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Pandemias en la historia (1918-2020)

Fuentes: Rebelión

Se cumplen cinco años de la pandemia que conmovió a España y al mundo entero, demasiadas calamidades y muertes dejó tras de si. Se vivió una de las mayores crisis de la historia Una pandemia con efectos negativos, no solo en el ámbito sanitario, sino también en lo social y con incalculables consecuencias económicas, con un agujero del que todavía no hemos salido. Las cifras en muertes han sido negras, los hospitales se desbordaron y los frutos del confinamiento todavía se dejan notar.

La pandemia de COVID-19 afectó as España con más fuerza que a la mayoría de los países. Más de 3,2 millones de personas se vieron infectadas, la octava cifra más alta del mundo, y más de ciento veinte millones fallecieron por coronavirus. En España se diagnosticó el 31 de enero de 2020 en San Sebastián de La Gomera, el primer caso, cuando un turista alemán dio positivo, mientras que el primer fallecimiento conocido ocurrió el 13 de febrero en Valencia. La gran mayoría de los fallecidos fueron personas mayores de 65 años.

La falta de camas o respiradores llevó a que los hospitales restrinjan ingresos por criterios que no dependen sólo de la edad, sino de la esperanza de vida de los pacientes. El Plan de contingencia para los servicios de medicina intensiva frente a la pandemia del Covid-19, estableció que en la fase de saturación de las UCI habrá «criterios de ingreso estrictos, guiados por escalas objetivas, aplicando, si es necesario, los protocolos de limitación del tratamiento de soporte vital». Otro documento, que establece los criterios de la prioridad, dice que: se valorará la expectativa de vida del paciente inferior a 1-2 años, dando prioridad a la persona con más años de vida ajustados a la calidad de la misma o tener en cuenta «el valor social de la persona enferma». Es decir que un sintecho entraría en la UCI el último, por tener prioridad un dirigente político o el Jefe del Estado.

Algunas comunidades autónomas, como la que dirige Isabel Díaz Ayuso, estableció un protocolo en las residencias de personas mayores, que originó 7.291 muertes. El gobierno de Díaz Ayuso había aprobado un Protocolo (de la vergüenza) que impedía llevar a la inmensa mayoría de residentes a los hospitales bajo la premisa de que las residencias serían medicalizadas, algo que nunca ocurrió. Más de 4.000 personas pudieron haber salvado su vida; no se produjo la atención sanitaria adecuada a los ancianos por decisiones políticas y de gestión discriminatorias.

Se podrían haber evitado. Esta es la conclusión a la que han llegado los expertos de la Comisión ciudadana por la verdad que llevan meses investigando las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid. El estudio apunta al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, señalando que las decisiones políticas tomadas en marzo de 2020 fueron determinantes en el fallecimiento de los 7.291 residentes, a quienes se les denegó el deber de socorro tras la publicación de los llamados Protocolos de la vergüenza, respondieron a criterios de oportunismo político y mercantilización de una tragedia.

Ante la gravedad de la situación, hay que recordar que se han producido otras pandemias en la historia del mundo; en esta ocasión me refiero al año 1918. Durante los últimos meses de la Primera Guerra, una virulenta cepa del virus de la gripe se extendió, en apenas 18 meses, por todo el planeta. Cien millones de personas perdieron la vida. Algunos temieron que había llegado el fin de la humanidad. La pandemia de 1918, más conocida como la gripe española, afectó a un tercio de la población mundial. La pandemia llegó a matar a más personas que las dos guerras mundiales juntas.

Posiblemente, la pandemia adquirió su apodo debido a que en la Primera Guerra Mundial, los principales países beligerantes, Alemania, Austria, Francia, Reino Unido y Estados Unidos suprimieron la información sobre el alcance de la enfermedad. Por el contrario, España, al ser neutral, no necesitaba ocultarla. Este hecho produjo la falsa impresión de que este país fue el más castigado, por informar más sobre la enfermedad. De hecho, el origen geográfico de la gripe sigue siendo objeto de debate, aunque diversas hipótesis apuntan al Este de Asia, Europa e incluso Kansas.

Todo comenzó a principios de 1918, cuando miles de personas empezaron a enfermar; sentían debilidad y tenían neumonía, problemas estomacales, dificultades para respirar, confusión y fiebre. Casos similares aparecieron en México, Rusia, Irán, Nueva Zelanda, Argelia, las Islas Fiji o Gambia. La expectativa de vida se redujo 12 años en EEUU. La pandemia, que duró poco más de un año, logró controlarse en 1919, pero los efectos de la enfermedad más mortífera de principios del siglo XX todavía están presentes.

