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El paro: Los datos en profundidad, las razones de la desigualdad

¿Nos quedamos parados?

Fuentes: Rebelión

Hace ya casi un mes que salieron los datos de la Encuesta de Población Activa (en adelante EPA) del segundo trimestre de 2013. Los datos, satisfactorios para el gobierno, reflejaban la caída del paro en 225.000 personas, un 0,9% menos que en el primer tercio del año, dejando la tasa en el 26,26% de la […]

Hace ya casi un mes que salieron los datos de la Encuesta de Población Activa (en adelante EPA) del segundo trimestre de 2013. Los datos, satisfactorios para el gobierno, reflejaban la caída del paro en 225.000 personas, un 0,9% menos que en el primer tercio del año, dejando la tasa en el 26,26% de la población activa.

Como estamos en una sociedad en que la urgencia de la información favorece la manipulación de ésta, rápidamente se extendió la sensación de que se empieza a ver la luz al final del túnel oportunamente propagada por los cargos del PP.

No hay que ser, sin embargo, demasiado torpe, para entender que estamos en plena época veraniega y que lo lógico es que los datos del paro mejoraran algo, al aumentar la contratación en el sector servicios.

Creo que es imprescindible, para cualquier análisis serio, que nos paremos a ver los datos con un mínimo de detenimiento y de estudio crítico (en el sentido de hacerlo con calma y profundidad)

Y lo primero sería recordar que venimos de una serie de años en los que los desmanes de los grandes capitales, en vez de pagarlos ellos, los estamos pagando los y las trabajadoras a través de las distintas reformas laborales que, desde el fin de la dictadura franquista, han ido minando los derechos laborales. ¡Ojo! Nada más lejos que contribuir aquí con aquello de que «con Franco se vivía mejor». Al contrario: Fue gracias a las luchas fuertes y continuadas de las y los trabajadores en los años sesenta y setenta que se consiguieron una serie de conquistas de derechos que, una vez «recuperada la democracia», se han ido perdiendo. Es una verdad a medias, que suelen ser las peores mentiras, que eso lo consiguieran «los sindicatos». Primero porque UGT, como el PSOE, prácticamente no existía en la dictadura y no estuvo al frente de aquellos movimientos obreros. Segundo, porque fueron las luchas directas de las clases trabajadoras las que lograron sus objetivos, y, paralelamente, la formación de las Comisiones Obreras. Es por esto que, las dos organizaciones deberían, sin entrar en más detalles, al menos aquí, hacer una autocrítica de por qué, una vez desaparecida la dictadura y la persecución criminal a los sindicalistas, una vez que se consolidan, supuestamente, los derechos laborales en un Estatuto de los Trabajadores; una vez, en fin, que la situación debería ser más favorable para el aumento de conquistas para las clases más populares, la realidad es que lo que ha ocurrido es lo contrario. Algo debemos haber hecho mal todos y todas. Y, como cada cual tiene un grado de responsabilidad en función de su participación, creo que CC.OO. y U.G.T. lo que es participar en el proceso, han participado y mucho. Más de lo que les corresponde, gracias a una representatividad que se le otorgó pero que en realidad no tienen.

Pues bien. Volviendo a la realidad de la que venimos, hay que recordar que, gracias a la última reforma laboral del PP, de enero de 2012, ese año el paro sube en 563.200 personas, es decir, un 10%. A final del año pasado, además, había 322.300 personas menos ocupadas. Y dos millones de hogares tenían a todos sus miembros en edad de trabajar en paro. Es decir, 5.639.500 personas paradas. Estos datos terribles, en el primer trimestre de 2013, baten todos los registros. En solo tres meses, se suman la mitad del total de parados habidos en 2012, 237.400 personas más, alcanzando, por primera vez, 6.202.700 parados y paradas, es decir, un 27,16% de la población activa, un 1,14% más que en diciembre de 2012. Eso quiere decir que la reforma laboral del PP significó, en un año y dos meses de vigencia, 800.600 personas más paradas. No hace falta, pues, que el ejecutivo hiciera declaraciones de intenciones de sus medidas. Los datos las constatan. Son inapelables. Su intención fue, con la nueva reforma laboral, desde un primer momento, aumentar el número de parados y paradas, recortar sus derechos, facilitando aún más los despidos. Porque, digo yo, que si no fuera así, tendría que haber revocado la medida con carácter de urgencia para buscar otras medidas más favorables contra el desempleo. Pero no lo hizo. Es más, se mantuvo en que esa era la buena línea.

