Mucha gente, en España, ya considera «normal» que haya políticos en la cárcel y en el exilio. Para mí, desde cualquier punto de vista, es una auténtica barbaridad. Son gente que defendía, y muchos todavía defienden, ideas políticas que, con toda la claridad del mundo, estaban escritas en el programa electoral de sus partidos, por […]
Mucha gente, en España, ya considera «normal» que haya políticos en la cárcel y en el exilio. Para mí, desde cualquier punto de vista, es una auténtica barbaridad. Son gente que defendía, y muchos todavía defienden, ideas políticas que, con toda la claridad del mundo, estaban escritas en el programa electoral de sus partidos, por ejemplo, en el de JuntsXSí de 2015. Lo ha dicho incluso el exfiscal Mena.
Hay mucha gente que considera «normal» que todo el aparato policial español, el importante órgano que es la Fiscalía, jueces de la Audiencia Nacional, del Supremo y algunos de Instrucción, escriban documentos hablando de violencia, sedición y rebelión y encierren a gente en prisión, prisión «preventiva» y se atrevan a defenderla diciendo que es para evitar lo que ellos consideran «reiteración delictiva«. Y mucha gente en España (y aquí incluyo Catalunya) lo considera «normal».
La inmensa mayoría de debates, artículos o informaciones se centran en los términos jurídicos de lo que está pasando. Los jueces, fiscales y abogados ya son las vedettes del show. Además, los propios políticos lo fomentan, como si ellos fueran observadores ajenos a la situación.
El conflicto catalán es una cuestión política, pura y simplemente política, y cualquier otra vía de solución o de intento de eliminación que no pase por la política será inútil. ¡Atención! Inútil para solucionarlo, pero muy útil para continuarlo alimentando, que es, sin lugar a dudas, lo que quieren algunos y me temo que el aparato judicial, al menos algunos, le está cogiendo gusto a tanto protagonismo y se creen llamados (¿por el Rey?) a defender la unidad de España al precio que sea, incluso a costa de actitudes, investigaciones y resoluciones que tarde o temprano los harán avergonzar.
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