Pedro Morenés, el ministro de Defensa del gobierno (actualmente en funciones) presidido por Mariano Rajoy es uno de los mejores ejemplos de lo que se denomina puerta giratoria. Antes de entrar en la Administración, desarrolló su actividad profesional en diversos cargos del sector privado (en Astilleros Españoles y en la división de construcción naval del […]
Pedro Morenés, el ministro de Defensa del gobierno (actualmente en funciones) presidido por Mariano Rajoy es uno de los mejores ejemplos de lo que se denomina puerta giratoria. Antes de entrar en la Administración, desarrolló su actividad profesional en diversos cargos del sector privado (en Astilleros Españoles y en la división de construcción naval del INI). En 1996, con la victoria del PP en las elecciones, el ministro Eduardo Serra nombra a Morenés como Secretario de Estado de Defensa, cargo que ocupará hasta el final de aquella legislatura, en el 2000.
Ese mismo año, el entonces ministro del Interior, Mariano Rajoy, lo nombra Secretario de Estado de Seguridad hasta el año 2002, cuando Josep Piqué, ministro de Ciencia y Tecnología, lo nombra Secretario de Estado de su departamento. En el 2004, después que el PP perdiera las elecciones, Morenés volvió al sector privado. Pronto (febrero 2005) fue nombrado secretario del Círculo de Empresarios. Entre 2005 y 2009 fue consejero de la empresa Instalazza, dedicada a la fabricación y comercialización de explosivos. En 2009 fue nombrado presidente del consejo de administración de Construcciones Navales del Norte y en 2010 presidente ejecutivo de la filial española de MBDA, empresa dedicada a la fabricación de misiles. La empresa MBDA está considerada como la segunda empresa mundial de fabricación de misiles y está participada por BAE Systems, EADS y Finmeccanica, tres de las empresas de armamento más importantes del mundo. MBDA tiene en su catálogo de productos el misil de medio alcance ASMP, que puede transportar cabezas nucleares. Más tarde Morenés fue nombrado presidente de Seguribérica, la empresa que ganó el concurso de seguridad a bordo de los atuneros españoles que faenan en el Índico. En 2011 Mariano Rajoy lo nombró ministro de Defensa.
Dilapidación en compra de armamento
Uno de los aspectos más criticables de la gestión de Pedro Morenés a su paso por la Administración, es su participación en los Programas Especiales de Armamento (PEA). En 1996, cuando era Secretario de Defensa durante el primer gobierno de Aznar, se planificó la compra de sistemas de armamento sofisticado con el objetivo, supuestamente, de modernizar las fuerzas armadas españolas. Se quería evitar que este gasto multimillonario aumentase el presupuesto del ministerio de Defensa para esquivar el rechazo de la opinión pública. Por ello se pactaron plazos de entrega y de pago de hasta 30 años. Con estos períodos tan largos, gran parte de este armamento ha quedado obsoleto y su actualización ha incrementado mucho el costo. Este plan de compra de armamento suscitó críticas desde su inicio. Incluso un Secretario de Estado de Defensa posterior, Constantino Méndez (PSOE), no sólo censuró su coste, sino que también afirmó que este tipo de armamento no correspondía a las necesidades reales de defensa del Estado. El resultado de todo ello es que el ministerio de Defensa tiene actualmente una deuda con las empresas de armamento de unos 30.000 millones de euros.
Esta situación se puede calificar de quiebra técnica del ministerio de Defensa. Sin embargo, el ministro Morenés anunció a finales de 2014 que estaba planeando un nuevo programa de adquisición de armamento valorado en unos 10.000 millones de euros adicionales.
Camuflaje del gasto en defensa
Mientras Morenés ha sido ministro, los presupuestos anuales del ministerio de Defensa se han caracterizado por estar sistemáticamente infradotados. El presupuesto que se ha presentado cada año era claramente insuficiente para hacer frente a los compromisos de gasto adquiridos. Los dos casos más escandalosos son las partidas correspondientes al pago de los PEA y de las operaciones militares en el exterior. Un año tras otro, la partida presupuestada destinada al pago de los PEA es irrisoria y el gobierno aprueba posteriormente, vía decreto fuera del presupuesto aprobado, un gasto extraordinario para hacerle frente. Igualmente, para las operaciones en el exterior se presupuesta una cantidad ridícula y, a posteriori, el gobierno usa recursos del fondo de contingencia para costearlas. En ambos casos, el gobierno conoce perfectamente, cuando elabora los presupuestos, que deberá asumir estos gastos y aún así, no los refleja.
Apoyo a la industria de armamento
Como potencia industrial, el Estado español está situado entre el lugar 20 y 25 del rànquing mundial. Pero, en cambio, está entre los diez primeros exportadores de armas del mundo. El ministro Morenés ha favorecido la consolidación y expansión de la industria española de armamento dentro del mercado internacional. Veamos dos ejemplos de su gestión en este sentido.
