1. La sorpresiva victoria del PSOE en las elecciones estatales dio un giro a la situación política a escala estatal y también en Euskal Herria. A escala estatal, supuso salirse del alineamiento total con la política norteamericana (notablemente con el tema de Irak); asimismo, en la política obstruccionista del PP respecto al proceso constitucional europeo […]
1. La sorpresiva victoria del PSOE en las elecciones estatales dio un giro a la situación política a escala estatal y también en Euskal Herria. A escala estatal, supuso salirse del alineamiento total con la política norteamericana (notablemente con el tema de Irak); asimismo, en la política obstruccionista del PP respecto al proceso constitucional europeo (lo cual no fue beneficioso para quienes deseamos otra Europa); y, sobre todo, en la política de acoso sin cuartel al nacionalismo vasco. Igualmente, el parón de toda una serie de medidas en la enseñanza, sanidad que formaban parte del paquete de agresiones neoliberales contra las conquistas sociales de anteriores periodos que en los últimos tiempos pretendía consumar el PP…
2. ¡Vivimos juntos, decidimos juntos! 1 La respuesta de Zapatero a Ibarretxe dejaba claro su verdadero talante. Una de cal (al permitir la comparecencia del Lehendakari en el parlamento español), y otra de arena al rechazar le plano toda posibilidad de un pacto «en pie de igualdad» entre el Estado y el parlamento vasco. Se aferraron a la excusa de que dicha propuesta no gozaba de una mayoría – para ellos- suficiente, ni en el parlamento ni en la sociedad vasca. Digo excusa, visto como han respondido al caso catalán.
Ibarretxe y el PNV, lejos de trasladar a la sociedad el debate para que esta decidiese que hacer, opto por adelantar las elecciones con la esperanza de lograr mejores resultados que en las anteriores y adquirir una mayor capacidad de maniobra. Pero le salió fatal para sus planes. El resultado electoral supone un duro revés para la pretensión del PNV-EA de lograr la mayoría absoluta mediante la formula del tripartito con Ezker Batua (EB) y llevar adelante el Plan Ibarretxe sin cambios de entidad.
Salieron beneficiados el PSE-EE, (que se aprovecho de la bonaza estatal) para lograr ser de nuevo la segunda fuerza mayoritaria, recuperando el liderazgo del espacio «constitucionalista» y una cierta capacidad de maniobra respecto a la anterior etapa de sumisión al PP; y también Batasuna quien gracias a la añagaza de la candidatura EHAK, pudo aglutinar muchos votos solidarios -contrarios a la ilegalización- y así entrar de nuevo en el Parlamento vasco y con mas escaños que la vez anterior. Y sobre todo respiro, pues recuperaba espacio público institucional y mas cosas….
3- Gobernando en el Estado y recuperando la segunda plaza en las Vascongadas, el PSOE, inauguró una época donde el gesto amable y las ofertas de dialogo sustituyen al estilo tosco antipático y confrontativo del anterior gobierno. De la mano de Guevara y Eguiguren se atrevió a presentar un nuevo proyecto de estatuto, (que ya no se sabe donde esta); se volvió a hablar del nuevo «giro vasquista»; así mismo, posibilito la presentación de EHAK y que el proceso Jarrai-Hika-Segi no se saldase con una dura represión.
Pero la conquista del gobierno, no ha producido a corto plazo, que el PSOE presente un nuevo proyecto en el terreno nacional que nos permita albergar la esperanza de un cambio de rumbo del estilo de una Segunda Transición2; ni tampoco le ha permitido la hegemonía política necesaria para asegurar una nueva victoria que les posibilite un mayor margen de maniobra frente al PP de cara a una «segunda fase».
La política del PP es fiel reflejo de la terrible resistencia que ofrecen los sectores españolistas mas recalcitrantes incluidos los insertos en los aparatos de Estado, la Iglesia y la patronal, que no han dudado en advertir (¡una vez más!) lo de la España una e indivisible. Y sobre todo su voluntad de no perdonar a ETA. Los que impusieron «el borrón y cuenta nueva» en la transición son hoy los paladines del «ni perdonamos ni olvidamos», utilizando a las propias victimas como ariete de su venganza.3
Dicha resistencia, empieza a apurar y preocupar al PSOE, dando alas a sus sectores tradicionalmente mas españolistas y centralistas que no han dudado en desmarcarse públicamente de Zapatero, pronunciarse contra el nuevo proyecto de Estatut para Cataluña, así como, frente a cualquier intento de resolución del problema vasco mediante un proceso de negociación.
