Entrevista a Clara Serra. La filósofa y política feminista, diputada en la Asamblea de Madrid, disecciona en esta entrevista su libro ‘Leonas y zorras’ que acaba de publicar.
Ahora que Podemos está en un momento más sosegado, ¿ha conquistado el feminismo un espacio mayor?
El título de tu libro, ‘Leonas y zorras’, es provocativo y evoca estereotipos milenarios poco favorables a las mujeres. Sin embargo afirma que tiene una lectura positiva ¿Cuál es?
En el libro hace referencia al feminismo inclusivo, abierto y generoso ¿En qué consiste?
¿Y a qué se refiere con generoso?
Me refiero a que el feminismo tiene que estar hecho por las feministas pero no para las feministas. En ese sentido tenemos que ser generosas porque hay que pensar en las mujeres que todavía no son feministas. Por ejemplo, tenemos que ser generosas en el lenguaje y las palabras que usamos. Hay palabras que nos definen y que son parte de la historia del feminismo, pero que muchas mujeres no entienden o que no han leído ciertas cosas. Muchas a las que tenemos que llegar y convencer pueden salir de una charla feminista pensando que no han entendido nada o que eso no va con ellas. A pesar de que muchas de las que más han sufrido la crisis y los recortes de la austeridad en estos últimos años, muchas de las que han salido del mercado laboral o que son pensionistas, no son feministas. Y para llegar a ellas el feminismo tiene que ser generoso, hablarles de manera que te entiendan, que se sientan interpeladas.
Habla de la importancia del cuidado de los cuerpos de los otros y de cómo esto sigue fuera de la agenda política. ¿Porqué pasa esto y qué consecuencias tiene?
¿Existe el botón para parar el patriarcado?
¿Significa esto que el feminismo tendría que tener una agenda de prioridades?
Claro. Debería tener una agenda de prioridades y una estrategia. Porque la política tiene condiciones de posibilidad. No lo puedes hacer todo de golpe: tienes contexto, tienes herramientas que puedes usar en un contexto pero no en otro… Eso es lo que quiero decir con una defensa del feminismo estratégico. Ese es el tipo de ejercicio que hacen los hombres en política. Los hombres se vanaglorian y se refuerzan mutuamente y celebran mucho su mirada estratégica su «tengo un plan» contra el poder. Y en este plan tengo estas fases y estos tiempos. Y cuando nosotras no demostramos que también lo tenemos, nuestros compañeros no nos consideren de igual a igual en la política. Creen que nosotras sabemos mucho de principios, que estamos muy enfadadas con el mundo, que hay muchas cosas que nos parecen muy injustas, pero que en realidad no tenemos un plan para ganar. Y eso es lo que tenemos que demostrar al mundo y a nuestros compañeros hombres. Tenemos que ser plurales en las estrategias y flexibles. Lo único que tiene que se igual es el punto al que queremos llegar, pero las maneras de hacerlo pueden ser muy diferentes.
En el libro habla sobre cómo el poder del patriarcado lo inunda todo, incluidas las armas para luchar contra él. Puesta en esta tesitura, ¿Es mejor luchar utilizando las armas del patriarcado o quedarse fuera de él?
Lo que explico en el libro es que es imposible quedarse fuera del patriarcado. Ese es un relato un tanto mítico. Creo que ser feminista es hacernos cargo hasta que punto tenemos un enemigo muy grande, y cuando te haces feminista te haces cargo de hasta que punto la cultura patriarcal ha calado, no sólo en todos los ámbitos de tu sociedad, sino también en ti misma. Esta es una perspectiva muy crítica y muy valiente de las feministas. Cuando asumimos que el problema no está solo fuera, que también nosotras podemos perpetuarlo y propagarlo.
Eso puede llevar a quedarte un poco paralizada, pensando que no puedes hacer nada porque incluso tu eses parte del problema. Lo que digo es que, aunque haya que tomarse el tema así de en serio y no hay posibilidad de quedarte al margen del patriarcado, hay un margen de acción y que al patriarcado o al poder o cualquier orden vigente se lo puede atacar incluso con sus propias herramientas. Se le puede enfrentar contra sí mismo y llevarlo a contradicciones.
¿Tiene la lucha feminista que ir de la mano del movimiento anticapitalista o deben ir por separado?
Yo digo que las feministas tenemos una agenda propia, lo que implica que algunas veces sí y otras no. Y que el feminismo en algunos momentos puede hacer alianzas. De hecho las hace y las ha hecho a lo largo de la historia. El feminista es uno de los movimientos más interesantes, porque a lo largo de la historia ha sido capaz de trazar alianzas con el movimiento LGTBI, con el antirracista y con otros muchos. Esto forma parte de la mirada estratégica del feminismo.
Creo que hay que aprovechar las fricciones que a veces se dan entre el capitalismo y el patriarcado y hacerlas funcionar en nuestro beneficio. Por ejemplo, el capitalismo es superfuncional a la ocultación del cuidado, y en ese sentido es un cómplice total del patriarcado. Pero el capitalismo algunas veces ha parecido ir de la mano del movimiento LGTBI, cuando hablamos del capitalismo rosa. Pues cuando hay fricción entre unos poderes y otros es también un momento de oportunidad política. Y lo que hay que hacer es aprovechar esas brechas y enfrentarnos a él.
¿Pero el capitalismo no intenta desvirtuar los movimientos sociales?
Si, efectivamente. El capitalismo intenta cooptar el movimiento LGTBI y ahora al feminismo… Estamos en ese momento en el que vemos que empieza a ser funcional al capitalismo, por cosas como que la firma H&M vende camisetas… Este es un debate que se está dando ahora en el feminismo y que ya se ha dado en el movimiento LGTBI. Lo digo es que hay que ser muy conscientes de eses intento de cooptación, pero a la vez ser conscientes de que esa cooptación no es total. A veces podemos intervenir políticamente para que algo que le es funcional al capitalismo nos acabe resultando beneficioso a nosotras. Mi reflexión es que no demos por hecho que si al capitalismo algo le viene bien, a nosotras necesariamente nos viene mal, porque es más complejo y a veces hay algo que podemos utilizar. No siempre es el capitalismo el que te usa a ti, sino que hay un margen en el que puedes usarlo en tu beneficio, para tu lucha. Usar las propias herramientas del enemigo.
¿Sigue teniendo vigencia saber en qué ola del feminismo estamos?
Creo que es importante mirar hacia atrás, a los pasos que hemos ido dando. Porque la olas son como grandes pasos y es importante saber de dónde venimos y saber cuáles son los grandes pasos adelante que hemos dado las feministas. Estamos en un momento muy interesante y bullicioso, y puede ser que estemos inaugurando una nueva ola a nivel mundial, porque esto no es un fenómeno español. Lo estamos viendo en países de todo el mundo. Pero primero surgen los acontecimientos y luego se les pone nombre. Creo que estamos todavía viviendo un salto cualitativo del feminismo y llegará un poco más tarde la reflexión de lo que ha significado y cómo lo nombramos, si es otra ola y cual sería.
Fuente: http://www.publico.es/politica/no-posible-quedarse-fuera-del.html