Recomiendo:
2

Reseña del ensayo "¿Quiénes somos todos? Libertad, igualdad y fraternidad en Cuba" de Julio César Guanche

Pensar el (todos) desde el republicanismo socialista democrático en Cuba

Fuentes: Rebelión

Los estudios sobre el republicanismo democrático cuentan ahora con una nueva ganancia: ¿Quiénes somos todos? Libertad, igualdad y fraternidad en Cuba (Ediciones Dyskolo, 2023) del pensador socialista Julio César Guanche. La obra destaca por la profundidad de su producción intelectual, que mantiene un vínculo estrecho con el soporte teórico e histórico que fortalece a esta corriente filosófica y política. El libro compila una serie de ensayos que el sociólogo, jurista e historiador caribeño ha difundido durante años.

Desde los postulados que inspiraron los preceptos de la Revolución francesa como estructura capitular, se elabora una amplia gama de saberes enfocados en el dilema que representa la exclusión política como mecanismo de coerción. A su vez, profundiza sobre las barreras institucionales que legitiman desde la ideología, las carencias democráticas implementadas por el aparato partidista-burocrático en Cuba. Tales asuntos, resultan temáticas anteriormente desarrolladas en trabajos vinculados al Derecho, la Historia y el pensamiento ideopolítico, de cuya cuenta dan obras como: El poder y el proyecto. Un debate sobre el presente y el futuro de la revolución en Cuba (2009), Estado, participación y representación políticas en Cuba (2015), y La verdad no se ensaya.Cuba: el socialismo y la democracia (2016).

Para Guanche, la necesidad de ampliar los márgenes de la democracia, se expresa a través de esa pregunta retórica que le proporciona título al libro. De tal manera, retoma la instrumentalizada máxima sintetizada en la frase martiana: «con todos y para el bien de todos»; cuyo exergo, en el pasado, se convirtió en símbolo petrificado de un anhelo irrealizable por la burguesía gobernante. Dicho enunciado, corporeizó una práctica corrupta y demagógica, con el objetivo de apuntalar formas de administración basadas en la legitimación ideológica de los privilegios y la reproducción de las relaciones asimétricas de poder existentes.

El fracaso del republicanismo popular-democrático entre 1902-1958

La permanencia del orden pos/neocolonial en el período correspondiente entre 1902-1958, se convirtió en realidad tangible materializada por los grupos conservadores del independentismo, quienes lastraron la voluntad de los estratos humildes y la soberanía nacional-popular de las clases desposeídas. Todo ello fue posible, debido a la imposición del modelo en 1902 que postergó los derechos sociales, económicos y políticos de gran parte de la población cubana. La existencia de un contexto previo basado en la desigualdad, las jerarquías socioeconómicas y la división sexo-racial del trabajo, movilizó el accionar revolucionario de las tropas independentistas (mambisas), encargadas de transformar en sus grupos radicales, el statu quo social instaurado por el mandato metropolitano. Estos hallaban sus fundamentos en las formas institucionales de sociabilidad, provenientes de las relaciones de producción predominantes durante el orden colonial/esclavista.

El fracaso de las facciones de origen popular en la toma del poder para alterar dicho escenario, previo a la intervención norteamericana de 1898, allanó el camino a la impunidad política de las esferas reaccionarias que le proporcionaron soporte ideológico al republicanismo conservador, durante la era caudillista-presidencial de «generales y doctores». Los sectores nucleados en torno a los ideales progresistas, padecían con mayor rigor las consecuencias del capitalismo subdesarrollado, al asociarse en colectivos antimperialistas, socialistas, marxistas, obreros y estudiantiles. Tales vínculos tenían el objetivo de rechazar la corrupción, el autoritarismo y las políticas de expoliación económica, que adquirieron bajo el mando del dictador Gerardo Machado (1925-1933) la faceta más cruda de represión tiránica. La imposibilidad de los grupos anti-sistémicos por derrocar la maquinaria de poder instituida, simbolizó el fracasó del nacionalismo popular revolucionario en la década del 30.

