Afirma que el nuevo partido no va a estar subordinado a «ninguna organización ni a ETA»
Txelui Moreno se ha convertido el último año en un referente de la izquierda abertzale desde la presentación de la propuesta de Alsasua. En esta entrevista, se presenta como su portavoz y explica la estrategia política aprobada por su militancia y las bases sobre las que se sustentará la actuación del nuevo partido que desean constituir para volver a las instituciones.
¿Condena la izquierda abertzale la violencia de ETA?
Nuestra apuesta es por las vías exclusivamente democráticas, buscando la confrontación política, y además planteando que no tiene que existir ninguna violencia de ningún tipo, ni la violencia de ETA, ni la violencia del Estado.
¿Condena la izquierda abertzale el llamado impuesto revolucionario, la kale borroka’ o cualquier otra forma de violencia?
Nosotros decimos que no cabe ningún tipo de violencia, entendiendo que violencia puede ser tanto el impuesto revolucionario a un empresario, como la tortura, la ilegalización… Una de las conclusiones de nuestro debate es que para llevar adelante nuestra estrategia independentista no cabe la violencia.
¿Dejarán claro en los estatutos de su nuevo partido el rechazo a la violencia de ETA o será un rechazo genérico de la violencia?
Rechazaremos el uso de todas la violencias, de todas.
El Tribunal Supremo determinó, en el fallo contra ASB, que para «desvanecer toda duda» debería rechazar la violencia expresa de ETA. ¿Lo harán?
La izquierda abertzale ha hecho un cambio de estrategia total en su debate. Ya no cabe la violencia. Y, además, decimos que este rechazo no es una cuestión coyuntural, sino estratégica. Eso es lo que mantenemos y vamos a mantener también en los nuevos estatutos. Van a cumplir escrupulosamente la Ley de Partidos, como no puede ser de otra forma. No queremos hacer ninguna jugada.
¿Qué garantías tienen los ciudadanos de que ese rechazo de la violencia es irreversible?
Si algo tiene de bueno nuestra estrategia es la unilateralidad. Al contrario que otras veces, en esta ocasión, donde se sustenta esta estrategia es en el debate celebrado con la participación de más de 7.000 militantes. Nadie puede tomar una decisión en contra de la voluntad de la militancia. Entonces, la posición es irreversible.
El Gobierno exige para la legalización o que la izquierda abertzale rompa con ETA o que esta se disuelva. ¿Puede garantizar que alguno de estos escenarios se producirá en los próximos meses?
Insisto, la violencia no cabe en nuestro quehacer diario. Eso es lo que entendemos que se debía hacer y lo que siempre se nos ha exigido. Lo más claro que hemos hecho es el Acuerdo de Gernika, que deja a las claras cuál es la petición que hacemos a ETA y al Gobierno. En la izquierda abertzale hemos dado los pasos que teníamos que dar. El Gobierno también tiene que dar pasos, aunque sean insuficientes, en la buena dirección.
Han anunciado que la organización del nuevo partido superará los modelos anteriores y que estará libre de «subordinación o condicionamiento». ¿Incluye eso a ETA?
Estamos haciendo un proyecto de partido que, desde luego, no va estar subordinado a nadie, ni sujeto a ninguna otra organización ajena, ni a ETA, ni al Gobierno, ni a sindicatos…
¿Admiten que hasta ahora la izquierda abertzale ha estado subordinada o condicionada por ETA?
No. Nosotros siempre hemos dicho lo mismo. Otra cosa es que la estrategia del Estado haya sido la que ha sido con el fin de criminalizarnos.
¿Cómo han encajado la última sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre ANV?
En principio, con un poco de sorpresa agradable, pues ya no es aquella unanimidad que había al principio, sino que ya hay dos jueces que plantean dudas al respecto. No obstante, la sentencia es un mazazo. Esto, en lugar de ayudar, lo que hace es poner en el camino una china, que desde luego sortearemos.
¿La estrategia de rechazo a la violencia está condicionada a la legalización?
No. El rechazo a las formas violentas en esta nueva estrategia no está sujeto a la legalización. Lo hacemos por convicción. Eso tiene que ser así. No tiene vuelta atrás.
Si no lograran su legalización para las elecciones de 2011, ¿mantendrían entonces su apuesta por las vías sólo pacíficas?
