“Aquí veníamos los chavales del barrio a jugar, hacer torrades, montar las cabañas y jugar en el barranco d’En Dolça cuando se inundaba; que ahora se transforme este paraje natural, donde mi padre siempre ha contado que venía a cazar con mi abuelo… Ellos estaban aquí muy tranquilos, se desahogaban, venían con los perros… Me parece lamentable que lo transformen y borren todo el pasado, con un proyecto cuyo único fin es enriquecerse y llenar bolsillos. No habrá trabajo para nadie: sólo un centro comercial que no necesitamos. Hoy La Mola es también un espacio natural de recreo, paseo y aprendizaje; junto a la huerta, lo mejor que tiene el municipio de Paterna; si se lo cargan, ¿qué nos queda?”. Es uno de los testimonios incluidos en el cortometraje La Mola és nostra, producido en 2016 por el Col·lectiu de Joves de La Coma (Paterna) y coordinado por el documentalista David Segarra.
El vecino entrevistado hace mención al proyecto Puerto Mediterráneo, impulsado en 2012. Los promotores son el fondo inmobiliario Eurofund Investments, radicado en Luxemburgo, y el gigante británico Intu, que en junio de 2020 entró en concurso de acreedores. El proyecto de centro comercial y de ocio –no ejecutado- incluye pistas de nieve artificial, un parque temático infantil, cines, acuario, hotel, lago artificial, restaurantes y rocódromo; la ubicación está prevista en el término municipal de Paterna (71.000 habitantes, Valencia), en un eje estratégico: el margen izquierdo de la carretera CV-35 (Pista de Ademuz). En su versión inicial, la macroactuación afectaría a una superficie total de 1,5 millones de metros cuadrados. Tanto la actual alcaldía de Paterna, en manos del PSOE, como primeros ediles del PP en una etapa anterior, se han mostrado a favor del megacomplejo.
Contra la construcción del Shooping Resort,en marzo de 2018 se constituyó la Coordinadora per la Protecció de les Moles de Paterna. A finales del pasado enero, la Coordinadora inició una campaña para exigir al Gobierno Valenciano (PSPV-PSOE, Compromís y Podemos) que acelere la aprobación del nuevo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parc Natural del Túria, e incluya –en este documento de planeamiento- el paraje de les Moles para mejorar su protección. La campaña reivindicativa consistía en la difusión de un vídeo por las redes sociales, que concluía con el mensaje “Les Moles Parc Natural Ja. Stop a Intu”.
Los años de movilización popular han rendido fruto. El 5 de marzo la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, dirigida por Compromís, anunció el dictamen favorable de la Comisión de Evaluación Ambiental a la renovación del PORN del Parc Natural del Túria, “que amplía el espacio protegido y consolida el valor de este corredor urbano y fluvial”. Les Moles, subraya la Conselleria en una nota informativa, se incluyen en el área denominada “mosaico agrícola-forestal” del PORN, “por sus valores ambientales y el potencial suficiente para recuperar sus espacios naturales”. Antes de la aprobación definitiva por el Pleno del Consell, el PORN requiere el informe de la Abogacía de la Generalitat y el Consejo Jurídico Consultivo.
En iniciativas de micromecenazgo, recogidas de firmas, vídeos y comunicados, los activistas han destacado la importancia de Les Moles (cerca de 400 hectáreas) como “pulmón verde” y han denunciado el impacto de Puerto Mediterráneo. El naturalista Ignacio Encabo detectó en febrero la presencia del tejón, que figura en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas; también pueden hallarse en Les Moles zorros, ardillas, erizos, liebres, petirrojos y abejarucos.
Un estudio del botánico Aurelio Peña y el ambientólogo Paco Collado resalta una pequeña planta, la zamarrilla edetana (Teucrium edetanum), considerada un endemismo ibero-levantino e incluida en el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazadas; la investigación da cuenta de anfibios como los sapos corredor y partero, murciélagos con diferentes grados de vulnerabilidad, jinetas, comadrejas y aves como la tórtola, la cogujada y la curruca rabilarga.
