Señor presidente, señorías, por primera vez mi grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, va a respaldar la presencia militar española en un contingente internacional. Señorías, lo vamos a hacer con esperanza, con la esperanza de la paz, y al mismo tiempo con condiciones que tienen que ver con la operación […]
Señor presidente, señorías, por primera vez mi grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, va a respaldar la presencia militar española en un contingente internacional. Señorías, lo vamos a hacer con esperanza, con la esperanza de la paz, y al mismo tiempo con condiciones que tienen que ver con la operación y con la interpretación de la operación que ha hecho el dirigente del Partido Popular, que no compartimos, y fundamentalmente con la política, porque, señorías, la guerra de Líbano, y probablemente por extensión la guerra preventiva en Oriente Medio, ha fracasado. Se podría decir que no sabemos muy bien si nos encontramos ante el final de la guerra porque lo viejo no acaba de morir y lo nuevo, la política, no acaba de renacer, pero en todo caso, señorías, es la hora de la política en Oriente Medio. No hay solución militar al conflicto y por tanto nuestra esperanza radica en que esta participación española de interposición en Líbano sirva para recuperar la política, para recuperar el derecho internacional y para recuperar la negociación y la paz. Nuestro apoyo, pues, es un apoyo condicionado y con esperanza. La iniciativa es necesaria, pero no suficiente. Es necesaria, en nuestra opinión, una fuerza de interposición; sin ella no habrá posibilidad de alto el fuego, sin ella no habrá probablemente ayuda humanitaria, sin la interposición es muy difícil la reconstrucción de tanto que se ha destruido en Líbano. Por tanto, la iniciativa y la participación de los cascos azules es necesaria, pero, señorías, no es suficiente. Si esta iniciativa de nuevo deja languidecer la política, al cabo de unos años estaremos estancados en el sur de Líbano sin esperanza, esperando únicamente un nuevo conflicto. Nosotros no queremos una participación militar sin acción política; muy al contrario, consideramos esta participación militar como el balbuceo, como el inicio de la recuperación de la política en relación con el conflicto de Oriente Medio. Esa es la posición de mi grupo parlamentario y lo hacemos desde condiciones claras, pero también con esperanza.
Señorías, nosotros no respaldaríamos esta iniciativa si finalmente hubiera salido adelante la primera redacción de la Resolución 1701, la redacción a que se ha referido el portavoz del Grupo Parlamentario Popular. Si aquella primera redacción, que pretendía continuar la guerra por otros medios, es decir, pretendía que fuera la fuerza internacional la que actuara por una parte para desarmar a Hizbulá y por otra parte para impermeabilizar la frontera siria, hubiera salido adelante, si esa resolución asimétrica e injusta hubiera salido adelante, nosotros no defenderíamos la participación española en Líbano. No la defenderíamos porque no sería justa y porque sería muy peligrosa. Pero, señorías, eso no ha sido así, por mucho que el Partido Popular continuamente venga a esta Cámara a revivir sus fantasmas en relación con la guerra de Irak y por mucho que el Partido Popular intente que esta resolución se corresponda con los intereses iniciales de Israel, con los intereses iniciales de los Estados Unidos, la realidad es la realidad. Nada tiene que ver esta iniciativa de interposición y de garantía del alto el fuego conceptuada en términos de derecho internacional con lo que ha sido y con lo que sigue siendo la guerra y la ocupación de Irak, donde había quienes se sentían cómodos en promover y animar la guerra cuando no existía guerra en ese país, y tampoco tiene que ver esta iniciativa siquiera con la guerra de Afganistán, porque tampoco en este caso intentamos hacer compatible la reconstrucción con el belicismo. Nosotros consideramos que en Afganistán hay cosas incompatibles, el agua y el aceite, la guerra y la paz, y por eso, cada vez más, la guerra contamina a la paz y cada vez es más difícil cualquier acción de paz en Afganistán. En ese sentido, nuestra posición es clara, la posición de una fuerza política pacifista que defiende en estos momentos una labor de interposición y que, al mismo tiempo, defiende que esta labor de interposición tenga al menos algo que ver con la recuperación de la política, del derecho internacional, del dialogo y de la paz en Oriente Medio. Sin ello esta intervención estaría coja, sin ello esta intervención estaría abocada al estancamiento.