Por supuesto que sí. En ese caso, entenderíamos que no estamos en el escenario democrático al que queremos llegar. El objetivo de esta estrategia no son las elecciones, sino llegar a un escenario donde todos los proyectos políticos puedan ser defendibles y materializables, incluido el independentista. Esta estrategia no tiene un recorrido de un año, ni de dos. Va a ser largo, por lo que la estrategia no va a cambiar porque en unas elecciones no podamos tener presencia. Otra cuestión ya es si eso ayuda. El Estado debería dar pasos en positivo para favorecer que las expresiones de violencia que aún se dan por unos y otros vayan desapareciendo en el menor tiempo posible.
¿El proceso de debate interno ha sido totalmente «unilateral», al margen de ETA?
Hemos llevado el debate por supuesto independientemente de ETA. Es más, todos los debates que yo he conocido en HB y Batasuna se han dado al margen de ETA. ETA tendrá su propio debate. Es una organización independiente y soberana que toma sus propias decisiones.
¿Hay una cohesión total en la izquierda abertzale sobre este planteamiento contrario a la violencia?
El debate interno no ha sido sencillo. Ha sido fuerte dialécticamente y muy enriquecedor. Ahora podemos decir que existe una posición muy cohesionada en la que todos y todas apostamos por la vía que hemos tomado. Quienes no estén de acuerdo con la vía que hemos tomado al margen de la violencia, no podrán estar en la izquierda abertzale. Estarán en otro sitio, pero no en la izquierda abertzale.
Si se produce un atentado de ETA, ¿qué postura adoptará la izquierda abertzale?
No contemplamos que pueda haber un atentado de ETA. Lo único que tenemos claro es que ha dicho que no va a hacer ninguna acción armada.
Pero si todo este proceso se frustrara dentro de un tiempo y ETA volviera a atentar, ¿puede garantizar que la izquierda abertzale lo condenará?
Ya hemos dicho que en nuestra estrategia no cabe la violencia, por lo cual no entenderíamos que hubiera un atentado.
¿Luego confía en que ETA asuma el mandato de las bases de la izquierda abertzale sobre la estrategia de seguir exclusivamente vías pacíficas y democráticas?
La percepción que tenemos es que ETA va a aceptar esa estrategia marcada, pero es sólo una percepción.
¿Qué esperan del próximo comunicado de ETA? ¿Cuándo?
En principio, ETA va a dar una respuesta a la Declaración de Bruselas, y esperamos que sea positiva.
¿Se han marcado algún plazo de espera máximo?
No. Nos gustaría que ETA anunciara ese alto el fuego unilateral, permanente y verificable cuanto antes, pero no podemos incidir en su voluntad para que lo haga antes o después. Sólo sabemos que ETA ha dado el paso importante de decir que no va a haber acciones armadas y que está dispuesta a dar más pasos, favoreciendo este proceso. Eso es muy importante, independientemente de que tenga que dar más pasos.
¿Qué razones hay para confiar en un alto el fuego unilateral, permanente y verificable tras la ruptura de la tregua en la T-4?
Por una cuestión fundamental, y es que hay una determinación total de las bases de la izquierda abertzale de que la estrategia que debe llevarse adelante es sin violencia.
¿Admite la izquierda abertzale que, tras el atentado de la T-4, se quedó sin credibilidad?
Es cierto que hubo críticas. Pero ¿eso le quita credibilidad a lo que vaya a haber en el futuro? Aquello pasó cuando pasó y después de aquello han pasado muchísimas cosas. La más importante ha sido el debate y la apuesta de las bases por las vías pacíficas y democráticas. Además, si ETA da ese paso de aceptar un alto el fuego unilateral y verificable, este va a poderse verificar por agentes internacionales y eso le da mayor credibilidad. Por eso, esta petición que se hace tiene ese componente diferente a las anteriores treguas, que el alto el fuego pueda ser verificable.
El facilitador surafricano Brian Currin dice que el proceso de verificación de los armamentos debe llevar a un cese definitivo de ETA. ¿Lo comparte?
Eso está planteado también en el primer punto del Acuerdo de Gernika.
Como todos los partidos, Currin plantea además que debe haber un cese definitivo por parte de ETA para iniciar un proceso de paz. ¿Están de acuerdo?
Sí, por parte de ETA, pero también del Gobierno. Es que aquí sólo se habla de un tipo de violencia. Y nosotros entendemos que hay dos tipos.
¿Estará ETA dispuesta al abandono definitivo de las armas sin contrapartidas políticas antes de iniciar un proceso de paz?
