30 de julio de 1749: el Pueblo Gitano es perseguido en España por un intento de exterminio ejecutado por el Marqués de Ensenada y autorizado por el rey Fernando VI. 17 de julio de 2022: varias familias gitanas son perseguidas y tienen que huir de sus casas tras numerosas amenazas y ver cómo arden sus viviendas en incendios provocados por sus propios vecinos.
Tras 273 años y, en una semana donde se recuerda y se honra a todas las víctimas gitanas de la Gran Redada, el mayor intento de exterminio de las personas gitanas en España, asistimos de nuevo a un lamentable episodio de racismo antigitano. En esta ocasión, en forma de pogromo. Hace unos días, publicábamos en CTXT la noticia sobre el episodio acaecido en Peal de Becerro (Jaén): “La madrugada del domingo 17 de julio fue presuntamente asesinado un joven de 29 años (…). Los cuatro presuntos implicados, gitanos, fueron detenidos. Actualmente, dos de ellos han quedado en libertad con cargos y los otros se encuentran a la espera de pasar a disposición judicial. Sin embargo, los vecinos están protagonizando un continuo y terrible pogromo contra el Pueblo Gitano de Peal de Becerro”.
Las familias gitanas de esta localidad jiennense están viviendo días terribles y, seis de ellas –compuestas por 22 adultos y 9 niños– se han visto obligadas a abandonar sus casas, destrozadas por las llamas. Durante las primeras horas, mayores y niños durmieron a la intemperie en parques y bancos. Horas más tarde, emprenden su camino fuera de la localidad e incluso de la propia comunidad autónoma. Ante esta situación, las fuerzas de seguridad y administraciones actúan de manera insuficiente. Activistas pertenecientes al Pueblo Gitano, de una forma muy cercana y “muy gitana”, han ofrecido su ayuda a las víctimas de ataques racistas. Supone una forma “muy gitana” porque entre personas gitanas la solidaridad representa uno de los principales valores, sin el cual, en la mayoría de los casos, la ayuda no se recibiría. Establecen un número de teléfono vinculado a un bizum con el objetivo de ayudar de manera urgente a estas familias, principalmente alojándolas para que dejaran de dormir en las calles.
Mientras tanto, de forma paralela, el alcalde de Peal del Becerro elogia a sus conciudadanos por manifestarse de manera pacífica, ante la indiferencia de responsables políticos como la subdelegada del Gobierno de España en Jaén, Catalina Madueño, que ha calificado estos sucesos como actos vandálicos, asegurando que “ni Peal de Becerro ni la provincia de Jaén son racistas” y que “la manifestación, que sí fue comunicada, se desarrolló de forma pacífica y sin ningún tipo de problema desde el punto de vista de la seguridad ciudadana”.
A pesar de que civiles y políticos intenten blanquear lo sucedido, el director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández Jiménez, manifiesta: “Los gitanos debemos reflexionar sobre si vamos a seguir mirando caso tras caso de antigitanismo sin exigir un cambio real del sistema en cuanto a las respuestas, que deben ser inmediatas, reparadoras, preestablecidas, y sancionadoras por diferentes vías jurídicas contra los racistas. El caso Peal de Becerro debe marcar un cambio de ciclo, debiendo iniciarse un mayor compromiso de todos contra esta lacra que dura ya demasiado tiempo y que está arruinando la credibilidad que los gitanos tenemos en las instituciones”. Y añade: “Debemos marcar protocolos sensatos de actuación por parte de todos o estaremos en mitad de la tormenta perfecta en los años que nos vienen de partidos fanáticos que pueden comenzar incluso a gobernar diferentes Estados”.
Las familias no han recibido respuestas de las administraciones hasta pasados casi diez días: han obtenido cheques por valor de 500 euros para la compra de alimentos y productos de primera necesidad. Una ayuda que la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía ha canalizado a través de entidades no gubernamentales como Cruz Roja y Cáritas. Por su parte, diputados como Ismael Cortés han viajado hasta la localidad jiennense en apoyo de las familias huidas, y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha convocado una reunión a la que asistirá el Consejo Estatal del Pueblo Gitano, formado por las distintas entidades que ya están trabajando en buscar una solución urgente a esto.
El Consejo Estatal del Pueblo Gitano, en un comunicado firmado por el secretario de Estado de Asuntos Sociales, Nacho Álvarez, ha hecho un llamamiento a los medios de comunicación “para que eviten afirmaciones, palabras o expresiones que, lejos de contribuir a la restauración de la convivencia, puedan victimizar a un colectivo por delitos cometidos por alguno de sus miembros de los que no son, en ningún caso, responsables”.
El grupo de activistas Sociedad Gitana Española ha convocado una manifestación en Madrid el jueves 28 de julio y hace un llamamiento a los gitanos y las gitanas a movilizarse para “hacer ruido”, en un contexto donde se actualiza el Código Penal en España y se reconoce el antigitanismo como delito de odio específico.
Los ataques a estas familias han sido justificados por la sociedad civil en diversos foros, con el argumento de que “no todas las casas de los gitanos se han quemado, que fueron solo unas pocas”. Parece que hay que dar las gracias porque “solo” se haya atacado a unos pocos gitanos. Parece que no queda tan lejos aquella noche de 1749 donde los gitanos huían para conservar sus vidas. Parece que la memoria no existe, que la historia en sus más lamentables y terribles episodios es cíclica. Parece que el Pueblo Gitano está destinado a ser perseguido y castigado. Muchas personas han tenido que huir de sus hogares y aquellas que permanecen en Peal de Becerro, sin vinculación alguna con los presuntos asesinos, también se han visto afectadas y tienen que enfrentarse cada día a ver cómo sus hijos ven en primera persona que sus propios vecinos, padres de sus compañeros de clase o amigos, salen en masa a gritar “gitanos fuera” y “asesinos”. ¿Hasta cuándo?
Fuente: https://ctxt.es/es/20220701/Firmas/40364/peal-de-becerro-antigitanismo-jaen-incendios.htm