Producto de todo ello, son los recortes al proyecto de Estatut aprobado en el parlamento de Cataluña, y la vuelta de tuerca represiva para la izquierda abertzale: macro juicio, 18+98; prohibiciones diversas, apertura de nuevos sumarios, incluso contra el acto de Anoeta, y por último la negativa a liberar presos que van a cumplir en breve toda su condena…
En consecuencia, es previsible que el PSOE prosiga con su política de «una de cal y otra de arena», que no contenten de verdad a nadie pero le permitan sobrevivir. Es decir, salvar la apariencia y mantener con pinzas sus actuales alianzas de las cuales depende para poder gobernar, tanto en Cataluña como en el Estado. Y de esa forma obtener algún éxito, tanto en Cataluña como de cara al contencioso vasco (por ejemplo lograr que ETA deje las armas a un costo para ellos aceptable)que le permitan albergar alguna esperanza de ganar las siguientes elecciones estatales. Su verdadero objetivo.
Esta forma de actuar del PSOE obedece a su falta de definición en materia de política nacional, sobre la cual no solo carece de un programa claro, sino tan siquiera una «hoja» de ruta para el medio plazo. Pero también de su estrecho margen de maniobra mientras no tenga el hígado lo suficientemente cubierto de los constantes golpes del PP.
Lo cual no significa que el PSOE carezca de todo plan. Para conseguir el triunfo electoral, además de evitar un desgaste grave, necesita algunos triunfos que le diferencien del PP y su política de cerrazón total. La cuestión es saber cual es la naturaleza y entidad de esos cambios y la firmeza y voluntad con que van a ser alentados.
4. El Estatuto Catalán goza de todos los parabienes que los llamados «constitucionalistas» dicen que carecen las exigencias nacionalistas vascas: «mayoría absoluta en el parlamento, elaboración por consenso (por mas que este sea, como simple, objeto de transacción mercantil) y todo ello con la aquiescencia del PSC, y es de suponer que también del propio PSOE. Y sin embargo al llegar al Parlamento de Madrid, ha sido el propio PSOE quien le ha pasado por el tamiz «constitucional» lo ha recortado, y además ha logrado la división de las fuerzas que lo sustentan, colocado a Ezquerra (su socio en el Gobierno de Cataluña) ante el difícil dilema de tragar o romper la baraja.
Todo ello refleja lo dicho anteriormente. Su magra voluntad para cambiar la estructura territorial del estado en un sentido federal y plurinacional, incluso cuando se dan las mejores condiciones – lo cual no siempre debe de ser requisito indispensable, pues pueden valer otro tipo de mayorías más débiles- desde el punto de vista democrático. Pero también, sus desesperados intentos por salvar los muebles, posibilitando el nuevo Estatuto, una vez adocenado, salga adelante. En ese sentido iría también, la resolución favorable a la restitución de los documentos de la Generalitat tanto tiempo secuestrados en los archivos de Salamanca…
5 ¿Cómo repercutirá todo ello en Euskal Herria? Tras las elecciones el ambiente político se ha desplazado del debate en tono al «soberanismo» made in Ibarretxe, al de la esperanza de dar fin al conflicto ( por lo menos en lo relativo al tema de la violencia, a la vez que se encauza su aspecto mas político mediante una Mesa de Resolución del conflicto).
Este desplazamiento es positivo, si partimos del convencimiento de que metodológicamente es conveniente separar el tema de la violencia del contencioso político general. Dando prioridad y urgencia a lo primero, sin descuidar lo segundo, que sólo puede venir de la mano de cambios de entidad, siendo el principal, el reconocimiento del ámbito vasco de decisión.
Para lo primero se requiere voluntad para salir de un atasco que a todos perjudica, ya que la violencia de un lado y la represión del otro, o viceversa, golpea a todos distorsionado los comportamientos y salidas políticas.
Para lo segundo, sin embargo, se necesitan modificaciones importantes en la correlación de fuerzas y comportamiento político dentro de los distintos espacios (el llamado constitucionalista y el abertzale) y en el interior de los mismos (por ejemplo que triunfen los soberanistas sobre los autonomistas dentro del mundo abertzale y que entre los constitucionalistas ganen las posiciones favorables a reconocer el derecho a decidir de Euskal Herria).4
De momento en lo relativo a la resolución del conflicto seguritos en la fase virtual o desiderativa (propuesta Ibarretxe, o el llamado «consejo político»5, como paso previo a la mesa de partidos; propuesta de Eguino animada por Elkarri, y la Mesa pro Acuerdo Democrático de Base) salpicada de actos residuales de violencia por parte de ETA y de agresiones represivas contra el MLNV y sus entornos, así como contra sectores mas amplios de la sociedad sobre todo euskaldun (Egunkaria, etc.)
