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Periodista española enemiga de la paz desaparece en la selva del Catatumbo

Fuentes: Rebelión

Este cuento ya nos lo conocemos de antemano pues es el mismo caso de Ingrid Betancourt y su amiguita Clarita Rojas cuando se fueron a realizar su campaña política por el Caguán. Como por entonces se desarrollaban las elecciones presidenciales quisieron aprovechar el impacto mediático de su captura a manos de las FARC para utilizarlo […]

Este cuento ya nos lo conocemos de antemano pues es el mismo caso de Ingrid Betancourt y su amiguita Clarita Rojas cuando se fueron a realizar su campaña política por el Caguán. Como por entonces se desarrollaban las elecciones presidenciales quisieron aprovechar el impacto mediático de su captura a manos de las FARC para utilizarlo de propaganda electoral.

Ahora esta señorita Salud Hernández, distinguida falangista de armas tomar, dotada de una personalidad arrogante y pretenciosa ha desaparecido en la manigua del Catatumbo.

¿Tal vez se encuentre retenida por algún grupo insurgente o quizás secuestrada por las bandas paramilitares y delincuenciales que hacen presencia en la zona? Pero todas son especulaciones porque a ciencia cierta no hay ni rastro de ella. A la amiguita de pacho Santos (La familia de Salud Hernández lo acogió en su casa mientras estaba exiliado en Madrid) del presidente Uribe y de Juan Manuel Santos, se la tragó la vorágine.

El presidente Santos ha ordenado que se movilice el ejército, la policía, y la fuerza aérea en su búsqueda. Ella que es de origen español pero que también detenta la nacionalidad colombiana gracias a un decreto extraordinario del gobierno, debe ser rescatada en el menor tiempo posible pues es una figura de reconocido prestigio y valía.

Esa chapetona racista y tirana que trata a los colombianos como si fueran sus criados, no disimula para nada su ideología de ultraderecha criminalizando la justa lucha de los movimientos populares en pos de la justicia y la libertad. Desde hace tiempo la señorita Salud Hernández se juega el pellejo irresponsablemente por las zonas más peligrosas de la geografía colombiana creyéndose intocable. Una actitud que refleja a todas luces su desmesurado ego y vanidad.

Recordemos que a Clarita Rojas le pasó lo mismo en el Caguán y al final el resultado de esa «inolvidable aventura» fue su hijo Emmanuel nacido de un apasionado idilio con uno de sus captores. No se sabe si también Salud Hernández a estas alturas de la vida esté buscando «emociones fuertes».

La periodista Salud Hernández como corresponsal de corresponsal del Mundo de Madrid y el Tiempo de Bogotá se ha distinguido por ser una defensora a ultranza de la política de Seguridad Democrática patrocinada por Uribe Vélez. Tal es su inquina y el odio hacia las clases mas bajas y empobrecidas que calificó a los campesinos del Catatumbo como «satélites de las FARC y el ELN». Y para rematar: «pupilos de Timochenko». Es decir, los señaló como objetivos legítimos de las «gloriosas» Fuerzas Armadas de Colombia que suelen utilizar el terrorismo de estado para imponer los sagrados principios de libertad y el orden.

En un artículo intitulado «ratas humanas» la sinigual periodista opusina expresó: «Esos campesinos son sembradores de coca y por lo tanto terroristas». Tan demenciales acusaciones en muchos casos se convierten en una condena a muerte. Sin duda alguna ella también es cómplice e inductora de crímenes de lesa humanidad. En consecuencia no es de extrañar que la Asociación Campesina del Catatumbo, el Comité de Integración Social del Catatumbo, y las asociaciones de derechos humanos de Santander la hayan declarado «persona non grata».

Esas crónicas y reportajes que escribe con genialidad y maestría Salud Hernández-Mora están manchados de sangre de los campesinos y trabajadores colombianos.

La desaparición de esta «monja alférez» ha causado un gran revuelo tanto a nivel nacional como internacional hasta el punto que el gobierno colombiano ha ofrecido 100 millones de pesos a quien informe de su paradero.

Si sale indemne de este trance con toda probabilidad se convertirá en una heroína pero, si por el contrario, su desaparición tiene un desenlace fatal, los diálogos de paz con las FARC y el ELN -por el impacto en la opinión pública y en la oposición- sufrirían un golpe demoledor que los pondría al borde de la ruptura.

A Salud Hernández se le conoce como una de las más radicales opositoras a la firma de la paz con las FARC. Ella más bien apuesta por una solución militar que extermine de una vez por todas a los «guerrilleros narco-terroristas enemigos del pueblo colombiano» (como habitualmente los describe en sus crónicas).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.