Variación del paro en el último año

En esa situación, sobrevenida gracias a las mencionadas múltiples reformas laborales, unas pactadas con CC.OO. y U.G.T., otras no, los grandes capitales se encuentran en un punto óptimo (siempre mejorable para ellos, claro) en el que, otra serie de datos demuestran cómo se va construyendo una situación de pérdida de empleo digno por empleo basura. Y, esos datos además, demuestran que no se hace para enjugar pérdidas empresariales, sino para aumentar sus beneficios.

El paro por edades

Vayamos a esos datos. El paro, según la EPA del segundo trimestre de 2013, ha descendido en 225.000 personas, lo que supone un 0,9% menos de desempleo, es decir, aún estamos por encima del 26%, y rozando los seis millones, 5.977.500 de personas sin trabajo. Pero, además, esa cifra no es neta de puestos de trabajo, sino que una parte de ella, 76.000, son personas que han abandonado la situación de ocupación, bien por salir de los requisitos para ser considerados por la EPA en situación de desempleo, bien por haber salido al extranjero. Por lo tanto, la ocupación, siempre según la mencionada EPA, ha subido en 149.000 personas, que resultan de la creación de 151.600 empleos en el sector privado y la destrucción de 2.600 en el sector público. De hecho, en el período junio 2012-junio 2013, la ocupación ha bajado un 3,64%, es decir, 633.500 personas, a pesar de esta subida del segundo trimestre del año actual.

La primera reflexión es clara. El empleo que se crea es en el sector privado, el cual, debido a la voracidad empresarial y a la ruina de los pequeños y medianos empresarios, tiene condiciones laborales miserables, como veremos más adelante. Sin embargo, el empleo estable y de mejor calidad, el público, se rebaja en 2.600 personas, gracias, entre otras cosas, a las facilidades de la reforma laboral del PP para hacer EREs incluso en organismos públicos.

De los 149.000 empleos netos creados, las cifras son:

  • Sector Servicios: + 154.800.

  • Sector Agrícola: + 37.500.

  • Sector de la Construcción: -26.500.

  • Sector Industrial: -1.600.

  • Otros: – 15.200.

Y para rematar la faena, veamos la «calidad» del empleo:

  • Asalariados con contrato indefinido: 50.400 menos en el segundo trimestre de 2013.

  • Asalariados con contrato temporal: 162.200 más, todos ellos a tiempo parcial.

Estas cifras se dan en lo que se supone será el trimestre más favorable para la contratación dentro del paupérrimo mercado laboral que resta en España, casi exclusivamente centrado en el sector servicios. De hecho, la zona que asume casi la totalidad de la cifra es el eje mediterráneo y Baleares. Insisto. Después de llegar a casi 6 millones y cuarto de parados y paradas, todo lo que el mercado laboral es capaz de asumir son 149.000 puestos de trabajo, además, de los que se llaman basura. Seis comunidades autónomas, además, sobrepasan el 30% de tasa de paro.

La situación está haciendo que miles de personas en edad de trabajar estén emigrando al extranjero. Nuestro país, que, hasta hace unos años, recibía trabajadores, ahora mismo está echándolos. Jóvenes formados y apreciados en el extranjero, después de que el estado haya asumido los costes de sus estudios, aplican sus conocimientos lejos de su casa. ¡Y eso que quienes gobiernan presumen de patriotas y colocan grandes banderas de España por doquier! ¡Qué forma tan extraña de querer a su país!

Y, además, está provocando que muchas, muchísimas personas, por desánimo y desesperación, viendo que no les sirve de nada, estén dejando de buscar empleo. Por eso también disminuyen las cifras del desempleo, aunque sea de forma ficticia, ya que los requisitos para ser considerado desempleado en la EPA son:

  1. No haber tenido empleo, ni siquiera una hora, en la última semana antes de la entrevista.

  2. Haber estado buscando empleo en las cuatro semanas anteriores a la entrevista.

  3. Estar disponible para trabajar en las dos semanas siguientes a la entrevista.

La población española, que con carácter general es de una bondad rayana en la ingenuidad, aún considera que la situación está así de mal para todos y todas. Que las empresas no pueden contratar a más gente porque también están arruinadas. Que los países no tienen un euro para soportar los servicios públicos y el aparato del estado. Se creen, incluso, que han vivido por encima de sus posibilidades.

