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Muere Noel Nicola, fundador de la Nueva Trova cubana junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés

Pequeña entrevista diurna. Cuando salgas

Fuentes: La Jiribilla

Noel Nicola, uno de los fundadores junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés de la Nueva Trova cubana, falleció aquí a los 58 años de edad. Según dio a conocer hoy la emisora Radio Rebelde el deceso del compositor de antológicas piezas como María del Carmen y Así como soy, ocurrió anoche en la en […]

Noel Nicola, uno de los fundadores junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés de la Nueva Trova cubana, falleció aquí a los 58 años de edad.

Según dio a conocer hoy la emisora Radio Rebelde el deceso del compositor de antológicas piezas como María del Carmen y Así como soy, ocurrió anoche en la en la Ciudad de La Habana. Su sepelio será esta tarde en la necrópolis de Colón, agregó la fuente.

Nacido en La Habana el 7 de octubre de 1946, Nicola provenía de una familia de músicos y su padre Isaac fue artífice de la Escuela Cubana de Guitarra y maestro de Leo Brouwer.

El cantautor compuso sus primeras canciones a los 13 años y su primer recital se produjo en 1968 en la Casa de las Américas, junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

Después integró el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, junto a Silvio, Pablo, Leoginaldo Pimentel, Leonardo Acosta, Eduardo Ramos, Jorge Berroa y Emiliano Salvador.

Su formación musical se enriqueció con los estudios que continuó junto a experimentados profesores como Leo Brouwer, Federico Smith y Juan Elósegui.

Fundador, primer presidente y uno de los máximos exponentes de la Nueva Trova, el catálogo de Nicola recoge más de 350 títulos musicales.

 

PEQUEÑA ENTREVISTA DIURNA
Cuando salgas
Belén Gopegui 


Dice Noel Nicola que las canciones existen para que el hombre se comprenda mejor a sí mismo. Dice que no es seguro que las canciones cambien el mundo, pero que está mal cambiar el mundo y no cantar. Que la poesía y la política son una misma cosa porque la vida es una sola. Dice que esta especie humana algo trae consigo alguna tarea para hacer que no sabemos, y como hay tanto que no sabemos por qué no tratar, dice, de mejorar un poco este universo haciendo que la vida sea menos molesta, menos pesada. Piensa en Martí y dice que entre quienes odian y destruyen, y quienes aman y construyen, los segundos son cada vez más y van a ganar la partida. No hay que ser impacientes, dice, puede demorarse un poco pero va a ocurrir. Cuando esté ganada, vendrán otros problemas, siempre va a haber problemas y va a haber que cantarles, se arregla una cosa y aparece otra que también hay que arreglar, pero al menos, dice, que sea otra.

El animal político que soy tiene que entenderse a sí mismo. Eso no basta; aunque ayuda, no cambia, después hay que ponerse de acuerdo con otros, dice. Si uno logra que otro haga suyas unas palabras y un poco de música que salieron una vez de una cabecita, eso está bien. Se acuerda Noel de la canción «Cuando salgas, luna llena» y dice: que alguien la cante a solas o que un combatiente la chifle en una trinchera ya es un logro. ¿Por qué es un logro? Porque en ese momento ya no se ven las cosas en exclusiva, dice, no es la luna que sale para mí solo, esa luna mía es la luna de muha gente. Es bueno, dice Noel Nicola, que el hombre y la mujer particularicen y generalicen.

Y mientras todo eso dice, el tiempo roza la habitación como si los segundos fueran motas de polvo muy delgadas, apenas visibles al trasluz, como si la velocidad de los deseos humanos supiera esperar, pudiera esperar, como si en un patrón de ritmo y en una frase cupiera al fin el valor de saber que uno está solo y está con otros, que ambas cosas son ciertas y no están separadas, dice Noel, suceden juntas.

Mayo 2005