…Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia. Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo, un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano, su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba. (….) Así, entra con los pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza. Entra […]
Así, entra con los pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza. Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo. ¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir para ser él también el unánime corazón que le alcanza!
Vicente Aleixandre
El «Movimiento 15M», «Democracia Real Ya» o «Toma la calle» en el estado Español son las respuestas masivas a la indignación popular, al impacto de la crisis en las personas más desfavorecidas mujeres, jóvenes, niños, niñas, ancianas/os e inmigrantes.
Con cinco millones de desempleados/as, que implican 1.200.000 hogares en los que la madre y el padre están en paro, y un 20% de la población activa, España es actualmente el país europeo con el índice más alto de desempleo. Un desempleo que afecta a la juventud en un 45%. Por esto la indignación. Indignación por el privilegio y protección que se brinda a la banca y a otros entes financieros. Indignación porque mientras tanto, miles de familias han perdido la vivienda, pequeñas y medianas empresas han debido cerrar pues no reciben préstamos de los bancos, ésos que usan las ayudas públicas para seguir especulando mientras la mayoría de la sociedad tiene más dificultades para cubrir sus derechos fundamentales.
Las personas manifiestan su indignación ante un sistema capitalista que demuestra que su fin esencial es proteger a un grupo reducido que concentra el capital en el mundo. La gente se manifiesta ante un poder ejecutivo controlado por la banca y los grandes poderes económicos, con un bipartidismo favorecido por una ley electoral antidemocrática, unos derechos sociales completamente desballestados. Y esto se debe a la implementación de la reforma laboral, de las pensiones, de las becas y de las ayudas a la educación. Se debe al recorte de salarios en deterioro de los derechos de trabajadores y trabajadoras, al deterioro de la huella ecológica y energética y al aumento del gasto militar. Además, los tiempos tienden a empeorar con la modificación de la negociación colectiva, privatización de los servicios públicos o la aprobación del pacto del euro, que intenta desterrar las subidas de salarios y constitucionalizar la imposibilidad del déficit, entre otros temas.
Se siguen implementando las exigencias del FMI, BCE y BM. Por ejemplo, en mayo de 2010, la Unión Europea exigió del Gobierno español reducir en 15.000 millones de euros el gasto público. Años atrás, el Gobierno español, gobernado por el Psoe, destinó inicialmente 9.000 millones de euros al saneamiento de una única caja de ahorros, la de Castilla-La Mancha, que se hallaba al borde de la quiebra. Tal cifra se acercaba a las dos terceras partes de la exigida en recortes por la Unión Europea. El mismo Gobierno que suprimió el impuesto al patrimonio, que gravaba ante todo a los ricos, reduciendo sensiblemente la recaudación, mientras incrementó el IVA, que ha castigado a la población más pobre.
Esta grave situación socioeconómica y política, que está generando un retroceso en la garantía de los derechos humanos, es la razón fundamental que ha llevado a la gente a reaccionar, ha salir a la calle, a expresar su inconformismo.
Es la demostración de que el consumismo y la implementación de medios de control ideológicos no han logrado adormecer las conciencias. La gente ve, la gente lee y la gente entiende mucho más de lo que le ofrecen los medios. Esta vez, la tecnología sí ha estado al servicio del ser humano, se ha utilizado internet como medio para convocar cada una de las inconformidades, para ir sumando y decir que SÍ HAY ALTERNATIVAS, que somos muchos, muchas y de sensibilidades variadas, con cuestiones comunes y básicas que nos unen a todos y todas, porque por encima de las diferencias, somos, ciudadanos y ciudadanas que lo que queremos son condiciones de vida digna, una sociedad desarrollada a favor y para el servicio del ser humano, con participación real y justicia social.
