El portavoz de Nuclenor, Antonio Cornadó, explicó el viernes que, pese a la orden de cierre en 2013 que sigue vigente, la central nuclear de Garoña cumplirá las recomendaciones de mejora que se han deducido de las recientes pruebas de resistencia, que fueron realizadas tras el gravísimo accidente de Fukushima, cuyo primer generador es idéntico […]
El portavoz de Nuclenor, Antonio Cornadó, explicó el viernes que, pese a la orden de cierre en 2013 que sigue vigente, la central nuclear de Garoña cumplirá las recomendaciones de mejora que se han deducido de las recientes pruebas de resistencia, que fueron realizadas tras el gravísimo accidente de Fukushima, cuyo primer generador es idéntico al de la central ubicada en Burgos, en la marca con Euskal Herria.
Según difundió la agencia Efe, el representante de la empresa -participada al 50% por Iberdrola y Endesa- considera que las declaraciones realizadas el jueves por el ministro español de Industria, José Manuel Soria, mostrándose partidario de prorrogar la vida de Garoña hasta 2019 son «coherentes» con lo que el PP mantuvo durante la pasada campaña electoral.
Aunque, al ser preguntado sobre la posible prórroga del funcionamiento de Garoña, Soria puntualizó que «no hay decisión tomada al respecto», dio a entender que la intención del Ejecutivo de Mariano Rajoy es modificar la orden ministerial que estableció su cierre en 2013, pero que también contemplaba la posibilidad de prórroga hasta 2019 si cumpliera una serie de requisitos.
Esos requisitos no son los que comentó ayer el portavoz de Nuclenor -que sólo hizo referencia a los que deben acometerse para funcionar hasta 2013-, sino los que ya estableció en 2009 el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y que fueron retirados cuando se fijó el cierre para 2013. La fuerte inversión y el largo plazo de parada que requerirían las obras -incluyendo la construcción de un nuevo edificio de refugio para la plantilla que opera en la central- son otras razones que harían difícil de entender la concesión de una nueva prórroga a la planta que comenzó a funcionar hace cuarenta años.
No obstante, las compañías eléctricas consideran que, si se concede la prórroga a Garoña, todo resultaría más fácil para hacer lo mismo con el resto de instalaciones en funcionamiento en el Estado español.
«Realista y prudente»
El portavoz de Nuclenor fue comedido en sus declaraciones de ayer al asumir que, desde un punto de vista «realista y prudente», hay que reconocer que en este momento sigue vigente la orden ministerial que fija el cierre de la instalación en 2013, lo que «condiciona todas las actuaciones de la central».
Por otro lado, Cornadó aseguró que, tras las pruebas de resistencia, ha quedado claro que Garoña está en las mismas condiciones que el resto de centrales españolas y que es capaz de afrontar situaciones extremas con unos márgenes de seguridad amplios. No obstante, asumió que, como consecuencia de esas pruebas, se han identificado posibilidades de mejora, que serán implementadas porque la prioridad es que la central siga operando en condiciones óptimas.