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Aeropuerto de El Prat

«No imaginamos que cometíamos un delito, en el corazón de cada uno estaban nuestras familias»

Fuentes: La Haine

Mucho se ha hablado estos últimos días sobre lo que ocurrió en el aeropuerto de El Prat el pasado viernes, 28 de julio. Han hablado los medios de comunicación, los políticos, el ciudadano… pero, ¿y los trabajadores? ¿Alguien se ha parado a oir nuestra versión? Para quien quiera escuchar, ahí va una parte de nuestra […]

Mucho se ha hablado estos últimos días sobre lo que ocurrió en el aeropuerto de El Prat el pasado viernes, 28 de julio. Han hablado los medios de comunicación, los políticos, el ciudadano… pero, ¿y los trabajadores? ¿Alguien se ha parado a oir nuestra versión? Para quien quiera escuchar, ahí va una parte de nuestra historia.

El dia 26 de julio corre como la pólvora la noticia de que Iberia ha perdido la concesión de handling (servicios de asistencia a los aviones en rampa) en el aeropuerto de El Prat. Todos los empleados nos quedamos sorprendidos, aturdidos y estupefactos con la noticia y nos cuesta asimilar cómo ha sido posible que Iberia haya perdido la licencia. (En semanas anteriores, el presidente de la compañia, Fernando Conte, había comunicado la intención de que Iberia abandonara El Prat paulatinamente, así pues, la jugada parecía sencilla y limpia)

Ni la empresa ni los sindicatos se manifiestan hasta el día siguiente, y son los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) los que dicen que intentarán que la recolocación de los trabajadores a las empresas que han obtenido el handling (Globalia, FCC y Newco), sea lo menos traumática posible, es decir, que lo más probable es que los 2500 empleados se vean forzados a ser subrogados a estas empresas, tal y como marca el convenio del sector, asegurando las condiciones laborables durante 2 años sobre el sueldo base (hay que recordar que el sueldo base medio para un trabajador de tierra es de unos 550€, información que parece que todo el mundo ha olvidado mencionar…), y a partir de los 2 años, es como empezar de cero, sin antigüedad, sin pluses… No hablaron los sindicatos ni de negociaciones sobre bajas incentivadas, ni movilidad geografica, ni prejubilaciones, ni indemnizaciones concertadas, nada.

Ante este futuro, los trabajadores exigimos de manera inmediata a los sindicatos una asamblea informativa, para que nos cuenten qué van a hacer, o si ya nos han vendido como muchas otras veces. Se plantea la asamblea para el viernes y cuando, a las nueve de la mañana, los trabajadores hacemos el parón para acudir a la asamblea, nos encontramos con que los sindicatos no tienen nada nuevo que decirnos, nada que ofrecer, por no tener, no tienen ni mocrófono ni guión… Entre unos y otros pedimos dirigirnos a la oficinas de AENA para que nos confirmen si realmente Iberia ha presentado oferta y de qué tipo. Y AENA nos confirma que ha sido la quinta peor oferta para el aeropuerto de El Prat (los sindicatos, dos días antes, nos habían asegurado que era una muy buena oferta (?)). A partir de ahí, los trabajadores piden volver a la terminal A, donde se había iniciado la asamblea. Y es entonces, cuando los trabajadores que estamos allí, cansados de que nos mientan una vez más, sintiéndonos engañados, estafados y ninguneados, cansados de que la empresa nos deje solos, cansados de ver peligrar una vez más nuestros puestos de trabajo, sin preguntarnos nada los unos a los otros, TODOS, trabajadores y sindicalistas, nos saltamos la valla y nos encaminamos al centro de la pista.

