La foto que encabeza este artículo es bien clara y significativa. Dice NO a los Pactos de Toledo, que, todo y ser un muy negativo Pacto Social, aún defienden CCOO y UGT. Es una foto sacada el 17 de marzo de 2.018, en Barcelona, de la cabecera de la gran manifestación de PyJ (Pensionistas y […]
La foto que encabeza este artículo es bien clara y significativa. Dice NO a los Pactos de Toledo, que, todo y ser un muy negativo Pacto Social, aún defienden CCOO y UGT. Es una foto sacada el 17 de marzo de 2.018, en Barcelona, de la cabecera de la gran manifestación de PyJ (Pensionistas y Jubilados). Manifestación convocada por La Marea de Pensionistas, como parte de las casi 200 manifestaciones que la Coordinadora Estatal por la Defensa de las Pensiones Públicas había convocado en igual fecha.
En la de Barcelona participaron unas 100.000 personas según los organizadores (30.000 según la Guardia Urbana). Entre los asistentes había personas de todas las edades, ya que, muchos trabajadores aún en activo y muchos jóvenes (parados o no) se sumaron a la convocatoria.
Los asistentes corearon las consignas de la Marea de Pensionistas, reclamando la derogación de las medidas adoptadas por los gobiernos capitalistas: en 2.013 por el PP (Partido Popular) hoy en el gobierno, y en 2.011 por el PSOE (éstas fruto de un Pacto Social, muy negativo, firmado por el entonces gobierno de los socialdemócratas con los sindicatos amarillos CCOO y UGT).
Recordemos que al negativo Pacto de Toledo se sumaron estas medidas, hoy masivamente denunciadas en casi 200 ciudades de toda la geografía del estado español.
Son las medidas que aplican los gobiernos capitalistas cumpliendo con las orientaciones del FMI (Fondo Monetario Internacional), que en Europa aplica la UE (Unión Europea). Estas medidas se resumen en el retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años, y en la pérdida de un 30 % en el dinero cobrado como paga de la pensión mensual, además de la pérdida cada año de poder adquisitivo de los pensionistas (completado con que la mayoría de las pensiones no permiten vivir dignamente).
CCOO y UGT firmaron primero los Pactos de Toledo, y luego, en enero de 2.011, estas negativas medidas, para seguir sacando dinero de los Fondos Privados de Pensiones que el sindicalismo amarillo promueve. Hay muchos datos de ello, pero aquí solo doy dos: 1) el millón de euros anuales que sacan, CCOO y UGT, solo del Fondo Privado de Pensiones de los funcionarios públicos; 2) los 50 millones de euros «robados» en 25 años a los trabajadores de Telefónica-Movistar con la excusa de «vigilar» que se gestiona bien el Fondo Privado. En realidad mal se gestiona ya que, al ser voluntario apuntarse o no a estos Fondos Privados (gracias a la presión del sindicalismo de clase de AST), hoy (25 años después de su puesta en marcha) se puede verificar que quién se quedó en el sistema público de pensiones en Telefónica se jubila con una pensión mayor que los que han pagado cada mes un 2,4 % de su salario (es decir que cobraron cada mes menos durante 25 años, y además cobran menos al final, ¿quién se quedó con estos dineros?, está claro se los quedaron entre la patronal y los sindicatos amarillos).
Con estos antecedentes, se entiende que la Marea de Pensionistas y la Coordinadora Estatal digan NO A LOS FONDOS PRIVADOS DE PENSIONES. Y digan que es inaceptable que CCOO y UGT quieran encabezar las manifestaciones.
Pero los sindicatos amarillos, ayudados por los medios de comunicación burgueses, siguen intentando aparecer como defensores de los trabajadores (y aún tienen a mucha gente engañada al respecto).
Visto el gran éxito de las movilizaciones del pasado 22 de febrero, promovidas de forma unitaria en más de 100 ciudades del estado español por las Mareas y la Coordinadora Estatal en Defensa de las Pensiones Públicas, CCOO y UGT aparentaron de nuevo ser ellos los más reivindicativos. Primero convocaron acciones para el 15 de marzo, pero por miedo a fracasar las retrasaron al 17 de marzo, para así coincidir con la fecha de la convocatoria del movimiento unitario.