Intentemos hacer despertar de su buena fe a la gente que aún piense esto. Vamos a aportar datos de algunas empresas significativas, en cuanto a sus números financieros y en cuanto a la destrucción de empleo llevada a cabo en ellas.

Empezaremos por el «traumatizado» sector bancario. Siendo el culpable principal de la crisis-estafa que vivimos, siendo el receptor de casi 500.000 millones de euros públicos desde 2007, este sector no deja de presentar beneficios. En sus peores años, algunas entidades, las menos, han tenido un balance cercano al equilibrio, pero nunca de pérdidas. Aun así, en el período 2008-2012, la banca española ha reducido su empleo en 42.200 personas, un 15,26% de la plantilla total. La segunda mayor destrucción de la Unión Europea. Por otro lado, a pesar de que estamos pagando sus desmanes con dinero de todos, han cerrado el grifo de los préstamos, con lo que está suponiendo de estancamiento de la economía. Hace unos días, han salido los datos de beneficios de los bancos en el primer semestre de 2013:

  • El Banco Santander ha ganado 2.255 millones de euros, lo mismo que ganó en todo 2012.

  • El BBVA ha ganado 2.882 millones de euros, el doble que en el mismo período de 2012.

  • Bankinter ha triplicado sus beneficios en este período: 102,3 millones de euros.

  • El Banco de Sabadell ha ganado un 37% más que en el mismo período de 2012: 51,1 millones de euros.

  • Bankia ha ganado 192 millones de euros.

  • Caixa Bank ha ganado un 146% más que el mismo período de 2012.

Estos son algunos ejemplos. Hay muchos más. Pero solo con estos creo que queda claro cuál es la intención del sistema. Los que tienen, tienen cada día más a costa de los que no tienen, que cada día tienen menos. No se trata de contribuir entre todos a solucionar una crisis, se trata de crear una crisis para sacar el mayor beneficio para unos pocos. De hecho, el número de ricos en España subió en 2012 en un 5,4%. 144.600 personas en España tienen un mínimo de 700.000 € de capital, quitando primera vivienda y bienes de consumo. Mientras tanto, hay 11,5 millones de personas en el umbral de la pobreza, un 22% de los hogares españoles.

Estos datos de beneficios de los bancos son extrapolables a otras grandes compañías españolas, culpables directas de la miseria a la que están llevando a nuestro país para engordar sus bolsillos: El caso de Telefónica lo he detallado en otras ocasiones, y no es menos sangrante. CEPSA, Repsol, las eléctricas,… Todas, curiosamente, empresas que cuando eran públicas se decían que eran ruinosas y que las buenas y samaritanas manos privadas recogieron para, gracias a su gestión (basada principalmente en despidos, sueldos miserables, engaños a clientes, pactos de precios,…) aumentar los ingresos año tras año. En muchos casos con flagrantes realidades de corrupción entre sus dirigentes.

¿Qué podemos hacer frente a esta situación?

Evidentemente, el motivo de plasmar aquí esta serie de datos y calificar la situación como de verdadera ruina y de excepción para la inmensa mayoría de la ciudadanía, no es para evidenciar algo que otras muchas personas vienen haciendo desde hace muchos años: Juan Torres, Viçent Navarro, Arcadi Olivares, Juan Francisco Martín Seco, Pedro Montes, Alberto Garzón, José Luis Sampedro, y decenas de expertos en economía vienen diciendo, desde hace décadas, con pruebas y datos, que lo que estamos viviendo ocurriría. Aún recuerdo cómo se mofaban de la IU de Julio Anguita, y del propio Anguita, cuando advertían que Maastricht y la desigual construcción europea llevarían a la situación actual. Hoy, el propio Felipe González, reconoce ese error. ¡A buenas horas…!

La pregunta es: ¿Podemos hacer algo contra esta situación? ¿Tenemos poder para cambiar la relación de fuerzas? La respuesta no admite dudas: un sí como un templo. Aunque sin dejar tiempo para hacer la pregunta siguiente, la contestaré: costará mucho.

