Aquellas personas con más de 30 millones de euros alcanzaron las 852 en 2022, un 2,5% más que en el ejercicio previo.
Pedro Sánchez anunció el pasado miércoles su intención de aumentar la presión fiscal sobre aquellos que ya tienen en el banco «suficiente dinero para vivir 100 vidas». El presidente del Gobierno apunta directamente hacia las grandes fortunas, un selectísimo grupo de multimillonarios que, sin embargo, no ha parado de crecer en los últimos años. Los datos actualizados por la Agencia Tributaria y recogidos por El País muestran que aquellas personas con más de 30 millones de euros alcanzaron las 852 en 2022, un 2,5% más que en el ejercicio previo y un récord histórico. Hace 15 años, solo 233 personas declaraban contar con ese patrimonio.
A pesar del descomunal crecimiento de los superricos, apenas un 27,5% (235) pagaron durante ese año el impuesto sobre el patrimonio, un porcentaje que ha rondado el 35% durante ejercicios anteriores. Una drástica bajada como consecuencia de las bonificaciones fiscales aprobadas en diferentes regiones gobernadas por el Partido Popular, con la Comunidad de Madrid como punta de lanza.
Para combatir el dumping fiscal de la derecha, el Gobierno de coalición aprobó a finales de 2022 la puesta en marcha de un nuevo gravamen, denominado impuesto de solidaridad, que solo afecta a quienes tengan más de 3,7 millones de riqueza neta. El tributo no se aplica si el territorio de residencia mantiene el histórico impuesto de patrimonio, el cual va dirigido a quienes cuentan con una riqueza que supere los 700.000 euros (con excepción de la vivienda habitual con un valor de hasta 300.000 euros).
Hasta 2022 Madrid era la única región que bonificaba el 100% del impuesto, lo que ese año permitió a 24.486 personas ahorrarse el pago del gravamen. A ellos se unieron ese ejercicio otras 12.707 personas residentes en Andalucía gracias a la decisión del presidente andaluz Juanma Moreno de anular el tributo en la comunidad. De esta forma, la proporción de pagadores del impuesto de patrimonio alcanzó ese año su mínimo histórico: de los 230.365 contribuyentes que deberían haber hecho frente al pago del mismo, solo 185.000 lo hicieron, un 80,4%.
El recién estrenado impuesto de solidaridad, sin embargo, impidió el dumping fiscal de Andalucía y Madrid. En su primer año, el arbitrio permitió a Hacienda recaudar 623 millones de años, la mayor parte de ellos procedentes de la comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso. La jugada provocó que tanto Madrid como Andalucía decidiesen recuperar la figura impositiva para así poder recaudar ellas mismas unos fondos que, de otra forma, acabarían en manos del Estado.
Una propuesta sin concreción
«En los próximos meses, […] vamos a proponer y poner en marcha nuevas acciones destinadas a acotar privilegios desproporcionados que tienen y de los que se benefician ciertas élites y famos a gravar fiscalmente a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas», ha asegurado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una comparecencia en la que ha subrayado que el objetivo no es «perjudicar a los millonarios» sino «proteger a las clases medias y trabajadoras«: «Menos Lamborguinis y más transporte público«, ha añadido.
Sin embargo, el líder del Ejecutivo no ha desglosado ninguna propuesta concreta para aumentar la recaudación mediante gravámenes a los más ricos. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, tampoco lo ha hecho durante una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero: «Vamos a ver cómo vamos aterrizando este gran anuncio que hizo el presidente».