¿Por qué cuesta tanto romper el bipartidismo existente no solo en este reino, sino que impera en toda europa y casi en todo el mundo? Bien sé que para muchos la culpa será de los medios de comunicación que solo muestran aquellos dos partidos que perpetúan el poder de la clase dominante, que en cualquier […]
¿Por qué cuesta tanto romper el bipartidismo existente no solo en este reino, sino que impera en toda europa y casi en todo el mundo? Bien sé que para muchos la culpa será de los medios de comunicación que solo muestran aquellos dos partidos que perpetúan el poder de la clase dominante, que en cualquier caso es la propietaria de esos medios de comunicación. Pero no es solo el hecho de que nos inunden cada día con las caras de los distintos responsables del Psoe o del PP lo que hace que el ciudadano no vea más allá, sino que como ha ocurrido en los últimos treinta años en el reino de españa y en el resto de europa, han conseguido que psicológicamente el ciudadano trabajador o proletario o obrero, en todo caso, aquel que no posee los medios de producción y recibe un salario por el trabajo realizado, se identifique con total lealtad con el único partido (Psoe) al que pertenece y le representa como clase, llámese esta clase trabajadora o clase «media», en todo caso asalariado, y por otra parte, el pequeño o mediano empresario, incluso el autónomo, cree a pies juntillas que el único partido con el que va a conseguir mejorar económicamente y que tiene en cuenta sus intereses es el otro gran partido, llamado partido conservador, liberal o como el caso español, popular, en todo caso el mismo partido demócrata cristiano que ha pululado durante el pasado siglo por toda europa.
He ahí el problema, y no que oculten las mas o menos masivas manifestaciones o que apenas se sea entrevistado o que escondan las alternativas que se propone. ¿Es Iu y el Pce ninguneado por los medios de comunicación españoles? ¿ Iu y el Pce tendría mas representación parlamentaria si se realizase una reforma electoral? Sí, sin duda alguna, pero a mi entender ese no es el problema de base, no hay que olvidar que Julio Anguita salía en los telediarios mas que cualquier otro secretario o coordinador general posteriores a él y de igual modo, tanto el Pce, que con Santiago Carrillo como secretario general obtuvo en las elecciones generales de 1979, 23 diputados y en las municipales de ese mismo año mas de dos millones de votos, así como Iu, que con Julio Anguita como coordinador general obtuvo en las elecciones generales de 1996 mas de dos millones y medio de votos que supusieron 21 diputados. ¿Supuso aquello algún cambio? ¿De verdad se cree qué algo va cambiar si diésemos el salto a ¡21 ó 23! diputados? ¿Qué alcanzando la meta de los dos millones nos encontraremos en el camino del cambio? Perdónenme el pesimismo, pero si en anteriores ocasiones de nada sirvió o nada significo, nada tiene porque cambiar ahora.
Porque el problema fundamental es que han logrado a finales del siglo pasado y principios del actual, que el partido de la clase trabajadora sea el partido de la socialdemocracia, el cual, repitiendo el mismo proceso por el que abandonó el marxismo, está abandonando ahora la socialdemocracia para acercarse abiertamente a las tesis neoliberales y aceptar abiertamente el capitalismo feroz a la vez que abandona la defensa del «estado del bienestar», aquello que le diferenciaba de la llamada derecha. He ahí el gran problema de la «Izquierda» y en el caso del reino de españa, de Iu y el Pce, que no han conseguido ser ni antes ni ahora el referente de la clase asalariada, a pesar de ser el único partido que en los últimos treinta años ha mostrado una coherencia ideológica a favor, como no pude ser de otra manera, de la clase trabajadora. Y siendo ese el problema, he ahí la solución, conseguir ser el partido hegemónico de la clase subalterna, luchando de igual manera contra los dos partidos que detentan el poder.