Han sido muchos años de engaños. De hacernos creer, y, lo que es peor, de creernos, que lo conquistado por nuestros mayores a fuerza de vidas, de sangre, de cárcel, eso, ya no lo perderíamos. De creernos que éramos clase media acomodada, aunque con apuros llegáramos a fin de mes, tan sólo porque teníamos un coche, una buena tele y podíamos irnos de vacaciones en verano. Eso, que le han llamado algunos «vivir por encima de nuestras posibilidades». Porque, mientras nosotros y nosotras estábamos tan tranquilos viendo fútbol y despreocupados de lo que se cocía, ellos no paraban de urdir medidas, unas conocidas pero que, como nos recortaban un poquito y no era cuestión de protestar por ello, pues las dejábamos estar. Otras, sin conocerlas, iban poniendo los cimientos para el futuro, su futuro.

Pues ha llegado el momento de preguntar a la cara a un parado, una parada, con familia o sin ella: ¿Estás dispuesto/a a consentir que no tengas empleo o el que tengas no te dé para vivir, porque un sistema canalla se quiere apropiar de todo? ¿De verdad no crees que la situación es lo suficientemente injusta y grave para pasar a la acción? ¿Vas a consentir que volvamos a situaciones que se vivían en las épocas de los señores feudales? Por otro lado, una vez desahogados comentando entre nosotros lo malos que han sido los políticos, los sindicalistas, la monarquía, ¿aceptamos nuestra parte de culpa por despreocupados y por aceptar que el estado de corrupción es inevitable? ¿Empezamos a dar ejemplo con nuestra implicación y nuestra honestidad? ¿Asumimos y nos comprometemos a que tenemos que buscar alternativas radicales (en el sentido de profundas, no en el de violentas) al sistema de vida y de relación que tenemos?

Creo firmemente en que ha llegado el momento de la organización del descontento y de la indignación. De la creación de redes con las personas que vivimos estos procesos, y las que aún no las vivimos. En la calle están las plataformas de afectados por la hipoteca, las luchas o mareas por los servicios públicos, la de la minería, etc., etc. Todas ellas han hecho que se visualice la lucha y que se demuestre que mediante ella se consiguen cosas. Y la lucha la han empezado con algo firme y claro: NO LES DA LA GANA DE QUE LES QUITEN SU DERECHO. Por lo tanto:

  • No nos da la gana de que nos quiten nuestros empleos para que los que nos los quitan tengan más millones de euros.

  • No nos da la gana de que nos tengan 14 horas trabajando al día por 600€, sin dar de alta, sin derechos sindicales, para que sus beneficios se multipliquen exponencialmente.

  • No nos da la gana de que nuestras pensiones estén en peligro para que los bancos nos vendan sus planes privados (que no podemos pagar porque no tenemos empleo)

  • No nos da la gana de que eliminen la sanidad pública para todos/as porque unos cuantos amigos del poder están deseando de tomarla en sus brazos desde la gestión privada.

  • No nos da la gana de que se carguen la educación pública para todos/as para que volvamos a los tiempos en los que la educación era para quién se la podía pagar.

  • No nos da la gana de que nos dejen sin vivienda (anticonstitucional y antiderechos humanos) porque, como dice Rajoy, cambiar la ley «inestabilizaría el sistema bancario español».

  • No nos da la gana de que los transportes públicos sean privados, porque priman sus ganancias sobre el servicio universal y la seguridad.

Y, como no nos da la gana de aguantar, vamos a pasar a la rebeldía, a la acción. Desde la no violencia, desde el uso pacífico, tranquilo, pero firme de nuestros derechos, hay que hacernos valer. Por ejemplo: hay miles y miles de hectáreas de tierras públicas y privadas, de carácter agrícola, sin explotar. Creemos una red, entre los parados y parados, para cultivar esos campos, con cultivos sostenibles, ecológicos, que tengan la garantía de la colaboración de esa red a la hora del compromiso de compra de alimentos más sanos, más frescos y socialmente más justos.