Tampoco queremos equivocarnos ni equivocar a las fuerzas políticas o a los ciudadanos. No es cierto que la participación de Naciones Unidas en Líbano haya sido la más cruenta de todas sus participaciones, no es cierto. No es cierto porque estamos ante un saldo de víctimas a lo largo de 38 años que no tiene nada ver con otras participaciones de Naciones Unidas y mucho menos que ver con decenas de miles de muertos en Irak, la mayor parte de ellos civiles, y con la cruenta guerra de Afganistán. Por tanto, señorías, no extendamos un manto de confusión sobre esta iniciativa, sobre esta propuesta. No lo hagamos por los fantasmas del pasado, que a algunos grupos parlamentarios les van a convertir en una estatua de sal, pero no lo hagamos tampoco en relación con otras iniciativas del presente, como la de Afganistán, con la que esta propuesta, en nuestra opinión, no tiene nada que ver.
Señorías, no quisiera eludir algo que se viene eludiendo en la intervención de los grupos parlamentarios. No quisiera porque no se entendería tampoco la visión que nosotros tenemos con respecto incluso a una resolución asimétrica, a una resolución injusta, pero una resolución que puede ser un punto de partida de Naciones Unidas. Señorías, nosotros estamos espantados de lo que ha ocurrido en Líbano. No nos vale ni siquiera el recurso de decir que hubo una desproporción en la respuesta por parte del Gobierno israelí, porque, señorías, no ha sido así. Una guerra por encargo, una guerra preventiva para provocar el nacimiento del nuevo Oriente Medio no es legítima defensa, es una guerra al margen del derecho internacional que ha vulnerado el derecho humanitario y que ha utilizado como rehén a la población civil libanesa. En paralelo, nosotros condenamos también cualquier utilización de cualesquiera organizaciones de la población civil para sus objetivos. Señorías, no confundamos los términos. Un Estado maduro, un Estado con ejército, un Estado con instituciones tiene responsabilidades superiores a las que tiene cualquier organización en este mundo, cualquier organización política o cualquier organización de resistencia u organización terrorista. En este caso, señorías, hemos asistido durante más de un mes a un crimen contra la paz, a un crimen de guerra, que no puede pasar sin una censura, al menos de los grupos parlamentarios de esta Cámara, ya que no ha tenido censura por parte de las organizaciones internacionales y esa es una segunda cuestión que a nosotros nos gustaría abordar. A pesar de más de mil muertos, cuarenta y tantos muertos ciudadanos civiles israelíes; a pesar de miles de heridos, y a pesar de la destrucción de un país que le ha hecho retroceder veinte o treinta años en la historia, la comunidad internacional no ha sido capaz de condenar lo que ha ocurrido en Líbano.
En ese sentido, nosotros queremos hacer una llamada de atención en relación al liderazgo de la comunidad internacional y de la Unión Europea. La Unión Europea y Naciones Unidas no han hecho precisamente un ejercicio de liderazgo a lo largo del tiempo en que se ha producido una guerra totalmente ilegítima, un crimen contra la paz. No queremos ver únicamente lo negativo; no queremos ver únicamente la guerra; no queremos ver tampoco el nuevo Oriente Medio de doña Condoleezza Rice, ese parto que ha producido un monstruo que se parece bastante al infierno de Dante en Oriente Medio; no queremos ver siquiera ni quedarnos siquiera en la crítica a la pasividad de la comunidad internacional. Preferimos ver en la iniciativa de la Resolución 1701, en primer lugar, un atisbo del fin de la guerra preventiva en Oriente Medio y, en segundo lugar, la asunción de responsabilidades por parte de la comunidad internacional para solucionar no solamente el problema de Líbano, sino el conflicto que late en el fondo de la crisis de Oriente Medio: el derecho del pueblo palestino a su autodeterminación, el derecho del pueblo palestino a un Estado justo, seguro y en paz, y en la misma medida el derecho del pueblo israelí a tener seguridad en su Estado y a convivir en paz con el Estado palestino. Ese es el principal objetivo de los grupos parlamentarios de esta Cámara, al menos es el objetivo de mi grupo parlamentario. Por eso consideramos que merece la pena apoyar con condiciones esta resolución, para que no solamente cree estabilidad en la zona sino que además esté acompañada de una iniciativa política clara por parte de las organizaciones internacionales, por parte de la Unión Europea y por parte también de Naciones Unidas.