Los periódicos de la época muestran las calles vacías, trabajadores que no acudían a sus trabajos y de gente que no se atrevía a salir de sus casas, por miedo a cruzarse con quienes sufrían la enfermedad y que, desesperadamente, pedían ayuda. Uno de los testimonios, fue el del director de la organización Ayuda de Emergencia en el estado de Pensilvania. Contaba que había niños que morían de hambre porque sus padres habían fallecido y nadie quería acercarse a ellos; un pánico similar al de la Edad Media con respecto a la Plaga Negra, afirma un informe interno de la Cruz Roja Americana citado por el Institución Smithsonian estadounidense.

Como ya he mencionado, a la pandemia se le conoce como la gripe española por la atención que recibió por la prensa; incluso el rey Alfonso XIII enfermó. Los medios de comunicación, que no estaban censurados como los de otros países que participaban en la guerra, cubrieron el tema ampliamente. Pese al transcurso de los años y la evolución de la tecnología, no se han logrado explicar todas las circunstancias que rodearon a la mortal pandemia. Un hecho destacable es que la enfermedad se cobró la vida de adultos jóvenes saludables, de entre 20 y 40 años, en vez de niños y ancianos, que suelen ser los más vulnerables. Hay quien la ha calificado de la mayor pandemia de la historia.

Lo que ocurrió entre 1918 y 1919, tuvo una consecuencia positiva: la creación de la Liga de las Naciones. Sus principios se acordaron en la Conferencia de Paz de París, que tuvo lugar en 1919, tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Su objetivo principal era mantener la paz, pero también se concibió como un centro de cooperación y coordinación internacional. La prevención y el control de las enfermedades era un asunto de preocupación internacional y fue incluido en el tratado, marcando las bases del sistema moderno para el control global de crisis sanitarias como la que ocurrió en 1918, más recientemente, las que se presentaron con el ébola o la gripe aviar.

La pandemia del coronavirus, comenzó el 1 de diciembre de 2019 en China, en la ciudad de Wuhan, cuando un grupo de personas contrajeron neumonía por causa desconocida, vinculada a trabajadores del mercado mayorista de mariscos de Wuhan, el cual vendía, diferentes tipos de animales exóticos (murciélagos o perros). La economía mundial se vio afectada por esta pandemia. Varios países aplicaron medidas de prevención y restricción para evitar la propagación de la enfermedad, como la cuarentena aplicada en Italia y en España o la cancelación de vuelos a Europa por Estados Unidos, entre otros. En China, se redujo la aparición de nuevos casos.

La pandemia de 1918 cambió el curso de la Primera Guerra Mundial; la tercera oleada de la pandemia fue la más letal; el virus mató a la mayoría de las personas infectadas; las terapias de la época apenas tuvieron impacto sobre la enfermedad; los funcionarios de los servicios públicos de salud, la policía y los políticos marcaban motivos para restar importancia a la gravedad de la gripe. Los genes del virus nunca se han secuenciado. En 2005, los investigadores anunciaron que habían determinado con éxito la secuencia; el virus se recuperó del cuerpo de una víctima de la enfermedad enterrada en Alaska, así como por muestras de soldados estadounidenses que cayeron enfermos en aquella época.

La pandemia de 1918, fue un escenario más de una de las peores tragedias que ha vivido la humanidad. Quinientos millones de personas se contagiaron. Ahora la pandemia del Covid-19, afecta a 176 países, con cerca de más setecientos millones de personas contagiados y superados los siete millones de muertos. La pandemia de 1918 ofrece algunas lecciones para la de 2020, pero quienes tenían que tenerlo en cuenta no lo hicieron. En cada década se producen epidemias graves de gripe y los expertos creen que no hay que preguntarse si va a haber una próxima, sino cuándo sucederá.

Han pasado cinco años de un hecho sin precedentes en las últimas décadas. El Gobierno tomó decisiones de impacto con el objetivo de salvar el mayor número de vidas posibles y con el foco en que la economía empresarial y familiar no se hundiera. El coronavirus puso al límite la capacidad material y moral de los países y de sus representantes políticos. Se pasaron momentos muy críticos y los que vinieron después no lo están siendo mejores.

En Bluesky @caval100.bsky.social

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.