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Nueva fase en las movilizaciones de Telefónica

Fuentes: Rebelión

La plantilla de Telefónica de España comenzó ayer un nuevo período de movilizaciones con la convocatoria de una huelga para todos los trabajadores de 1 hora y con carácter indefinido. De esta manera, también se suma a la ya existente desde el mes de diciembre en uno de sus departamentos amenazados con la externalización del […]

La plantilla de Telefónica de España comenzó ayer un nuevo período de movilizaciones con la convocatoria de una huelga para todos los trabajadores de 1 hora y con carácter indefinido. De esta manera, también se suma a la ya existente desde el mes de diciembre en uno de sus departamentos amenazados con la externalización del trabajo e iniciada en Coruña y Asturias posteriormente secundada por los trabajadores de Madrid.

Cuatro son las reivindicaciones de una plantilla que ahora mas que nunca ve amenazados sus puestos de trabajo. El primero es la exigencia a la dirección de la empresa de la retirada de las sanciones contra nueve de sus delegados sindicales de Madrid, dos de ellos despedidos, una más pendiente del recurso tras el despido improcedente dictado por el juez, otros tres más pendientes de juicio y con una sanción de 45 días de empleo y sueldo, otro absuelto y dos más ya sancionados. Todos ellos tras ser acusados de coacciones tras una concentración de trabajadores frente a las sedes de CCOO y UGT en los que se pretendía entregar 8000 firmas de trabajadores contra la firma del último convenio colectivo en junio del pasado año. En este sentido también se acusa a la dirección de la empresa de abusar del régimen disciplinario contra todos los trabajadores con sanciones desproporcionadas y que, tras la firma del convenio, se salda con varios despedidos.

Los convocantes también protestan contra la segregación de la actividad y la externalización del trabajo a empresas del sector, exigiendo que ese trabajo sea realizado por personal propio. Seguir en la dirección que marca la dirección de la empresa significa la destrucción del trabajo y la creación de una bolsa de trabajadores desocupados que, en un futuro, pueden ser susceptibles de un ERE. Y como ejemplo ponen la situación de los trabajadores del almacén de Villaverde, en Madrid, en donde la actividad se ha segregado a una empresa externa alegando la falta de trabajo y reubicando a los trabajadores a otras tareas; unas semanas después, la empresa contratada ha implantando turnos para atender el trabajo ante el volumen de actividad a desarrollar; pero los trabajadores son contratados y sus sueldos, por supuesto, mucho más bajos.

El tercer motivo de la movilización es el cumplimiento de los acuerdos en materia salarial del 2 de julio de 2008 por los que la dirección de la empresa se comprometía a una subida en las nóminas tomando como referencia las previsiones de inflación del Ministerio de Economía. Tomando como excusa la crisis económica y la baja inflación, la dirección ha decidido congelar los salarios de los trabajadores para 2009.

Por último, la protesta incluye la amenaza que pende sobre toda la plantilla referente a las intenciones de cambiar la estructura salarial en base a la reorganización de los grupos laborales que en estos momentos están negociando los firmantes del convenio colectivo con la dirección. Esta nueva estructuración laboral pretende, en el fondo, cambiar la estructura salarial que dividirá la nómina en una parte fija y otra variable. Esta última dependerá del trabajo desarrollado y de la subjetividad de los mandos intermedios rompiendo con la filosofía de subidas salariales atendiendo a antigüedad y pase de niveles.

Los paros tienen carácter indefinido y son convocados por AST, CoBas, CIGA, LAB, ESK y En Construcció