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Las falacias del discurso real de navidad

No somos todos iguales antes la ley: ¡Que más quisiéramos!

Fuentes: Rebelión

Señalaba el borbón en su discurso navideño que «la justicia es igual para todos». Podríamos dar el beneficio de la duda o del desconocimiento a otro que aseverase semejante dislate. Pero viniendo de quien viene no podemos disculparle por desconocimiento ya que él, como persona y como institución, representa el ejemplo de que esa aseveración […]

Señalaba el borbón en su discurso navideño que «la justicia es igual para todos». Podríamos dar el beneficio de la duda o del desconocimiento a otro que aseverase semejante dislate. Pero viniendo de quien viene no podemos disculparle por desconocimiento ya que él, como persona y como institución, representa el ejemplo de que esa aseveración es una mentira asombrosa.

El artículo 56 de la constitución española señala que el monarca tiene los privilegios de que su persona es inviolable y que su institución goza de irresponsabilidad por su actos. O sea que no solo no tiene responsabilidad civil o penal, sino que tampoco tiene responsabilidad política y solo pueden ser responsables de sus actos, los que los «refrendasen». Así se escribe en el punto 3 del artículo 56 «La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.»

O sea, que podemos tener un monarca ladrón o asesino que nadie podrá nunca exigirle ninguna responsabilidad. El artículo 56 señala la única excepción en el artículo 65,2 que hace mención a los nombramientos civiles y militares de la casa real. Es lo único que se le puede cuestionar.

O sea que no es el más indicado para hablar de su yerno ni para dar lecciones de honradez. Mientras vemos como juzgan al ex presidente valenciano Camps y otra serie de presuntos corruptos por una trama que les regalaba trajes, nadie habla de cómo se financió el yate Fortuna o como se han ido incrementando los beneficios de la casa real como comisionistas de muchos negocios turbios.

Seremos iguales ante la Ley cuando todos los ciudadanos tengamos el mismo valor y los mismos derechos, entre otros el de poder presentarnos a elegir al jefe del estado.

Como siempre, sobresalen los lacayos de uno y otro signo que sobre la base de una supuesta crítica al yerno del rey salvaguardan la figura del rey y la institución, aplaudiendo incluso la «firmeza del Borbón».

Basta ya de tanto cinismo. A ver cuando algunos se enteran de que el problema de la representatividad de este sistema político no está en que el voto al congreso sea proporcional sino en conseguir que la democracia plena llegue a nuestro país acabando con instituciones hereditarias (inviolables e irresponsables».

Jesús Béjar Sánchez. Sindicalista de CCOO y militante del POSI (IV Internacional)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.