Sorprendido por tamaño desatino leí el miércoles en Gara la noticia: «Silveira será juzgado hoy en Donostia por escribir un artículo contra «los sentimientos religiosos»». Comentaba el periódico que «El bertsolari y columnista de GARA Xabier Silveira deberá comparecer hoy ante el Juzgado de Donostia por escribir un artículo de opinión en este diario. Concretamente, […]
Sorprendido por tamaño desatino leí el miércoles en Gara la noticia: «Silveira será juzgado hoy en Donostia por escribir un artículo contra «los sentimientos religiosos»».
Comentaba el periódico que «El bertsolari y columnista de GARA Xabier Silveira deberá comparecer hoy ante el Juzgado de Donostia por escribir un artículo de opinión en este diario. Concretamente, la Fiscalía de Gipuzkoa acusa al vecino de Lesaka de un delito contra «los sentimientos religiosos», por escribir el 8 de diciembre de 2006 un artículo bajo el título «Me cago en la virgen». La Fiscalía solicita contra él una multa que asciende a 3.600 euros. Fue el pasado mayo cuando el Ministerio Público dio a conocer su postura, donde consideró que el texto puede ser constitutivo delito, ya que el acusado era «consciente de que lo escrito podía ofender los dogmas, ritos y creencias de quienes profesen la religión católica»».
La página web con la que cuenta el bertsolari critica la actuación judicial, apunta que «no son nadie para juzgar palabras» y asegura que «no me callarán».
En el texto, Silveira recuerda lo acaecido con las caricaturas publicadas en varios diarios sobre Mahoma, e insiste en que «bonitos os pusisteis defendiendo entonces la libertad de expresión cuando la comunidad musulmana protestó por ello».
«Y ahora resulta que no nos podemos cagar en la virgen aunque sólo sea una forma de hablar», prosigue el texto antes de asegurar que «estáis enfermos». Como broche final a su denuncia, el lesakarra afirma que «ese fanatismo que os carcome el cerebro hasta el punto de no poder tolerar nada que no comulgue con vuestro nacionalcatolicismo español os puede y os pierde».
Nada más conocer su imputación, Xabier Silveira denunció el «extraño» recorrido de la denuncia y precisó que comenzó mediante «un email enviado a la fiscalía gallega, que lo trasladó a Bizkaia y, finalmente, fue asumido por la Fiscalía de Gipuzkoa».
Yo también exclamé ¡mecagüen la virgen!, sorprendido hace unos años tras leer el libro de 158 páginas, Jungfrauengeburt. Die Geschichte von Maria und ihrem Sohn, del famoso exegeta protestante Gerd Lüdemann, uno de los grandes especialistas en los dos primeros siglos del cristianismo. Apoyado en numerosos pasajes de la literatura bíblica y judaica este preclaro profesor de la universidad de Gotinga, Lüdemann, sostiene que María habría sido violada -no tan raro antes y ahora-, que Jesús sería fruto de una violación y no, como sostiene la Iglesia católica, engendrado por Dios, en concreto por el espíritu santo. Entre otras expresiones, la frase «¡éste no es el hijo de María!» en el sentir de entonces indicaría violación y encerraría desprecio machista y social. Los hijos legítimos siempre eran hijos del padre y así se hacía constar.
Y el teólogo Helmut Schütz va más lejos: pone nombre al violador. María habría sido violada por su padre y Jesús sería hijo de un incesto. Sostiene que la frase «Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo y nació de la virgen María» no es una falsificación de la realidad histórica sino «una explicación teológica de un hecho horrible, la violación, superado con el recurso y ayuda de Dios». Una serie de indicios, encontrados en el relato, le llevaría a este teólogo, estudioso del lenguaje de las mujeres violadas, a esta conclusión. Ya ante la idea de María, madre y virgen a la vez, transmitida por la Iglesia católica, no es difícil que una persona con cierta sensatez exclame: ¡mecagüen la virgen! En todo caso con el bertsolari Xabier Silveira lo verdaderamente insensato y sorprendente es la postura del fiscal.