ETA ha dicho lo que ha dicho. Primero, que no hay acciones armadas. Y, segundo, que responderá a la Declaración de Bruselas. Es más, ha dicho que está dispuesta a dar más pasos. Eso se puede entender de muchas formas, y nosotros queremos entenderla de la forma más positiva: que está dispuesta a favorecer ese escenario democrático donde se pueda formar una mesa entre los partidos.
¿Acepta la izquierda abertzale que no puede recibir ninguna contrapartida política a cambio del fin de la violencia?
Nosotros no planteamos una contrapartida política en ningún caso a cambio del final de la violencia. No, no, esa fórmula de negociación ya la hemos abandonado. Esa podía ser la estrategia anterior. Nosotros queremos convencer de nuestro proyecto político a la ciudadanía, y en el caso de tener el respaldo de la mayoría, poder llevarlo a cabo.
¿Qué lectura hacen de la sentencia que absuelve a Otegi, Permach y Joseba por el acto de Anoeta?
De los tribunales españoles no solemos esperar mucho. Sin embargo, entendemos esta sentencia como un pronunciamiento que avala lo que en su día denominamos como una fórmula para la resolución del conflicto: la metodología de dos mesas que proyectamos en Anoeta. Intentar criminalizarla es muy peligroso y totalmente antidemocrático.
¿La permanencia en la cárcel de Arnaldo Otegi frena el proceso de la izquierda abertzale?
El encarcelamiento de Otegi y de los demás militantes mina el trabajo que pueda hacer la izquierda abertzale o, por lo menos, nos resta capacidad. No obstante, la izquierda abertzale no depende de una persona, sino que es un colectivo. Desde el 13 de octubre del año pasado, ha habido 238 personas detenidas, y aun así nuestro proceso sigue adelante. Esto quiere decir que el debate interno ha sido de mucha envergadura y que la estrategia aprobada por las bases no tiene vuelta atrás. Es irreversible.
¿Tiene conocimiento de si Josu Ternera’ se ha reincorporado a la dirección de ETA?
Lo desconozco.
Durante más de 30 años, la izquierda abertzale ha justificado la violencia de ETA y no ha condenado sus acciones. ¿Se arrepienten de ello?
Vamos a ver. Nosotros ni hemos condenado a ETA ni la hemos ensalzado. Nosotros hemos hecho política, y ETA es una organización armada que ha practicado la lucha armada durante 50 años. Pero, la izquierda abertzale es una organización política que ha hecho política. No hemos practicado la lucha armada. Por lo tanto, no tenemos que arrepentirnos de absolutamente nada.
¿Pide la izquierda abertzale perdón a las víctimas de ETA?
Nosotros no hemos generado víctimas. No sé hasta qué punto tenemos que pedir perdón a nadie. Lo que estamos haciendo es intentar superar esta situación y que no haya más víctimas. Entendemos que todas merecen el respeto y la reparación. Pero todas.
¿Qué papel deben jugar las víctimas de ETA?
Las víctimas lo que pueden pedir es reparación. No me atrevería a decir qué papel deben jugar las víctimas. Estaría bien estudiar el papel que han tenido en otros conflictos y aprender a hacer las cosas lo mejor posible. No obstante, los que tienen que jugar un verdadero papel para la reparación de las víctimas y la resolución del conflicto son los partidos políticos.
¿Qué papel están jugando los presos en este momento?
El Gobierno español mantiene la dispersión de los presos, imposibilitando que se dé un debate entre ellos. Lo primero que habría que hacer es reconocer la interlocución de los presos políticos, que la tienen, y una vez se reconozca, favorecer que puedan reunirse entre ellos para poder reflexionar sobre las conclusiones del debate de la izquierda abertzale y los pasos a dar. No pueden tomar una decisión común porque la dispersión se lo impide.
¿Qué diferencia los pasos que da ahora la izquierda abertzale de los que dio hace diez años Aralar?
En aquellos momentos, Aralar hizo una reflexión, se presentó y le legalizaron el partido. Nosotros hemos hecho una reflexión para avanzar por vías pacíficas y nos encarcelan. La diferencia fundamental con Aralar es que nosotros no renunciamos a la confrontación política con el Estado para lograr nuestros objetivos políticos, que son la independencia y el socialismo.
Fuente: http://www.publico.es/espana/351254/no-cabe-la-violencia-en-nuestra-estrategia-independentista