Recomiendo:
0

Introducción del libro Dioses, farsantes y excluidos de Francesc Ferrandis

«Nunca, hasta ahora, la tiranía de los mercados se había manifestado con tanta crudeza y determinación»

Fuentes: Rebelión

TÍTULO: DIOSES, FARSANTES Y EXCLUÍDOS AUTOR: FERRANDIS ESCRIVÀ, FRANCESC EDITORIAL: LIBERTARIAS PRODHUFI ISBN: 978-84-7954-719-6 Ya nada será igual. La voracidad de los dioses y la ineptitud de los farsantes están a punto de consumar la liquidación del estado del bienestar, al menos en la dimensión y con las atribuciones que hasta ahora presentaba. Y con […]

TÍTULO: DIOSES, FARSANTES Y EXCLUÍDOS
AUTOR: FERRANDIS ESCRIVÀ, FRANCESC
EDITORIAL: LIBERTARIAS PRODHUFI
ISBN: 978-84-7954-719-6

Ya nada será igual. La voracidad de los dioses y la ineptitud de los farsantes están a punto de consumar la liquidación del estado del bienestar, al menos en la dimensión y con las atribuciones que hasta ahora presentaba. Y con ello, la multiplicación insoportable del número de excluidos, cuya herida se expande infectada en consonancia con la profundidad de su tragedia. Nunca, hasta ahora, la tiranía de los mercados se había manifestado con tanta crudeza y determinación; tampoco nunca, como ahora, la política había ofrecido su pescuezo a los sacerdotes de las finanzas con tanta sumisión.

No es una crisis lo que ha generado la catástrofe (una vez más, el lenguaje de los falsificadores de la realidad recurre al eufemismo embaucador); es una guerra, un asalto programado por los depredadores de los mercados, auspiciados por sus mercenarios en el lodazal de la política y jaleados por los voceros de la comunicación del vacío y de la bisutería, para consumar por la vía rápida el saqueo que siempre estuvo en el horizonte del neoliberalismo, pero que la lucha social y la cordura habían conseguido, hasta ahora, mitigar.

El armamento financiero de última generación con que se han pertrechado, utilizado con destreza en la emboscada de la globalización, ha facilitado, sin derramar una sola gota de sangre y sin ningún tipo de resistencia, la obtención del botín; los gases narcotizantes diseminados con el bienestar, la democracia, la información, las comodidades tecnológicas, el espectáculo incesante, el vacío satisfecho… han propiciado que las batallas sean del todo incruentas, aunque la devastación que se ha generado ya no se puede ocultar. La guerra, sin embargo, aún no ha concluido. Y, lo que es más importante, todavía se puede ganar.

Esta última constatación es la que constituye el germen del libro, la que lo propicia: la convicción de que es posible el cambio (en mayúsculas, no como embeleco en boca de tantísimos mediocres de la política en cualquier campaña electoral o cuando se hallan en la oposición), la certeza de que solo una reacción firme, constante y articulada de quienes, indignados, no soportan la sumisión puede alterar el rumbo trazado por los déspotas que se han apoderado del timón.

El libro es, pues, una propuesta de reflexión que, como consecuencia, tiene que derivar necesariamente y sin concesiones ni dilaciones en la acción. Articulado en torno a tres ejes temáticos de carácter general (dioses, farsantes y excluidos), se materializa en una serie de reflexiones breves, aforismos, pinceladas analiticodescriptivas… sobre la realidad que, más que mostrarla, pretenden invitar a dilucidarla, a descubrirla tras los artificios de todo tipo que la ocultan. Se trata, en definitiva, de una invitación a la lectura con coraje, dispuesta a desenmascarar la estrategia de que se sirve el eufemismo y a desarticular los andamiajes de la desinformación.

Los modos de lectura que admite, como ocurre con cualquier propuesta de este tipo, son múltiples: desde la lineal, capítulo tras capítulo, hasta la más dispersa y caprichosa según los intereses temáticos que en cada momento asalten al lector, pasando, cómo no, por la puramente azarosa, al vuelo de las páginas, deteniéndose aquí y saltando allá. El lector, soberano, sabrá siempre cómo actuar. Tan solo, si no resulta impertinente, una recomendación: puesto que el contenido del libro, dada su arquitectura, hay que beberlo a sorbos, conviene realizar una pausa tras cada uno de ellos para la degustación.

Es necesario advertir, como de inmediato se podrá comprobar, que la mayoría de las piezas que se exponen están tejidas con un léxico fundido en el crisol de la indignación. No de otra manera se podía fraguar un grito de hastío como el que, en definitiva, constituye el libro. La rabia acumulada ante la enormidad de la catástrofe, la perplejidad ante la sumisión de unos y la apatía de otros, y la certeza de que no cabe otra alternativa que la acción han propiciado que la palabra se tiña de sangre o de negro, que resulte áspera e incluso hiriente, pero también que se convierta en acicate para la respuesta, en un aguijón contra la pereza.

Cabe aclarar, para concluir, que los protagonistas del drama que dan título al libro (dioses, farsantes y excluidos) son, en síntesis y por este orden, los poderes económicos, los embaucadores de la política y de los medios de comunicación, y, por último, las víctimas de los anteriores. Vaya por delante también que, como es obvio, no todos los políticos ni todos los medios merecen la descalificación y la condena a las que en las páginas siguientes (por una necesidad inevitable de generalización) se les somete, pues son abundantes y conocidos por todos los casos de personas y colectivos entregados al servicio público y a la comunicación luminosa con gran honestidad. En este sentido, el libro es también un reconocimiento a su labor y un llamamiento a que perseveren en su actitud, pues con ello contribuyen a convocar para la respuesta a quienes estamos llamados a materializarla. A ellos y, sobre todo, a aquellos que creen que de la indignación y el inconformismo no se derivan la aceptación resignada o la indiferencia, sino la reacción consciente, comprometida y exigente, va dirigido este libro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.