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Entrevista a Mario Sánchez Herrero, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y fundador de ECOOO

«Parar las renovables como sea, objetivo de la reforma del sector eléctrico»

Fuentes: Crónica Popular

Desde hace casi una década, Mario Sánchez-Herrero Clemente está inmerso en la lucha ecológica medioambiental, por un modelo energético que choca de frente con los intereses de las grandes empresas del sector energético, por una energía que sea barata, limpia, que cuide el medio ambiente natural, que cree trabajo y nos de independencia, nos haga […]

Desde hace casi una década, Mario Sánchez-Herrero Clemente está inmerso en la lucha ecológica medioambiental, por un modelo energético que choca de frente con los intereses de las grandes empresas del sector energético, por una energía que sea barata, limpia, que cuide el medio ambiente natural, que cree trabajo y nos de independencia, nos haga soberanos. Por eso el enfrentamiento con el gran capital de unos pocos está dado.

Mario Sánchez Herrero Clemente es profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y fundador de ECOOO, una empresa de no lucro formada por un grupo de personas de excelencia técnica y académica y con amplia participación en movimientos y organizaciones sociales, que funciona teniendo dos polos: el rigor técnico ejecutivo y el trabajo en un equipo multidisciplinar de igual a igual y en la que los beneficios se destinan a generar tejido social y a campañas de divulgación de las renovables. ECOOO tiene como objetivo hacer proyectos de soberanía energética sobre cubiertas, que puedan ser participados por la propia sociedad. .Es decir, que su labor se centra en la colectivización de plantas de energía solar fotovoltaica sobre tejado entre redes de ciudadanos, de manera que se comparte la propiedad de las plantas y se recibe una rentabilidad por la venta de electricidad.

ECOOO acaba de ser premiada con el prestigioso galardón Eurosolar 2013 concedido por la Asociación Europea por las Energías Renovables y que reconoce el esfuerzo de entidades y particulares en el uso y difusión de energías limpias. En este caso concreto, el galardón premia la Campaña de Desobediencia Sola puesta en marcha por ECOOO.¿Qué significa esta Campaña ?

La Desobediencia Solar propuesta por ECOOO consiste en realizar microparticipaciones de 100 euros, a través de las cuales cualquier persona se hace copropietaria de una instalación colectiva de energía solar fotovoltaica sobre tejado, cuyos kwh limpios, expulsan del sistema eléctrico a kwh sucios producidos por energías contaminantes.»

Esta campaña supone un posicionamiento directo contra la política del actual Gobierno que, además, desde el pasado mes de julio está planteando una nueva reforma del sector energético ¿Qué significa esta reforma y qué persigue?

Lo que el Gobierno está tramitando es la reforma del sector eléctrico, que representa aproximadamente la tercera parte del consumo energético en nuestro país. Y lo que pretende con ella es un «gatopardismo» de manual, ya sabemos, aquello de que «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». El único objetivo de la reforma es mantener el statu quo, es decir, mantener el control absoluto de la energía en manos de las grandes empresas del sector. Se han dado cuenta de que la amenaza de un modelo renovable de pequeñas plantas de autoconsumo ya es una realidad y han decidido salir con todo para neutralizarla o al menos retrasarla.

¿Qué problemas energéticos plantea el actual sistema de producción, en general, y cuál es el contexto español y como nos vamos a ver afectados?

La energía afronta enormes desafíos en el corto plazo. Desde el agotamiento de las materias fósiles hasta el cambio climático. En buena medida porque existen millones de personas que están saliendo de la pobreza extrema en economías emergentes y que impulsan la demanda de energía. Los precios y la contaminación no van a dejar de aumentar. Todo ello afecta lógicamente a un país como el nuestro que todavía depende de los combustibles fósiles en un 75% de sus necesidades de la energía primaria y de las importaciones en similar porcentaje de alrededor del 75%. Necesitamos reducir significativamente menos energía en el mundo desarrollado porque el planeta y los países empobrecidos nos lo están gritando cada día más fuerte; y nuestro país está en condiciones de colocarse a la vanguardia de la revolución energética.

Todo parece apuntar a las energías renovables como solución ¿no es así?

Efectivamente, desde la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético llevamos un año repitiendo el mismo mensaje. Que ya es posible un nuevo sistema basado en la eficiencia y el ahorro, las renovables y la soberanía ciudadana en la producción de energía. Podemos dejar atrás muy rápido el sistema actual basado en la explotación (del medioambiente, de los pueblos y de los consumidores) mediante miles de pequeñas instalaciones de energía renovable en manos de la ciudadanía y de las pequeñas comunidades. Y la energía sería incluso más barata hoy e infinitamente más barata en el futuro.

¿Disponer, siempre, pero más en medio de la crisis general del sistema, de energía suficiente y con independencia, es disponer de soberanía nacional? ¿Qué significaría en este caso «soberanía nacional»?

