La periodista Gemma Garcia vivió muy de cerca lo ocurrido hace dos días en la redacción del semanario La Directa. Todo empezó con el desalojo del Centro Social Autogestionado Can Vies, que durante 17 años dinamizó el barrio barcelonés de Sants. «Estábamos terminando una reunión en el local y algunas personas en la puerta, cuando […]
La periodista Gemma Garcia vivió muy de cerca lo ocurrido hace dos días en la redacción del semanario La Directa. Todo empezó con el desalojo del Centro Social Autogestionado Can Vies, que durante 17 años dinamizó el barrio barcelonés de Sants. «Estábamos terminando una reunión en el local y algunas personas en la puerta, cuando los mossos d’esquadra iniciaron una carga», comenta la periodista. El grupo se refugió dentro y a continuación los agentes rompieron con las porras el cristal de la puerta. Siguieron dos cargas contundentes. La redacción no tiene la certeza de que el ataque a la redacción fuera intencionado. Sin embargo, durante la última década, redactores y fotógrafos del semanario sufrieron agresiones y amenazas de la policía. También se les incluyó en los listados del Centro de Seguridad de la Información de Catalunya con el fin de controlarlos. Según el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, «cuando la policía actúa es por algo».
-Los Mossos d’Esquadra intentaron ayer irrumpir a golpes en la redacción del semanario La Directa. ¿Qué ocurrió? ¿Consideras que se dio expresamente alguna orden política?
Estábamos en el local terminando una reunión y algunas personas en la puerta del local. La calle estaba tranquila, pero pasaban furgonetas de la Brigada Móvil de la policía por una calle colindante. De repente, unos vehículos policiales avanzaron por nuestra calles y los agentes antidisturbios emprendieron una carga. El grupo que estábamos justo delante de la redacción, nos refugiamos dentro y empezamos a bajar la persiana metálica. Antes que bajara del todo, unos mossos d’esquadra bloquearon la persiana, la subieron y golpearon con las porras el cristal de la puerta hasta romperlo. Mantuvimos la persiana bajada, pero la policía volvió a cargar dos veces más. La segunda, que está registrada y podéis ver en la web de la Directa, fue contra un grupo de periodistas identificados con armilla y brazaletes que estaba en la puerta de la redacción. En las imágenes se aprecia perfectamente como golpean de manera contundente contra una periodista de la Cadena SER.
-¿En qué contexto se produjeron las cargas? ¿Resultó algún periodista de la redacción herido?
Ese mediodía había empezado el desalojo del Centro Social Autogestionado Can Vies. Un espacio con 17 años de historia, enraizado al barrio de Sants, que ha dinamizado la vida cultural, política y social. Se convocó una concentración solidaria durante todo el día y una manifestación a las 20 horas, donde se produjeron cargas policiales y barricadas durante la manifestación y un grupo de personas quemó una unidad móvil. Los cristales impactaron dos personas que estaban dentro del local, una de ellas colaborador en tareas de difusión de La Directa. Debemos decir que no tenemos ningún elemento para afirmar que el ataque a la redacción fue intencionado.
-¿Opinas que en el fondo hay un intento de criminalizar a los medios de comunicación «alternativos» y, en concreto, a La Directa? ¿Y al conjunto de los movimientos sociales?
Está claro que no somos medios cómodos para el poder político y económico. De hecho, durante estos ocho años, algunos redactores y fotógrafos de la Directa han sufrido insultos, amenazas y agresiones por parte de cuerpos policiales. Asimismo, periodistas de la Directa aparecían señalados en una lista del Centro de Seguridad de la Información de Catalunya para ser monitorizados. En relación a las reacciones sobre lo ocurrido, el primero en criminalizarnos ha sido el mismo alcalde de Barcelona Xavier Trias, que, tras asegurar que no tenía conocimiento de lo que pasó, ha añadido que «cuando las fuerzas de seguridad actuan es por alguna cosa». Se acaba utilizando la quema de unos contenedores y una unidad móvil de TV3 para ocultar la existencia de una violencia estructural, que no tolera la existencia de espacios autogestionados.
-Habéis rescatado unas declaraciones polémicas, del año 2012, que relacionáis con lo sucedido ayer…
«Tampoco les servirá protegerse detrás de unas siglas o una asociación, o una capucha o una asamblea que no representa a nadie o una revista o, hasta detrás de una silla de una universidad». Es una fragmento del discurso que pronunció David Piqué, comisario de los Mossos d’Esquadra, el día de las Esquadras en 2012. Este mensaje iba dirigido contra cualquier grupo organizado. Confirmaba una dinámica que ya se estaba produciendo: asedio a colectivos y movimientos sociales. Pero entonces, se habían producido algunos hechos relevantes. La Directa había filtrado las conversaciones internas de los policías durante el desalojo de Plaza Catalunya, que evidenciaban que no se trataba de una operación para realizar tareas de limpieza, sino para desalojar. Reiteradamente, hemos investigado y denunciado actuaciones de la policía, como la carga contra la acampada del 15M en Plaça Catalunya hace justo hoy tres años, o que la Consejería de Interior mintió sobre el caso de Ester Quintana, negando que recibiera el impacto de una bala de goma. También hemos hablado de las muertes registradas en dependencias de los Mossos d’Esquadra, de las redadas a personas migrantes y trabajadoras sexuales, de las actuaciones de este cuerpo contra los estudiantes que rechaban el Plan Boloña, o de la violencia ejercida en algunos desahucios.
-Por último, ¿Habéis recibido el apoyo de medios de comunicación convencionales? ¿Se han hecho eco de las cargas?
Hemos recibido apoyo del Sindicato de Periodistas de Catalunya y la sección sindical de Comisiones Obreras de Televisió de Catalunya se ha hecho eco de lo sucedido. También se ha publicado información sobre el ataque a la redacción en Diagonal, La Burxa, Televisió de Catalunya, Catalunya Radio, la Sexta, BTV, El Diairo, Ara, Público, la Sexta o Naiz. Diversas entidades y movimientos sociales han manifestado su apoyo.
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