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No es mi guerra (A vueltas con el Estatut)

Fuentes: Rebelión

Traducido del catalán por el autor

Soy catalán porque nací en este territorio, pero no escogí ser catalán. Me siento catalán porque he crecido en medio de esta cultura que miles de hombres y mujeres de diversa procedencia fueron construyendo a base de años y afanes, pero que yo haya crecido en esta cultura ha sido un puro accidente del destino. Hago servir la lengua catalana porque quiero entenderme con la gente que me rodea, pero esta lengua es un eficaz instrumento de comunicación y contacto como todas las otras lenguas que existen en el mundo. Si estos atributos algunos consideran que corresponden a una convención social que llaman nación, podría aceptarse: puedo asumir que soy un individuo que pertenece a una nación determinada.

Nacer en un territorio por azar, crecer en una cultura por accidente o utilizar cualquier lengua para entenderme, no me hace ni mejor ni peor, ni diferente. Ya que, visto en detalle, todos somos diferentes: no hay un solo individuo, una sola comunidad igual a cualquier otra. Y si todos somos diferentes, es que todos somos iguales en la diferencia. No siento que ningún azar me haya hecho especial. Y ningún azar hará de mi un contrincante.

Más allá del azar de nacer aquí o allá, de tener ésta o aquella cultura y de entenderme con ésta u otra lengua, otro azar mucho más abrumador hizo de mi un individuo sometido a la esclavitud de un sistema vital que nos divide entre opresores y oprimidos; entre, básicamente, dependientes de un salario y beneficiarios de una plusvalía. Este azar es mucho más universal que cualquier otro, porque este azar se da en todos los territorios, en todas las culturas y utiliza todas las lenguas. Y este es un azar contra el que vale la pena rebelarse porque es fruto de la injusticia de la organización social qiue nos hemos forjado y que sí debería cambiar.

Por eso mi guerra no es la diferencia de territorio, ni la diferencia de cultura, ni la diferencia de lengua. Mi guerra es la diferencia de status, la diferencia del esfuerzo que es preciso para cubrir las necesidades elementales. No harán que levante ninguna bandera, ninguna reclamación, ninguna proclama contra los que por un azar sin posibilidad de cambio nacieron en otros territorios, en otras culturas y utilizando otras lenguas. Siento que es imprescindible en cambio, a estas alturas, levantar las banderas que correspondan, reclamar la justicia indispensable y proclamar que ya está bien de engaños y de manipulaciones interesadas contra los que no se inmutan ante un mundo de todos, donde unos viven demasiado hartos para que otros vivan demasiado sujetos a la penuria permanente.

No es mi guerra atender las soflamas de los que entienden el mundo como un eterno naciones contra naciones, Estados contra Estados porque los que mandan y se benefician siempre acaban siendo los hartos y los que obedecen y mueren siempre acaban siendo los frágiles.

Si ésta tampoco es tu guerra, haz circular este escrito para que otra opinión sea posible.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.