Otros autores de vocación marxista también han realizado estudios sobre la crisis del capitalismo (neo)colonial en su condición de Estado dependiente y subdesarrollado, que agotó las capacidades de redistribución de las riquezas y socialización del poder, debido a la falta de voluntad política por la burguesía dominante. Los representantes de este sector, estaban más interesados en negociar con los empresarios extranjeros en condiciones de país «atrasado»; en lugar de fortalecer las potencialidades endógenas y acometer una política estatal de inversiones, enfocada en la diversificación económica e industrial, con miras a lograr el «desarrollo interno». Junto a los trabajos de Julio César Guanche sobre la imposibilidad del modelo republicano en reproducir su hegemonía,i resaltan las contribuciones de Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964),ii Oscar Pino Santos (1928-2004),iii Julio Le Riverend (1912-1994),iv Ramiro Guerra (1880-1970),v Francisco López Segrera (1940),vi Carlos Rafael Rodríguez (1913-1997),vii Jorge Ibarra Cuesta (1931-2017),viii Alejandro de la Fuente (1963)ix y Oscar Zanetti Lecuona (1946),x entre otros.

La persistencia de la crisis estructural que implicaba la entrega económica hacia los dictados de la élite estadounidense y la corrupta gestión en el manejo de los activos por la burguesía cubana, dieron paso a los catalizadores ideales para la existencia de un nuevo contexto de situación revolucionaria entre 1953-1958. Este lapso culminaría con la victoria de las fuerzas rebeldes sobre el ejército nacional, encabezado por el general-dictador Fulgencio Batista, quien huyó del país en la madrugada del 1º de enero de 1959.

El proceso revolucionario triunfante adoptó una irrefutable proyección emancipatoria, especialmente con los sectores relegados del capitalismo pos/neocolonial. No obstante, se expresó desde un paternalismo autoritario que condujo en fechas tempranas de su ascenso a la cancelación pública y participativa de las masas en las decisiones directas del Gobierno, con el objetivo de imposibilitar la práctica del disenso político con fines lícitos y pacíficos, restringir la libertad de prensa y expresión, cercenar el derecho de asociación libre e impedir la institucionalización de mecanismos que viabilizaran la rotación del liderazgo, así como el respeto a la autonomía ciudadana frente a las instituciones del Estado/Gobierno.

Todo ello, propició el intrusismo de inspiración «guerrillera» en diversos sectores de la sociedad, al tiempo que facilitó el andar hacia la plena centralización estatal-partidista, apuntalada bajo la dependencia hacia la Unión Soviética, cuya praxis sistémica resultaba semejante a la del resto de países que en el marco de la «Guerra Fría», se encontraban bajo su esfera de influencia. Como resultado, las formas de intercambio desigual impuestas, no se encontraban ajenas a las lógicas de dominación imperiales aplicadas por el bando occidental hacia sus naciones afines.

(Re)fundar la democracia en Cuba y las alternativas emancipatorias desde la tradición patriótica republicana

La obra de Julio César Guanche, mediante una acertada sinergia en el uso de la temporalidad histórica, transita desde el pasado para reflexionar sobre problemáticas presentes de extraordinaria complejidad. De igual modo, es capaz de ofrecer alternativas de cara al futuro de la nación, avalado en referentes del pensamiento político, la filosofía y la praxis revolucionaria, en medio de un escenario conducente al recrudecimiento de la polarización política.

La realidad de semejante contexto, provoca que el síndrome de la desmemoria se expanda con la misma rapidez con que se esparcen en redes sociales propuestas revestidas del más supino desconocimiento, dada la avidez en la búsqueda de soluciones a problemáticas que formaron parte de profundos debates documentados por la historia. De ahí la importancia de insertar en tales espacios, dicho conjunto de saberes como parte de polémicas y disputas pretéritas que pudieran definir la posteridad del ámbito nacional.

¿Quiénes somos todos? Libertad, igualdad y fraternidad en Cuba,constituye una acertada receta contra el olvido del pasado por las distintas esferas que enfrentadas en el plano ideológico, propician el borramiento hacia variadas tradiciones de lucha. En ese plano, resulta inconsistente el olvido u omisión de aquellos actores que anhelaron mediante el despliegue de su ideario político y accionar combativo, la instauración de una república transversalizada por el bienestar, la fraternidad ciudadana y la igualdad social.

