“Sin tienda y sin albergue, acoso a personas en la calle”; es la síntesis de la denuncia realizada -el pasado 22 de octubre- por la Mesa d’Entitats de Solidaritat amb els Immigrants de Valencia; asimismo alertaron de que el Ayuntamiento de Valencia (gobernado en coalición por el PP y Vox) está “arrojando a la basura” las tiendas de campaña de la ciudadanía que se ve obligada a dormir en las calles.
El comunicado adopta, como punto de partida, el testimonio de Juan, quien después de más de un año residiendo en el estado español, está sin dinero y ha tenido que pernoctar durante varios meses en la calle: acampado y sin posibilidades de acceder a la plaza en un albergue, Juan ha buscado trabajo en distintas provincias, detalla la Mesa.
“Su situación se ha vuelto más precaria si cabe por el acoso del Ayuntamiento de Valencia”, que no ofrece alternativa alguna; “Éste no es un caso aislado, la lista de espera para albergue en Valencia ya alcanza a cientos de personas en situación de vulnerabilidad” (especialmente personas migrantes), señalan las organizaciones.
Además la caída de las temperaturas agrava la situación de la ciudadanía más vulnerable; en este contexto de “emergencia social” y llegada del frío, la Mesa de Solidaritat exige una ampliación “urgente” de las plazas de alberge en Valencia, y que se ponga fin al “acoso inhumano” contra las personas que duermen en la calle.
En noviembre de 2023, la Cátedra de Servicios Sociales de la Universitat de València (UV) publicó el avance del tercer censo de personas sin hogar en la capital valenciana; realizado la noche del 24 de octubre por la UV, 16 colectivos sociales y el Ayuntamiento de Valencia, se identificaron 837 personas sin hogar (366 en albergues y pisos tutelados o semitutelados, además de 471 en situación de calle).
El detalle de la estadística revela que, en los enclaves de chabolas, el porcentaje de mujeres se eleva al 38% (frente al 61% de hombres); respecto a la edad mayoritaria, el promedio es de 41 años en las personas que viven en la calle y 35 años en las zonas de chabola; en cuanto a las nacionalidades, subraya el avance del censo, el porcentaje de sinhogarimo tiene –en un 78% de los casos- origen extranjero, frente al 21% de españoles.
Una aproximación general es la Encuesta a las Personas sin Hogar del INE, que se hizo pública en octubre de 2022; la investigación se realizó con las personas sin hogar –de 18 años o más-, usuarias de centros de alojamiento en municipios con una población mayor de 20.000 habitantes.
En conclusión, 28.552 personas sin hogar habían utilizado centros de alojamiento/restauración en el estado español en 2022, de los que 7.277 pernoctaron en espacios públicos, hall, inmuebles, cajeros, portales o automóviles.
Entre las causas del sinhogarismo, agrega el INE, el 28% de las personas tuvieron que empezar de cero tras llegar de otro país, a lo que sigue la pérdida del empleo (26%) y el desahucio de una vivienda (16%); “el 59,6% de este colectivo presenta algún síntoma depresivo”, subrayaba la Encuesta.
En el País Valenciano la tasa de personas sin hogar se sitúa en 14,8 por cada 100.000 habitantes (INE, 2022); el instituto oficial da cuenta, asimismo, de la duración de este carecimiento en el estado español: el 40,5% de las personas lleva más de tres años sin alojamiento propio.
Algunas consecuencias fueron denunciadas -a principios de mayo- por la plataforma Sense Llar-Comunitat Valenciana, de la que forman parte 12 entidades sociales; hacían referencia, en concreto, a un incremento de los delitos de odio en Valencia; por ejemplo, la detención de un grupo de jóvenes por la agresión a varias personas que vivían en la calle en el barrio de Patraix.
O, en abril, el intento de abrasar a una persona en la Ciudad de la Justicia de Valencia; “no son hechos aislados sino síntomas de un aumento de la violencia contra las personas sin hogar”, advirtió la portavoz de Sense Llar, Ana López Izquierdo.
ONG de la iglesia católica, como Cáritas, también subrayan cómo, “de forma alarmante”, continúa el aumento de “la vulnerabilidad de muchas personas y familias que no pueden acceder a su derecho a una vivienda digna”; de hecho, en 2023, Cáritas-Valencia acompañó a 771 personas sin techo -en parroquias y diferentes iniciativas- en las ciudades de Valencia y Gandía.
Asimismo Casa Caridad-Valencia atiende a personas en situación de sin hogar y riesgo de exclusión: 3.278 personas en el primer semestre de 2024; la ONG resalta el incremento del número de personas a las que ayuda y tienen un puesto de trabajo, pero no recursos suficientes para llegar al final de mes.
En el XIV Informe sobre el Estado de la Pobreza, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social informa que, en 2023, el 29,6% de la población del País Valenciano se hallaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social (1,5 millones de personas); este porcentaje supone un aumento de 2,1 puntos respecto a 2022.
“El valor más elevado –resalta el informe- vuelve a producirse entre las niñas, niños y adolescentes (39,9%), que además es (la tasa) que más aumenta (7,7 puntos)”.
De noche, a la intemperie, Martín –de 57 años- murió el 19 de noviembre de 2022 en Valencia; la asociación Apostolado de la Divina Misericordia (que atendía a Martín a diario) informó que este ciudadano viudo, de origen ghanés y con dos hijos, era el tercer caso de persona sin hogar fallecida en la ciudad durante 2022.
Martín contaba con permiso de residencia, además de autorización para trabajar, detalló la asociación católica, que subrayó cómo “su familia más cercana conocía el país en que residía, pero no las condiciones infrahumanas en las que vivía”.
Las otras dos personas sin techo murieron, asimismo en la calle, en febrero de 2022 (se da la circunstancia que uno de los fallecidos padecía un cáncer hepático); Apostolado de la Divina Misericordia agregaba tragedias anteriores; así, en 2018, dos ciudadanos sin casa murieron en la capital valenciana –en apenas dos días- debido entre otras razones al descenso de las temperaturas.
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