«¿Cuánto tiempo lleva tu padre sin trabajar? ¿Cuánto tiempo que no te compra ropa nueva? Este país da asco. En los países del Norte todo va mejor…lo sabe todo el mundo…¿No ves la tele?». Quien así habla es Abraham, uno de los adolescentes que protagoniza el cortometraje de tres minutos «Un lugar mejor». Con la […]
«¿Cuánto tiempo lleva tu padre sin trabajar? ¿Cuánto tiempo que no te compra ropa nueva? Este país da asco. En los países del Norte todo va mejor…lo sabe todo el mundo…¿No ves la tele?». Quien así habla es Abraham, uno de los adolescentes que protagoniza el cortometraje de tres minutos «Un lugar mejor». Con la dirección y guión de Moisés Romera y Marisa Crespo, el «corto» habla de anhelos, frustraciones, prejuicios y contrastes. Con abundantes pinceladas y sugerencias, forzadas por el formato. Estrenada la película en 2013, «Un lugar mejor» ha obtenido más de 50 premios y 240 selecciones internacionales. «No pretendemos mostrar respuestas cerradas a nada» y «nos encanta la sátira como herramienta para la crítica», afirman Moisés Romera y Marisa Crespo en relación con su cine. Hace una década que dejaron atrás las carreras de ingeniería, y en la productora Proyecta han realizado cortometrajes («Souvenir», «Sirenito», «La M manda», «11/11», «Valentina»), un largometraje «hiperactivo» titulado «Contra el tiempo» y series documentales como «Gotxa!». También se han dedicado al reportaje y al mundo de la publicidad.
P-Con un grupo de jóvenes senegaleses que juegan al fútbol en una tierra árida, mientras suena música africana de fondo, se inicia el cortometraje de cuatro minutos «Un lugar mejor». ¿A qué hace referencia el título? ¿Qué polémica se plantea entre los jóvenes protagonistas?
No nos gusta hablar mucho de los cortos que hacemos si la gente no los ha visto, pues a menudo contienen giros inesperados y queremos que la gente los vea sin expectativas ni prejuicios. En este caso, claro está, el título hace referencia a que los protagonistas sueñan con ir a un lugar mejor.
P-¿Pretende esta película transmitir alguno o varios «mensajes», o bien mostrar una variedad de conflictos?
Aunque reflejamos nuestras ideas, no pretendemos mostrar respuestas cerradas a nada. Intentamos, antes que nada, entretener. A ser posible, sorprender, y a veces, que el espectador se plantee preguntas a temas cercanos a todos. En el caso de «Un lugar mejor», en tres minutos se tratan muchos temas actuales. No fue algo estratégico ni planeado, teníamos la idea general y el guión lo escribimos de un tirón.
P-Vuestra filmografía (fundamentalmente cortometrajes) suele abordar comedias con un punto de sarcasmo y sobre todo un punto de vista lúdico de la realidad. ¿Se corresponde con un modo de ver la vida? ¿Por qué os adentrasteis con «Un lugar mejor» en el campo de lo social?
No lo sabemos, ni todo lo que hemos hecho es comedia, ni todo ha tenido un componente social. Sí que es cierto que nos encanta la sátira como herramienta para la crítica. Disfrutamos mucho como espectadores este género y buena parte de lo que hacemos tiene ese tono. Por cierto, si alguien quiere ver «Un lugar mejor», puede hacerlo por menos de un euro en https://vimeo.com/ondemand/
P-En 2014 estrenasteis el último cortometraje, «Valentina», que ganó recientemente el Premio del Público en el Festival ManzanaRec. Lo protagonizan una chica, un chico, un perro y el destino, que tratan de escenificar los problemas del mundo de la pareja y la incomunicación. ¿Cómo se tratan estos asuntos a partir de la risa y la burla?
En este caso, no usamos esos elementos. Valentina es puro entretenimiento: una comedia romántica pura sin sátira ni ninguna crítica entre líneas. Intentamos jugar con el espectador partiendo de una sitcom, pasando por el suspense, acercándonos al drama y dándole otra vuelta de tuerca inesperada. Se puede ver en https://vimeo.com/ondemand/
P-¿Qué diferencias observáis entre el trabajo para un «corto» respecto a los largometrajes? En 2006 produjisteis «La M manda» en Jaipur (India), donde en sólo un minuto y 30 segundos descubrís «una anécdota fugaz que revela una verdad universal». ¿Cómo se hace en minuto y medio?
Aunque un largo dura 10 veces más que un corto, el trabajo que conlleva es 100 veces más complejo. El corto documental «La M manda» fue totalmente improvisado. Estábamos en India con otro proyecto y se nos planteó una situación en la calle. Llevábamos la cámara y la grabamos. En realidad la situación no era muy grave ni dramática pero la resignificamos. Una música trágica, un eslogan y los prejuicios que tenemos en occidente hicieron el resto.
P-Uno de los trabajos más originales es «La insólita aventura de Jovi contra el tiempo». Mediante una aplicación específica y los smarthpones, el público decide cada poco tiempo lo que va a ocurrir en la película. ¿Qué les diríais a quienes atribuyen efectos malignos a las nuevas tecnologías e identifican el cine con filmes muy elaborados, de ritmo moroso y sin impactos hollywoodienses?