Señorías, nuestras condiciones le fueron transmitidas en su momento al presidente del Gobierno y las hemos hecho públicas en diversas ocasiones. Nuestras condiciones son que esta iniciativa se sitúe únicamente en el capítulo VI de la Carta de Naciones Unidas, es decir, que nuestras tropas sean únicamente tropas de interposición y para la consolidación del alto el fuego. En ese sentido, no compartimos la lectura del Partido Popular, la lectura de un general pentagonal que pretende que esta resolución avala la imposición de la paz, avala prácticamente el desarme de Hizbulá, avala la impermeabilización de la frontera con Siria y, más allá de todo ello, avala también una posición dura e intransigente con respecto a Irán. No la compartimos y, por tanto, esa es una de nuestras condiciones.
Otra de nuestras condiciones fundamentales, condiciones básicas para nuestro apoyo, es que los Estados afectados, y en particular el Estado libanés donde se despliega la fuerza, estén de acuerdo y apoyen el despliegue de la fuerza y sean quienes decidan el futuro de sus propios pueblos, es decir, sin injerencias de ninguna fuerza, sin injerencias internacionales.
Por otra parte, para nosotros la presencia de tropas internacionales, de cascos azules en Líbano debe ser otra condición fundamental; sin ella, como he dicho en un principio, esta participación sería insuficiente y probablemente abocada al fracaso. Ello significa que esta participación de estabilización tenga también el acompañamiento de una iniciativa política fuerte y clara por parte de Naciones Unidas y de la Unión Europea en defensa del derecho internacional, del diálogo y de la paz en Oriente Medio. Por lo tanto, los objetivos deberían ser, en primer lugar, estabilizar la zona para que sea posible la reconstrucción y la acción humanitaria; en segundo lugar, en nuestra opinión el objetivo debería ser la justicia. Señorías, no hay justicia con impunidad. Quien ha vulnerado el derecho internacional debe responder de ello y quien ha provocado daños enormes debe repararlos. El Estado y el Gobierno de Israel no pueden esperar que sea la comunidad internacional la que cure y la que barra sus destrozos. De una vez tiene que cesar la impunidad del Gobierno de Israel tanto en relación a la guerra como a la reparación de su agresión a Líbano, a la población civil.
Es imprescindible que esa iniciativa clara en favor de la paz promueva el diálogo y la negociación para recuperar la hoja de ruta, tan olvidada en relación al Estado palestino. Esa hoja de ruta debe contar con un Estado palestino con capital en Jerusalén Este que haga posible un futuro de convivencia entre el Estado palestino y el Estado israelí. Es imprescindible ese camino junto con el camino de la estabilización en Líbano. Para ello, nos sumamos a la propuesta de la Conferencia de Paz en relación a Palestina y a Oriente Medio en España. Creemos que puede ser en España, como fue en su momento, en nuestro país, pero es imprescindible una acción multilateral cuando ha fracasado claramente no solo la guerra sino también el unilateralismo en Oriente Medio. Las partes más débiles en estos momentos en Oriente Medio son aquellas donde se han producido retiradas o acciones de carácter unilateral; las partes más fuertes de Oriente Medio son lugares donde se han producido acuerdos multilaterales fruto del diálogo y de la negociación política. Señorías, para hacer creíble esta posición, el Gobierno español, en nuestra opinión, debería pasar de los gestos así como de la mediación a posiciones políticas más claras en relación a Oriente Medio y a la cuestión palestina. Al Partido Popular le parecen ya demasiado claras; a nosotros nos gustaría que lo fueran más. En ese sentido, señorías, creemos que es el momento también de utilizar la presión frente a cualquier intento de Israel de agredir de nuevo a sus vecinos. No se puede apoyar la paz en Oriente Medio y colaborar militarmente con Israel; no se puede vender armas al Estado de Israel; no se puede colaborar en las acciones de la OTAN o de otros organismos internacionales con el Estado de Israel mientras provoque agresiones e incumpla el derecho internacional en Palestina.
