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Extruperfil, el terrorismo empresarial campa a sus anchas por Sevilla

Once trabajadores enfrentan más de tres años de cárcel por participar en huelgas y piquetes

Fuentes: Rebelión

Campaña de Solidaridad con las víctimas de la represión antisindical

Luchar por la dignidad y los derechos de los trabajadores sigue estando perseguido y penado en la España democrática de la que tanta gala hacen la derecha nacional, nacionalista andaluza y la pseudoderecha en estos días de gran orgullo patrio. Sevilla, una provincia en la que, no sin dificultad, la acción del Partido Comunista es cada vez más visible en todos los ámbitos, -especialmente en el político, el institucional y sindical- es, una vez más, el ejemplo vivo de cómo hoy tanto el Estado, desde la Justicia y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, como el Capital, desde los consejos de administración de las empresas, tratan de exterminar los más básicos derechos fundamentales de la clase trabajadora, brutal y a la vez sutilmente explotada tanto por las grandes corporaciones, los nuevos amos, como por las ETT’s, sus modernos manijeros.

Dentro de dos meses, el 11 de diciembre, once compañeros se sentarán en un banquillo enfrentado penas de más de tres años de cárcel, por haberse plantado ante los continuos abusos de la peor patronal metalúrgica, representada por la empresa sevillana Extruperfil, cuyo mayor accionista, el señor Gutiérrez, es el mejor valuarte de los más rancios valores del señorito andaluz -lamentablemente aún vigentes en nuestra comunidad-. El delito de Jesús, José María, Alexis, Luciniano, Francisco, Rubén, Joaquín, Marcos, Miguel, Enrique y Alfonso ha sido encabezar, en unos casos, y apoyar en otros, tanto desde el sector crítico de CC.OO. como de las JCA y PCA, una larga serie de movilizacioines, iniciadas por los trabajadores y trabajadoras de Extruperfil en el invierno de 2003 para reivindicar los continuos incumplimientos de esta patronal en cuanto a seguridad, salud laboral, jornada, etc; un escuálido protocolo de mínimos en lo que a condiciones laborales de los obreros y obreras se refiere que fue contestado con represión y terrorismo empresarial.

Una Feria distinta

Cuatro años después, las conquistas por las que hoy pueden arriesgar su libertad, -y por extensión la de todos y todas-, nuestros once compañeros, no sólo no se han logrado, sino que han sido recortadas por la empresa Extruperfil, quien ha recrudecido su política de exterminio de derechos. Ni la negociación en una mesa de diálogo, ni los posteriores paros y huelgas consiguieron traer consigo el ansiado botiquín al tajo, y sí la tragedia a sus casas en las que se acabó el trabajo para papá, el tío, el hermano, el primo o el novio. A cambio, los representantes del comité de empresa (CC.OO.), alias «cabecillas», recibieron la apertura de expedientes disciplinarios y sanciones, que culminaron con la tragedia del despido (también camuflado por los snobs con el eufemismo empresarial de la «no renovación») a quienes siguieron en esa suerte los trabajadores que con más fuerza apoyaron las movilizaciones. Movilizaciones que, por cierto, fueron brutalmente reprimidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando la crisis llegó al límite con la huelga de 24 horas y los piquetes informativos, tras el fracaso en la mesa de negociación.

La policía de Zoido, eficaz contra las plagas.

La policía de Zoido, entonces, Subdelegado del Gobierno en Andalucía y actualmente portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital y candidato por su partido a la Alcaldía de la ciudad, agregó a la cesta de navidad de la empresa unos cuantos palos por si a los más intrépidos se les ocurría continuar la lucha y a los menos, seguir el ejemplo de los «desviados», quienes curiosamente se habían arrogado dicha condición de representantes de la voluntad de los trabajadores tras ser arropados mayoritariamente en cada una de las asambleas que precedieron y transcurrieron durante el conflicto. Cuatro miembros del comité de empresa de CC.OO. están imputados.

La impunidad con la que actuaron tanto la empresa como la policía es inexplicable en un estado de derecho. Las recurrentes denuncias de los trabajadores a la empresa corrieron poca suerte ante los tribunales a pesar de la continuada violación del Convenio Sectorial en la que incurría Extruperfil sistemáticamente.

La Policía de Zoido, que usó algo más que la porra en las cargas contra quienes a las puertas de la empresa y bajo un fina lluvia helada, reclamaban al alba la unidad de sus compañeros para garantizar el éxito de la huelga, y por tanto, para garantizar la seguridad laboral de todos y todas, contrastan con la criminalización y las duras penas reclamadas hoy, cuatro años después, por la Fiscalía a nuestros once compañeros.

Vacaciones en Auswhitz y cortijos andaluces

Mientras, Extruperfil sigue incrementando su beneficio, a costa del sudor y la dignidad de muchos, y comprando con prebendas a sus trabajadores lacayos. A saber, «los mejores de la clase» practican el Bienvenido Mr. Gutierrez en el viaje anual con el que la empresa «incentiva» a los más destacados. El último curiosamente los llevó a Auswhitz (Polonia), quizás un macabro destino con el que Mr. Gutiérrez quería reflejar la bondad de su empresa que, aunque se resistía a lo del botiquín, aún no ha llegado a tales extremos. Aún.