Consciente que los procesos de cambio establecen sus propias estrategias para legitimarse a partir de la resignificación de la historia, la instauración de (neo)periodizaciones y olvidos que tributen al mito fundacional en la construcción de un relato teleológico, Julio César Guanche lleva a cabo el rescate de aquellas corrientes de raigal extracción patriótica y popular. No en balde, el discurso de Estado autoproclamado «comunista», posterior a la segunda mitad del siglo XX e influido por el marxismo-leninismo de origen soviético, acudió para sostener su método de dirección autoritario, al silenciamiento y distorsión de gran parte de las contribuciones que en materia soberana, habían aportado a la cultura de la nación numerosos exponentes del republicanismo democrático.

***

El capítulo primero del libro, que lleva por título Fraternidad, aborda cuestiones de interés polémico como el debate en torno al supuesto carácter dictatorial de Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), quien asumió métodos de mando caudillistas, coherente al primer ciclo independentista latinoamericano del siglo XIX. No obstante, se mantuvo apegado al respeto de los valores republicanos y firme en sus posturas de abolicionismo anticolonial, como principios referenciales que sirvieron de inspiración al proceso radical iniciado en 1868.xi

A pesar del reconocimiento que Guanche le otorga al pensamiento político y praxis libertaria del hacendado bayamés, sería de gran utilidad la incorporación en ediciones posteriores de la contribución desplegada a fines semejantes por sectores subalternizados, como es el protagonismo que asumieron tales actores durante el ciclo de rebeliones negras (abolicionistas, anticoloniales y antirracistas), precedida por personalidades destacadas entre las que resalta José Antonio Aponte: precursor de la independencia.xii Vale enfatizar la importancia que en dicho proceso, adquieren numerosas conspiraciones y sublevaciones de resistencia con carácter revolucionario, situadas dentro del espectro que conforma la tradición del cimarronaje cubano, frente a las políticas de sometimiento esclavistas del imperio español.

Tales acercamientos desde la historiografía, resultan de gran validez ante las genealogías construidas por las élites letradas del campo intelectual criollo, seriamente cuestionadas por el marxista negro Walterio Carbonell (1920-2008),xiii solidificadas en la pirámide hechológica que proporciona la academia a los acontecimientos y procesos (cronológicamente legitimados), dentro del imaginario político-social extendido.

La reversión certera de ese arquetipo arbitrario, le proporcionaría mayor justeza a la veracidad en el relato de la memoria, debido a los procesos de lucha consagrados a la instauración de un modelo de sociedad inspirado en ideales de fraternidad humana. Dicho replanteamiento, que pretende restituir los derechos sociales de las poblaciones racializadas, asume una vocación comprometida en la dignificación desde el conocimiento de las tradiciones e historia de grupos que para entonces padecían no solo el rigor de la esclavitud, sino además, las consecuencias de la inferiorización teológico religiosa y la clasificación antropológica pseudocientífica.xiv

Contrario a esa visión colonial, desde el campo historiográfico resaltan algunas/os autoras/es con una producción relevante sobre dicho universo temático. Tales son los casos de José Luciano Franco (1891-1989), Serafín Portuondo Linares (1906-1976), Raúl Cepero Bonilla (1920-1962), Pedro Deschamps Chapeaux (1913-1994), Juan Pérez de la Riva (1913-1976), Gloria García Rodríguez (1941-2013) y Olga Portuondo Zúñiga (1944), quienes destacan por ofrecer una visión a contrapelo de la historia, en la indagación de aquellas realidades culturales y procesos fenoménicos, abordados como hechos de segundo orden, por los relatos predominantes en las cátedras de altos estudios.

La preeminencia de semejante narrativa, es consecuente con los fundamentos de las corrientes historiográficas preponderantes durante los siglos XIX y XX (positivista, marxista y annales), lo que generó la consecuente impugnación de sus postulados por los teóricos o exponentes subalternistas, descoloniales, pos/neomarxistas y poscoloniales. En sintonía con esa proyección, en franco ejercicio de contrahistoria, los aportes metodológicos de las corrientes antropológicas posmodernas,xv especialmente en sus estudios culturales, resultan de gran valor para el análisis desde las ciencias sociales, en la interpretación de realidades otrificadas por las agendas que impulsan las publicaciones académicas, en sus variadas esferas de influencia.