La crisis que estamos viviendo es una crisis también de la lógica globalizadora. Estornudan en la otra esquina del mundo y nos acabamos constipando aquí. Y hay pocas necesidades humanas en las que la interconexión global sea más evidente y peligrosa que en al ámbito de la energía. La pregunta que debemos hacernos entonces es la siguiente: ¿si ya contamos con tecnologías que nos permiten utilizar recursos que son libres y están en todas partes, como el viento y el sol, por qué seguimos permitiendo que nuestras necesidades más básicas estén en manos de gobiernos inestables a miles de kilómetros de aquí?

¿Qué debería cambiar para llegar a tal situación?

De momento, la política energética del Gobierno. La escandalosa reforma del sector eléctrico que está perpetrando tiene un objetivo: parar las renovables como sea. Están en juego las inversiones millonarias en centrales de gas que construyeron las grandes eléctricas fundamentalmente desde 2005. Así que podemos afirmar que el Gobierno actúa para rescatar (un caso más de socialización de pérdidas) a las eléctricas de sus ruinosas inversiones.

Una política energética al servicio de la ciudadanía, entre otras cosas, establecería mecanismos que favorecieran el ahorro y la eficiencia y los sistemas de autoconsumo, es decir, el abc de la soberanía energética: consumir lo menos posible y hacerlo con materias primas autóctonas.

¿Y de qué manera dificulta la nueva reforma el ahorro y el autoconsumo?

Una de las medidas que ya ha aprobado el Gobierno es aquella que modifica la estructura de la factura que pagamos todos los consumidores. Desde el mes de agosto, el término de potencia (la cantidad fija que pagamos consumamos o no, en función de la potencia contratada) ha subido un 63% para los consumidores domésticos. Por su parte, el término de energía (la parte variable, en función de los kWh que hayamos consumido) disminuye un 17%. La mejor forma de desincentivar el ahorro: al bajar el precio del kWh, disminuye también lo que dejamos de pagar si consumimos menos.

Por su parte, la normativa sobre autoconsumo que ha propuesto el Gobierno constituye un ataque frontal a esta forma de producir electricidad, a pesar de sus múltiples ventajas. Entre otras cosas consagra el llamado «impuesto al sol», algo que no recoge la normativa de ningún otro país del mundo y que consiste en que, por cada kWh que produzcan nuestros paneles y que consumamos instantáneamente en nuestro hogar, tengamos que pagarle al sistema eléctrico unos 7c€. La idea es sencilla una vez más: si el precio al que nos vende la compañía eléctrica es de 12,5c€/kWh, el ahorro deja de ser los 12,5c€ para quedarse tan solo en 5,5c€.

En octubre sube el recibo de la luz, ¿Por qué? ¿A qué responde que el Gobierno apruebe cada trimestre subidas de las tarifas?

El Gobierno cada trimestre revisa el precio al que pagamos la electricidad la mayor parte de los consumidores, la llamada Tarifa de Último Recurso (TUR). Para justificar los cambios, que suelen ser al alza por supuesto, se basa en el precio que se determina en una subasta que tiene lugar también cada tres meses. Pero resulta que en esa subasta están representadas fundamentalmente las grandes empresas eléctricas (junto a unos cuantos especuladores financieros) que dominan el mercado tanto por el lado de la oferta como de la demanda. Nos hablan de mecanismo de mercado, pero en realidad, las cinco empresas que conforman el lobby eléctrico dominan tanto el 80% de la generación (oferta) como de la comercialización (demanda). Si sólo tienen que ponerse de acuerdo cinco para establecer ese «supuesto» precio de mercado ¿qué cabe esperar que suceda trimestre a trimestre?

Es decir, que ese reducido grupo de empresas eléctricas es quien dicta al Gobierno lo que los consumidores tienen que pagar. Pero, ¿Qué fuerza tiene hoy ese oligopolio? ¿Hay posibilidades de que se les hunda el negocio tal y como se lo plantean?

La ciudadanía debería saber que nunca han sido más débiles las posiciones del oligopolio energético. La reforma que se ha visto obligado el Gobierno a poner en marcha es la mayor prueba de ello. Cuando ya no pueden defender sus posiciones con argumentos económicos (las renovables son caras), se han visto obligados a sacar los tanques a la calle.

Van a seguir intoxicando con su propaganda, por supuesto, pero con argumentos cada vez menos consistentes. La nueva ley del sector eléctrico es una muestra de debilidad. Han necesitado dar un golpe en la mesa y reconocer que lo que de verdad está en juego son sus cuentas de resultados, y que por eso se aprueba esta nueva ley.

La crisis o las crisis por las que pasa el sistema va a desembocar en una situación distinta, para eso aprueban las medidas que vamos viendo. Ante esta situación, ¿la población en general puede ganar o perder parte o todo en este cambio? ¿Hay cauces legales, y si los hay, resultan útiles?

