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Nuestras voces en movimiento, un parto audiovisual en tiempo de crisis

Fuentes: Rebelión

El audiovisual vinculado a los movimientos sociales en España lleva tomando fuerza y cuerpo en los últimos años. Con esta afirmación no estoy acuñando un movimiento cinematográfico, no estoy «descubriendo» una corriente artística que presuma de nuevo empaque o un grupo creativo de revolucionaria factura cinematográfica y renovada tendencia estética sin parangón en la nación […]

El audiovisual vinculado a los movimientos sociales en España lleva tomando fuerza y cuerpo en los últimos años. Con esta afirmación no estoy acuñando un movimiento cinematográfico, no estoy «descubriendo» una corriente artística que presuma de nuevo empaque o un grupo creativo de revolucionaria factura cinematográfica y renovada tendencia estética sin parangón en la nación ibérica. Estoy llamando la atención sobre notables producciones en torno a temas universales y nacionales que son parte de la fortaleza de esta realidad, de este «estar haciendo».

Si se hace una reflexión retrospectiva a pulso de memoria se podría identificar claramente dos ejes temáticos predominantes vinculados a la sociedad, la historia y el pensamiento. La primera, el abordaje de la memoria histórica vinculada a la Guerra Civil Española y una segunda, -no menos importante- la filmografía que recoge los conflictos en torno a naciones como Palestina, El Sahara, Iraq, o Afganistán. Otros temas relevantes son la protección de la naturaleza asediada por la brutalidad del hombre, los conflictos laborales o las realidades políticas y sociales de países mal llamados del «Tercer Mundo».

España vive momentos de stress sociológicos y de revolución social, cuyo punto catalizador ha sido la crisis económica. Esta escenario no está fotografiado con exactitud por los grandes medios de comunicación, derivando -dentro del audiovisual- en nuevas formulas de comunicación que aspiran a ocupar el espacio de silencio y opacidad, para poner la noticia y la realidad en un nuevo estatus, acorde con los tiempos que se viven de cara a un futuro incierto y sin final a la vista.

Proyectos como TeleK de Madrid, la web kinoki.org, attac.tv o pluralia.tv, forman parte de algunos de los iconos que con variaciones conceptuales y modos de realización, aportan otro discurso al margen de los postulados de estos medios. Desde una perspectiva crítica, están empeñados en escribir otro discurso y otras ideas que no son las repetidas hasta la saciedad. Cabe llamar la atención sobre la creciente producción de cine documental producida por ONG, cuyo perfil social está en correspondencia con los cimientos de la sociedad española contemporánea.

Al calor del movimiento del 15 M, ha nacido un nuevo proyecto audiovisual que aspira a edificar otra mirada diferente, a desmenuzar la realidad desde los saberes del arte. Los nombres de esta nueva hornada podrían acuñarse con varias adjetivaciones: periodistas urbanos, videastas en acción, cineastas en curso, pero prefieren que le llamen sencilla y llanamente: video activistas.

Una de las impulsoras de este proyecto, la documentalista Eva Legido Quigley explica que uno de los principales objetivos de Our Voices on the Move, es darle la palabra a los que normalmente no tienen voz, a los que están fuera del ruedo mediático de las grandes empresas de comunicación, o a los que, simplemente, no se cruzan de brazos frente a los tijeretazos que afectan a toda la ciudadanía. En esta apuesta audiovisual están presentes los testimonios, sin cortapisas, de todas esas personas que tienen mucho que decir sobre sus propias situaciones o sobre las injusticias y atropellos actuales, en general. En este sentido, no hablamos de «clases desfavorecidas» porque cualquier ciudadano (profesores, doctores, enfermeras, operarios, trabajadores de la construcción, funcionarios, etc) es susceptible de encontrarse en una situación de vulnerabilidad laboral (si nos vemos afectados por un ERE, un recorte salarial, un despido, un desahucio, etc.) o social (si los servicios públicos desaparecen o disminuyen sus prestaciones y calidad al ritmo que lo están haciendo). Legido-Quigley concluye: «Our voices quiere ser un espacio de resonancias que, por un lado ayude a la ciudadanía a identificarse y solidarizarse con cada testimonio y por otro lado, un espacio de ecos que ayude a multiplicar los mensajes, fortaleciendo los espacios de lucha y creando nuevas sinergias».

Bajo la pátina de Our voices on the move se arropa la verdad de los parados, de los inmigrantes que son víctimas de asedio policial, de los trabajadores en lucha en sus respectivas empresas, entre otros. El despido de los trabajadores de Telefónica, la precariedad laborar en el sector de la salud, el intento de cierre del Hospital 2 de Mayo o el testimonio sobre los recortes y los medios de comunicación de un trabajador de TV3, son algunos de los materiales visuales presentes. En este escenario virtual hay espacio para zonas tan sensibles como la educación y la salud, amenazadas por los recortes económicos y estructurales ante una política que sacude una sociedad construida por múltiples miradas. La vivienda, esencial para la estabilidad de la familia, o la cultura, motor e impulso de la espiritualidad forman parte de los íconos de esta ventana audiovisual, que asume el reto de ser voz de los que no la tienen. Otras preguntas y temas, tendrán forma en este escenario de palabras, imágenes y movimiento, movimiento de ideas, movimiento de preguntas en torno al futuro truncado por una crisis gestada por las grandes empresas transnacionales, los llamados mercados que son difíciles de «tocar con un dedo» y por supuesto los políticos, que asumen el rol de legitimar la crisis y contener su parte de responsabilidad ante la sociedad, sin que haya un acusado o un responsable.

En Nuestras voces en movimiento se apela al periodismo documental para hacer del testimonio una verdad consumada. Un diálogo con los protagonistas es el puente para hacer tangible una narración audiovisual con los receptores de sus historias: Usted, es el que puede ser actor y/o receptor de esta propuesta.

Alicia Perea, video-activista y otra de las impulsoras de Our voices on the move/Nuestras voces en movimiento explica sobre sus orígenes. «Es un proyecto audiovisual de indignados que nació de la necesidad, dentro del movimiento 15M, de dar voz a todas esas personas que quieren difundir su testimonio sobre las injusticias sociales que estamos viviendo en estos momentos. Surge dentro de lo que en su día fue la sub-comisión Audiovisual BCN y hoy es 15Mbcn.Tv».

Este espacio virtual acaba de nacer y está dando sus primeros pasos. La plural naturaleza de sus miembros (realizadores, operadores de cámaras, montadores, técnicos audiovisuales, transcriptores, traductores) junto con su intensa labor podría marcar una iniciativa rica y premonitoria. Los modos de hacer han de estar en sintonía con la realidad y la temática a la que se verán enfrentados. No faltarán momentos, -UN CONFLICTO; UN VIDEO ACTIVISTA- no faltarán temas y hechos que requieren abordajes. La realidad siempre nos supera. Mi labor: hacer de la crónica audiovisual la crónica del oficio y del contenido.

Salud para este nuevo reto.

http://nuestrasvocesenmovimiento.wordpress.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.