***

El segundo capítulo del libro lleva por título Libertad y como su nombre lo indica, aborda cuestiones relacionadas a los derechos de la ciudadanía en su compleja relación simbiótica con el poder. En este apartado, se analizan elementos concernientes al funcionamiento del Derecho en Cuba, así como el complejo marco restrictivo para el ejercicio de las libertades civiles, de expresión, manifestación pública, asociación cívica, creación artística y participación política.

Resultan de vital trascendencia las contribuciones en el marco del Derecho penal desarrollados en este epígrafe, puesto que complejizan la realidad del contexto cubano, en comparación con otros países del subcontinente. La sección establece acertadas analogías con las estrategias utilizadas por las clases gobernantes de otros territorios en la región, cuyo accionar resalta por su carácter punitivo al implementar figuras penales en desuso, tales como: «desacato» o «sedición». Su utilitarismo en tanto instrumentos legales para restringir el ejercicio efectivo de los derechos civiles, tiene como objetivo evitar el desencadenamiento de protestas contra las autoridades políticas, en contubernio con el aparato judicial.

La crisis política y económica en Cuba que dio paso a las protestas sociales del 11J con su elevada cuota de aprehensiones y condenas, exaltó a la Isla como referente internacional negativo en la aplicación de tales subterfugios legales, —en franco retroceso—, dada su intencionalidad práctica, dirigida a blindar los intereses de las instituciones y funcionarios del Estado, restándole garantías a los derechos ciudadanos. En otros períodos históricos, previos a 1959, se implementaron estrategias similares por las élites de poder, con el interés de sostener su autoridad e influencia económica, al tiempo que dichos artilugios fungían como espada de Damocles frente a las clases populares, con la intención de reprimir a la población civil, combatir los posibles focos de resistencia y conservadurizar el imaginario societal.

En este capítulo, es posible apreciar además, los aportes en conceptos concernientes a la sociología del saber, expresados en disputa a su significación oficial, resultante de términos asentados en el imaginario de la prensa y el discurso públicos. La dogmática interpretación de tales referentes, son resultado de la estrategia impulsada por la clase dominante en sus mecanismos de reproducción ideológica, quienes optaron por monopolizar definiciones como: patria, libertad, democracia, nacionalidad, ciudadanía y socialismo. Detrás de esa argucia, predominan los intereses burocrático-estaduales impulsados por la cúpula regente, con el consentimiento y aprobación de un sector no despreciable de la academia e «intelectualidad orgánica».

***

El último capítulo de la obra: Igualdad, se encuentra acorde con una dimensión ético-política inmejorable, dado que su proyección ensayística desmantela el discurso de la equidad ciudadana (republicano oligárquico y marxista posrevolucionaria), que subsume u omite las diferencias estructurales entre los distintos grupos de la Isla. En soporte de esa perspectiva, la complejidad del análisis resulta complementada con las estadísticas actualizadas de los trabajos desarrollados en el país durante las últimas décadas,xvi que dan cuenta de las desventajas de personas negras, mestizas, mujeres y adultos mayores en la reestratificación existente;xvii a raíz de las reformas tecnocráticas implementadas en las décadas posteriores a la crisis del «período especial».xviii

La comprensión aguda de las transformaciones que caracterizan al escenario interno, le permiten al jurista proponer alternativas intelectuales con el objetivo de acelerar una transformación económica comprometida con la necesaria implementación de políticas públicas que tengan en cuenta los intereses y deudas pendientes con los estratos más afectados en la restitución de su dignidad, durante las diferentes etapas de liberación por las que transitaron las facetas de la historia nacional.

En tal sentido, no resulta casual su posicionamiento en defensa del Código de las Familias, al realizar una lectura inclusiva de la legalidad contemporánea, que reconoce los derechos de sectores cuya condición humana resultó vulnerada durante décadas, respaldada por los estudios «científicos» de la biología y la medicina al uso. Tales postulados, estuvieron acompañados por las consensuadas estrategias de persecución policial, impulsadas por las más altas esferas del poder político, ante comportamientos que se entendían como ajenos a la «moral socialista y los valores revolucionarios». Ergo, el reconocimiento pleno a las disidencias sexuales y de género, constituye un acto de reparación histórica que deben contemplar las nociones progresistas del Derecho, acorde a los anhelos de instaurar una Cuba basada en la igualdad, la fraternidad y la justicia, sin fueros ni privilegios.