La población en general va a salir perdiendo con la nueva ley. Nada que nos sorprenda. Está sucediendo algo similar por todos los ámbitos de la economía y de los servicios públicos. En medio de la crisis alguien ha gritado «¡¡sálvese quien pueda!!» y efectivamente se está salvando el que puede más, el más poderoso. Primero van ellos y luego, sólo luego, y si queda algo, la población en general.

Y claro que se puede hacer algo. De momento, exigir políticamente. Colocar este asunto en la agenda política y apostar por un cambio de Gobierno que se posicione en este asunto del lado del interés general, de la soberanía ciudadana y de la resiliencia, oponiéndose a la soberbia de los que ya son mucho más ricos de lo que necesitan.

¿Crees que la ciudadanía reconoce o puede reconocer su fuerza con respecto a este caso concreto? ¿Cómo se podría plantear una acción social de «desobediencia civil energética»? ¿Qué es la Plataforma por un nuevo Modelo Energético?

La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético es una organización especial, integrada por unas 225 organizaciones y más de 1.700 ciudadanos, absolutamente inclusiva, en la que conviven, por ejemplo, todas las organizaciones medioambientales y un buen número de partidos políticos. Yo creo que buena parte de su éxito reside en que la pelea que nos mueve es factible y sin que implique sacrificio alguno para nadie, salvo quizá para los consejeros de las grandes empresas del oligopolio. Es una organización con acciones prácticamente todas las semanas y que, por supuesto, está respondiendo con múltiples iniciativas a la agresión que supone esta reforma.

Cuéntanos un poco de dichas iniciativas.

Necesitaríamos otro artículo para contarlas todas. Telegráficamente, podíamos empezar por la campaña de denuncia de la pobreza energética (el tercer jueves de cada mes, juntarnos en las plazas de pueblos y ciudades con mantas y velas); acción coordinada con la Red de Solidaridad Popular para proporcionar pequeños kits de autoconsumo eléctrico para las personas a las que han cortado la luz; campañas de desobediencia que nos grita a cada uno que no basta con opinar y que hay que pasar a la acción con tres pasos: hacer una auditoría de consumo energético, cambiar de comercializadora a una cooperativa verde e invertir tu dinero en instalaciones de producción renovable; registro de desobedientes solares; acciones de desobediencia civil donde personas se autoincriminen públicamente de que no van a legalizar su instalación de autoconsumo; manifiestos de economistas, científicos y de personas de la cultura; campañas para recabar el compromiso de todos los partidos políticos de la oposición de cambiar la reforma cuando tengan responsabilidades de gobierno, y otra para recabar mociones de todos los ayuntamientos del Estado….Y muchas más..

ECOOO tiene en su haber realizaciones prácticas en la implantación de un nuevo modelo energético basado en las renovables. ¿Cómo trabaja ECOOO?

Para transitar hacia un modelo energético más sostenible hace falta toda la energía del sol. Por eso, ECOOO lleva a cabo una labor de divulgación y concienciación y participa en cualquier espacio que le permita divulgar los beneficios de las energías renovables y la soberanía energética. Pero, además, propone alternativas de participación en energías renovables y, concretamente, en la renovable más democrática que existe: la fotovoltaica y habilita canales que generan empoderamiento solar de las tecnologías renovables. En esa línea, Ecooo ofrece a los pequeños ahorradores la posibilidad de invertir su dinero de forma responsable, segura y con alta rentabilidad en plantas fotovoltaicas sobre tejado.

¿Cuáles son algunos de esos proyectos ya en marcha?

ECOOO ha puesto en marcha ya 62 plantas de energía solar fotovoltaica con una potencia instalada de 4.623 Kw que evitan la emisión de 1.914 toneladas de CO2 a la atmósfera. Estas instalaciones están en Castilla La Mancha, Madrid, Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana.Y lo ha hecho con comuneros que comparten una vinculación directa en instalaciones fotovoltaicas y que son mucho más que inversores, son una comunidad viva y palpitante con la que codeciden. Gentes comprometidas con el cambio desde una opción vital y vitalista.

Por último, háblanos, del proyecto de ECOOO en la población sevillana de Lebrija, la Ola solar social de Lebrija

La «Ola solar social de Lebrija» está pensado para democratizar la energía entre los ciudadanos. El Ayuntamiento de Lebrija, ha cedido las cubiertas de 11 edificios municipales para instalar en sus tejados plantas fotovoltaicas con las que generar energía limpia. La Ola solar~social de Lebrija consiste en 11 instalaciones fotovoltaicasde entre 15 y 20 kW cada una. Ocupan, por lo tanto, una superficie por planta de entre 300 y 400 metros cuadrados.El conjunto de todas esas instalaciones produce aproximadamente 350.000 kWh anuales, suficiente como para proporcionar suministro eléctrico a casi 100 viviendas del municipio. Gracias a esa electricidad limpia se evita lanzar a la atmósfera 117 toneladas de CO2 al año.

Fuente: http://www.cronicapopular.es/2013/11/mario-sanchez-herrero-parar-las-renovables-como-sea-objetivo-de-la-reforma-del-sector-electrico/