El ayuntamiento gobernado por IU puso en marcha varios proyectos de viviendas sociales y venta de solares a bajo precio. Estos proyectos, una vez terminados, se les ofrecieron a los vecinos a unos precios asequibles para que pasaran a su propiedad. Este fue el caso de la familia de Juan Carreño Cerrada, trabajador de la […]
El ayuntamiento gobernado por IU puso en marcha varios proyectos de viviendas sociales y venta de solares a bajo precio. Estos proyectos, una vez terminados, se les ofrecieron a los vecinos a unos precios asequibles para que pasaran a su propiedad. Este fue el caso de la familia de Juan Carreño Cerrada, trabajador de la construcción, que por motivos de la crisis económica, donde este sector cayó en picado, no ha podido seguir pagando la hipoteca que le concedió el Banco Popular.
Las entidades bancarias que han recibido miles de millones de euros de fondos públicos, ahora se muestran insensibles ante aquellas familias que se han quedado en paro y no pueden hacerle frente de esas cuotas.
Pero los bancos no tienen amigos ni escrúpulos, no les importa ni las personas, ni las familias, ni los pueblos. Sólo piensan en cómo ganar dinero, o mejor dicho, robar dinero. El día 5 de julio, como si un delincuente se tratara, la Guardia Civil, acompañando al usurero (empresa mafiosa que se aprovecha de las miserias humanas como un buitre carroñero), y el cerrajero, intentan arrebatarle a ese matrimonio con sus dos hijos pequeños su vivienda.
Eran las 10,00 h, pero los vecinos de la barriada, gente del 15M y del Sindicato Andaluz de Trabajadores, se concentraron en la puerta e impidieron el primer intento de desalojo. Pero la juez y la fuerza del orden público, no pueden toleran que se cuestione su autoridad y vuelven a la carga dieciséis días después.
Como se sabía la fecha del desalojo, el día antes, muchos vecinos y vecinas hicieron noche en la puerta de la vivienda. La orden estaba prevista, al igual que la anterior, a las 10,00 de la mañana. Dieciséis vehículos ligeros, dos furgones y más de sesenta miembros de la fuerza de seguridad del estado; una delegación del juzgado de Utrera y el cerrajero; y todos con sus respectivas herramientas para desalojar la vivienda, porras, porros, cizallas, tenazas, cámaras fotos y vídeo; sin falta el armamento antidisturbios para disolver a los manifestantes.
Pero los vecinos/as, los del movimiento 15 M y el Sindicato Andaluz de Trabajadores, se hicieron fuertes en la puerta, sentados, encadenados, y encerrados dentro de la vivienda. Aguantando con coraje y dignidad, la brutalidad de la policía para desalojarlos. No obstante, esas manazas, empujones y la fuerza que manejan estos elementos al servicio del sistema, fueron abriendo camino hacia la puerta de la vivienda, y sobre las 11,30 h sacaban en brazos al último ocupante, Juan Carreño Cerrada de su hogar.
Los defensores de la ley y el orden, amparándose en la justicia cometían una INJUSTICIA. La impotencia se adueñó de los acampados, gritos, reivindicaciones y sentimientos se hicieron oír. Transformándose en una manifestación espontánea, terminando en la puerta del Banco Popular (responsable del desahucio) con intervenciones de los presentes, donde las ideas y palabras eran firmes «No pararemos la lucha hasta que la vivienda vuelva a manos de la familia de Juan Carreño».
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