22,45 horas del pasado 20 de octubre; desde la central nuclear emplazada en el municipio de Cofrents (Valencia), se dio cuenta al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de que –durante las actividades de normalización de cargas en la barra eléctrica de corriente continua E- se produjo “el arranque del generador diésel división I por señal de baja tensión en la barra EA1, sin llegar a acoplar”.
El comunicado al CSN añadía que el denominado incidente tuvo lugar mientras la planta se hallaba parada con el fin de recargar el combustible; asimismo se negó la generación de “impacto” ambiental, y también entre el público y los operarios.
El Consejo informó el mismo día de otros detalles, relacionados con la incidencia, que le fueron notificados por Iberdrola (empresa propietaria de la nuclear).
De este modo, “se ha perdido la alimentación a tres barras eléctricas (A12, A1 y A2)”, lo que, además de una “señal de mínima tensión” en la barra de salvaguardias EA1, dio lugar a “la pérdida del sistema de aire comprimido de instrumentos, que ha tenido como consecuencia la activación del sistema de protección del reactor por alto nivel en el Volumen de Descarga de Scram (VDS), y a la parada del sistema de refrigeración de la piscina de almacenamiento de combustible gastado, durante un tiempo inferior a una hora”.
Otra notificación del 20 de septiembre daba cuenta de una parada no programada del reactor, debido al “fallo de una tarjeta electrónica del sistema de control de caudal de agua de alimentación principal”; asimismo, a finales de mayo, tuvo lugar el arranque del generador diésel de emergencia “por una pérdida de tensión en su barra de salvaguarda asociada”.
El 7 de marzo se reseñó el siguiente suceso en Cofrents: la inspección del CSN trasladó a Iberdrola “varias desviaciones relacionadas con la instalación de transmisores que afectaban a su anclaje y que, por tanto podría cuestionar su calificación sísmica”.
Más allá de los informes y el lenguaje especializado, Tanquem Confrents denuncia las deficiencias del sistema; por ejemplo con motivo de la avería, el aumento “anómalo” del flujo de refrigerante y la parada automática del reactor el 20 de septiembre (el mismo día, con pocas horas de diferencia, paró el reactor de Vandellós II –en Tarragona-, por problemas eléctricos en la turbina generados por “alteraciones en la red eléctrica exterior”).
Frente a los argumentos de estabilidad que propaga el sector pro-nuclear, las centrales tienen ciertamente grandes dimensiones y potencia, de manera que –cuando se registran averías-, “y ello ocurre con relativa frecuencia”, éstas dan lugar a alteraciones significativas en la red eléctrica, denunciaron los activistas.
Tanquem Cofrents defiende las energías renovables, entre otras razones porque –pese a la intermitencia-, permiten conocer la producción diaria de modo altamente fiable; y en caso de que se registren averías, “se desconecta un aerogenerador, un juego o un pequeño grupo de placas, de poca potencia”; es decir, las renovables hacen posible el mantenimiento de la estabilidad en la red.
Los citados motivos se agregan a otros, también de fondo: la electricidad de origen nuclear tiene un coste mayor; además el riesgo asociado a posibles accidentes nucleares, y el problema “irresoluble” de los residuos radiactivos; en conclusión, “debe acelerarse su cierre y la transición hacia un sistema 100% renovable” (una fuente de energía más limpia, segura y barata).
El señalamiento de riesgos y sucesión de incidentes no resultan una novedad en Cofrents; por ejemplo a finales de abril de 2022, Tanquem Cofrents denunció una parada no programada en la nuclear, “la tercera parada consecutiva en menos de mes y medio” a lo que se añadía una cuarta en diciembre.
El último caso tenía como origen “el aumento de las aportaciones en el imbornal de drenajes en el pozo seco” de las instalaciones.
La denuncia del 26 de abril de 2022 recordaba que la central de Iberdrola llevaba 38 años en funcionamiento, “está vieja y deteriorada”; además se constataba el criterio de “maximizar la producción y los beneficios, por encima de la seguridad”.
Integran Tanquem Cofrents, entre otras organizaciones, Ecologistes en Acció, Greenpeace, Acció Ecologista Agró, la Plataforma per un Nou Model Energètic, Xúquer Viu, La Ribera en Bici, CGT e Intersindical Valenciana.
Las instalaciones de Cofrents comenzaron a operar en marzo de 1985; están ubicadas en la cola del embalse de Embarcaderos (margen derecho del río Xúquer); entre los elementos del sistema nuclear de producción figuran, según la ficha oficial, el reactor del tipo BWR-6 y el recinto de contención tipo Mark 3, suministrado por la firma General Electric Company (Estados Unidos).
Un reciente punto de interés es el anuncio del Ministerio para la Transición Ecológica, publicado en el BOE el 4 de noviembre, que somete a información pública el proyecto de construcción de un ATI (Almacén Temporal Individualizado) en la central valenciana, promovido por Iberdrola; también se somete al proceso informativo el Estudio de Impacto Ambiental del almacén.
La justificación oficial del proyecto reside en que el combustible gastado que se genera en la explotación de la central se halla actualmente en las piscinas de almacenamiento de combustible gastado, y en un ATI que se puso en marcha en 2021; la saturación de las piscinas está prevista en la recarga de 2027, por lo que se considera prioritario un aumento de la capacidad de almacenamiento que evite la saturación.
Otra circunstancia de interés es que, mediante una Orden del Ministerio para la Transición Ecológica (marzo de 2021), Iberdrola logró que se le renovara la autorización para continuar explotando la nuclear de Cofrents durante una década, hasta noviembre de 2030.
Una semana antes de la renovación, activistas de Greenpeace se encadenaron en el acceso a la planta valenciana, con pancartas que reivindicaban el Cierre nuclear. No más Fukushimas; ya en febrero de 2011, miembros de esta organización habían escalado a una de las torres de refrigeración, donde pintaron la consigna Peligro nuclear.
“Cofrentes está envejecida y deteriorada, pretender alargar su funcionamiento es una irresponsabilidad”, alertaban en febrero de 2018 Tanquem Cofrents, Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), en el informe Incidentes de la nuclear de Cofrentes. Falta de rigor del CSN y falta de cultura de seguridad de Iberdrola.
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