Esta situación no puede prolongarse in eternis. O brotan mil flores y empiezan a construirse mesas con cierta capacidad operativa (por no decir resolutiva) o se agota el invento. Para lo cual, será fundamental que se despeje la doble incógnita: donde pone ETA el famoso listón y que es lo que el PSOE esta dispuesto a poner sobre la mesa de discusión.
Pero se observan algunos cambios.
El hecho de que ETA haya formulado lo de las dos mesas asignando a cada una de ellas una función y naturaleza distinta es muy positivo. También que el PSOE, tras conseguir el respaldo del parlamento central de cara a una hipotéticas negociaciones, haya afirmado hace unos días que el final de la violencia esta a la vuelta de la esquina6.
Ciertamente hay todavía un cierto espacio para la ambigüedad, para la política virtual, para la maniobra, donde cada cual se sitúa de la mejor forma posible. Pero no puede durar mucho. En la medida de que cada parte anuncia con más insistencia que la hora se acerca, se acorta el tiempo de dar largas al asunto.
Quizás sea el Lehendakari quien más margen tenga para nadar y guardar la ropa, pero sin con ello lograr beneficios netos ni jugar un claro liderazgo salvo que lo del «consejo político» traspase el ámbito actual y consiga poner en pie una autentica Mesa de Partidos. Cosa que tampoco puede hacerlo sin la aquiescencia del PSOE y Batasuna.
Dentro de la «mesa» del ADB7, donde estamos presentes, es donde reina un mayor optimismo sobre las posibilidades de que primavera sea una realidad la que será la mesa «resolutiva».
6. ¿Qué papel debemos jugar las gentes, abertzales o no abertzales, pero de izquierda8, que aunque no estemos en una mesa resolutiva podemos tener una función determinada, por muy modesta que sea, tanto a nivel político como social? En primer lugar, trabajando activamente a favor de la Paz. En segundo lugar, aportando ideas y opiniones que permitan una resolución de verdad y un restañamiento de las heridas abiertas durante el mismo.
En el terreno de las propuestas políticas se trataría de poner el énfasis:
A) En relación con el Estado, planteando la EXIGENCIA de que se reconozca para Euskal Herria el derecho autodeterminarnos por tratarse de una reivindicación democrática y autentica prueba del algodón de la llamada democracia española.
En lo inmediato, esta reivindicación adoptara la forma de derecho a consulta o referéndum, sea de cara al modelo de relaciones con los respectivos estados, sea de cara al proceso de normalización y pacificación.
En lo relativo al ejercicio de la autodeterminación como de cara al derecho de consulta, defenderemos que este se realice en tiempos y marcos de decisión diferenciados:
En una primera fase, para que la consulta se realice en tres espacios diferentes: Iparralde, Comunidad Foral de Navarra y la Cav, cada una por su lado. Que la consulta verse en torno a la libre adhesión de los distintos territorios a un proyecto en común, (se puede llamar, espacio vasco-navarro en erdera, y Euskal Herria en Euskara).
Este planteamiento estará avalado por razones de realismo pero también por convicción democrática. Además de imposible, no es deseable la conformación de Navarra o Iparralde dentro de un proceso auto determinativo común, y mucho menos de un final común, sin previa adhesión.
En una segunda fase, y caso de que el resultado sea favorable a la Construcción de una Euskal Herria política, para que la consulta en todo el territorio vasco (navarro) sobre su pertenencia o no a los Estados Francés y español y sobre su posterior ubicación en Europa en tanto que Estado Soberano
B) Defenderemos así mismo, establecer un dialogo con la parte constitucionalista-nacionalista española de nuestra sociedad, planteándoles la autodeterminación como un bien, como sinónimo de democracia para todos/s; un modo razonable de solucionar democráticamente un conflicto de aspiraciones nacionales diferentes y lograr una sociedad mas cohesionada, más integrada y aunque respetuosa de sus pluralidad.
C) Propondremos la reescritura del discurso abertzale en varios aspectos: además de lo anteriormente expuesto sobre el tema de la consulta y la territorialidad, el reconociendo la legitimidad de todas las opciones existentes en nuestra sociedad (en el ámbito de lo cultural, político-ideológica de pertenencia nacional), y dado garantías al respecto (nuestra propia prueba del algodón).