Sobre las plusvalías de Extruperfil quizás puedan preguntar por Salteras, pueblo del Aljarafe de la especulación inmobiliaria sevillana, o en el prototípico barrio de Los Remedios, distrito de origen militar en el que reside una importante comunidad de aspirantes a caudillo y otras sevillanísimas megalomanías, en el que nuestro ejemplar empresario posee más de un pisito. Si aún así la solvencia empresarial de Extruperfil no quedase ante su señorías suficientemente probada para la compra de botiquines les invitamos a buscar en el término municipal de Sevilla la categoría «finca agrícola» y a ver cuántas llevan estampada en el registro de la propiedad la firma de un Gutiérrez.

Tal vez en abril de 2008 la primavera se vea bien distinta tras los barrotes de Sevilla II, o en la cocina de las casas de los despedidos, en Dos Hermanas, por donde seguro no pasa el coche de caballos del Sr. Gutiérrez, conducido por sus lacayos vestidos de bandoleros, camino del real de la Feria de Sevilla. Así viviremos Abril.

«La bombilla de Los lunes al sol«

298,60 euros por «daños a un Land Rover» y 3 años y 6 meses de prisión por resistir los palos de la gendarmería de la gaviota, será el increíble precio que estos once trabajadores, sindicalistas y comunistas, pagarán por defender la decencia de sus puestos de trabajo y por ejercer la solidaridad de clase. En la Sevilla de la Santa Rufina de los doce millones de euros, un trabajador paga 298,60 euros y 3’5 años de cárcel por pedir un botiquín, con el que enfrentar los frecuentes accidentes laborales propios de la industria metalúrgica, o por reclamar la climatización del puesto de trabajo en la Sevilla de los cuarenta grados a la sombra y el frío que cala los huesos en diciembre, no vaya a ser que con tanto «lujo» se malacostumbren los del mono azul. Lo de los accidentes laborales es una moda que no pasa de temporada. En lo que va de año, hasta el 9 de octubre, han muerto 23 trabajadores en la provincia de Sevilla. Veintitrés nombres, veintitrés compañeros, los que hay en la clase de infantil de mi niño, veintitrés que no tendrán ya que sentarse en el banquillo, como estos once, a pedir un botiquín, ni un casco, ni una reducción de jornada, porque sencillamente ya no les harán ninguna falta.

En la Sevilla del siglo XXI formar parte de la vanguardia de los que aspiran a defender el pan de su casa y de la de todos y todas, sigue siendo un delito que ni el Estado, ni la Comunidad Autónoma ni la Justicia dejarán impune. Ya conocen la pena. 298’60 euros, 3’5 años de cárcel. Hay 23 que pagaron algo más.

La lista de Schindler

Ante esta prueba de terrorismo empresarial y este atraco a mano armada a las libertades sindicales y civiles, por la que tantos y tantas otros pagaron mayores precios, nuestra única defensa es el ejemplo de lo que representan cada uno de estos hombres y la palabra de quienes simplemente trataban de defender sus derechos. Pero hay un «delito», el peor y el más propio de la clase trabajadora que ni el Estado, ni la Justicia podrán condenar: la unidad. Ningún abogado podrá ejercer por nuestros compañeros una mejor defensa que la de los millones de manos y firmas unidas por la libertad de Jesús, José María, Alexis, Luciniano, Francisco, Rubén, Joaquín, Marcos, Miguel, Enrique y Alfonso, como antes se hizo por la de Astilleros, Altadis, Atento, Donuts, FCC, Telvent, Fagor-Edesa, Boliden y los rostros que estaban detrás de sus expedientes de regulación de empleo (despidos masivos, si no les importa), traslados (deslocalización y neocolonización esclavista), falta de prevención en riesgos laborales, incumplimientos de convenios colectivos y demás rosario de perlas del bendecido terrorismo empresarial. Una palabra multiplicada por mil podría salvar hoy a los rostros de Extruperfil de una barbarie y una injusticia anunciadas. Desde Sevilla se aceptan apoyos, los donativos son para el cepillo. Nuestros once compañeros y sus familias os lo agradecerán, como ya lo hacen los ex mineros de Boliden que mientras la ciudad sale de puente a celebrar la colonización española, estos sin tierra, continúan su encierro en la catedral soportando las miradas de los turistas que llegaron a Sevilla buscando la catedral del gótico y se toparon con los jorobados de Boliden. Esperemos que tampoco ellos, estorben a la semana grande de Sevilla, cuando el martes santo, de terno, procesionen como devotos detrás de quienes velan sus almas, los que les rezan pidiendo «más mader@»… para el cortijo, hombre, que ahí si que hace un frío que pela.

Ayer fue Astilleros, Altadis, Atento, Donuts, FCC, Telvent, Fagor-Edesa, Boliden, Extruperfil… ¿cómo decías que se llamaba tu empresa?, por escribirlo bien en el próximo artículo, quillo, que «no hay que perder las formas», ni si quiera cuando te la meten, la condena, digo. Seguro que así cerrarán su testimonio en el juicio los hombres de Zoido. Si te gusta el flamenco, Sevilla abre función el 11 de diciembre. Para que digan que aquí nada más que bailamos en Feria. Salud.