La labor de los comunistas en este tema ha de ser tenaz y paciente a sabiendas de lo complicado y largo que ha de resultar. ¿Por qué? He aquí un somero esquema de una conversación con un trabajador – siendo indiferente su edad, sexo, raza o religión- que se considera de «izquierdas» y votante absoluto del Psoe. La chispa que ocasiona la discusión puede ser cualquier tema; las hipotecas, la izquierda abertzale, la reforma laboral, la jubilación a los 67 años, el número de parados, etc. Es entonces cuando el comunista ha de hacer una critica feroz y sin piedad hacia el partido que lo ha permitido, ocasionado y realizado. Una critica a sangre fría del Psoe, indicando que no es la primera vez que les «falla», mostrando los numerosos ejemplos de su política económica en contra del trabajador, tanto las de ahora de Zapatero, Fernandez de la Vega, Blanco, Solbes, Salgado y compañía, como aquellos que gobernaron durante mas de catorce años, González, Guerra, Corcuera, Almunia, Serra, Boyer y demás «socialistas». Tenemos que equipararlos, porque hay razones y datos del robo social que generaron unos y otros, igualándolos y llegando a la conclusión de que el Psoe no ha hecho nada a favor de su votante mayoritario. Por ello hay que incidir que es una ignominia para un trabajador que se considera de «izquierdas» el votar al Psoe, que las medidas represivas realizadas son por su voto y que ello debe pesar en su conciencia, al igual que deberá caer con el futurible voto al Psoe para impedir la llegada del PP. Sí, no hay que tener concesión alguna y decir que no vale el «miedo» a lo que pude hacer el PP y preguntarles, ¿Si hace tres años el Psoe te dice que va a abaratar el despido, que va ayudar con millones de euros a los bancos y al trabajador con una prestación de 400 euros, que va aumentar la edad de jubilación a 67 años y el periodo de calculo de 15 a 25 años, que por primera vez se va a recortar el sueldo de los funcionarios públicos, que va a colaborar en el inicio de una guerra a a causa de unos futuros beneficios petrolíferos, que va a presentar mas de 4.500.000 de parados, que va a finalizar la privatización de la educación y a iniciar la de la sanidad? ¿Les hubieras votado? ¿O más bien lo votaste porque todas esas medidas eran propias de la terrible «derecha»? Por eso mismo, ¿qué razón hay para volver a votar al Psoe?, la respuesta que se da es tan clara como repetitiva, «Porque con el PP sería todo mas rápido y peor.» pues vale, pero Tú eres responsable y apruebas esas medidas «impopulares» con tu voto, gracias a ti esas medidas que ves injustas y sobre las que protestas se llevan a cabo. Es el Psoe el que las ejecuta pero gracias al respaldo de los once millones de ciudadanos que los votasteis. Y si lo seguís haciendo, mantenéis el aval de lo realizado y lo por a realizar. A continuación el reproche que nos harán será del tipo, «Pero todas esas medidas se han tomado por la situación actual que es excepcional. No les ha quedado mas remedio.» Es entonces cuando hay que proseguir con la lucha dialéctica y explicar lo de la Banca pública, lo del impuesto a las transacciones financieras, la mentiras de la crisis, la supresión del impuesto sobre patrimonio, las ganancias millonarias de las grandes empresas y bancos españoles (BSCH, Repsol, Telefónica, Inditex, etc.), el gasto militar, el gasto Real, etc. Tras este pesado pero real discurso, la pregunta siguiente suele ser, «Me descolocas, ¿Entonces tú a quién votas?» o «¿A quién votar sino es al Psoe?» Y hay que ser valiente y tirarse sin paracaídas, sabiendo que ante la respuesta, «A Izquierda Unida», se producirá un gesto de sorpresa o una risilla que dice, «Ah, pero aun hay alguien que los vota» Y de nuevo hay que hablar de las medidas que proclama Iu a través de Cayo Lara e incluso el comparar a los políticos del Psoe con el gran Julio Anguita. Pero entonces indican, «Ya, pero Iu…» Y si empiezan a criticar a Iu a través de Rosa Aguilar, de Llamazares, de los innumerables pactos Psoe-Iu en el parlamento y en ayuntamientos, se les ha de explicar que uno es comunista e indicarles por enésima vez que Iu no es el Pce, incluso que la mayoría de Iu no es comunista. Pero claro está que una vez sacada la palabra proscrita a la palestra ha de salir Cuba, RPCh, URSS. Entonces hay que coger aliento y decir la verdad sobre el embargo a Cuba, sobre su nivel de alfabetización y comparar su situación de acuerdo a los países de su entorno. No negar los reproches sobre China y la URSS, indicando en este último caso, que el capitalismo salvaje, ¿a