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No somos tontos: carta abierta al Secretario de Estado de universidades

Fuentes: Rebelión

«Estimado» Señor Marius Rubiralta: Como estudiante millonario y decididamente a favor de la privatización de la universidad y de Bolonia, quiero solicitar al presidente Zapatero (o a su Ministra la empresaria Cristina Garmendia) que sea usted destituido inmediatamente de todos sus cargos. Los estudiantes no son tan estúpidos, Rubiralta. Un estudiante universitario lleva como poco […]

«Estimado» Señor Marius Rubiralta:

Como estudiante millonario y decididamente a favor de la privatización de la universidad y de Bolonia, quiero solicitar al presidente Zapatero (o a su Ministra la empresaria Cristina Garmendia) que sea usted destituido inmediatamente de todos sus cargos.

Los estudiantes no son tan estúpidos, Rubiralta. Un estudiante universitario lleva como poco 12 años haciendo exámenes; en estos doce años, el estudiante recorre los avatares básicos de la ciencia y el pensamiento humanos; se le exige analizarlos, comprenderlos y asimilarlos, al menos hasta cierto punto.

Sin embargo, en su profesión los requisitos son diferentes. Usted está del lado de los que afirman, ofendidos, que la Tierra es plana, mandando a la hoguera a cualquiera que ose contradecirle; y es que el sistema institucional del que forma parte es un complejo entramado que se levanta para la defensa de unos determinados intereses, que a un lumbreras como usted no le será difícil imaginar.

Señor Zapatero: cese a este hombre de su cargo ahora mismo. Usted no engaña bien a la gente, señor Rubiralta. Usted no es creíble. Pone en riesgo todo el sistema institucional y, sobre todo, los intereses a los que éste sirve.

Como tenga usted más intervenciones como la de ayer en Oviedo, más y más estudiantes se pondrán en contra del Espacio Europeo de Educación Superior; ¡y eso no le conviene al capitalismo español, pero nada de nada!

Estoy intranquilo por la libertad. Eran demasiados ya los estudiantes totalitarios que desean coartar la libertad de empresa, cerrándoles a estas el paso para que no entren en la Universidad. Son ya demasiados los radicales que afirman que… la universidad ha de administrarla el Estado, no las empresas. ¡Qué insensatez!

Y tras leer esta mañana el periódico (véase http://www.elcomerciodigital.com/oviedo/20081125/asturias/alguna-universidad-cerrar-sera-20081125.html) he llegado a la conclusión de que van a ser más y más cada día, porque son ustedes unos incompetentes y no saben engañarlos adecuadamente.

Al parecer, la Universidad de Oviedo otorgó ayer 70 premios a los mejores expedientes de la universidad, y los galardones fueron patrocinados por 74 empresas. ¿Qué clase de inepto fue el organizador del evento? Rubiralta, no hace falta ser de matemáticas (o quimico, como usted) para darse cuenta de que eso es una verdadera vergüenza. Todavía una empresa por estudiante (70 para 70) habría estado bien, pero ¿más empresas que estudiantes? ¿Quién ha sido el inepto?

Y esto habría podido pasar, pero desgraciadamente tuvo usted que tomar la palabra, haciendo automáticamente bajar las acciones de todas mis empresas. Veamos sus increíbles palabras:

«Si alguna Universidad va a cerrar no será por Bolonia, será por el mercado.»

¡Vaya! ¿No me diga? La culpa no es del nombre de una ciudad italiana o una playa de Cádiz, sino de los mecanismos articulados desde hace unos años para que el mercado intervenga en la universidad y tenga algo (o peor: mucho) que decir acerca de qué universidades abren y cuáles cierran. ¡Qué sagacidad la suya, señor Rubiralta! ¿Ha pensado proponerse para el Nobel? No somos tontos.

«No le pongamos a Bolonia más problemas de los que tiene. Bolonia solamente permite que las personas con una titulación puedan circular libremente y que, a lo largo de la vida, se le reconozcan las capacitaciones que ha ido adquiriendo en los distintos trabajos».

Qué manera de jugar al despiste… Es decir, que «Bolonia» son sólo ciertos artículos de la LOU, ciertos artículos de los Reales Decretos y ciertos artículos de las Leyes de Financiación. El resto de los artículos no, esos ya no son «Bolonia». ¿El porqué? Porque lo dice usted. Poco importa que hayan sido escritos por las mismas manos, aprobados por la misma Comisión Europea y aplicados por los mismos políticos en los mismos países. ¡Da igual! «Bolonia» es sólo la movilidad (que, por otra parte, los estudiantes nunca han criticado). La cuestión es: ¿hacía falta privatizar la universidad para que hubiera movilidad? No somos tontos.

«Ese es el proceso inicial de Bolonia, pero aquí se la ha querido incorporar la financiación, la gobernanza, la transferencia, el estatuto, la internacionalización… Y esto es Estrategia 2015, no Bolonia.»

