Después de los mineros, y siguiendo su ejemplo, se sucedieron en masa los criminales. Vinieron primero los controladores. Luego llegaron los manifestantes murcianos con una comunal agresión de 40000 personas a un consejero de cultura. Ahora los criminales son, por este orden, los catalanes por conseguir más dinero y los que trabajan sin papeles porque […]
Después de los mineros, y siguiendo su ejemplo, se sucedieron en masa los criminales. Vinieron primero los controladores. Luego llegaron los manifestantes murcianos con una comunal agresión de 40000 personas a un consejero de cultura. Ahora los criminales son, por este orden, los catalanes por conseguir más dinero y los que trabajan sin papeles porque no pueden mantener su familia con 426 euros de ayuda y el gran empresario no quiere contratarlos con un sueldo digno.
Hay quien piensa aún que todos ellos son los que tienen la culpa de la crisis. Hay quien piensa aún que los estados pueden quebrar y se creen el cuento del «como no hay dinero…». Pero hay que detenerse un momento: cuando una empresa quiebra, desaparece, se la quitan a su dueño, se disuelve. ¿Cómo es posible que España se disuelva, que desaparezca del mapa porque no hay dinero? Los estados no pueden quebrar. Hay quien dice: quien tiene un millón, tiene un problema con el banco, pero quien tiene mil millones… Ese es el caso de un país: no es el país quien tiene el problema, sino los bancos que lo han avalado. Por eso, verdaderamente los rescates a Irlanda y Grecia no han sido rescates a países, sino a los bancos que los habían avalado, pero con dinero público, el de todos los europeos.
Aquí en Murcia, no íbamos a ser menos. Hay quien sigue sin ver lo evidente, sin ver que el dinero sí existe, solo que no donde debiera: sin ver que la Paramount se sigue construyendo con dinero público y haciendo negocios con procesados por corrupción como Jesús Samper, presidente de Santa Mónica, envuelto en el caso de la Nueva Condomina; sin ver que continúa también con dinero público la construcción de un segundo aeropuerto en la Región, que no podrán usar los murcianos de a pie, dado que será de uso privado; que los grandes ricos de esta comunidad -los que ganan más de 80.000, más de 100.000 o más de 150.000 euros- siguen sin arrimar el hombro porque el gobierno se niega a subirles los impuestos vía IRPF como hicieron ya hace dos años otras comunidades como Extremadura, pero se elimina dinero de los recursos y de los programas educativos dirigidos a aquellos alumnos que más lo necesitan -el presupuesto actual ya ha concedido la mitad de dinero para compensatoria que hace justo un año, y se prevée la supresión del bonolibro, del PROA o del aumento de la ratio-; sin ver que, en contra de lo que también otras tantas comunidades ya hicieron hace años, se sigue beneficiando en Murcia a las empresas privadas farmacéuticas a costa de la sanidad pública por no haber potenciado aún el uso del medicamento genérico, con el que se ahorrarían decenas de millones de euros que podrían ir a pagar las deudas de la sanidad sin tocar ni uno solo de los recursos, materiales o humanos, que la nueva ley de medidas extraordinaria ya aplica; sin ver en definitiva que, siendo de uno u otro color -no hay más que echar la vista a la situación de los diferentes ayuntamientos de la región- la comunidad iba bien en los años anteriores, no gracias a los señores que han gobernado en la región o en los ayuntamientos, sino a pesar de ellos. Pues gobernar con 10000 euros una familia cuyos recursos básicos requieren 1000 es una tarea muy simple, lo cual justamente ha sucedido en esta y otras regiones: por muy derrochador que uno sea, siempre da para abastecerse. Ahora bien, cuando las cartas se levantan en época de crisis, es cuando los demás observan si la mano que se llevaba era una buena mano o un simple farol.
En todo caso, cuando uno juega con un farol, lo lógico es reconocer al instante la partida perdida para comenzar inmediatamente una nueva. Lo vergonzoso es intentar seguir haciendo creer a los demás que el evidente farol, sigue siendo una buena mano, y ahí es donde uno pierde toda credibilidad y toda autoridad ante los demás. Cuando se pretende seguir convenciendo a una comunidad de que no hay dinero para sanidad y educación cuando se sigue derrochando en abundancia entre corruptos, grandes ricos, constructoras y farmacéuticas. Entonces es cuando la ciudadanía debe responder con total claridad y al unísono. Es cuando mineros y agricultores, controladores y trapecistas, catalanes y murcianos, funcionarios y no funcionarios, parados, jubilados, abuelas y consuegras deben quedar hartos de que nos tomen el pelo siempre los mismos y siempre a los mismos.
Todos en definitiva protestamos por nuestra dignidad: la que nos corresponde como personas y la que socialmente habíamos ganado a lo largo de los años y se nos está robando de un plumazo con el gran invento de la crisis de los estados. Los estados no quiebran, el dinero sí existe, los ladrones son ellos… Eso es lo único que debemos tener claro, a pesar de las divisiones que pretendan provocar: que de este lado estamos todos los que queremos situarnos, todos los que lo demostramos, y no los que ellos quieran hacer creer con sus medios de tergiversación: ¿consejeros agredidos por manifestantes? ¿Pancartas ilegales solo porque donde iba el «agua» ahora vienen «la sanidad y la educación… para todos». Seamos serios, seamos dignos, seamos todos.
HOY JUEVES 10 DE FEBRERO, A LAS 18H EN MURCIA.
Blog del autor: http://dadacotilla.wordpress.com/2011/02/09/no-hay-motivos-para-que-cesen-las-movilizaciones-pero-cada-dia-nos-dan-mas-para-continuar-con-ellas/
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