de Bolonia.
Preparar la movilización para el 15 de noviembre
El nuevo ataque del gobierno ZP a la universidad pública decreta el fin de las licenciaturas y diplomaturas que no cumplan los requisitos estipulados por el proyecto y no superen la evaluación de la ANECA. En otras palabras, el criterio para definir las nuevas titulaciones es la captación de recursos externos, su autofinanciación, y por tanto su rentabilidad como mercancías. El comercio del conocimiento se justifica cuando el gobierno tiene la desfachatez de destinar menos del 5% del PIB a la universidad pública. La privatización de la universidad se da a través de la inversión privada y de la disminución de los recursos públicos y, en consecuencia, aumentan los precios de las matrículas.
El movimiento estudiantil no puede dejar el camino libre a este cambio radical en la estructura de la universidad. El 15 de noviembre, retomando las jornadas de lucha contra la privatización de la enseñanza que se iniciaron hace tres años, debe ser un día de movilización. Necesitamos paros, protestas, manifestaciones y charlas para informar de las intenciones reales que se ocultan bajo el discurso «progresista» del gobierno. Sólo con organización y lucha podremos derrotar la LOU DE Zapatero-Aznar, defendiendo la Universidad Pública frente a las directrices neoliberales de Bolonia y el EEES.