En plena coherencia con esa visión fraternal del republicanismo democrático, es posible apreciar una propuesta de lectura contra el bloqueo/embargo, dada la condición coercitiva e imperial que ampara y codifica, contrario a las normas del derecho internacional, el conjunto de medidas unilaterales de los Estados Unidos hacia la Isla. Acorde con esa visión, oponerse a semejante política de hostilidad contra la soberanía de una nación del «Tercer Mundo», constituye un deber ético de las izquierdas que anhelan un escenario de justicia en el planeta. Semejante postura, además, no soslaya las críticas al colonialismo interno y el mandato autoritario del poder, encabezado por la hegemonía excluyente del Partido Comunista de Cuba (PCC), dadas las políticas de censura a la libertad de prensa, criminalización de la huelga y cooptación de los sindicatos obreros; sin obviar la represión acometida contra las disidencias civiles, aunque sean de matiz anarquista, socialista o cualquier otra tendencia.

***

En el último capítulo, Julio César Guanche complejiza sobre aspectos de especial impacto significativo, pues aborda elementos que derivaron en debates entre intelectuales cubanos, al resultar temáticas no exentas de análisis apasionados que ahondan en la raíz de las diferencias entre los «componentes étnico-raciales» del territorio. La seriedad y profusión en su tratamiento, exige el resalte de trabajos que destacan por su particular importancia, como son los casos de: «El racismo no es un vestigio, es un problema aquí y ahora», junto al ensayo: «Vindicación de Evaristo Estenoz», que tiene el honor de rendirle merecido homenaje al primer partido antirracista de su tipo en Latinoamérica.

Mientras el primero se sumerge en las raíces estructurales del flagelo racista, en contraposición a la propaganda comunicacional del Estado/Gobierno que tiende a simplificar y reducir las variables que inciden en sus manifestaciones de carácter sistémico. El segundo hace justicia a la memoria del Partido Independiente de Color (1908-1912), al desmontar con una minuciosa investigación desde la prensa epocal, los calificativos de anexionismo estampados contra la organización partidista para descalificar su programa político (nacionalista, antirracista y antioligárquico), amparado en una carta apócrifa cuya ilegitimidad fue verificada por los propios medios de prensa nacionales, desde sus primeros instantes de circulación.xix

No menos trascendente resulta su concepción del mestizaje, conformada a partir de la visión teórica que sobre ella sostiene el historiador francés Serge Gruzinski (1949). En Cuba, la cuestión política y cultural en torno al fenómeno mestizo, resulta de notoria polémica, como parte de un debate que tuvo su punto más álgido durante la tercera década del siglo XX, en el que tomaron parte activa figuras consagradas al estudio de la mulatez y la afrocubanía. Tales fueron los casos de Nicolás Guillén Batista (1902-1989), Fernando Ortiz Fernández (1881-1969), Gustavo E. Urrutia Quirós (1881-1958), Juan René Betancourt Bencomo (1918-1976), Alberto Arredondo Gutiérrez (1912-1968), Ángel César Pinto Albiol (1882-1952) y Gastón Baquero Díaz (1914-1997), junto a otros exponentes de filiación ideológica heterogénea.

Entre los estudiosos contemporáneos, la concepción del intelectual matancero afrocubano Alberto Abreu Arcia (1961), constituye una de los voces más radicales en contra de los posicionamientos que pretenden situar al mestizaje como paradigma de «integración racial», sin atender las agudas diferencias económicas, sociales e históricas, que separan a las diferentes comunidades y poblaciones por color de piel, clase social, sexo-género u otras. Junto a los aportes del escritor cardenense, resaltan también las visiones, desde una perspectiva semejante, de Roberto Zurbano Torres (1965),xx Gisela Arandia Covarrubias (1948)xxi y Zuleica Romay Guerra (1958).xxii