Nunca nos imaginamos lo que iba a suceder, no pensamos ni por un momento que era fecha de salida de vacaciones, ni que cometíamos un delito entrando a pistas, lo que había en la mente y en el corazón de cada uno de nosotros eran nuestras familias, el trabajo, el sacrificio realizado durante muchos años, indignación porque estabamos solos, porque nos querian dar una patada en el culo. Y se cerró el aeropuerto. En ningún momento mantuvimos una posición extremadamente violenta (como comentó el Sr. Rangel), ni nos encaramos con AENA ni con la Guardia Civil y únicamente abandonamos la pista despues de muchas horas, cuando vimos llegar a los antidisturbios (que presumiblemente habían llegado de Zaragoza y habían encontrado la carretera en operación salida de vacaciones…), no abandonamos la pista por el posible inicio de un acuerdo (que también llegó), sino por mantener nuestra integridad física.

Al día siguiente, todos los medios expusieron su versión de los hechos (y en días posteriores), pero todos coincidían en la actitud irresponsable e inadmisible de los empleados. Nos han tildado de secuestradores de ciudadanos, nos han llamado huelguistas salvajes, y del resto de las circunstancias, cada medio se ha ocupado de manipular la información a su gusto e interés. Se ha informado de cosas ciertas, pero tambien se han vertido mentiras: la jardinera de Iberia no chocó con el ala del avión de la compañia, sino que fue al revés, puesto que la jardinera estaba parada y sin conductor; los sindicatos sí saltaron a la pista con los trabajadores y también son responsables del cierre del aeropuerto como los demás; Iberia no había comunicado que podría realizar el autohandling (como aseguró la ministra de fomento); los trabajadores de Iberia no somos gente privilegiada (trabajamos festivos, navidades, a turnos y bajo las inclemencias del tiempo)…

El caso es que el sabado 29 se reunieron Iberia, AENA, el comité y ahora mismo la espera hasta el jueves se está llevando de una manera tensa. A partir del sábado TODOS, sin excepción hemos estado realizando nuestra actividad a más del 100 por cien, para mitigar el caos y transportar a los pasajeros a sus lugares de destino. A día 31, la situación está sensiblemente normalizada, teniendo en cuenta la epoca en que estamos, los empleados hemos realizado horas extras y sin descanso, lo que demuestra el esfuerzo que estamos realizando todos, lo que indica que esperamos (y deseamos) una reacción positiva por parte de Iberia y de AENA el proximo jueves.

Los trabajadores que llevamos más de 10, 15, 20 años o más en Iberia hemos vivido reivindicaciones de todas clases, nos han congelado los salarios, hemos perdido poder adquisitivo, el IPC siempre ha ido por encima de nuestro incremento salarial, hemos sacrificado parte de nuestro sueldo (años 1994 y posteriores) para reflotar una compañia practicamente en quiebra por la mala gestión y sus ansías de expansión mundial, pero esta vez la gota ha colmado totalmente el vaso y ha derramado expectativas, ilusiones, sueños, esperanzas, ánimos. No podemos permitir una sociedad de empleo precario en el que se destruya al ciudadano medio, y donde los ricos sean cada vez mas ricos y los pobres más míseros. No es la primera vez que Iberia subroga a su personal, y siempre ha sido en condiciones peores a las que ya estaban, de ahí el temor de perderlo todo. Nos han llamado criminales, caraduras, egoistas, en fin, gente de la peor calaña (aunque tambien hemos vistos pasajeros indignados, hacer llorar a compañeros, insultarlos y escupirles, de lo cual se deduce que la indignacion siempre puede llegar a la insolidaridad). De todo eso habría que deducir que algo muy gordo y muy grave está sucediendo para que un colectivo de personas tan numeroso reaccione de esta manera desesperada. Algo está cambiando en esta sociedad y francamente, no creemos que sea para bien.

Para finalizar, después de estos sucesos, todo el mundo quiere sacar tajada del conflicto, los trabajadores sólo conservar nuestros empleos y nuestras condiciones laborales, los demás irán a sus intereses: AENA, Iberia, el gobierno, la generalitat y los sindicatos, y todos utilizarán y manipularán el suceso para sus intrigas económicas y politicas.

Nada más. Saber que nuestras familias nos entienden y nos apoyan, y que quizás con este pequeño escrito, haya alguien que deje de pensar que somos simplemente unos cafres.