Señores: todo el mundo para casa, que se llama «Estrategia 2015». ¡Ya no hay problema! Lo que nos molestaba era el nombre, no el contenido.

Ahora me siento mucho más tranquilo. ¡Y yo que pensaba que quien privatizaba la universidad era el nombre de una ciudad o una playa! Ahora resulta que el problema no es «Bolonia», sino «Estrategia 2015». Solucionado, ya hemos aclarado este malentendido.

Te van a fusilar y gritas: «no me mates con esa ametralladora»; entonces llega el gran Secretario de Estado y te dice: «No es una ametralladora, estúpido inexperto; es una AK-47». ¡Salvado! Las balas ya no te afectarán. ¡Es usted maravilloso! Como buen científico, acaba de descubrir algo increíble (nunca mejor dicho). Verá cuando se enteren los de Amnistía Internacional; qué tontos, años luchando contra la pena de muerte cuando era tan fácil como eso.

Pero bueno ¿es que acaso está usted en contra de la Estrategia Universidad 2015? ¡Qué vergüenza (o qué poca)! Si ha participado usted en una gira del Ministerio por numerosas universidades españolas proclamando lo maravilloso de esa estrategia. ¿Es que ya no se acuerda de sus palabras en la Universidad de Vigo? Por desgracia para la gente como usted, en este mundo existe una cosa llamada Google.

Sigamos pensando. Si los estudiantes denominan «Bolonia» a la Estrategia Universidad 2015 y usted está a favor de dicha estrategia, los estudiantes protestan contra aquello de lo que usted está a favor. ¿Cree que mareando la perdiz con el nombrecito van a olvidarse de eso? No somos tontos, Rubiralta.

Usted ha aclarado el malentendido, pero era un malentendido comprensible; sobre todo teniendo en cuenta que el Real Decreto 13/93 (en estas protestas, los estudiantes pedimos su derogación) establece que en el año 2015 ya sólo habrá Grados; se habrán acabado las licenciaturas en todo el reino borbónico. ¿De qué me sonará a mí esa fecha…? ¡Vaya, qué casualidad!

En toda Europa es lo mismo: más tasas, menos becas, los estudiantes gritando en la calle. ¡Casualidad, todo casualidad, nos decían! ¡No existe un proceso en toda Europa, nos decían! Usted, Rubiralta, es un poquito más sutil (¿o quizá menos?): este proceso sí que existe, pero no se llama «Bolonia», sino… «Estrategia 2015». Lo dicho: a casa todo el mundo que ya nos hemos quedado tranquilitos… No somos tontos.

«Los estudiantes ven en el horizonte algunas amenazas de cambios sociales, de globalización del mercado, de la crisis, y lo han identificado con Bolonia, cuando sus preocupaciones deberían de ir en una dirección menos, entre comillas, de reivindicación clásica y más de trabajo.»

¿Más y más trabajo o más y más Mc Donnals? Señor Rubiralta: ¿es que no ha leído los Libros Blancos de los propios Grados que dice defender? ¿Es que no sabe que las competencias profesionales de los mismos son sensiblemente inferiores a las que podían desarrollarse con las licenciaturas? ¿No le parece que esto debería preocupar a los estudiantes y condicionar sus reivindicaciones?

¿Identificamos Bolonia con la crisis? Que yo sepa, la LOU fue aprobada en el año 2002. Usted recordará las manifestaciones multitudinarias, ¿no? Por entonces usted debía de estar labrándose el camino (léase besando los traseros adecuados) para llegar a ser Rector de la Universidad de Barcelona. Así que lo recordará muy bien.

La cuestión es ¿había crisis también en 2002, Señor Rubiralta? ¿Usted cree que somos tontos y se nos puede engañar con una tontería semejante?

Ya sabe que esa LOU creaba los Consejos Sociales (Artículo 14) y la ANECA (Artículo 32), dos organismos tristemente controlados por los empresarios. Por ejemplo, veamos el Consejo Social de la UB, la universidad de la que hasta hace unas semanas usted era Rector (http://www.ub.edu/cs/membres.htm). El presidente del consejo social es su amigo Joaquim Coello Bufrau. Buscando en el Google he averiguado que es el consejero delegado de la compañía Applus.

Buscando el nombre de esta empresa he llegado al siguiente resultado: Applus es un grupo empresarial dedicado a la certificación, inspección y ensayo. Es una empresa multinacional con el 75% de capital perteneciente al grupo estadounidense Carlyle y con el 25% perteneciente a un grupo de empresarios y cajas catalanas lideradas por Caixa Catalunya.

¡Esto es una puñetera vergüenza!

El siguiente miembro de su Consejo Social es Francesc Boada Pallarés, Presidente de Abantia, ¡una constructora! El siguiente, Joan Corominas Guerín, ¡Presidente del Círculo Ecuestre!