Señorías, termino. Esta iniciativa, esta decisión, es claramente diferente de otras decisiones adoptadas en los últimos años. Es muy diferente de Irak y también es diferente de Afganistán. Esperamos que esta decisión, que puede alumbrar una nueva política, eso sí, para Oriente Medio y una nueva política de paz, sea también la nueva política exterior de nuestro país, la nueva política de participación de nuestras fuerzas en el exterior, limitadas exclusivamente a la interposición y a la garantía de la paz.
En ese sentido, esperamos que se cumpla el compromiso del Gobierno de mantener esta iniciativa íntimamente unida a una iniciativa de paz, que esa iniciativa de paz sea revisable en esta Cámara y que podamos evaluar, si no al final, en un momento determinado, la eficacia de la labor de interposición, pero sobre todo la aportación a la paz. A nosotros todavía nos queda la esperanza, no es el infierno de Dante donde abandonan toda esperanza, pero creemos que el Gobierno debe explicar a esta Cámara cómo marcha ese camino de esperanza que debe ser la paz para Oriente Medio.
Réplica posterior:
No sin cierta sorpresa intervengo en el turno de réplica respecto a la intervención del presidente del Gobierno. Además del optimismo, parece ser que también le gusta la sorpresa, en este caso la sorpresa a los grupos parlamentarios de la Cámara. Pero mi grupo parlamentario quisiera destacar en esta materia que, si bien la Ley de Defensa Nacional no instituye el Pleno para este tipo de debates ni configura tampoco una determinada forma de comparecencia, nos ha parecido y nos sigue pareciendo en estos momentos que el tema requería de un debate al máximo nivel, podríamos decir, o con la mayor participación del Congreso de los Diputados. Es verdad que todavía no está desarrollado ese aspecto de la Ley de Defensa Nacional, pero no cabe duda de que el envío de más de mil soldados españoles a Líbano, a una zona delicada y de conflicto, requería, en nuestra opinión, un debate parlamentario al máximo nivel, con la máxima participación, y una decisión del conjunto del Pleno parlamentario. En ese sentido, quiero dar la bienvenida a todos aquellos que nunca han considerado que esta materia debería debatirse en el Pleno del Congreso y mucho menos han apoyado que fuera requisito votar esta materia en el Pleno del Congreso. En todo caso, les doy la bienvenida con satisfacción porque crear una cultura de participación y una cultura parlamentaria es siempre un avance democrático.
Tercera cuestión que mi grupo parlamentario quisiera resaltar. Este debate entre la guerra y la paz que hemos visto en el día de hoy, impulsado por el Grupo Parlamentario Popular, resulta de lo más sugerente, sobre todo porque en nuestra opinión, que puede ser discrepante de la de otras fuerzas políticas de esta Cámara, la guerra no es la política por otros medios. Desgraciadamente hace siglos que esa es la filosofía generalizada, que la guerra es, en el límite, la política por otros medios. Nosotros, por el contrario, pensamos que la guerra, y en concreto esta guerra, es el fracaso de la política, es la muerte de la política.
