Los procesos de fusiones con vistas a la privatización de las Cajas, alentados tanto por el anterior gobierno como por el actual, ni han resuelto ni van a resolver los graves problemas del sector, originados por la gestión de unos equipos directivos que, encaramados sobre la burbuja inmobiliaria, se permitieron el lujo de jugar a […]
Los procesos de fusiones con vistas a la privatización de las Cajas, alentados tanto por el anterior gobierno como por el actual, ni han resuelto ni van a resolver los graves problemas del sector, originados por la gestión de unos equipos directivos que, encaramados sobre la burbuja inmobiliaria, se permitieron el lujo de jugar a ser banqueros con el dinero de todos y contando con las complicidades políticas, mediáticas y sindicales de sobras conocidas, mientras el Banco de España miraba hacia otro lado.
Estas fusiones realizadas a toda prisa y pilotadas por unos directivos cuyo único interés es preservar su cuota de poder y blindarse en los nuevos cargos de dirección para seguir percibiendo escandalosos salarios, lejos de solventar la situación de las Cajas, van a dar como resultado una serie de entidades lastradas desde su origen por una acumulación de problemas derivados de la burbuja inmobiliaria y que van a necesitar, tarde o temprano, la intervención del Estado, sea mediante inyecciones de dinero público, sea mediante medidas fiscales que permitan sanear las cuentas de resultados asumiendo el valor real de los activos inmobiliarios.
En el caso concreto de Cajastur, ni la compra de CCM que dio comienzo a las privatizaciones de cajas, ni la fallida fusión con la CAM, ni la fusión con Caja Cantabria y Caja Extremadura mediante el banco privado Liberbank han supuesto nada positivo para nuestra entidad ni para Asturias ni para los asturianos. En todos estos procesos, al igual que en el actual proceso de fusión con Ibercaja y Caja3, sólo ha primado el interés de sus directivos, sin que la situación de Cajastur, ni la de sus clientes, ni mucho menos la de sus trabajadores haya sido materia de interés en todos estos acuerdos de fusión.
Ante la angustiosa situación de millones de familias que además de perder el empleo están en trance de perder sus viviendas por no poder hacer frente al pago de las hipotecas, los ciudadanos no podemos permitir que se nos prive de unas entidades financieras de carácter social como son las Cajas que hoy en día son más necesarias que nunca y menos aún podemos permitir que se inyecten cantidades obscenas de dinero de todos para poner a disposición de la gran banca y de los especuladores la riqueza colectiva que representaban nuestras Cajas. Si necesitan dinero público (o exenciones fiscales), los bancos privados resultantes de las fusiones de las Cajas deben ser nacionalizados, creando una Banca Pública no privatizable que, en estos momentos tan difíciles, apoye la economía productiva y no la especulación, que aporte soluciones a la crisis y que se ponga al servicio de todos y no al de una pequeña minoría.
Contra la Fusión/Privatización de Cajastur
Por la nacionalización de las Cajas
Por una Banca Pública no privatizable al servicio de los ciudadanos