D) Por último, defenderemos la plena democracia, donde todas las ideas, todos los proyectos pueden desarrollarse sin trabas ni impedimentos de tipo alguno. Defenderemos así mismo, que las dos «leyes de partidos» en vigor(la que impone el Estado y la que impone ETA» cada una con sus especifidad …) sean abolidas.
En el terreno de la humanización del conflicto:
A) Que respeten todos los derechos humanos sin excepción: en las cárceles; en las comisarías; en la calle. Que se acaben los atentados contra las personas. Que se acabe con la represión de las ideas políticas. Que se llegue a un acuerdo con el fin de que los presos políticos salgan en libertad; que se de una autentica reparación que las distintas victimas, sean de ETA, el estado o los parapoliciales; y que estas ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad.
En definitiva abogamos por el fin de la conculcación de los derechos humanos y una autentica reconciliación.
B) La consideración de que ETA en tanto organización militar deje de existir, no debe de ser obstáculo para exigirle una tregua, que tendría efectos beneficicios de inmediato. De la misma forma los objetivos, socialistas, libertarios, en lo relativo al estado son imposibles de ser satisfechos dentro del actual modelo liberal-burgués; no van es contra de las exigencias de su democratización, sino todo lo contrario. Son un objetivo actual.
Notas:
1 Obviando, escandalosamente, que dicha convivencia no se realiza en pie de igualdad. La convivencia entre naciones, o grupos nacionales, al igual que entre personas, no puede darse en pie de igualdad si no se cumple con un doble requisito: que dichas personas, o grupos, tengan los mismos derechos y sus correspondientes instrumentos para poder aplicarlos. Libertad para juntarse, libertad para separarse. A partir de lo cual, entran en consideración, los necesarios pactos y acuerdos para un reparto equitativo de propiedades, cargas, y un largo etc.
2 Mariano Ferrer da en el clavo cuando en la entrevista de HIKA -173- afirma «que Zapatero no sabe hasta donde quiere llegar,» y que «no tiene modelo».
3 Esto es especialmente grave en la Comunidad Foral Navarra (que no abarca a toda Navarra sino solo a a la ubicada en el estado español), donde la derechona navarrista sigue empeñada en cortar todo vinculo posible con la CAV, así como acogotar todo lo que suponga vasquismo, aunque sea genuinamente navarro. Esperemos que en las próximas forales cambie el panorama aunque no debemos de ser demasiado optimistas al respecto.
4 Durante 15 años el nacionalismo ha ido perdiendo posiciones (que gano durante los primeros años de la transición) frente al «constitucionalismo» a causa de los errores cometidos por sus dos extremos: el militarismo de ETA y el entreguismo del PNV. La rectificación tiene que venir de la mano de la conjunción de fuerzas en torno a un soberanismo democrático, integrador y socialmente progresista, tal como preconiza el sindicato ELA. En cuyo seno se rehaga una izquierda vasca, respetuosa de su pluralidad, con clara vocación autodeterminista y perfiles netamente de izquierdas. Es decir, que pueda abordar sin mas demora la pelea social, democrático y medioambiental, tantas veces pospuesta o relegada, por la urgencia o prioridad de otras tareas. El error de ELA estriba en no reconocer la importancia capital de la superación de la violencia para llevar adelante la fase de confrontación democrática por la autodeterminación.
5 A raíz del contratiempo electoral el PNV cambia de táctica dejando el Plan Ibarretxe en solfa y poniendo de nuevo en primer plano el objetivo de la pacificación y normalización política.
6 En realidad en un conjunto de movimientos: La reunión LAB-UGT escenifican cuando menos un cambio en las actitudes que va más allá de lo sindical. El ultimo documento presentado por el PSE-EE supone un nuevo planteamiento, aunque de alcance limitado. Los mensajes emitidos durante el homenaje a Tomas y Valiente contrastaban con los del congreso de las Victimas del terrorismo.
7 Aunque el Acuerdo Democrático de Base tiene una introducción que se presta a diferentes interpretaciones, lo importante es que el acuerdo señala que » la consulta para Euskal Herria se hará según lo acordado por los distintos agentes».
8 Por historia, por nuestra implicación (de alguna manera) en el conflicto, porque el fin de la violencia puede ser beneficioso para la reconstrucción de una izquierda de nuevo tipo, porque pude posibilitar el fin del dolor y un final satisfactorio para todo tipo de víctimas.
* Joxe Iriarte «Bikila» es miembro de Zutik