No somos muy de dar lecciones, la gente debe sacar las conclusiones con la experiencia. Las nuevas tecnologías, como casi todo en la vida, tienen un lado bueno y otro más oscuro. Black Mirror es una serie fascinante sobre el tema. En el caso concreto de «Jovi contra el tiempo», hicimos sin apenas presupuesto algo mutante y experimental. Empezó como una webserie y acabó siendo la primera película interactiva que controlaba el público mediante el smartphone. Respecto al tempo y los VFX en el cine, pues es como todo. Depende del uso. Aprovechamos para recomendar «Moon», una peli lenta, con tecnología, efectos especiales y con un guión brutal.
P-Cuando se repasa vuestra serie de cortometrajes (una producción abundante en una década), hay algunos elementos que se repiten a pesar de que cambie la trama y el género. En «Gotxa!», una serie documental para televisión de 12 capítulos rodada en 12 ciudades de la India, introducís el juego y la sorpresa. En otros trabajos, como «Los pájaros 2″ (La comedia terrorífica)», también de 2006, hacéis un guiño a los clásicos desde la ironía. ¿Es premeditado este enfoque burlesco, hay que trabajarlo, o surge de manera natural a la hora de hacer el guión y dirigir?
Normalmente, las ideas nos surgen con su tono ya asociado, de manera natural. Pero no consideramos que «el enfoque burlesco» sea nuestro sello. «Los pájaros 2» es, problemente, nuestra obra más gamberra. Incluso la firmamos con seudónimos (Marisa es Edu Madera y Moisés es Bennyto Hill) y nos disfrazamos para sacar las fotos de los directores. Enviamos Los Pájaros 2 a unos cuantos festivales donde fue seleccionado, y nos echamos unas risas con la organización cada vez que invitaban a Edu y Bennyto a un festival y aparecíamos nosotros. Pero, como ya hemos indicado, ha sido la única vez que nos ha dado por hacer el gamberro, porque nos apetecía y la obra era tan low cost que nos lo podíamos permitir. Cada idea tiene su enfoque y normalmente no variamos el tono con el que fue concebida. A la hora de escribir el guión y dirigir, trabajamos para conseguir ese tono.
P-Dos de vuestras producciones, «Sirenito» y «Papás y mamás», se utilizan como material didáctico en institutos y universidades. ¿Qué enseñan a los jóvenes?
«Sirenito» está más indicada para hacer reflexionar a los padres que para enseñar a los hijos. Es una crítica a esos padres ocupados, que ni pueden ni quieren dedicar tiempo a la educación de su hijo, y que aspiran a tener «el hijo perfecto». Es una crítica a los adultos prejuiciosos, que piensan que la tendencia sexual de una persona determina su inteligencia, sus habilidades o su sensibilidad. Un día de estos preguntaremos a los institutos donde los pasan qué pretenden enseñar a los jóvenes. En las universidades, probablemente, le sacarán más provecho.
«Papás y mamás» es una denuncia a la violencia doméstica desde un punto de vista inesperado. Muestra cómo concibe el juego de papás y mamás una niña que presencia una situación de maltrato a diario. Opinamos que no enseña nada, pero es un buen punto de partida para analizar las consecuencias de la violencia doméstica y que surja el debate.
Además de estos cortos, hay otros como «Un lugar mejor», «La M manda» o «Menú equivocado, que también se usan como material didáctico. Sin embargo, no nos gusta nada aleccionar y no pretendemos enseñar nada. Con estas obras, además de entretener, simplemente buscamos remover algo dentro del espectador, dejar un poso que dé lugar a la reflexión. Todos estos cortos pueden verse en Youtube.
P-En vuestro caso, ¿son el cine y el arte una forma de autoconocimiento, una manera de divertirse o una profesión?
¡Qué interesante! No somos conscientes de utilizar el cine como forma de autoconocimiento. Sí que percibimos que, sobre todo nuestros guiones, muestran ciertas características comunes que definen perfectamente nuestras obsesiones y nuestras pasiones. Lo que nos pasa, lo que nos gusta y lo que nos aterra. Pero constatar esto no hace que nos conozcamos mejor. Somos autores, y cuando creas algo inevitablemente proyectas una parte de ti. Incluso cuando es un encargo, dejas algo tuyo (que en nuestro caso conocemos perfectamente).
Por otro lado, nos gustaría poder definir el cine (guión y dirección) como nuestra única profesión, pero es algo tan inestable que lo compaginamos con la docencia y otros encargos puntuales como la publicidad. En estos momentos es casi utópico vivir única y exclusivamente del cine a no ser que seas taquillero de un multicine… Nuestro objetivo es tratar de disfrutar con todo lo que hacemos, y el cine es una de las cosas con las que más disfrutamos pero calificarlo como una mera manera de divertirse sería etiquetarlo como un hobby y en nuestro caso no se reduce a eso.
P-Contáis con vuestra propia productora. ¿Proporciona eso mayor grado de libertad, es decir, no tener que obsesionarse con tener que gustar al público y a un productor que financie la película?
Somos, como muchos directores o guionistas, productores por necesidad. En este país es muy común. Y eso lleva ventajas y desventajas. Eres más independiente, tienes más libertad a las hora de tomar decisiones, pero arriesgas mucho más tu dinero y tiempo. Y el trabajo se multiplica por diez. También hemos trabajado por encargo y nos encanta.
P-Por último, trabajáis en dos próximos largometrajes: «Bisnes» y «La sagrada familia». ¿Qué se puede avanzar?
Son dos películas con un tono similar. Son dos sátiras, tocamos temas muy actuales, jugamos entre el drama y la comedia ácida y tienen detrás una buena dosis de crítica social. Aunque están avanzados, de momento estamos todavía en fase de escritura. Y no podemos decir mucho más.
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