caso hay «otro»?, en vez de mejorar la «lamentable» situación de aquellos países, la ha empeorado, ocasionando mas pobreza y mas paro. E indicando las distintas encuestas realizadas en los «paises del este» en las que los ciudadanos echaban de menos el «socialismo real». No tardará mucho en entrar en escena Chávez y Castro, y se criticará que son dictadores y que están forrados e incluso puede que se escuche, «Sí, si, todo muy bonito, pero al final Lenin estaba forrado en su palacio mientras los ciudadanos se morían de hambre». Perdonemos estos lapsus, causados por el desconocimiento y la manipuladora información, con una sonrisa, indicando sin acritud alguna que se cree que se está equivocando y lo dicho es un fatal error histórico. Y en cuanto a lo referente a los líderes comunistas, indicar primero las políticas realizadas por y para el pueblo y enseñarles que en esos lugares existen asambleas o consejos de ciudadanos en los barrios, que hay múltiples referéndums y en cuanto a su «riqueza», indicar que es una mentira, que lo demuestre, pero aún así, señalar que con el paso del tiempo se vera quien tenía razón. Y se ha de aprovechar la situación para indicar que lo mas natural es que le importase mas la»riqueza» del jefe de estado de su país, de por qué un ciudadano consigue el trono, gracias a un dictador golpista y represor, con escaso patrimonio y treinta años mas tarde es una de las personas más ricas de su reino. Y el silencio acompaña esta afirmación, al igual que si se habla de los amigos con los que se reúne el rey de españa, los «democráticos» sauditas.
Sí, el comunista ha de ser respetuoso pero coherente e indagar en la contradicción del voto de «izquierdas» para el Psoe, el cual nunca realiza una política económica ni laborar ya no socialista, sino tampoco progresista o a favor del trabajador en vez de al gran empresario. Y señalar, ante la supuesta contradicción del Pce con Iu, de que con Iu están definidos unos mínimos básicos, los cuales para el Psoe son unos máximos. E incidir que esos mínimos no son utopías ni paraísos ni fantasías, sino dignidad, coherencia, honestidad y «democracia» de clase, de la clase que es mayoritaria, de la clase que es explotada, de la clase a la que pertenece la gran mayoría de los votante del Psoe.
Según mi opinión esta es la ardua tarea que le toca al comunismo ahora y antes: concienciar. Lograr que el Iu y el Pce sea el referente para la población trabajadora y eso solo se consigue dialogando de tú a tú, explicando a los amigos, parientes y compañeros de trabajo que existe una alternativa al Psoe, y que ese voto, ese apoyo, ese sentimiento de filiación, es hacia el partido que a nivel general no ha realizado ninguna medida en contra de la mayoría de la población, que es el partido que llevaría a cabo sin miramiento alguno las medidas mas populares y cortadas tras el golpe de estado realizado contra la República. Que solo con un gran apoyo a Iu y el Pce, el rey, el príncipe y toda su familia parasitaria se marcharían del país, que se llevaría cabo en el estado el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas, que habla del «principio de libre determinación de los pueblos», que se haría efectiva la separación del estado y la Iglesia, que se realizaría una reforma fiscal en la que los que mas ganan mas paguen en cuantía y en porcentaje, etc.
Veo muy acorde con esta reflexión las palabras de Miguel Riera en su Opinión del nº277 de El Viejo Topo, «[…] Y digo partimos de cero a pesar de que en las próximas elecciones generales IU aumentará de votos y de diputados. Pero probablemente se tratará de un espejismo: parte de los nuevos votos serán en buena medida votos prestados que, gracias a una injusta ley electoral, regresarán al redil del voto útil del PSOE en cuanto haya ocasión. Y caben serias dudas de que IU pueda sobreponerse al deslumbramiento momentáneo de su ascenso electoral y emprender la transformación que la sociedad de izquierdas le reclama […]».
Contra esas «serias dudas» hay que ir, no queremos un voto, sino identificación y representación, y por ello debemos de trabajar en nuestra vida cotidiana, no hay mejor publicidad que ella. Recuperar o reintegrar al fin al trabajador al único partido de los trabajadores, eliminar al Psoe como hicieron los de derechas con UCD por su «centrismo». Si la cuestión histórica es una lucha de clases, hagamos que por fin entre en combate el partido del proletariado, porque, «si cantara el gallo rojo, otro gallo cantaría».
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