Por un lado, su ministerio impulsó la aprobación del Decreto Ley 19/2012, por el que el Estado se involucra directamente en las ventas de armamento, asume el papel de intermediario y de responsable de las reclamaciones de los compradores . Este Decreto Ley podría haber sido la respuesta a la exigencia, por parte de Arabia Saudí, de garantías en las transacciones de compraventa de armas. Justamente Morenés había visitado ese país quince días antes de la aprobación de la ley. Quizás no es casual que los dos años siguientes (2013 y 2014) las exportaciones españolas de armamento a Arabia se multiplicaran por veinte.
Por otra parte, Morenés ha impulsado un plan de reestructuración de la industria militar española, en parte gracias a nuevos programas de armamento. El motor de la reestructuración radica en los pedidos de fragatas F-110 y de vehículos de combate 8×8. La construcción de las fragatas correrá a cargo de una UTE formada por Indra y Navantia (dos de las empresas de armamento españolas más importantes) que, según el ministro, podría ser la semilla de un futuro grupo español de tecnología militar. Seguramente ayudará a conseguir este objetivo la compra que hizo el SEPI del 20% de Indra y que Navantia sea una empresa 100% pública. También se intenta asociar la empresa de ingeniería Sener con MBDA para desarrollar el sector de misiles.
Se ha dado un gran impulso al polémico programa de fabricación de submarinos S-80 de Navantia, intentando conseguir contratos de otros estados.
Vinculación con el sector privado de defensa
Ha sido especialmente controvertida la venta (en 2008) de bombas de racimo a Libia por parte de la empresa Instalazza, mientras Morenés era consejero. Bombas que, según demostró Human Right Watch, Gadafi utilizó contra la población civil. Hay que aclarar, sin embargo, que en el año 2008 las bombas de racimo aún no estaban prohibidas. La Convención de Dublín que prohíbe la fabricación y venta entró en vigor en 2010. El gobierno español tuvo un papel destacado para lograr la prohibición de las bombas de racimo, incluso en 2009 anunció que destruiría todas las que hubiera en territorio español. Esto provocó que Instalazza, siendo Morenés consejero, presentara en 2009 una reclamación contra el Estado español de 40 millones de euros por los daños económicos futuros causados por la prohibición de estas bombas. El Tribunal Supremo desestimó la reclamación de la empresa.
Dos de las empresas donde había trabajado Morenés antes de entrar en el ministerio han logrado jugosos contratos durante el periodo que Morenés ha sido ministro. En respuesta a una pregunta parlamentaria de Amaiur, el gobierno informaba que firmó 32 contratos con Instalazza, sin especificar la cantidad. Por otra parte, se ha sabido que la empresa Seguribérica, de la que Morenés fue presidente justo antes de ser nombrado ministro, ha conseguido más de 37 millones de euros en varios contratos con la Administración. Esto ha representado un aumento del 77% de la contratación de Seguribérica con la Administración, aumento que ha tenido lugar con Morenés como ministro. Entre 2009 y 2011 Seguribérica consiguió 20 millones de la Administración, mientras que entre 2012 y 2015 fueron 35 millones. Eso sí, las adjudicaciones del ministerio de Defensa a Seguribérica han disminuido desde que Morenés ha llegado al ministerio. Todo ello puede ser casualidad, pero, al menos, es digno de mención.
En otros aspectos también se ha hecho notar el paso de Morenés por el Ministerio de Defensa
Durante su mandato se ha acentuado la pretensión de mejorar la imagen de las Fuerzas Armadas en la opinión pública. Uno de los mecanismos más censurables ha sido la incidencia en los centros de enseñanza primaria y secundaria. Un par de ejemplos nos servirán: el ministerio de Defensa ha promovido que los alumnos de 4º de ESO hagan estancias (de varios días) en unidades militares. Igualmente, dos semanas antes de terminar el mandato, Morenés firmó un convenio con el Ministerio de Educación para fomentar el conocimiento en las aulas del papel de las Fuerzas Armadas o de símbolos como la bandera, el escudo y el himno de España.
Morenés tampoco ha sido demasiado escrupuloso a la hora de escoger aliados. En mayo de 2015 firmó un acuerdo de cooperación militar con Egipto, un país presidido por un militar golpista que ejerce una represión feroz contra cualquier oposición al régimen.
Finalmente queremos recordar que su ministerio no ha abordado de forma nada satisfactoria los diversos casos de acoso sexual a mujeres militares. Además, el ministro Morenés eludió dar respuesta a varias preguntas parlamentarias que se le hicieron al respecto en el Congreso.
De esta etapa de Morenés como ministro de Defensa, ha resultado un incremento de la militarización en España. Morenés ha favorecido y protegido la industria de armamento, ha potenciado las exportaciones de armas y ha aumentado las compras internas de armamento (lo que ha engrosado la deuda pública). Con todos estos méritos, no sería extraño que, una vez deje el ministerio, se incorpore de nuevo al sector privado de defensa. En este caso, cerraría el círculo de la puerta giratoria por segunda vez.
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