Después dudaron en si ir separados como sindicatos (amarillos) o coincidir con la cita unitaria. De todo ha habido. Pero cuando han ido separados (por ejemplo, en Madrid), a pesar de la ayuda de la burguesía con sus medios de comunicación que han manipulado (como hacen siempre) la noticia, ha quedado clarísimo que los sindicatos amarillos tienen hoy menor capacidad de convocatoria que el movimiento unitario.
En otros lugares, como en Catalunya, intentaron manipular la manifestación unitaria. Ésta estaba convocada a las 11 horas y los amarillos convocaron, en igual lugar, a las 10,30 horas, con la clara intención de ponerse en la cabecera de la acción.
Pero el movimiento unitario está dirigido por veteranos dirigentes (la mayoría de ellos fundadores de CCOO que ya no militan en este sindicato por haber dejado de ser un sindicato de clase). Y los veteranos supieron reaccionar, a las 10 de la mañana ya ocupaban la cabecera de la manifestación. Consiguieron con ello anular la intención manipuladora del sindicalismo amarillo. Los sindicatos CCOO y UGT (que solo llevaban una pequeña pancarta firmada por los dos sindicatos) quedaron relegados al final de la manifestación. Sus afiliados (que aún mayoritariamente tienen posiciones nada vendidas a la patronal, como están vendidas las de sus dirigentes) dejaron a los que llevaban la pancarta y se fueron con el movimiento unitario. En resumen, iban más afiliados a CCOO y UGT en la parte general de la manifestación que detrás de la pequeña pancarta que estos dos sindicatos pasearon.
Pero la clara y rotunda muestra de que los PyJ han derrotado al sindicalismo amarillo, es que CCOO y UGT fueron detrás de la pancarta de cabecera, la de la foto que abre este artículo. Pancarta que decía NO A LOS PACTOS DE TOLEDO, y que resumía todas las reivindicaciones de los PyJ. Pancarta que los medios de comunicación burgueses, para seguir ayudando a sus obedientes sindicatos amarillos, han escondido. Véase la primera página de «El Periódico» que, en su portada del día 18-3-18, recorta la foto de cabecera de la manifestación, para que no se pueda leer su contenido, y así no quede clara la derrota del sindicalismo amarillo de CCOO y UGT.
Al sindicalismo amarillo, después de esta gran derrota, solo le quedan dos opciones, o rectifican o quedan definitivamente fuera del sindicalismo de clase.
Rectificar, los dirigentes de CCOO y UGT, lo tienen difícil, pues no desean escuchar a sus bases (que con sus cuotas aportan solo una pequeñísima parte de los gastos de estos sindicatos), y sí que desean seguir cobrando las sustanciosas subvenciones del gobierno capitalista y de los empresarios. Por ello no pueden ni quieren rectificar.
Para rectificar deberían retirar públicamente su firma y apoyo a los Pactos de Toledo, y al nefasto Pacto Social firmado con Zapatero en enero de 2.011. Y eso no lo harán.
Se ha abierto pues una nueva etapa de la lucha de la clase obrera, esta vez encabezada por su parte más veterana, la que se forjó bajo la dictadura fascista de Franco, la que aprendió anticapitalismo en su lucha diaria en las empresas, la que aguantó la dura represión, y la que no está dispuesta a perder (ni para ella ni para las generaciones futuras) los logros y conquistas que tantas luchas costaron de arrancar a los dirigentes del capitalismo.
Mi personal felicitación, y la de la dirección de la FSM (Federación Sindical Mundial), a los dirigentes de las Mareas y de la Coordinadora Estatal en Defensa de las Pensiones Públicas.
Quim Boix. Secretario General de la UIS (Unión Internacional de Sindicatos) de Pensionistas y Jubilados (PyJ) de la FSM.
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