Las protestas sociales, debido al empobrecimiento general de la población del Estado, muchas veces son calificadas directamente de «nazis» por el partido gobernante y sus voceros. El peligro del fascismo -que a diferencia de lo comentado busca con su fortalecimiento la destrucción de todas las organizaciones de la clase trabajadora, la persecución y exterminio en […]
Las protestas sociales, debido al empobrecimiento general de la población del Estado, muchas veces son calificadas directamente de «nazis» por el partido gobernante y sus voceros. El peligro del fascismo -que a diferencia de lo comentado busca con su fortalecimiento la destrucción de todas las organizaciones de la clase trabajadora, la persecución y exterminio en base a diferencias religiosas, de nacionalidad o de preferencia sexual, el establecimiento de un régimen totalitario, etc.- es algo real en toda Europa y el Estado español.
Andalucía no es inmune a esta dinámica. Con 1’5 millones de personas desempleadas y un 16% de su población bajo el umbral de la pobreza, el discurso populista y demagogo que responsabiliza a ciertos grupos sociales -los más vulnerables, como pueden ser las personas migradas- de esta situación dramática puede tener éxito, como desafortunadamente lo está teniendo a pequeña escala.
Antes de avanzar en el peligro del fascismo «de traje» que intenta pasar por demócrata y, por ello, su ascenso presenta más potencialidad, como vemos con el Frente Nacional francés o Plataforma per Catalunya, es preciso echar un vistazo a la situación del fascismo más clásico en nuestra tierra. No podemos ignorar que ambas expresiones no mantienen una división clara entre ellas y se retroalimentan mutuamente.
El fascismo en Andalucía
Uno de los ejemplos más significativos es la presencia bastante notable del Movimiento Social Republicano (MSR), partido que se autodenomina como «nacionalrevolucionario», usando una retórica anticapitalista. Es en lugares como la Costa del Sol, refugio histórico de neonazis europeos, donde este grupo ha recabado más apoyos e influencia. No obstante, vemos su consolidación en otras ciudades como Jaén, siendo la violencia el signo más claro de su identidad fascista.
Otro caso notable que es preciso denunciar es la celebración que organiza el ayuntamiento de Granada cada 2 de enero para homenajear la expulsión de las personas no católicas de esta ciudad por los Reyes Católicos. Grupos ultraderechistas locales y venidos de todo el Estado claman por una nueva «Reconquista», es decir el exterminio de la población musulmana e inmigrante. Esto ocurre ante la pasividad de las autoridades que sancionan a las personas que se manifiestan contra esta «fiesta».
En otro sentido es preocupante la visibilidad y el atrevimiento de la organización Respuesta Estudiantil. Sus intentos de fundirse en las grandes protestas estudiantiles contra el gobierno no han pasado desapercibidas, como su intento de participación -con agresiones incluidas- en las manifestaciones de la pasada huelga general educativa del 9 de mayo en Sevilla y Málaga. Aunque oficialmente no adscritos a ninguna organización fascista -de hecho niegan que lo sean- sus vínculos con Democracia Nacional y otras organizaciones de la ultraderecha son más que evidentes. Siguen en su Twitter a la flor y nata del fascismo europeo, siendo sus métodos de actuar similares a la organización de estudiantes fascistas italianos, el Blocco Studentesco. Para rematar, su símbolo de las flechas cruzadas es el mismo que el de los nazis húngaros en la Segunda Guerra Mundial.
Pero como se comentó anteriormente, el fascismo que más potencialidades de crecimiento presenta es el fascismo disfrazado. El principal exponente es el Partido por la Libertad, presentado en Madrid el pasado mes de abril. Auspiciado por Anglada -ha declarado que van a implantarse en toda las provincias- hace gala del discurso antiinmigrante, islamófobo y de defensa de la seguridad ciudadana, pero alejado de la clásica imagen nazi o franquista. Uno de sus líderes es el sevillano Ángel Bordas, candidato por DN en las elecciones europeas y presidente del Foro Sevilla Nuestra, asociación ultranacionalista española y excluyente.
Asimismo, detrás de la Plataforma Basta Ya de Asentamientos -que ha montado patrullas vecinales para perseguir y agredir a personas sin recursos e inmigrantes en distintos barrios de Sevilla- se encuentra la mano de este personaje, así como relaciones con la Coordinadora Sevillana contra el Terrorismo, encargada de criminalizar los movimientos sociales de la ciudad.
Por un movimiento amplio
Es urgente que nos organicemos contra el intento de los fascistas de presentarse como una opción respetable. La clásica lucha llevada a cabo por una minoría con planteamientos anticapitalistas no es suficiente.
Debemos ser capaces de construir un movimiento amplio en Andalucía que no exija a sus participantes pasar un «examen» de pureza, donde toda la izquierda sindical, política, el movimiento 15-M, la gente inmigrante, LGTB, etc., que quiera frenar el crecimiento de los fascistas se sienta cómoda. Sólo un movimiento masivo construido entre todos los sectores será capaz de parar los pies a los fascistas, vengan con traje o con bate de beisbol.
Ejemplos de movimientos amplios
A pesar de ser una rareza en el Estado español, los movimientos amplios contra el fascismo son una constante en muchos lugares como Inglaterra, Grecia o Alemania. En otros lugares, como Francia, donde la izquierda no ha confiado en la lucha junto a otros sectores menos radicales, vemos como la extrema derecha encabezada por el Frente Nacional (FN) se ha consolidado.
Los homólogos del FN en Inglaterra, el NF (Frente Nacional) y su sucesor el BNP (Partido Nacional Británico), así como las fuerzas de choque fascistas EDL (Liga por la Defensa de Inglaterra) no han conseguido arraigarse. Estas organizaciones han sido frenadas por la acción unitaria de la AL (Liga Antinazi) en los 70 y 80 y la UAF (Unidad Contra el Fascismo) más recientemente, que incluyen desde los sindicatos y secciones del partido laboralista a la izquierda radical y anarquistas. Las últimas elecciones locales en Gran Bretaña han terminado arrojando al BNP a un mínimo de 2 regidores municipales, cuando en 2008 tenían 55.
Otro ejemplo es el caso de Dresden Nazifrei (Dresde Libre de Nazis) contra los desfiles nazis en Dresde por el bombardeo aliado de la ciudad en la 2º Guerra Mundial, que ha sido capaz de juntar a miles de personas e impedir que los fascistas ganen legitimidad. En Grecia, KEERFA (Unidad contra el Racismo y el Peligro Fascista) está siendo capaz de organizar una respuesta amplia contra Amanecer Dorado, como fue la manifestación masiva de Atenas en enero o la respuesta solidaria organizada ante las agresiones a inmigrantes jornaleros en las últimas semanas.
En el Estado español, UCFR (Unidad contra el Fascismo y el Racismo) en Catalunya, impulsada por más de 200 organizaciones sociales, políticas y sindicales, ha conseguido que Plataforma per Catalunya no haya obtenido representación ni en el Parlament catalán ni en el Congreso de los Diputados. Santi Amador (@SantiagoJosAmad) es militante de En lucha / En lluita