0-4. Con este marcador el Fútbol Club Barcelona derrotó -el pasado 26 de octubre, en el estadio Santiago Bernabéu- al Real Madrid; el joven delantero azulgrana Lamine Yamal, de 17 años, con padre originario de Marruecos y madre de Guinea Ecuatorial, fue el autor del tercer tanto; nacido en el municipio de Esplugues de Llobregat (Barcelona), se desempeña como atacante titular en la selección española de fútbol.
Tras marcar en el denominado clásico, en el estadio madridista, Lamine Yamal fue objeto de insultos racistas desde la grada: “¡Puto negro!”; “¡Puto moro!”; “¡Tu puta madre!” o “¡Mena de mierda!” (en referencia al acrónimo menor no acompañado).
En abril otro internacional español, Nico Williams, jugador del Athletic de Bilbao de 22 años, ascendencia ghanesa y piel negra, recibió injurias de tono xenófobo en el estadio del Atlético de Madrid; en concreto, un sector del público emitió “sonidos de mono” cuando Williams se preparaba para un saque de esquina.
Asimismo el hermano del futbolista rojibanco, Iñaki Williams, quien también milita en el club bilbaíno, fue blanco de las ofensas racistas en enero de 2020; los hechos sucedieron en un partido contra el Real Club Deportivo Español, en el campo de Cornellà-El Prat (gritos de “¡Uh!”, “¡Uh!” y gesticulaciones de primate).
SOS Racismo presentó, en noviembre, el Informe sobre Discriminación Racial en el ámbito deportivo-2024; a partir de la investigación realizada por las oficinas de la federación de ONG en Aragón, Bizkaia, Catalunya, Gipuzkoa, Galicia y Navarra, y en la que participaron 446 personas, el Informe concluía:
“El 85,5% de las participantes considera que el racismo y la discriminación son problemas importantes en el mundo del deporte”.
Para la elaboración del documento (entre marzo y julio de 2024), Sos Racismo ha recogido los datos de 401 encuestas en los ámbitos del baloncesto y el fútbol; seis grupos de discusión –en los que tomaron parte cerca de 40 personas-, y seis entrevistas a los denominados agentes clave por sus cargos y experiencia profesional.
Otro aspecto metodológico relevante, asociado al perfil sociodemográfico, es la situación administrativa de las personas encuestadas/intervinientes en los grupos de discusión: el 80% tenía nacionalidad española; el 11%, nacionalizadas o con doble nacionalidad; el 8% con papeles de residencia y trabajo; otro 0,9% en trámites; y el 0,2% en situación (oficialmente considerada) irregular.
¿Racismo en el deporte? “Lo hemos vivido desde pequeños en los campos de fútbol como algo aceptado y natural”, responde un hombre de entre 31 y 40 años, miembro del equipo técnico de un club deportivo –de Aragón- y con nacionalidad española.
Otra mujer con doble nacionalidad –peruana y española-, caracterizada como agente jurídico, social valora: “El problema del racismo ha ido in crescendo, siempre existió pero ahora se ha hecho más visible y se va agudizando como fenómeno social que existe”.
Agrega otros motivos un entrenador con papeles, de 50-60 años y nacido en Suecia, cuyo testimonio fue recogido por el grupo de Navarra:
“Lo más fuerte que yo oí en un campo de fútbol, realmente en un vestuario, lo siento porque utilizo palabras que no salen de mi boca, no era ‘putos moros’, no era ‘moros de mierda’ o algún sonido como conocemos. Era a un equipo que los oí decir en el vestuario que no, hoy no podemos perder contra estos chicos que hoy duermen en la calle”.
Entre otros datos relevantes, un 48,4% de las personas encuestadas ha presenciado alguna discriminación de tipo racista cuando practicaba deporte; y un 16,7% la ha experimentado.
La mayoría de formas de discriminación observadas se refiere a burlas/insultos racistas de los aficionados (128, el 31,8% de los casos); seguido de las burlas sexistas (83, el 20,6%); burlas e insultos machistas y LGTBIQ+fobia por los seguidores en actos deportivos (78, lo que representa el 19,4%); la limitación en las oportunidades de participación por la situación administrativa del deportista (42, el 10,4%); y acoso/agresiones físicas (38, el 9,5%).
Una mujer española, agente deportivo de 21 años, expone su percepción en el grupo de discusión de Galicia; considera que la discriminación se da menos en el fútbol femenino que en el masculino; “muchas veces ya nos llega con luchar porque se les reconozca como para estar echándole…lo siento por la palabra, mierda a otros grupos minoritarios (…)”, afirma.
En cuanto a las víctimas de agresiones racistas –presenciadas y/o vividas-, el número de hombres es superior al de mujeres en el caso del fútbol (97 incidentes frente a 80); la estadística por razones de género se equilibra en el ámbito del baloncesto.
En términos generales, la cifra de víctimas es mayor en el básquet que en el fútbol; en el primer apartado destacan las personas afrodescendientes, seguido de África (norte) y latinoamericanas; en el bloque futbolístico, la cifra de víctimas se da, en primer lugar, entre la ciudadanía latinoamericana, seguido de las que tienen procedencia africana (del norte).
¿Quién genera las agresiones racistas/sexistas? El agente principal es la afición o el público espectador (157 en el fútbol y 159 en el baloncesto); también entre deportistas (76 y 82); familiares (51 y 60); medios de comunicación (41 y 52) o por parte de las federaciones deportivas (24 y 27).
Las 401 personas encuestadas por SOS Racismo dieron cuenta, asimismo, de la actitud ante los incidentes; así, 76 contestaron que no hacer nada; 74 no he vivido ni presenciado; otras 48 responder al incidente racista; 43, mediar; y 37 denunciar el acto racista.
Presentado en octubre de 2024 (con datos de 2023), el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior apunta –en el capítulo sobre la violencia en el deporte- un total de 121 infracciones imputadas a particulares por actos racistas; se trata del segundo apartado –en número de infracciones- tras la participación en altercados, peleas o desórdenes públicos (645) en el ámbito deportivo.
El reporte de SOS Racismo está encabezado por una fotografía del atleta negro, Jesse Owens, situado en el podio durante las olimpiadas celebradas –en 1936- en Berlín; organizadas por el III Reich, el atleta afroestadounidense logró cuatro medallas de oro.
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