No sigo porque es inútil; cualquier puede consultar en la página web (¿será capaz de negarme esto, señor Rubiralta? ¿miente la propia web de la UB?).

La cuestión es que, si el Consejo Social es el que administra los presupuestos de la universidad, es la patronal la que administra los presupuestos de la universidad.

¡Genial! ¡No hay de qué preocuparse! No somos tontos.

«Estamos hablando de un Estatuto del Estudiante para que su voz se coloque en el centro de gravedad de las políticas de los próximos meses»

Si esto fuera cierto, habrían ustedes sometido a votación la LOU, así como los Reales Decretos. Y en lugar de crear un Consejo Social y una ANECA dominadas por los empresarios (no somos tontos), habríamos creado una con representación de profesores, alumnos y Personal de Administración y Servicios. No ha sido el caso.

«y esto se hace mejor con una voz constructiva que con una protesta asamblearia en donde, al cabo de un tiempo, nadie sabe exactamente qué se está reivindicando.»

¿Nadie sabe lo que está reivindicando? Yo recuerdo haber leído tablas reivindicativas bastante explícitas. Por ejemplo:

– Derogación de la LOU, y especialmente de los artículos 14 y 32; es decir, derogación de los Consejos Sociales y la ANECA. También derogación del artículo 13 (y afectados), para que todos los cargos sean elegidos por sufragio directo por parte de alumnos, profesores y PAS.

– Derogación del Real Decreto 13/93, y en especial de los artículos 25 y 27, que otorgan a la ANECA capacidad para clausurar una titulación oficial en todo el Estado español.

    – Derogación de las Leyes de Financiación, como la Ley Andaluza de Universidades 15/2003, que otorga más financiación a aquellas carreras cuyos graduados monten empresas propias.

    – Supresión de las nuevas becas-préstamo que conceden los bancos; garantías legales de que las becas estatales a fondo perdido no se verán resentidas.

    – Posgrados a precios públicos; congelación de las tasas de matriculación.

    (…)

No voy a seguir; creo que tampoco hace falta.

¿No sabemos lo que estamos pidiendo, o no sabe ya usted qué decir para que dejemos de gritarle estas cosas a la cara? No es lo mismo, Señor Rubiralta. Ya le he dicho que no somos tontos.

«La Universidad es diálogo y debate, y tiene los marcos suficientes como para no crear otro, folclórico, en unos encierros en los que no se sabe muy bien quién controla a quien.»

¡Eso! Que nos dé lecciones de diálogo su colega Lluís Ferrer, antiguo Rector de la UAB, que dio permiso a los Mossos d’Esquadra para que entrara en la universidad y masacrara a palos a los estudiantes (cosa que no ocurría, ay qué nostalgia, desde los tiempos de Franco). Tiene usted razón en lo del diálogo; las porras, elocuentes donde las haya, hablaron por sí solas.

¿Cómo? ¿No se sabe quién controla a quién? Me parece que ha visto usted demasiadas películas de colegios en guettos marginales. No sé cómo serán los encierros en su universidad, pero en la mía nadie lleva a nadie a punta de navaja o pistola. Y folklorismo hay poco, a menos que esa noche nos dé por cantar una sevillana.

Lo que hay son talleres, actividades, ponencias acerca de lo que es el Espacio Europeo de Educación Superior y muchas ganas de trabajar, la verdad. O sea, que debate y diálogo, todo el del mundo, y más. A lo mejor no somos tan listos como los 70 lumbreras ovetenses, pero ¿por qué se empeñará usted en tratarnos a todos como tontos?

«Nadie está diciendo que la colaboración con el entramado social ponga a la Universidad en manos de la empresa y lo hemos visto aquí. Hay que huir de ese miedo a la dependencia. ¿Acaso la Universidad de Oviedo es menos libre por estos premios? Puede haber una amenaza, pero no es una realidad.»

Hombre pues… ahora que lo dice…

No sé, a usted lo nombro Secretario de Estado de Universidades la «señorita» Cristina Garmendia, la Ministra. ¿En manos de quién dejó Zapatero la universidad? Cristina Garmendia, además de ser una pija insufrible, es una importante empresaria que pertenecía a la Junta Directiva de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales).

La patronal dirigiendo la universidad española. ¿No podían haberlo camuflado un poquito?

Lo dicho Señor Rubiralta: como millonario a favor de Bolonia, pido inmediatamente su destitución. Es usted un torpe; no sabe engañar a la gente.

Comos siga usted así, esos paranoicos se pondrán en contra de una universidad supuestamente pública pero donde las becas las dan empresas, los planes de estudio los deciden empresas, las patentes de investigación se las quedan empresas, la gestión la llevan empresas conforme a criterios empresariales y hasta el Consejo Social está plagado, cómo no, de malditas empresas.

Señor Rubiralta: no somos tontos.

Manuel Muñoz Navarrete es Delegado de Alumnos de Filología en la Universidad de Sevilla