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Ecologistas fechan en dos años la descontaminación y critican el secretismo de las administraciones

Palomares, tras 45 años, levanta el veto de silencio

Fuentes: El Almería

El tiempo no parece haber pasado por Palomares, al menos en lo que se refiere al accidente que tuvo lugar en 1966 y del que aún quedan 70 hectáreas afectadas por radiactividad en la barriada de Cuevas del Almanzora. El miércoles, integrantes de Ecologistas en Acción aseguraron, no obstante, que existe la tecnología suficiente como […]

El tiempo no parece haber pasado por Palomares, al menos en lo que se refiere al accidente que tuvo lugar en 1966 y del que aún quedan 70 hectáreas afectadas por radiactividad en la barriada de Cuevas del Almanzora. El miércoles, integrantes de Ecologistas en Acción aseguraron, no obstante, que existe la tecnología suficiente como para proceder a su descontaminación total.

Donde sí se ha registrado un cambio de actitud es en la posición del Gobierno de España ante la pretensión de la Administración de Estados Unidos por desentenderse del problema. Así al menos lo reconoció Francisco Castejón, responsable de campañas nucleares del colectivo Ecologistas enAcción quien señaló que, «a pesar de que no hay ninguna confirmación oficial, sí nos han adelantado que el Ejecutivo se replanteó su estrategia después de la reunión que mantuvieron varios técnicos el pasado 14 de diciembre».

Estas presiones pretenden determinar quién va a hacerse cargo de sufragar el coste de la descontaminación -cifrado en principio en 25 millones de euros- y lo que es aún más importante, «qué va a pasar con los residuos, ya que lo normal sería que Estados Unidos se los llevara». En cualquier caso, también quisieron criticar la «nula información» emitida por parte del Ejecutivo, que hasta el momento no ha realizado ninguna valoración oficial sobre el estado real en el que se encuentran las tierras de la barriada cuevana.

Para Ecologistas en Acción, la prolongación del problema de la contaminación en Palomares durante tanto tiempo se debe a que el Gobierno español ha actuado hasta ahora con la técnica del avestruz, y a que Estados Unidos lo ha minimizado.

El mayor obstáculo para la descontaminación es el destino de los residuos radiactivos, ya que, según Castejón, España «no tiene, ni va a tener», instalaciones adecuadas para guardarlos durante largo tiempo, ni tan siquiera en el cementerio nuclear cuya instalación todavía se discute.

El plutonio y el americio tienen una vida de unos 27.000 años y el volumen de residuos a almacenar ascendería a unos 6.000 metros cúbicos de tierra, una vez cribados los 50.000 metros cúbicos en los que ahora están repartidos, en una superficie de unas 60 hectáreas.

Castejón remarcó que, «bajo ningún concepto», se debería permitir que los residuos se dejaran en la zona una vez realizada la limpieza de los terrenos, una «tentación» que a su juicio podría surgir en el futuro si Estados Unidos no se hace cargo del almacenamiento. En la década de los 90, recordaron, se filtró la existencia de alguna persona contaminada por la radiación y durante mucho tiempo se ha cultivado y se ha tenido ganado en la zona afectada por la radiactividad. Pese a ello, han asegurado que ahora es «cuando más seguro es comerse un tomate de Palomares», ya que la zona contaminada está «totalmente acotada» desde que el Ciemat concluyera un mapa radiométrico.

En 1966 el choque de un bombardero B-52 con un avión nodriza en una maniobra de aprovisionamiento provocó la caída de cuatro bombas termonucleares. Dos de las bombas estallaron en tierra, mientras que las otras dos no explotaron gracias a los paracaídas de urgencia.

Fuente: http://www.elalmeria.es/article/andalucia/873850/ecologistas/fechan/dos/anos/la/descontaminacion/palomares.html