Como hay miles de viviendas desocupadas, pasemos a la acción. ¡No puede haber ninguna familia en la calle o durmiendo en malas condiciones con familia o amigos mientras haya viviendas libres! Tiene que haber otra red solidaria que se encargue de la extensión, apoyo y solución para esas familias.

Nuestras hijas e hijos tienen derecho a ir cimentando su futuro con una educación de calidad, laica y gratuita, como única garantía de universalidad (todas y todos tendrán acceso a ella) y de democracia (ninguna doctrina tendrá cabida en las aulas) Y como eso es algo contemplado, nada más ni nada menos, que en la Declaración de los Derechos Humanos, además de en la Constitución, tendremos que crear redes que luchen por ello. Padres, madres, profesores, personal de apoyo, estudiantes, tienen que organizarse y unir sus fuerzas para que la educación pública no retroceda aún más, para que no quede solo para esa pequeña parte de población rica. Tenemos que ser conscientes de que, en esa situación, el futuro siempre sería para esa minoría.

La sanidad pública es la añoranza de gran parte del pueblo de los Estados Unidos. Nuestra sanidad, muy insuficiente y muy maltratada por todos los gobiernos, estatales y autonómicos, tenía la base imprescindible para poder ser gestionada mejor. Pero la intención de los dirigentes hasta ahora ha sido la de intentar desprestigiarla mediante la desinversión y la falta de medios, humanos y materiales. Todo ello con el fin de que acabe en manos privadas, donde el que pueda pagarse un seguro médico tendrá atención y el que no pueda, no lo tendrá. Estamos hablando de la salud, de nuestras vidas. Otra garantía contemplada en la Solemne Declaración de los Derechos Humanos. Hay que obligar mediante la acción a que se paren los procesos privatizadores, a que se mejores los servicios públicos allá donde aún existan. Y, para ello, también tiene que estar la ciudadanía, junto con sus profesionales, en la batalla.

¡Es que si no demostramos que no consentimos ese futuro para nosotras/os y las/os que vienen detrás nadie lo hará por nosotras/os!

Estos son algunos ejemplos de cambios que tenemos que asumir desde ya. Además, la creación de redes de crédito solidario entre personas, el apoyo de las pequeñas tiendas frente a los grandes comercios, el consumo solidario, coherente y sostenible, el uso de energías sanas y renovables, el fomento de los transportes públicos ecológicos, y un largo etc, son otros que hay que poner en práctica de manera paralela. Pero para ello lo único que se necesita es la implicación y el compromiso de todos y todas. Tendrá que ser de manera paulatina, sin prisas, pero sin dejar para mañana nada que se pueda hacer de inmediato. No hay otra salida. Y, mientras antes nos demos cuenta, y antes nos pongamos en marcha, menos serán los retrocesos y más llevadera la dura lucha por la consecución definitiva de una vida en la que la felicidad y el bienestar del individuo y su comunidad sea el fin que hay que lograr. Eso, aunque la palabra no esté de moda, se llama política. OTRA POLÍTICA. No la que hacen los mercados, las macroeconomías y los gobiernes títeres que les secundan.

Con la ambición de servir de engranaje, pero con la humildad que un proyecto de ese tipo requiere, el Frente Cívico «Somos Mayoría» lleva un año trabajando en todo el Estado para, como su nombre indica, HACER MAYORÍA, pues entendemos que lo somos quienes sufrimos la podredumbre moral y técnica de un sistema que maltrata a la persona para el beneficio de los capitales. Somos un movimiento más de los muchos que existen en nuestro estado, pero tenemos la intención de ayudar en que todos y todas trabajemos juntos para la consecución de nuestros objetivos. Sin primacías de nadie, sin personalismos, sin prejuicios, pero con tesón y con la confianza que nos da saber que tenemos la razón.

El otoño de 2013 se presenta caliente. Es una frase muy usada, casi ya gastada porque se ha empleado muchas veces para advertir sin después ser cierta. Algunos y algunas ya advertimos de que, combustible para ese calor hay mucho. Falta que se vayan encendiendo las estufas. Y creo que ha aumentado la venta de cerillas y mecheros. ¡A ver si es verdad!

Rafael Juan Ruiz. Miembro del Frente Cívico «Somos Mayoría», del Colectivo Prometeo de Córdoba y sindicalista de Co.bas (Comisiones de Base)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.