España no debería pagar su deuda porque es delictiva e ilegítima Jean Ziegler, vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas España es el segundo país occidental en el que más han bajado los salarios según la OCDE. Desde la reforma laboral, la contratación indefinida solo ha alcanzado el 10% de la […]
España no debería pagar su deuda porque es delictiva e ilegítima
Jean Ziegler, vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas
España es el segundo país occidental en el que más han bajado los salarios según la OCDE. Desde la reforma laboral, la contratación indefinida solo ha alcanzado el 10% de la contratación total, predominando los contratos temporales, y a tiempo parcial, es decir la precariedad laboral. España tiene, además, 4.512.153 de personas en paro; el 27,3 por ciento de su población (12,8 millones de personas, adultos y niños) se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión; ha perdido 11.000 investigadores desde 2010; seis de cada diez jóvenes españoles planean emigrar en busca de empleo, porque creen que vivirán peor que sus padres. Y todo ello, a pesar de los 124.995 españoles que ya se han marchado al extranjero en 2014, sumando 2,18 millones los que están fuera de España.
En España, se han registrado más de 400.000 ejecuciones hipotecarias y una gran parte ha acabado en desahucio. Además, 6.000 pisos protegidos, y 1.860 casas públicas con sus inquilinos dentro, han sido vendidos a los fondos buitres de Blackstone Goldman Sachs por las empresas FCC y Martinsa-Fadesa, y el Ayuntamiento de Madrid, respectivamente.
La deuda pública española ha crecido en más de 67.000 millones desde 2013, alcanzando la cifra de 1.033.857 millones de euros (más de un billón), el 97,70% del PIB, en 2014. Durante años, la deuda estuvo por debajo de los 400.000 euros (entre 324.301, en 1996 y 383.798 millones de euros, en 2007). En 2011, cuando llegó el PP al gobierno, estaba en 743.531 y ahora en 1.033.857 millones de euros, generando 35.000 millones de euros de intereses anuales con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. España paga una media de 100 millones de euros diarios solo por los intereses de la deuda.
Esto no es una catástrofe natural, ni es algo irreversible. Es fruto del modelo económico creado y planificado por PP y PSOE, las dos fuerzas que conforman la mayoría en Europa. Este modelo está basado en la usura para los estados y los ciudadanos de a pie, y la liberalización, la desregulación, la especulación financiera, la libre circulación de capitales, la SICAV y los paraísos fiscales, para que la élite de adinerados no pague impuestos y se apodere, con instrumentos legales, de las riquezas de la mayoría (dinero, servicios y patrimonio públicos), de los salarios y viviendas de los trabajadores.
El PP y PSOE no explican, en campaña electoral, que se han equivocados y que es necesario cambiar totalmente ese modelo económico que ha «logrado» en España que una élite de 1.766 personas de una población de 46.464.053 habitantes tengan más de 50 millones de dólares (39 millones de euros), en detrimento del bienestar de la mayoría que paga las consecuencias de una deuda que algunos expertos califican de «delictiva e ilegítima».
Tampoco explican el contenido del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos que se está negociando, en estos momentos, de forma antidemocrática, al margen de los pueblos europeos, y nos va a poner a los pies de las empresas transnacionales que serán las que realmente gobernarán de acuerdo con sus intereses particulares y no en función de los intereses generales de los pueblos, agravando la actual situación.
Al contrario, utilizan todo su poder mediático para crear grandes cortinas de humo. Los vemos contando grandes mentiras sobre la creación de empleo y la salida de la «crisis», sin poner en cuestión el modelo económico que la genera.
Y a falta de propuestas reales, los vemos atacando al adversario: las acusaciones del «y tú más» con relación a la situación económica y la corrupción entre el bipartidismo que ha sido alternancia y no alternativa de poder, es decir que ha compartido el mismo modelo económico; la violencia verbal y los ataques desproporcionados para los que no han gobernado pero rechazan -y eso es lo que les asusta- el modelo económico que nos ha llevado a esta situación de desigualdad social.
Personalmente, me parece un insulto a la inteligencia de la ciudadanía que la candidata del PP a la alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, compare la no presentación de un papel por parte de un joven becario y la diferencia de criterios con Hacienda de un profesional que lleva muchos años en el mundo laboral, con las tramas de corrupción, no casos particulares, sino auténticas tramas para delinquir de su partido, en su entorno más cercano.
Y me siento engañada e indignada cuando el PP y el PSOE se ponen a comparar realidades políticas, sociales y económicas absolutamente distintas como puede ser las que existen entre un país de Europa y cualquier país de América Latina, sometido históricamente a oligarquías que han perpetuado la desigualdad social y pretenden derribar violenta e ilegalmente a gobiernos democráticos que luchan por salir de una injusticia social secular. Nos tratan como a ignorantes desinformados que no conocemos la diferencia entre países desarrollados y países no desarrollados o en vía de desarrollo.
Y me indigna, no solo porque conozca la Historia de este país, sino porque la he sufrido, que una política como Esperanza Aguirre, que es heredera de un hombre que ha sido siete veces procurador en las Cortes fascistas, y que milita en un partido fundado por ministros del gobierno fascista de Franco, se ponga a darnos lecciones de democracia.
Y me indigna que en lugar de apoyar a un país como Grecia, del sur de la Europa a dos velocidades (por un lado el norte rico y por otro el sur mediterráneo al que pretenden relegar a la pobreza de los años 50 del siglo XX), el PP le diga que tiene que cumplir las «reglas del club» y pagar la deuda, «delictiva e ilegítima», en lugar de aunar fuerzas en la Unión Europea frente a las políticas de «austeridad» y miseria para los pueblos de las derechosas Ángela Merkel y Christine Lagarde (FMI).
¿Todavía no han comprendido que muchos ciudadanos muy diversos, estamos hartos de engaños, de puestas en escena electorales, de promesas engañanecios, de recortes sociales y de libertades, del empobrecimiento y la represión que nos están imponiendo, aquí y ahora? ¿No han entendido que rechazamos un modelo económico, político y social injusto?
No más engaños. ¡RECTIFICACIÓN!
María Puig Barrios forma parte de la Coordinadora Popular por la Vivienda y los Derechos de la Clase Trabajadora AVANCE SOCIAL.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.