El paraje de Les Moles constituye “un gran espacio libre de construcción en el área metropolitana de Valencia, ocupado por una masa boscosa de pino y matorral, antiguos campos de cultivo de secano con olivos y algarrobos centenarios, y atravesado por la zona húmeda del barranco d’En Dolça”, subraya la Coordinadora. A ello se añade el patrimonio histórico y cultural: refugios de pastor, ruedas de molino, terrenos de secano, cuevas-vivienda, muros de mampostería, trincheras y nidos de ametralladoras de la Guerra Civil. Actualmente los vecinos de la comarca de l’Horta hacen uso de este espacio para la práctica deportiva, pasear, hacer excursiones o recolectar setas y espárragos.
Los movimientos sociales alertan, asimismo, de los efectos que tendría Puerto Mediterráneo en el comercio local; se da la circunstancia que en diciembre el Gobierno Valenciano aprobó el Plan de Acción Territorial del Sector del Comercio de la Comunitat Valenciana (PATSECOVA), que, según el comunicado oficial, “incorpora un claro enfoque medioambientalista” y resalta “el papel del pequeño comercio de proximidad en el mantenimiento del dinamismo de los territorios”. Un impacto añadido lo constituirían las emisiones contaminantes, ya que el número de visitantes al centro comercial superaría los 20 millones anuales (previsiones de la empresa) y los desplazamientos en vehículo privado podrían alcanzar los nueve millones.
La Coordinadora ha desarrollado múltiples acciones reivindicativas. Los activistas -que desde hace dos años denuncian la existencia de vertederos ilegales en Paterna, ante “la permisividad del Ayuntamiento”- retiraron en febrero más de 50 toneladas de residuos en Les Moles, en colaboración con la Associació Valenciana d’Esportistes de Muntanya (AVEM). “Curiosamente en la zona donde se planea la construcción del macrocomplejo proliferan los vertidos, sin que el consistorio obligue a los propietarios a limpiar una zona muy sensible por el peligro de incendios y los perjuicios a la fauna”, explicó el colectivo. Asimismo presentaron alegaciones al PORN y mantuvieron reuniones con altos cargos del Consell.
En enero de 2020, más de 600 personas se concentraron ante el Palau de la Generaltitat para exigir al Gobierno Valenciano la protección de Les Moles y su integración en el Parc Natural del Túria. En noviembre de 2019 iniciaron una campaña de micromecenazgo, para la difusión mediante vídeos los valores del paraje y la amenaza que implica el megaproyecto (reunieron para ello 3.000 euros en 25 días). Por las mismas fechas, centenares de personas participaron en una marcha reivindicativa en Les Moles, en la que se plantaron más de 14.000 bellotas de encina, roble valenciano y coscoja. Asimismo han organizado paseos guiados para conocer las orquídeas del espacio natural.
Pero hay al menos otros tres frentes: el administrativo, el político y el judicial. Uno de los hitos en el largo recorrido de la iniciativa especulativa se produjo en enero de 2013; el Gobierno Valenciano, del PP, declaró el proyecto Puerto Mediterráneo como Actuación Territorial Estratégica (ATE), lo que implica la simplificación y eliminación de trámites burocráticos por su teórica relevancia para la generación de renta y empleo. Un segundo punto de referencia se sitúa en octubre de 2016, cuando –en sentido contrario- el nuevo gobierno progresista (PSPV-PSOE y Compromís con el apoyo de Podemos) echó atrás la propuesta empresarial, después que la Comisión de Evaluación Ambiental de la Generalitat emitiera una memoria ambiental desfavorable a la ATE.
Y el conflicto llegó a los tribunales. Así, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) “estimó parcialmente” en octubre de 2019 el recurso interpuesto por Intu Eurofund contra la citada resolución de 2016; los principales argumentos del TSJCV apuntaban al contenido de la memoria ambiental. En enero de 2020 la Abogacía de la Generalitat presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, que el alto tribunal inadmitió. Apoyándose en las resoluciones judiciales, la empresa promotora reclama en los juzgados una indemnización millonaria a la Generalitat por lucro cesante.