En resumen, la obra de Julio César Guanche constituye un invaluable aporte a las ciencias sociales, mientras se convierte en referente ineludible de liberación política, dada su concepción humanista de la sociedad republicana como ideal de convivencia cívica. Tales preceptos están amparados en los valores que constituyeron el soporte inspirador durante los procesos de rebelión modernos contra la dominación de la burguesía frente al poder obrero, las clases subalternas y los sectores populares. La profundización compleja de estas temáticas, enriquecida con los fenómenos asociados al devenir de la época contemporánea y su aplicabilidad en el contexto antillano, convierte a ¿Quiénes somos todos? Libertad, igualdad y fraternidad en Cuba, en excelente material para la posteridad de los estudios sobre el republicanismo socialista democrático, más allá del ámbito donde centra su mayor enfoque de análisis filosófico, político e intelectual.

Notas:

i Julio César Guanche: La imaginación contra la norma. Ocho enfoques sobre la República de 1902, Ediciones La Memoria, La Habana, 2004.

ii Emilio Roig de Leuchsenring: Historia de la Enmienda Platt, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973.

iii Oscar Pino Santos: El asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, Casa de las Américas, La Habana, 1973.

iv Julio Le Riverend: La República, dependencia y revolución, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973.

v Ramiro Guerra: Azúcar y población en las Antillas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970.

vi Francisco López Segrera: Cuba: capitalismo dependiente y subdesarrollo (1510-1559), Editorial Casa de las Américas, La Habana, 1972.

vii Carlos Rafael Rodríguez: «Las bases del desarrollo económico en Cuba», en Letra con filo, tomo II, pp. 55-70, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983.

viii Jorge Ibarra Cuesta: Cuba 1898-1958. Estructura y procesos sociales, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1995.

ix Alejandro de la Fuente: Una nación para todos: raza, desigualdad y política en Cuba 1900-2000, Editorial Colibrí, Madrid, 2001.

x Oscar Zanetti Lecuona: Los cautivos de la reciprocidad, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003.

xi Para ahondar sobre el pensamiento republicano de Carlos Manuel de Céspedes, consultar la obra de Rafael Acosta de Arriba: Los silencios quebrados de San Lorenzo, Ediciones, Abril, La Habana, 2018.

xii Matt D. Childs: La rebelión de Aponte de 1812 en Cuba y la lucha contra la esclavitud atlántica. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2011.

xiii Walterio Carbonell: Crítica: Cómo surgió la cultura nacional, Ediciones Bachiller,La Habana, 1961.

xiv Para indagar más sobre las bases conceptuales del republicanismo negro y democrático-popular en Cuba, véase de José Antonio Figueroa: Republicanos negros. Guerras por la igualdad, racismo y relativismo cultural, Editorial Planeta Colombiana, Bogotá, 2022.

xv Clifford Geertz y otros: El surgimiento de la antropología posmoderna, Editorial Gedisa, S.A, Barcelona, 1992.

xvi ONEI: El color de la piel según el censo de población y viviendas, La Habana, 2016.

xvii María del Carmen Zabala: Familia y pobreza en Cuba. Estudio de casos, Publicaciones Acuario, Centro Félix Varela, La Habana, 2010.

xviii Mayra Espina Prieto: Desarrollo, desigualdad y políticas sociales. Acercamientos desde una perspectiva compleja, Publicaciones Acuario del Centro Félix Varela, La Habana, 2010.

xix Consultar los trabajos de los historiadores Rolando Rodríguez: La conspiración de los iguales. La protesta de los independientes de color en 1912, Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2010 y Rafael Fermoselle: Política y color en Cuba. La guerrita del 1912, Ediciones Géminis, Montevideo, 1974.

xx Roberto Zurbano: «Cuba: doce dificultades para enfrentar al (neo)racismo o doce razones para abrir el (otro) debate», en Universidad de La Habana, no. 273, enero-junio de 2012 y el debate contenido en el libro de Agustín Laó-Montes: Contrapunteos diaspóricos. Cartografías de Nuestra Afroamérica, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2020.

xxi Gisela Arandia Covarrubias: Población afrodescendiente cubana actual, Instituto Cubano de Investigación Cultural «Juan Marinello», La Habana, 2012.

xxii Zuleica Margarita Romay Guerra: Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad, Fondo Editorial Casa de las Américas, La Habana, 2014.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.