Pero no se trata de una revolución. Quizá pueda convertirse en ella, pero, de momento, es una revuelta social inspirada en los cambios suscitados en el mundo árabe y en el retroceso en la garantía y logros en los Derechos Humanos. La revuelta social acaba de empezar, la manifestación del 15M fue convocada por Democracia Real Ya (DRY), posteriormente como acción más concreta de denuncia, para reunir en las plazas a todas las personas afectadas por la crisis y generar un espacio de reflexión, análisis, de construcción de alternativas y de consolidación del movimiento. Así se deciden las concentraciones y acampadas pacíficas en las plazas del estado español, con consignas como: «no podemos conformarnos siendo todavía mercancía en manos de políticos y banqueros».
El movimiento del 15-M es político, como se define la política en todos los actos de la vida. Sí, una política distinta a la que nos han enseñado y que se práctica en los diferentes aparatos organizativos e institucionales.
Por eso hay que cambiar y conectar con esas nuevas formas de hacer política. Sin duda, es un ejemplo y un llamado a la izquierda transformadora para que escuche y cambie parte de su funcionamiento y se abra a otras formas distintas de participar críticamente.
En el último periodo hemos retomado el pulso de la movilización y con toda seguridad vienen tiempos de lucha. Hay que estar atentos/as para no dividirnos y que los varios movimientos indiferenciados se aporten desde sus fortalezas y debilidades, buscando la unión en bien de la lucha y del logro de las reivindicaciones colectivas.
Es necesario que fortalezcamos el movimiento con actos concretos, acciones que empoderen y enseñen que en esta nueva manera de hacer política, es el pueblo quien debe determinar de manera participativa real y mediante todo el consenso que sea posible. Asambleariamente se han acordado algunas medidas que como ciudadanas/os, se consideran esenciales para la regeneración del sistema político y económico: eliminación de privilegios de la clase política, acciones contra el desempleo, derechos a la vivienda, servicios públicos de calidad, control de las entidades bancarias, fiscalidad, libertades ciudadanas, democracia participativa, reducción del gasto militar, reforma de la ley electoral que fortalece al bipartidismo, lucha contra la corrupción, división de poderes e instauración de modos de control desde abajo. Todo ello es el resultado del trabajo de la unanimidad para construir una democracia real.
Sin duda ha empezado una nueva transición en España. El pueblo unido está diciendo: ¡Basta! Las acciones van a continuar como se demostró el pasado 19 de junio con la movilización de un millón de personas que volvieron a tomar las calles de más de 60 ciudades a lo largo y ancho del país. Fue un día en el cual participaron «trabajadores/as, desempleados/as, estudiantes, jóvenes, jubilados/as, hipotecados/as… Y participaron contra todos los ataques y recortes que se siguen y seguirán aplicándose, esta vez desde Europa.
Además de la gente que llenó las calles españolas, aun queda un número por determinar en 58 ciudades europeas manifestándose por la aprobación del Pacto del Euro, acuerdo que supone el empobrecimiento de la sociedad europea en beneficio de la banca y grandes empresas, con aumentos en la edad de jubilación, privatización del sector público y recortes de derechos a trabajadores/as, entre otras medidas.
Lo cierto es que «Democracia Real» Ya ha convocado a cientos de manifestaciones en todo el planeta para el próximo 15 de Octubre. Por su parte, el Movimiento 15M ha fijado para el 15 de octubre la celebración de un referéndum popular en el que se tenga en cuenta la opinión ciudadana. A estas grandes convocatorias son a las que vamos a dedicar nuestros esfuerzos en los próximos meses.
Con todo lo anterior, como incitador y motivador de la lucha de los indignados y las indignadas, cabe rescatar una frase de Stéphane Hessel: «Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos. A los jóvenes, les digo: mirad alrededor de vosotros, encontraréis temas que justifiquen vuestra indignación -el trato que se da a los inmigrantes, a los indocumentados, a los Roms. Encontraréis situaciones concretas que os empujarán a llevar a cabo una acción ciudadana de importancia. ¡Buscad y encontraréis!».
Alba Teresa Higuera Buitrago: Socióloga, especializada en instituciones jurídico-políticas y en Inmigraciones. Defensora de DDHH y refugiada política colombiana, reside en España, es directora de la Asociación GADES y es integrante del PDA-Polo Mosca.
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