Lo extraño sería que la gente nos aplaudiera por convocarla. Una huelga general es una gran putada, es la constatación de un fracaso.» -Ignacio Fernández Toxo, Secretario General de CCOO- Para verificar el sondeo que El País sacó el domingo, según el cual tres de cada cuatro trabajadores no piensan sumarse a la huelga general, […]
Lo extraño sería que la gente nos aplaudiera por convocarla. Una huelga general es una gran putada, es la constatación de un fracaso.» -Ignacio Fernández Toxo, Secretario General de CCOO-
Para verificar el sondeo que El País sacó el domingo, según el cual tres de cada cuatro trabajadores no piensan sumarse a la huelga general, estoy haciendo mi propia encuesta. La dejo aquí, por si quieren participar.
La pregunta es: «¿Hará usted huelga el 29-S?» Y las respuestas posibles son: a)Sí; b)No, estoy en paro; c)No, trabajo en negro; d)No, soy precario y me echarían; e)No, voy justo y no puedo perder un día de sueldo; f)No, soy autónomo; g)No, no quiero ser yo el único en mi empresa; h)No, he leído en el periódico que va a ser un fracaso; i)No, los sindicatos son unos… (escriba lo que proceda).
La huelga es una putada, sí. En primer lugar para los convocantes, que se la juegan y lo tienen todo en contra: nunca tantos trabajadores tuvieron tan difícil ejercer su derecho a huelga, a lo que se suma una campaña mediática antisindical que viene ya de lejos y cuyo último capítulo es el intento de desmovilización a base de repetir desde un mes antes que va a ser un fracaso.
Y pese a ese ambiente tan poco favorable, yo creo que hay mar de fondo, y que más de uno se llevará una sorpresa el 29. En mi barrio ya hay un grupo de vecinos que espontáneamente se han juntado para trabajar por la huelga, sin que nadie los convoque. Porque no lo olvidemos: las huelgas las convocan los sindicatos, pero las hacen los trabajadores.
Y son muchos los trabajadores que en los últimos meses se vienen movilizando, pues al tiempo que el gobierno hace su reforma laboral muchas empresas están haciendo sus propias «reformas», y están encontrando resistencia. Ahí están los trabajadores de Auto-Res, que han pasado el verano en pie de guerra sin que les hagamos mucho caso; o ahora mismo en Vallecas los de UPS, enfrentados a una empresa que, tras tres intentos frustrados de ERE, ha despedido a dos decenas en cuanto ha tenido a su alcance las facilidades que da la reforma laboral.
Según se acerque la fecha se multiplicarán los intentos desmovilizadores. Es una perfecta profecía de autocumplimiento: como la huelga va a fracasar, mejor no te sumes, y así seguro que fracasa.
Fuente: http://blogs.publico.es/