Probablemente para los grupos parlamentarios de esta Cámara en esta guerra hay distintos responsables. Para nosotros hay un fundamental responsable que es quien al margen del derecho internacional agrede y además utiliza a la población civil como rehén. Creemos que eso es así.
Pero en esta guerra también hay impotencia política, impotencia que ha transformado la política en el recurso a la guerra. En ese sentido, nosotros echamos de menos una actitud más activa por parte de la comunidad internacional.
He visto con satisfacción que el presidente del Gobierno ha dicho ante esta Cámara que comparte que no es suficiente el envío de tropas a Líbano, que es necesario, pero no es suficiente y que tiene que haber una hoja de ruta política para la solución del conflicto y para la solución de los problemas de Oriente Medio. A mi grupo parlamentario le gustaría tener la oportunidad -más allá de la oportunidad que podemos tener en los próximos días de conocer más a fondo los mecanismos de intervención y de seguridad de nuestro ejército- de discutir en los próximos meses cuál es esa hoja de ruta política que va a defender el Gobierno español en la Unión Europea y en el marco de los organismos internacionales. Porque para nosotros son dos acciones complementarias sujetas ambas a riesgos: la acción de nuestros militares creando una situación de estabilidad en Líbano y la acción política del Gobierno a favor de una hoja de ruta que solucione el conflicto de fondo que late en Oriente Medio. Seguramente no es a corto plazo, seguramente tiene mucho camino por delante, pero mi grupo parlamentario considera que esa es una materia fundamental. Es fundamental saber si los últimos esfuerzos, por ejemplo, de la Autoridad Nacional Palestina y del Gobierno palestino van a servir para desbloquear el diálogo entre Palestina y la Unión Europea o entre Palestina y España.
A nosotros nos parece que debería desbloquearse ese diálogo. Es de la mayor importancia también saber si durante este tiempo tan delicado en que vamos a tener tropas en Líbano vamos a hacer algún tipo de operaciones militares con uno de los ejércitos, como es el ejército de Israel. A nosotros nos parece que ni comercio de armas ni operaciones militares con un país que está en conflicto, como es Israel y el Gobierno israelí. Nos gustaría saber también si, Conferencia en Madrid o Conferencia de Madrid, el Gobierno tiene en esa hoja de ruta alguna iniciativa multilateral para abordar los problemas de Oriente Medio.
Por esto, señorías, hemos dicho y continuamos diciendo -y esa va a ser nuestra actitud a lo largo de los próximos meses- que damos un apoyo condicionado a este envío de tropas. Es la primera ocasión en que nosotros tomamos una decisión de estas características, quizás porque también es la primera ocasión en que aparece una propuesta claramente de interposición o de garantía de la paz, y además una propuesta de interposición y de garantía de la paz por parte de Naciones Unidas que puede estar arropada por una iniciativa política real y sustancial para la paz en Oriente Medio. Ese es el sentido de nuestra posición.
Por último, señorías, esperamos tener la oportunidad de hacer un seguimiento por parte de la Cámara de este tan importante envío de tropas y también de la tan importante tarea que tiene el Gobierno en relación a la paz en Palestina y en Líbano. He iniciado mi intervención con una reflexión respecto a la guerra y termino con una reflexión de carácter personal. Mi grupo parlamentario y su portavoz no estamos seguros con relación a esta decisión. Hay grupos parlamentarios en esta Cámara en los que lo habitual es la seguridad, no la duda hamletiana, pero nosotros no estamos seguros respecto a esta decisión. Otros, cuando se produce el conflicto entre la guerra y la paz, siempre tienen seguridad en cuanto a dónde están y siempre están del lado de la guerra; mi grupo parlamentario, en este caso, como todavía no se ha producido la paz, como lo que se produce es un cese del conflicto, no está seguro en esta situación. Tampoco van a estar seguros nuestros militares; tampoco va a estar segura la situación en Oriente Medio y, por tanto, se requiere una iniciativa diplomática y política de fondo para conseguir la paz, y nosotros esperamos que el Gobierno la lleve a efecto.
Muchas gracias.
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